28 diciembre 2006

Venezuela alcanzó corrupción cero

Tribunal Supremo de Justicia apelará resultados
Venezuela alcanzó corrupción cero

Jeanfreddy Gutiérrez.-

En lo que ha resultado un desafío a la identidad nacional y un aburridísimo logro para el país, la Contraloría General del Estado, el Ministerio de Hacienda y el SENIAT han declarado en conjunto que Venezuela ha alcanzado lo que tales institutos han bautizado como “nivel de corrupción cero”, en cada uno de los aspectos de la vida nacional.

Los antes elevadísimos niveles de corrupción, que normalmente incluían el obtener la licencia de manejo sin ni siquiera asistir al examen, tener un número para sacarse la cédula –repartidos a las 4 AM entre pocos afortunados ¿desgraciados? que habían esperado toda la noche anterior- mientras se duerme plácidamente u obtener un cupo en la Universidad sin esforzarse en lo más mínimo y de lo cual nos enorgullecíamos cuándo éramos los beneficiarios arguyendo que había que aprovecharse de las palancas o de la viveza criolla, se han visto tristemente reducidos hasta la desaparición.

Esto no sólo ha causado una “alemanización” de nuestro modo de vida, cuya idiosincrasia se debatía entre los fines de semana alargados por los feriados de lunes, viernes y hasta jueves, y el alto consumo de bebidas alcohólicas, especialmente la económica cerveza tipo pilsen, sino que plantó el aburrimiento y el extremado sosiego entre el pueblo descendiente de Bolívar.

Los ciudadanos sienten que han perdido todo sentido de la vida, y los altos índices de suicidio y obesidad así lo demuestran. Todos están cedulados, compran dólares en el banco, tienen pasaporte para viajar, se sienten seguros en unas calles donde todos han sido entrenados, examinados y permisados para sentarse ante el volante, la meritocracia en las instituciones de educación superior provocan un aumento en la escolaridad juvenil y una disminución en el consumo de drogas, cigarros y bebidas alcohólicas ante el aumento de la calidad de vida y el alto desarrollo comunitario, económico, social y familiar, es un reflejo de la ética observada por los habitantes en sus gobernantes e instituciones.

La única alegría de la que pueden disfrutar los ciudadanos reside en los resultados deportivos, científicos y culturales obtenidos por el país a nivel mundial, gracias a que valores como la constancia, el esfuerzo y el talento se han visto recompensados con presupuestos que si se otorgan, sueldos sin “honorarios” especiales y premios locales que no se otorgan a dedo. La trampa, el nepotismo y la extorsión son los temas favoritos en las series televisivas que los venezolanos prefieren. Fantasías que les dan un poco de color a sus claroscuros ánimos.

Todos comentan con bostezos, la inmensa motivación que sienten, creada por un clima nacional donde todos tienen las mismas oportunidades de conseguir un empleo, donde es el talento y los estudios lo que prima sobre la cantidad de amigos o familiares dentro del ministerio o empresa. Ningún trámite legal tarda demasiado, todos los delincuentes obtienen la sentencia justa y los funcionarios policiales cumplen a cabalidad su misión, multando y corrigiendo siempre, sin prestar atención al árbol genealógico o las “propinas” de los infractores.

Pero lo que más estragos ha causado en la población es la imposibilidad de recrearse en dos de las actividades de entretenimiento de las que disfrutaron durante tantos años: la crítica y la queja. Por tanto, el Tribunal Supremo de Justicia apelará tal desastrosa declaración, que incluso abarca a los niños, niñas y adolescentes, quienes en sus respectivos centros de estudio, han dejado de copiarse, hacer las llamadas “chuletas”, robarse los exámenes y sobornar profesores, creando autómatas no adaptados a la vida en una zona geográfica de eterno verano playero y casi infinitos recursos de paraíso terrenal.

El TSJ recomienda en nota de prensa del día de hoy que los entes que se pronunciaron de tal forma, se retracten inmediatamente, le ofrezcan a algunos peligrosos delincuentes un notorio y escandaloso indulto por una buena suma de dinero, sorteen algunos cargos públicos mediante el intercambio sexual, otorguen algunos importantes premios y condecoraciones a sus familiares, desaparezcan mágicamente algunas partidas asignadas e insten a la policía a crear leyes según la marca de ropa o automóvil del detenido. En poco tiempo, asegura el máximo ente judicial, todo volverá a la normalidad y podremos fácilmente acceder a un pasaporte, a un título universitario o a cualquier premio con las amistades o las cantidades adecuadas, mientras un jueves 1º de mayo, se disfruta de una cerveza bien refrigerada, en uno de los muchos kilómetros de playa que posee nuestra gran nación, Venezuela.

PD: Feliz Día de los Inocentes.

1 comentario:

Habla, sé serio y organízate.