17 febrero 2017

La reelección indefinida es viejita, como presidenta de condominio

Hoy, en medio de bombas y robos, con una prohibición oficial del TSJ por un recurso de cuatro estudiantes que aseguraron que los excluyeron de votar y postularse, los estudiantes de la UCV organizaron sus elecciones estudiantiles justo cuando se vence el período de Hasler Iglesias, quien promovió que se eligiera el nuevo presidente de la Federación de Centros de Estudiantes, aunque el TSJ prohibió la elección del cogobierno: consejeros estudiantiles en facultades y consejo universitario.

Hasler Iglesias, presidente de la FCU de la UCV, promovió y apoyó las elecciones estudiantiles

Un ejemplo no sólo de rebeldía sino de autonomía. Una que gremios y sindicatos podrían tomar, si se hacen las cosas bien. Ciertamente el CNE ha congelado y secuestrado muchas elecciones, especialmente donde el chavismo saldrá mal parado, pero como pasa en un condominio, asociación de vecinos, empresa u ONG, la propia organización tiene potestad para enfrentar injusticia y eternización de voceros mediante procesos internos que sean validados por la gran mayoría de sus miembros.
Lo que pasa es que en gremios profesionales ha habido algo de complicidad. Hoy tienen la cierta excusa del ente electoral, pero en Venezuela pasar el testigo no es demasiado común. Las caras se repiten y muchas veces son por amañamiento de procesos internos que lleva a un círculo vicioso: pocos miembros nuevos y/o dificultades para formar una Comisión Electoral y desinterés/apatía de mucho de los miembros más una pérdida de credibilidad en la organización. El resultado son planchas únicas, partidización de las elecciones y pérdidas por forfait.
Eso ha permeado en la política pero ha ido más lejos y viene desde más abajo, desde la eterna señora del condominio o la asociación de vecinos o los consejos comunales vencidos en todo el país que no sin renovarse, pasan impunes por debajo de la mesa porque son la misma directiva desde hace una década. Pero también sucedió en las asociaciones y federaciones deportivas, en el ámbito empresarial y hasta en quienes tienen papel en el arte y la cultura. La llamamos roscas.
La reelección indefinida, por falta de elecciones o imposiciones autocráticas, llegó a Venezuela con Chávez a las más altas esferas, la presidencia de la república, y ahora ha llegado a los rectores del CNE y otros poderes públicos, pero ha tenido un largo caldo de cultivo. Como los sentimientos de revancha y clasismo que también explotó, quedarse para siempre porque ya los otros mandaron mucho o cambiar sería muy malo, sólo yo le echaría tanta bolas en este cargo que nadie más quiere y la retahíla de excusas para "no soltar el coroto".
¿Pero qué pasa si periodistas, enfermeros, economistas, abogados o trabajadores imitan lo que sucedió en la UCV y en vez de seguir esperando la autorización para un proceso interno crean sus propias elecciones con validez interna en vez de seguir con un vocero que también está agotado y vencido? Ciertamente hay una legitimidad primaria que podría desvanecerse o verse muy debilitada, ¿pero qué pasa con la otorgada por el propio gremio para su organización y desempeño, para la renovación generacional y la movilidad institucional?
Es una oportunidad de fomentar ciudadanía e institucionalidad, que no tiene fácil los obstáculos legales, sociales y políticos, así como la propia violencia que se vivió en la universidad que una vez más, venció las sombras.

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