26 abril 2017

"Mayhem in blue" de Hail Spirit Noir: rock psicodélico y espacial con voces desgarradoras

Desde sus inicios con Pneuma, los griegos de Hail Spirit Noir han sorprendido y confundido: con guitarras del rock progresivo de los 70 y los teclados de la psicodelia, agregan una divergente vocalización de rasposa voz black metal. Una especie de The Doors mezclados con Solefald. Un gancho realmente particular.



Ahora con Mayhem in blue, presentado en octubre de 2016, la banda afianza ese concepto osado que mezcla una actitud del metal vanguardista a esa especie de black n roll que hacen. Con un sonido más pulido ahora apuestan por un batería más oscura, que con canciones de velocidad media usan arreglos de doblebombo muy veloz y juegos con platillos, mientras las guitarras se vuelcan hacia atmósferas oníricas, a veces en acústico, junto con voces limpias, lo que puede recordar un poco al "Blackwater Park" de Opeth.

La diferencia está en el procesamiento del sonido de las guitarras, menos limpia, mientras la presencia de los teclados es más profusa: lo llenan todo de un manto que parece spacerock por momentos y dream-pop en otros pero casi siempre apela a sonoridades extrañas, que pueden recordar incluso a lo que hacía Frank Zappa en Freak Out! para lo que no era ni blues ni doo-wop. Lo que termina sonando como un carnaval del horror, como un metal circense de maldad.

Y así de raro son Hail Spirit Noir en este disco. No puede decirse que son black metal o rock n roll psicodélico, no es nada post-metal, sino quizás pueda asemejarse a A Forest of Stars pero menos épico o incluso a los primeros Oranssi Pazuzu. Porque lo "raro" es que puedes escuchar riffs en trémolo, así como pasajes claramente oscuros pero más parecidos a Celtic Frost que a Immortal sin ignorar la clara influencia de ambas.

Para dar una idea se puede invocar a Borknagar, en esa mezcla de armonías de rock progresivo setentoso por medio de hammonds y teclados, pero con la visión bizarra de Ulver de pasar del black metal crudo con sonidos de bosque a la experimentación que presentaron en Blood Inside. Y aún así hay una inmensa diferencia que hace a estos helénicos tan únicos, además justamente de no ser escandinavos: las guitarras no tienen la distorsión del metal extremo e incluye solos reverberados con wah wah más propios del hard rock.




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