El nuevo Bolívar ya está fuerte

Como si fuese la frase del momento o el chiste de moda, el venezolano se ha apoderado de la reconversión monetaria. En programas de radio, conversaciones de calle y colegios se escucha jocosamente el cálculo matemático requerido: "Serán 12 bolívares fuertes", "serán 900 bolívares fuertes", "son 2 bolívares fuertes".

En el liceo Bella Vista de Maracay, la cosa se pone un poco más interesante, los precios siguen en Bs. 1.600 o Bs. 2.300 o Bs. 700, por lo que la que nos atiende nos dice muy académicamente: "son uno coma seis" o "cero coma siete". La intución dice que popularmente se dirá, "uno sesenta" o "70 centimos", en lugar de la notación matemática. Incluso volverán expresiones como 5 reales por el Bs.F. 1,25. Todo lo contrario sucede en Cines Unidos, ahora todos los precios se redondearon antes del 1ero de enero, y si antes era 5.700 es 6 mil y si era 7.300 es 7 mil 500. ¿Inflación?
Hay que decir que lo de "fuerte" es algo temporal. No estará en los billetes y monedas, y sólo servirá para diferenciar las dos monedas mientras coexistan por seis meses y el 1ero de enero de 2008 sólo serán de nuevo, bolívares o bolos. Este detalle y otros más parecen más importantes que asegurarse que en cada esquina del país las arepas de amarillo digan ahora: Bs. F. 8,00.

Y esto si es que de verdad la gente se adosa a la reconversión y deja de usar inmediatamente el viejo bolívar. Talvez algunos insistan y como si se tratase de una Lionza o moneda de trueque, en algunas comunidades o grupos se sigan permitiendo el uso no bancario del bolívar "débil". Que nazca una especie de peso cubano convertible. "Se aceptan bolívares viejos", dirá alguna costurera más allá de los primeros seis meses. La costumbre es más fuerte que la razón pero en Venezuela todo es moda, ni metrosexuales quedan ya, en 2008 todos diremos "bolos" de nuevo.
He conversado del tema con taxistas y encargados de tienda, compañeros de universidad y amigos en general, no hay forma de estar de acuerdo en cuáles serán todas las monedas y los billetes. Unos dicen que habrá de 5 bolos, otros que no existe la moneda de un centavo y así vamos. En la página especial del BCV cuándo entras en Monedas y Billetes, sólo te hablan del bolívar "viejo". El "nuevo" billete de 50 mil y 20 mil, y la moneda de Bs. 1.000. ¡Qué fuerte!

Uno se pregunta ¿dónde andarán, de verdad estarán hechos ya?¿Porqué tan difícil verlos, para evitar falsificaciones? En la forma actual de periodismo o de información ciudadana, no hay manera de tener acceso a la información oficial sin que te digan estúpido o metiche por alguno de los nuevos hermanos Castro. "Respétame el críterio", diría Adán. Entonces, hay que inferir, imaginar, casi alucinar.

Se ha anunciado que desde Italia, ya están en los puertos del país las 2 mil millones de monedas y billetes que constaron 325 millones de dólares. Sin embargo, nada de nada de saber cómo serán y cómo destacarán al "indígena, la mujer y los paisajes naturales del país". Por lo que hay creérselo sin pruebas.

Yo tengo la esperanza que los buhoneros vendan el CD con los diseños antes del 01 de enero, para saber pues, por pura curiosidad, como saber quién firmó contra el Presidente, quién vendió su cupo de Internet, quién pidió la tarjeta Mi Negra en Caracas o quién trabaja en el Ministerio de Educación. El buhonero lo sabe, el buhonero te lo dice...

Para dar una pista, oficilamente dicen que habrá monedas de 1, 5, 10, 12,5 (locha), 0,25 (medio), 0,50 (real) y 1 bolívar fuerte. Mientras en billete serán de 2, 5, 10, 20, 50 y 100 bolívares fuertes. La gama será muy amplia, al cambio actual habrá monedas tan pequeñas como la de 1 centimo (10 bolívares actuales) hasta el billete de Bs. F. 100, cien lucas de las de ahora.

Habrá un ejercicio buenísimo con el tiempo. Los más adultos dirán: ahora gano como en los 80. Y empezarán a recordar y comparar el precio de las cosas con las de entonces. Alguien ya lo hizo para mi hermano y se lo dijo.

En 1.987 ganaba 3 mil bolos, ahora ganaré 3 mil 500 y tengo el mismo trabajo. Mi casa me costó 300 mil bolos y ahora costará 300 mil bolos y una arepa me costaba 1,50 y ahora me costará 8 bolívares. Resultado: Gano un poco más, mi casa está devaluada porque en 20 años no ha ganado valor y todo me cuesta más caro. ¿Una economía fuerte?

La conclusión de este venezolano era simple: la gente no gasta en bienes y servicios, lo que mueve la economía, sino en carros y artefactos del hogar, lo que no sirve ni para ahorrar ni para pagar una emergencia médica o la mensualidad de la Universidad. Tetas de silicona, lavadoras, carros y computadoras que no se actualizan forman parte de dinero que se queda estático. El venezolano tiene miedo de quedar pelando y como no puede comprar casa, gasta en automóviles y el Presidente -el otro nuevo Bolívar- que ya está fuerte, se los pone fácil a los clase media.

Menos mal que nos encanta comer en la calle, comprarle saldo al celular, ir al cine, rumbear y beber caña, sino la economía venezolana se hundiría. De eso realmente vivimos por la dinámica de flujo de dinero de estos bienes y servicios. Más ahora que el gasto público apunta a gente que antes no tenía dinero y ahora gasta más en ropa, comida, transporte y telecomunicaciones. El debacle vendrá cuándo con el dinero que ganas o que recibes, no te alcance para cubrir estas necesidades.

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