13 junio 2011

Lento como el viento (Parque Eólico de Paraguaná)

Se anunció en 2006, de nuevo en 2007 y hubo silencio hasta el año pasado cuando parecía que también,  incluso este año se creía que estaría listo en marzo pero quizás en julio se verán avances. El Parque Eólico de Paraguaná, que prometió que mediante 50 aerogeneradores -en 24 torres- aportaría 200 megawatts al Sistema Eléctrico Nacional, sigue sin concretarese y ahora, en julio, se espera que 3 de los 24 aerogeneradores, para apenas 100 Mw, estén listos. Todo según voceros oficiales.
 
El 17 de  Noviembre de 2006, dijo el Presidente: "El parque eólico de Paraguaná será el primero que inauguremos el próximo año en el país, como parte del compromiso del Gobierno Revolucionario”, en el acto de instalación de  la piedra fundacional del proyecto energético. Así lo dice la propia página web de PDVSA que colocó a Venezuela junto a Argentina y México como principales países latinoamericanos en aprovechar este tipo de energía. El Presidente estaba lanzando la Misión Energía y prometió una red de parques eólicos. Jesús Montilla era gobernador de Falcón. Lo generado iría a la Planta Josefa Camejo.

En marzo del 2007, El Nacional replicó la noticia, anunciado que ahora sí iría el parque. Supimos el precio: 200 millones de dólares. Hubo aclaratoria además, eran 100 Mw.

En los movidos años políticos de 2008 y 2009 no se supo más del proyecto hasta marzo del 2010, cuando la ahora gobernadora Stella Lugo de Montilla, esposa del ex gobernador, decía que entre junio y julio estarían listas las 24 torres.

Y llegó julio. El Nacional volvió a prestar su colaboración, para decir que "PDVSA inicia construcción de Parque Eólico de Paraguaná". Las turbinas seguían en España pero ya iban por las fundaciones. Corriendo como el viento este proyecto.

En marzo del 2011 fue el alcalde de Los Taques quien dijo que ya instalarían la primera torre, que habría una segunda etapa con generadores a base de vapor de agua, que generarían 750 megavatios más. Y ahora en mayo el Correo del Orinoco anuncia, que son 76 aerogeneradores, no 50, y que ya van dos de tres casi listos. Lo mejor de la nota son las declaraciones de Héctor González, quién es presentado como jefe del proyecto: "La meta es lograr el montaje de todos los componentes de los aerogenerados en el tiempo establecido". Para más memoria histérica, la nota dice: "González, se mostró satisfecho con los resultados, porque se utilizaron de forma óptima el tiempo y los recursos durante el izamiento y montaje". Tremendo viento.

El tremendo potencial de Venezuela en energías renovables: eólica, térmico solar, lumínico solar y mareomotriz (aunque hay anunciado un proyecto a seis años para aprovechar todas las fuentes renovables de nuestro mar territorial) es hasta ahora totalmente desperdiciado. Hay apagones en Ocumare, Choroní y Chuao, y ahora incluso en Zulia, con la mayor incidencia solar del planeta, luz y calor rebosantes, con el Mar Caribe para aprovechar la fuerza mareomotriz y térmica del mar.  Aunque se ha estudiado y determinado que Falcón tiene el mayor potencial eólico del mundo, la velocidad del viento no ha sido imitada en esta propuesta. Bien lejos de la idea del Proyecto Desertec para aprovechar viento, sol y olas en el desierto  del Sahara -¿Médanos de Coro?- de parte de bancos y empresas alemanas para generar el 15% de la electricidad de Europa, generando miles de empleos sustentables en esta difícil zona.

Vale destacar, junto a la velocidad con que ejecutan este Parque Eólico de Paraguaná, que según el Ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez, la demanda eléctrica está en los 18 mil Mw, por lo que este proyecto agregaría menos del 1%, en cinco años. 

09 junio 2011

¿Somos Vinotinto? ¿Somos venezolanos?

¿Somos Vinotinto? ¿Somos venezolanos?

El juego de la Vinotinto contra España, sin importar el resultado, dejó clarito que el venezolano no se conoce. Tanto, que este amistoso trajo un debate sobre el derecho o no que tiene un nacional a apoyar repentinamente a su equipo para olvidarlo al día siguiente, a irle a España por razones familiares o afición purísima, o simplemente no entender cómo alguien de pasaporte venezolano prefiere un equipo foráneo. El autogol fue realmente caer en el debate. No sabernos, no conocernos y pelear con otros porque no son como nosotros.

Mientras en países árabes y africanos, sin ningún título mundial, comúnmente goleados o dando sorpresas que nunca superan los cuartos de final, a pesar de eliminar a grandes nombres del fútbol mundial, siempre reciben el entusiasta apoyo de sus coterráneos, quienes desde hace años con larguísimas dictaduras militares o monarquías islámicas, ven en este deporte una sensación occidental que les alegra el día a día tan combativo. Y esa adhesión es algo natural, es parte de una característica que los define religiosa, social y culturalmente: la identidad nacional.

En Egipto, por ejemplo, la liga nacional recibe un apoyo de cientos de miles de asistentes en sus partidos, mientras su selección nacional de fútbol es aupada con una esperanza atronadora. Y acaban de salir de una régimen no democrático de mas de 30 años. Allá también hay fanáticos del Barca y el Real Madrid, de los Spurs de San Antonio y de Michael Jordan, también les gusta el rock y el pop europeo. Pero la identidad nacional es poderosa. No sólo por su herencia histórica, sino por una identificación absoluta con quienes son.

No soy de los que aplaude el nacionalismo ni el patriotismo, un sentimiento egoísta y mezquino que nos puede llevar a la locura, la xenofobia y la cacería de brujas dentro de nuestro propio país. Más que venezolanismo hace falta venezolanidad. No es apoyar a Chino y Nacho por venezolanos y poner cara de aburrimiento cuando suene un joropo llanero, o pensar que la "música venezolana" significa nada más arpa, cuatro y maraca, dejando por fuera el polo margariteño, el merengue venezolano, los cánticos pemones, el golpe tuyero y los tambores mirandinos. Tampoco es mucho menos pensar que una banda de rock o ska o una película nuestra "están bien para ser venezolanas". ¿Porqué nos sentimos tan mal con nosotros mismos?

Ajenos. Eso somos. Gente buena que ve como "los otros" están jodiendo al país. Por sifrinos o resentidos, por mediocres o burguesitos. Pero siempre son los demás, jamás uno. Gente fea que se comen la luz, son mediocres, bebedores de caña en quincena y maleducados. Pensamos que debería haber más gente como nosotros, incapaces de engañar a Cadivi, de pagar por una cita de pasaporte, de llamar a un amigo en alguna institución pública en caso de emergencia.

Un país sin cultura cuya solución es la educación es la frase que todos hemos dicho, pero quién lo dice tiene meses sin leerse un libro, no puede recitar un poema de Andrés Eloy Blanco, decir el nombre de un director de cine, de los 11 de la selección vinotinto, de nombrar un pintor contemporáneo, llas capitales de nuestros Estados o cinco bailes folclóricos.

Nos dijeron que todos somos Vinotinto, que todos somos Venezuela y nos los dicen, una y otra vez, a ver si entendemos. Porque no sabemos quienes somos, y así es imposible ni quererse, ni aceptarse. Porque los que joden al país son los demás, no "los nuestros", porque la cultura debe empezar por esos marginales y apátridas, porque aunque somos el dueño de la hacienda y el que siembra el cacao nos tenemos una arrechera histórica que tiene como héroes a Negro Primero y al pelirrojo José Tomás Boves por igual, pero no tenemos ni idea. ¿Somos Vinotinto, somos Venezuela? Quién sepa responder, que se aleje de Maiquetía.