Todos responden igual. El candidato lo dice sin importar a qué cargo aspira: la inseguridad es un asunto multifactorial que no sólo atañe a la policía sino a las familias. Entonces cada quien según su ángulo dice que falta educación, valores y respeto a la ley, hay quién habla de impunidad, de armamento, de mejores cárceles y sistema judicial, y está el combate a la pobreza e incluso atacar las bandas de microtráfico de drogas. Pero nadie asume su cuota de responsabilidad.
Venezuela es el país en el que cada ciudadano respetable debe hacer dicho alguna vez en su vida: "eso es falta de cultura". Y sin importar si ha recorrido el mundo o ni siquiera conoce Maiquetía debe decir que "en otros países esto no es así, allí si son fuertes en eso". Tampoco importa el tema, puede ser transporte público, reciclaje, economía, criminalidad e incluso música alta. Pero siempre es culpa del otro.
Es de aquel que no estudió, que no lee, que no tiene ganas de surgir, que la pasó mal, que tiene rabia o resentimiento, que nació en un lugar feo, que le dio la gana, que es un sinvergüenza, que lo criaron mal. Pero jamás uno tiene nada que ver con eso.
Venezuela es el país donde todos se comportan como terroristas saharianos pero quieren vivir como en Suiza. Nos comemos la luz, tiramos papeles al suelo, escupimos, gritamos piropos ginecólogicos, metemos palanca, faltamos al trabajo, estamos orgullosos de beber los lunes, sobornamos y queremos que todo marche muy bien. Y conjugo en plurar e incluyéndome porque el problema no es del otro, sino de ser parte del problema y jamás de la solución.
El venezolano, que siempre asume que es el que se levanta más temprano, trabaja más y le va peor que a sus amigos, vagos que viven mantenidos, con trabajos facilitos y aventajados, cree que con trabajar y estudiar egoístamente está forjando patria. Está orgulloso de no saber de historia, ni de política ni de economía, ni de nada que tenga que ver con Venezuela, o está orgulloso de estar partidizado y ver la vida como los políticos le han dicho que es. No le interesa y vive defendiendo lo suyo, como si estuviésemos en un país bombardeado y sin agua.
Después de la Memoria y Cuenta este pasado 16 de Enero, me dijo un señor a quien considero mi amigo, que la culpa de la inseguridad no era del Presidente sino de la mala crianza. Y me dijo: "viene de tu familia". Lo que me sorprendió es que no dijera que de su familia, a la cual conoce, sino de la mía que no tiene ni idea. Pero luego entendí que actuó como muchos venezolanos, "la culpa no es mía, es del otro, porque yo lo hago bien dentro de lo que cabe".
Es que ninguno de los candidatos se ha echado en el hombro una campaña pública de rescate de valores y hasta de regaño ciudadano. Algo como "Señales al abusador", en que la sociedad recriminaba al que no se comportaba bien en la vía pública. La pérdida de este moral colectiva, de esta sanción moral, ha perdido toda mínima regla de convivencia hasta de los malandros, que establecían límites a su comportamiento, una especie de ética malandra que ya no existe.
Por eso asesinan a jóvenes con Síndrome de Down en Magdaleno, roban e incendian una iglesia en Caracas o saquean una escuela de niños especiales en Valencia. Un caso similar al de la película "El Enemigo", en que la mamá temía por la vida de su hijo pero no le preguntaba de dónde sacaba el dinero para mantenerla y sabiendo que no trabajaba. Pero no es sólo la doñita, es el día a día de cada uno, es el dueño de la panadería que tiene al encargado desde que es bolsero y no se pregunta si todavía vive en un rancho. La Responsabilidad Social Empresarial no le toca a las corporaciones, es una valor de solidaridad que es más factible en el que tiene y sabe más, se preocupa por el otro.
Así que hoy sé un rebelde antisistema, lánzate contra las normas y haz todas las cosas correctamente, sin esperar nada de los demás, sino como ejemplo. Eso se contagia.
Dar el ejemplo y penar a el mal ciudadano es la solución para un mejor país, no aplaudir al malandro ni mucho menos hacerse la vista gorda al ver a alguien lanzar basura en las playas, es exigir un buen comportamiento de todos.
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo, pero antes de penar hay que formar y concientizar para exigir. Especialmente para que la sociedad castigue moralmente al mal ciudadano y le exiga lo contrario. Saludos.
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