31 mayo 2019

Vale of Pnath se baña de black metal y shred para presentar su tercer disco, "Accursed"

Otro gozo metalero. Después del discazo “Weeping Choir” de Full Of Hell, lleno de death tradicional mezclado con moderno hardcore auspiciado por Kurt Ballou así como power electronics que añaden texturas ruidosas y vanguardia experimental, aparece el nuevo EP de Vale of Pnath.
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Me sacó sonrisas de metalhead. Con bajista nuevo, Andy Torres, y una voz que exhibe un desempeño vampiresco –al estilo Abyssos-, con algunos adornos guturales, de parte de Reece Deeter -de Apotheon-, la agrupación de Denver presenta “Accursed”, con death metal técnico envuelto en aura de black metal.

El dúo de cuerdas de Vance Valenzuela (guitarrista involucrado en la banda de death metal experimental FLUB) junto a Harrison Patuto (de la banda de deathcore técnico Dissonance in Design) crearon cinco temas dinámicos que beben del metal técnico y el djent, jugando por igual con tiempos raros así como arreglos enrevesados. Y aun dejaron espacio para arreglos melódicos de bajo y las orquestaciones atmosféricas de Sean Ragan. Vale of Pnath deja un poco lo progresivo para adentrarse en las gélidos vientos del metal nórdico con su propio punto de vista: virtuosismo y experimentación.

La poderosa, veloz y metralla percusiva de Eric Brown complementa las guitarras que pasan de la oscuridad black/death al sonido melódico sueco, y otras veces son preciosistas con influencias neoclásicas y shred. El baterista, quien tocó en Inferi y Vimana, entre otras, es también miembro de las también experimentales-humorísticas bandas Nekrogoblikon y Swashbuckle así de como las chiptune-core Magic Hammer y Rainbowdragoneyes, lo que le sumó verstailidad al disco.

El cuarteto se pone entonces muy serio para exhibir su virtuosismo individual y colectivo escribiendo una épica progresiva, técnica y atmosférica, con oscuridad vocal, que junto al interludio e intro electrónicos, parece una versión satánica de las óperas rock de los grandes guitarristas de los 90. El EP está concebido para escucharse como un todo, más que piezas separadas, provocando una sensación de viaje por medio de cavernas llenas de reflejos en el agua, fantasmales sombras en las húmedas paredes y distintos paisajes. El final puede ser un mundo post-apocalíptico, un nuevo planeta en un cosmos paralelo o una realidad alterna.

El juego de palabras del título que mezcla Accused (Acusado) con Cursed (Maldito) es una clara señal de sus pretenciones artísticas. Un tour con Belphegor y Dark Funeral confirma este acercamiento hacia el black metal del disco.

Escúchalo aquí https://valeofpnath.bandcamp.com/album/accursed

28 mayo 2019

Adiós, zapatico cochinito, en Invítalo a comer

Todo empezó con un tuit de @alexval diciendo que tenía como dos años que no se compraba zapatos nuevos. Y el ofrecimiento amable de Amanda Rezende, una venezolana en Nueva York, de comprárselos. Y entonces inició la magia,co un gesto generosa de total desprendimiento.

Alex -a quien conocí en Valencia hace muchísimo, cuando éramos blogueros frenéticos y mantenemos contacto por Twitter- le dijo que mucho mejor sería comprarle ese par a uno de los niños que ayudábamos con "InvítaloAComer". Amanda aceptó el reto, me contactó, leyó sobre lo que hacíamos y se contagió de las sonrisas de los niños de "la escuela más bonita del mundo" junto a su esposo y su mamá.

Así el primer par se convirtió en dos, se multiplicaron en cuatro y llegaron hasta una docena. El corazón y los ojos se me salían con cada mensaje diciéndome que habían comprado más, que 6, 8, ¡12 niños! de San Vicente iban a estrenar zapatos nuevos. En marzo les habíamos podido cambiar los súper dañados zapatos de varios por unos usados en buen estado gracias a donaciones recolectadas por Silvia Garcia, causando alegrías y alivio.

Ahora eran seis niñas y seis niños a quienes les daríamos una alegría escasa en la comunidad Juana La Avanzadora, una invasión de viviendas de madera, zinc y latón, sin asfaltado, donde se encuentra el oasis llamado UE Padre Juan José Zugarramurdi de Fe y Alegría, en el Viñedo II.

El difícil rol de elegir a quienes les probaríamos los zapatos se los dejamos a las maestras de sexto, quinto y cuarto grado, quienes nos enviarían a los 12 con mayores necesidades. Unas segundas madres quienes los conocen mejor, los aconsejan y los forman.

Solo elegí a una, la niña que verán en ropa civil y unas muy gastadas sandalias, que había faltado ese día a clases porque su mamá no había podido lavarle el uniforme por falta de jabón y agua en la comunidad.

Bajaron de sus aulas sin saber qué esperar, frente a la puerta de la dirección le decíamos que habían sido seleccionado para una vacuna inyectada. Sus sus rostros pasaban del miedo nervioso por la inesperada medida médica a una alegría sorpresiva, que los dejaba sin palabras, abrazándonos con ternura.

Estaban tan emocionados que hubo que explicarles que la idea era que se los llevaran puestos. Que debían explicarle a sus mamás que se los habían dado en la escuela. Que explicaran su origen. Salían agradecidos y alegres, las maestras y sus compañeros les gritaban: "eeeeeeeso" y los abrazaban, felicitándolos. Tener algo nuevo es realmente poco común. En la escuela regalamos decenas de cepillos dentales a niños de 5to y 6to grados que siempre lo habían compartido con su mamá.

Un poco más difícil fue ver el rostro de niñas y niños a quienes los zapatos les apretaban o les quedaban demasiado grandes. Y eso que hacíamos concesiones para el crecimiento. Se quedaban viendo los zapatos, preguntando si volveríamos pronto con más. Otros más nos preguntaron luego si no habían quedado uno para él o ella. Niños siendo niños, pero a quienes les tuvimos que tratar de responder con la mayor amabilidad y comprensión que cada vez lográbamos ayudar a unos, tratando de abarcarlos a todos.

Hubo un compromiso colectivo: los zapatos son para ir a la escuela, jamás para dejarlos en casa. Y los compañeros estarían vigilantes.
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26 mayo 2019

Reseña - Con nuevos ingredientes progresivos, October Tide rescata al death/doom melódico con “In Splendor Below”

Fueron un clásico al final de los 90, regresaron 10 años después y ahora con su tercer disco al hilo, estos suecos recogen el testigo que sentí que dejó Opeth cuando se alejó del metal. Con “In Splendor Below” no vamos a escuchar enrevesados riffs con arreglos de Hammond como Borknagar ni interludios de piano, guitarra y voz limpia, tampoco psicodelia, sino un elegante doom/death embellecido con arreglos preciocistas de bajo/batería, una voz que dinamiza entre la agria agudeza y los cavernosos growls del death.
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Los hermanos Freddrick y Mattias Norrman, ambos fuera de Katatonia y co-autores del magnífico disco de Trees of Eternity, intercambian densos riffs melódicos, solos melancólicos y algunas florituras propias del metal progresivo, con ciertas influencias del black metal, incluyendo pequeñas partes con blastbeats y tremolo picking en un océano de neblinosa profundidad.

Los arreglos de batería, así como melodías producidas con el bajo, entradas a solos claramente setentosos, inevitablemente hacen pensar en una versión más cruda del Blackwater Park.

Especialmente gracias a la voz Alexander Hogbom (Demonical), que hace un trabajo de artesano con los coros, alargando sus gritos agudos para darle atmósfera al doom así como cavando buenas tumbas cuando se requiere. El trabajo vocal, junto a la producción y sonido del disco, me han conquistado.

El bajo y batería de Johan Jonsegard y Jonas Skold son el ingrediente secreto. Proviene de una escena alterna al metal. Ambos son miembros de la banda djent progresiva Letters from the colony mientras el batería también toca en The Night Time Project. Ellos son los que enriquecen este trabajo de guitarras que así como aúllan y machacan cráneos lentamente, agregan sus toques progresivos para acompañarse en un protagonismo colectivo. Mis favoritas son la inicial “I, The Polluter” y la penúltima “Seconds”.

Con el cierre de esta trilogía October Tide salva el death/doom melódico, tan escaso ante el culto que puede producir. Y regala esta joya que es imposible de parar de escuchar.

Puedes escucharlo aquí https://agoniarecords.bandcamp.com/album/in-splendor-below

24 mayo 2019

Flying Lotus: media década para producir Flamagra, una extraordinaria ensoñación de jazz-funk, hip hop y micro-canciones

 Flying Lotus, del rapero y productor musical Steven Ellison, me sorprendió con su copy-paste creativo de free jazz, hip hop experimental y electrónica con su disco “You´re dead” de 2014 en el que contó incluso con Ennio Morricone en uno de sus temas. Fue una experiencia homogénea, en la que te sentías sumergido en esa amalgama de capas, piezas de todos lados, influencias divergentes y un sonido cohesionado pero indescifrable.

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Ahora, tras cinco años de trabajo en un álbum basado en el fuego con colaboración de siete raperos, la mítica figura del funk electrónico psicodélico George Clinton, el exbajista de Suicidal Tendencies –el rapero Thundercat y co-autor de casi todos los temas- y una narración de David Lynch, llega Flamagra, una colección de 27 temas, en apenas poco más de una hora, en que se cultiva el jazz-funk, con una estructura más clara de canciones.

Así que hay muchísimos temas cortos, de apenas 90 segundos o menos. Parece una mejora maximalista de esos discos de beats, gracias a la banda de multi-intrumentistas que acompaña a Ellison. Así que además de muchos teclados, ahora escucharemos mucha de la habilidad como bajista y compositor de Thundercat, micro-momentos para repetir canciones como en tu propio mixtape y la posibilidad de repasar el disco como si se tratasen de los mejores bocetos que un artista ha decidido mostrar de una nueva etapa artística en su carrera.

No es minimalismo ni un trabajo incompleto, sino el uso de muchísimos menos elementos, no tanto electrónicos y mucho bajo, para crear un jazz-funk bien fabricado, pulido, de pequeños momentos, como si en una fiesta rotaras por muchos grupos para tener distintas conversaciones cortas durante toda la noche. Escuchas de todo de esa forma.
Así que además de un poco de soul, como podrías esperar, también hay un poco de oscuro IDM con beats “sucios” o distorsionados, que le brindan profundidad a un disco que en momentos también suena bailable o incluso en terreno del R&B.

Hay una inmensa calidad técnica en esta producción, que muestra la dedicación de media década en unir tantos géneros, distintas fuentes de inspiración y ángulos que aun así permite escuchar el disco de principio a fin como una experiencia completa, en lugar de una agrupación de temas inconexos. Hay una vibra general, casi siempre relajada salvo algunos sobresaltos que enriquecen la narrativa, entre la ensoñación y la alegría tranquila.

Recomiendo el tema “FF4”, súper funk, chill y sensual, con gran progresión de acordes, así como “Land of honey” con Solange y “More” con Anderson .Paak, donde escuchamos los extremos de calma y caos del disco. El primero es una especie de góspel cósmico de lenta inhalación mientras el segundo deriva de un poderoso jazz acústico a un rap/R&B bañado en funk. Con mucho de ambiente trip hop, es un viaje profundo desde las raíces hasta las nuevas formas creativas, en que la esencia del jazz emerge en cada poro, bañándolo todo.

Y Ellison apela así a sus genes, al ser sobrino nieto de John Coltrane, pero también presentándose como una de las nuevas grandes mentes creativas de la producción musical de la música hip hop para la década siguiente.

https://flyinglotus.bandcamp.com/

23 mayo 2019

Lingua Ignota: lidiando con el abuso sexual con música sacra y metal extremo

El metal es machista. No sólo por la abrumadora mayoría de hombres en las bandas, sino por miles de portadas, canciones y conceptos que celebran la violación, la mutilación femenina y la objetivización de la mujer como vampiresca esclava sexual. A pesar de las distintas conferencias y estudios que muestran que las mujeres están allí para rockear, conectándose con los temas denunciados por bandas de thrash como lo podría hacer cualquier hombre, que el afamado diseñador de logos Christophe Szpajdel trabaja con un colectivo feminista en EEUU o la entrada de las letras feministas en el death metal con Venom Prison, la escena ha sido señalada antes por temas de racismo así como conservadurismo para considerar qué es o no “true metal”. El ejemplo más reciente enfrenta a lo que sí es metal con el deathcore, el metalcore e incluso con el grindcore, así como los capítulos de exclusión musical –así como fanatismo político en los foros- de la Encyclopaedia Metallum – Metal Archives.

Y allí entra Kristin Hayter para refrescar. Para afrontar la dura experiencia del abuso sexual, ella creó en 2017 un proyecto musical llamado “Lingua Ignota” que bebe de la música espiritual católica, el barroco, el black metal, la power electrónica y el death metal industrial. Su disco “All bitches die” fue relanzado por Profound Lore Records después que sus conciertos se llenaran por el boca a boca.
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Ella primero estudió piano y voz en la academia para luego hacer un postgrado en artes interdisciplinarias en Chicago, presentando una provocativa tesis llamada “Burn Everything, Trust No One, Kill Yourself” (Quema todo, no confíes en nadie, suicídate) para lidiar con la normalización del abuso sexual en medio de un ambiente machista como la escena del noise en Sacramento, California, a la que pertenece quien abusó de ella.

Usando gritos guturales agudos así como elevados tonos de soprano, piano clásico, guitarras distorsionadas, noise electrónico y potentes baterías, la compositora estadounidense es una especie de mezcla de Diamanda Galas con Tori Amos, que al juntarse con el dúo slugdge/noise The Body ha aprendido a presentar una versión alterna como sobreviviente de una relación tóxica y la anorexia.

“Ha sido una revancha magnífica” le dijo a The Guardian. Sus presentaciones, asegura, son como un exorcismo, un reto para el público que no suele estar acostumbrado a lidiar con las impresiones del artista de estar ante una audiencia, por lo que sorprende con sus aterradores gritos metaleros.
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Con solo cinco temas, uno de 15 minutos y otro de 12, Kristin se pasea por todos esos elementos con picos emocionales muy agudos. Varias veces, quizás en medio de una tristeza por las circunstancias de vivir en Venezuela, me llegaron durísimo al pecho con desembocadura lagrimal.
 Es como celebrar un dolor, sentirse poderoso por gritar como un vikingo rabioso ante la adversidad, no como catarsis sino como expresión de valentía. No estoy vencido, sino fortalecido. Y luego implorar a Dios, con humildad y despecho, para conectarse con algo inevitable e trascendente pero incontestable. El destino, la vida, la existencia es así. Hayten le dijo al diario británico que estaba obsesionada con la iconografía católica. Y sabemos que eso implica santos, vírgenes y profetas mártires que alcanzan la salvación por medio del sacrificio y el dolor, una purificación ígnea.

Después de la cara amarga del primer tema, “Woe to all (on the day of my wrath)”, que oprime el corazón al alternar gritos desgarradores, ruido, piano y caricias vocales, Kristin nos ayuda a elevar nuestra voz en el templo con “God gave me no name (nothing can hide from my flame)”, una declaración de fortaleza interior con voz soprano, órganos y pequeños trozos de ruido/percusión.

En “All Bitches Die (Bitches All Die Here)”, tema homónimo del disco, revela sus fantasías de venganza torturadora contra su agresor pasando de música sacra a narraciones gótica como lo haría Galas, con minimalismo orquestal de fondo. Aquí es cuando llama pecadoras y perras a las mujeres, describiendo varios episodios de violencia de género a los que sobrevivió. A la mitad de la canción llega burbujeando ruido electrónico que deja atrás los pequeños sonidos amables, abriendo paso a una infernal pero corta secuencia de disonancias en piano y voz, para volver a ser una perversa Tori Amos.

En “For All The Light (and mine is the only way)” se revela de nuevo agria, gutural y destructiva pero mezclando ruido con órganos. El tema más cercano al black metal depresivo en esencia, me recordó a una respuesta a Nine Inch Nails, con una frontalidad espiritual que se hunde en una declaración de guerra.
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El disco termina con nuevo con sacralidad. “Holy is the name” (on my ruthless axe)” donde impregna el mundo de una bellísima interpretación vocal que se pasea del chamber pop al estilizado canto ceremonial del “Ave María”.

Escúchalo aquí https://linguaignota.bandcamp.com/album/all-bitches-die-2

22 mayo 2019

Reseña - “Weeping Chorus” eleva el nivel de Full of Hell con su death-hardcore-noise

Tenía mis reservas con Full Of Hell después de haber escuchado la colaboración con The Body. Pensé que se trataba de otra banda haciendo experimentos sónicos con sludge, noise y drone que no me conectan con nada. He tratado de apreciar el género pero no está en mis favoritos, como el blackjazz o el death progresivo, incluso la experimentación vanguardista con instrumentos extraños o mezcla de géneros.
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Y me alegra equivocarme con ellos, pues el cuarteto de Pennsylvania ha llenado el corazón de gozo con su hardcore – death – power electronics de “Weeping Choir” de mayo de 2019.

La primera docena de canciones del disco muestran una brutalidad, oscuridad y rudeza en piezas de menos de dos minutos. Música extrema que mezcla la visión abrasiva y moderna de la ingeniería de Kurt Ballou, con la herencia de batería feroz y hábil del death metal y guitarras distorsionadas, tocadas perversamente, con ánimo destructor. Vale destacar la excepción de “Rainbow Coil” de tres minutos con extraños arreglos percusivos sobre capas de ruidos industriales, de ametralladoras e instrumentación espasmódica. Le sigue “Aria of Jeweled Stars”, con los riffs más elaborados y progresivos que aún continúan con el martilleo electroacústico de fondo y “Downward”, con mucho más parecido al death metal tradicional.

Luego hay otro break con “Armory of Obsidian Glass” de casi 7 minutos para una seguidilla de otras cuatro furiosas ráfagas de noisecore metálico. El tema más largo del disco empieza lentamente, con sonidos drone que evolucionan a un doom death con largos chillidos vocales, agrios y distorsionados. Tras cinco minutos de una versión industrial del black metal depresivo, la canción apela a la voz y piano de Kirsten Hayter, nueva heroína del metal extremo feminista, para luego combinar su etérea voz de fondo con un baño de lluvia ácida.

El disco remata con canciones que echan mano de todos sus recursos, como el death metal tradicional en poco más de un minuto como “Silmaril”; esa combinación extraña con la manipulación electrónica, el hardcore y las capas de gritos junto a densas guitarras de “Angels gather here”; el grindcore experimental con saxofón al estilo Naked City de “Ygramul The Many” y cierra con “Cellar of doors”, mezcla de death con noisecore.

Hora de repasar las atrocidades sónicas de esta banda. Escúchalo aquí https://fullofhell.bandcamp.com/album/weeping-choir

21 mayo 2019

Perrocalientes "con aliños", así complacimos a los niños de Invítalo a comer en San Vicente

Después de complacer la petición de las mamás de servirles pollo guisado con ensalada, que los niños se comieron con un gusto enorme, queríamos ahora dibujarles una sonrisa gigante mientras combatimos la deserción escolar y la desnutrición. Así que el 29 de abril les llevamos perros calientes de salchicha de pollo con ensalada rayada y papelón con limón a los 300 niños de la UE Padre Juan José Zugarramurdi II de San Vicente, al sur de Maracay.
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Junto a Milipza Meneses y su novio Orlando, Araibel Muñoz, Diomar Castellanos, Enrique Garcia, bajo el liderazgo de Aruska Hernández y el amor de la señora Carmen, de las mamás colaboradoras, llenamos las caritas de salsa rosada y sorpresa porque habíamos hecho caso de sus deseos.
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"¡Perro caliente, trajeron perrocalientes!", decían los niños que se asomaban a la puerta de la cocina para saber qué habíamos traído con "Invítalo a comer" en esta ocasión.
Los más pequeñitos requirieron aydua de nosotros y las maestras para poder comerse el perro que lucía inmenso y difícil ante ellos, los más grandes se reían porque "el perrocaliente tiene aliños" para referirse a la ensalada rayada que les pusimos a todos, con el requisito de comérselo completo.
Vimos a niños que se comieron primero la salchicha, otros que la dejaron de último y siempre el recuerdo agridulce: "no recuerdo cuándo fue la última vez que me comí uno", contaron los más grandes.
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Recuerdo cuando se cobró la primera beca de los cuatro estudiantes que salieron de la escuelita de Fe y Alegría a liceos públicos en San Vicente. Además de comprarles útiles y ropa interior las mamás contaban que pidieron comerse un raspado o un perrocaliente.

Una de las becas se acercó con su hermana, de 15 años, a punto de graduarse y con una bebé pequeña. Ninguna de las dos había desayunado. Devoraron dos perrocalientes con devoción.
Pero lo más emocionante fue recibir los boltines de notas de nuestros becados, ubicados entre el décimo y cuarto puesto de su salón. Parece que las pizzas educativas, el pabellón maternal y el pollo adorado están dando resultados. Las mamas orgullosas aspiran a más: "ya le dije que tiene que ser el primero", dijo la mamá de Jorge, quien acaba de traer al mundo a sus morochos, séptimo y octavo hijos de la familia.

Lo menos agradable fue saber que el turno de la tarde está a punto de desaparecer. Los niños van ahora casi todos en la mañana porque las maestras no pueden trasladarse.

Ayúdanos a seguir ayudando a estos chamos. Tenemos paypal.me/invitaloacomer, recibimos también BTC en Localbitcoins, Zelle, alimentos, ropa, calzado y juguetes (estamos preparando los combos del Día del Niño).

18 mayo 2019

Handful of hate: Disonancias y melodías confluyen para crear el black metal de altísima interpretación de "Adversus"

Llego a Handful of Hate en su séptimo disco. Un trío italiano que con “Adversus” dispara ráfagas desde una trinchera bien apertrechada. Sus temas tienen tanto arpegios disonantes con riffs fríos, lentos y atmosféricos a lo Nemesis Divina de Satyricon como furiosos trozos de black melódico que incluyen arreglos progresivos y sutiles orquestaciones junto a solos de guitarra, lo que los hace sonar a los primeros Dimmu Borgir.
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Esta combinación de ambas influencias crea una experiencia particular, un reino de black metal esotérico, existencial y sacrílego. En su segundo tema, “Before me (The Womb of Spite)” incian con lo que podría recordar las guitarras del Dusk And Her Embrace de Cradle of Filth para luego ser una malvada pieza de black veloz a lo Marduk o Dark Funeral.

Así va transcurriendo el disco, asumiendo personalidades mixtas sin ser derivativos sino profundos artesanos del género con una capacidad técnica admirable. Así lo dictan sus 26 años de experiencia. En “Carved in disharmony (Void and essence)” se pueden escuchar incluso influencias del sónico técnico sueco apelando además a los primeros coros de fondo, tanto guturales como líricos, así como esa potente maquinaria de blastbeats con riffs rápidos y melódicos y arreglos marciales.

El trabajo es impecable. Doble bombos monstruosos que suenan gruesos, así como el resto de la batería, una voz carrasposa totalmente eficiente y guitarras armonizadas que exhiben riffs, arpegios, cambios de tiempo, géneros y solos, que pueden ser melódicas y disonantes. En “Severed and reversed (Feudal Attitute)” también asoman los primeros sonidos alternativos en las distorsiones, a pesar de usar ampliamente el trémolo picking durante todo el tema.

Por su matiz esotérico, tanto en letras como partes ritualistas de la música, incluyendo golpes repentinos de los tambores, recuerdan también a Absu, Naglfar o Kampfar. Así que una duda inevitable es sí pueden trascender. Si el disco se olvidará rápido por ser una lograda pieza de black metal que suena muy bien pero que recuerda a muchos otros o podrá imponer su calidad interpretativa por sobre los déja vú musicales.

Escuché el disco tres veces seguidas. Los cambios de ritmos, combinaciones en capas y sonido siguen en mi mente.

Imagino estos temas tocados en vivo como un espectáculo de magnífica performance. Lo que más me gustó es que junto a todo el speed-thrash-black hay pequeños espacios para otros sonidos como en “Thorns To Redemption (Gemendo Germinat)” hay riffs de death progresivo así como en “Idols to hung” que empieza como un black and roll más oscuro, apartándose un poco de la propuesta de feroz velocidad bien construida.

El disco termina como empieza, con un tema largo. 6:13 al comenzar y 5:21 al final. Resumen su propuesta de virtuosismo interpretativo, no abusan de las orquestaciones, ponen toda su fe en las guitarras con arreglos de batería, lo mantienen simple pero altamente eficaz. Es black metal pulido, como una magnífica estatua de Odín.

Escúchalo aquí https://handfulofhateofficial.bandcamp.com/album/adversus

10 mayo 2019

Seraph in travail, una brutal respuesta estadounidense al black metal sinfónico

Confieso que desde joven desconfié de una versión norteamericana del arte oscuro desarrollado en Escandinavia. Los estadounidenses tenían joyas en las escenas de Tampa y Los Angeles en el death y thrash metal, y en Canada se habían pulido en lo progresivo. El black metal gringo se me hacía dudoso, derivativo y poco audaz.
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Y Seraph in travail ofrece una respuesta interesante en su disco "Lest They Feed Upon Your Soul" del 30 de abril de 2019. Este "serafín en construcción" ciertamente se parece a Cradle of Filth y Dimmu Borgir por momentos, tiene claras influencias del black death de Europa del este, orquestaciones poderosas con riffs densos pero también progresivos y batería puntillista, buena producción, gran sonido y composiciones ricas, pero también añade algo propio.

Los coros de voces líricas y acústicas le dan un toque distintivo a quienes tratan de pulir un género ampliamente difundido. Una voz lírica que va de lo operático a las agrias cuchillas del shriek blackmetalero, usa un poco de pigsqueal para darle toques modernos, mezcla bien pianos en interludios con batería para arrimarse un poco al deathcore, tiene arreglos de metal clásico y también tiene profundos guturales.

Haciendo honor a su nombre, se lo están trabajando. Hay que destacar el trabajo de Jonathan Sutherland, el vocalista/bajista, quien va mutando entre todas las escenas para agregar distintas texturas. La voz soprano de Alyssa Maiorana (de la banda de rock alterntivo Gainstrive) en el segundo de los ocho temas es sencillamente mágica muy operática en medio de una descarga extrema, para luego dar espacio a una descarga de solos etéreos, veloces y acompañamiento arrollador, muy propio del black metal melódico orquestal, que parece emular a una tormenta brutal con vientos huracanados.

En resumen es un disco furioso, bien hecho, con voces trabajadas, arreglos de piano muy buenos y devastadoras guitarras con una batería potente, que lo llena todo y orquestaciones que hacen atmósfera con cuerdas, coros femeninos y acentos góticos. Un dato curioso es que el bajista de siempre, Mike Shaw, ahora es el baterista y grabó este disco, lo que podría explicar que las canciones siempre suenen con gran densidad percusiva, sin espacios vacíos. Y otro aún más extraño es que no están acreditadas las orquestaciones ni teclados, tan importantes en la producción.

Puedes escucharlo aquí https://seraphintravail.bandcamp.com/

08 mayo 2019

La hora loca de los audios de Whatsapp en Venezuela

Recibir audios, videos, fotos y cadenas de noticias falsas puede ser abrumador. El llamado "sesgo de confirmación" nos empuja, a todos los seres humanos, a creer como verdadero lo que confirma nuestros prejuicios, deseos y sospechas, mientras negamos todo lo contrario. Eso explica que aunque nos demuestren que algo es realmente verdadero lo creamos falso y al contrario. La evidencia no importa, sino lo que queremos creer.
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Eso hace tan difícil hacer fact checking y verificación de noticias. Primero, usted le cree o no al político por confianza o desagrado, y segundo, cuando te demuestran la falsedad de algo que compartiste, es usual que te respondan: "yo sé que es falso, pero es para advertir".

Y no, de una premisa falsa no puede salir algo verdadero. Porque Rick Scott no nos declaró la guerra sino dijo que Trump y Putin acordaron una salida pacífica. Pero eso no nos gusta, entonces decimos que CNN -el censurado dos veces en Venezuela- miente sobre Trump pero Fox News sí dice la verdad sobre la reunión en El Pentágono. E ignoramos que el propio Trump dijo que habló con Putin y son panitas que quieren lo mejor para Venezuela.

Lo peor es que todos nos deprimimos cuando le ganó a Hillary, así como cuando gana la izquierda en algún lugar: "quieren patria", "es un populista" y "los gringos se equivocaron". Irónicamente, si echan memoria, muchos chavistas se alegraron de la elección de Donald. Viva la antipolítica, vencer a los partidos, que vengan todos los locos.

Ahora conocemos el "trumpismo criollo", que dentro de esa misma contradicción, no le importa coincidir con el madurismo, con Telesur, con Cuba y Rusia, así como al finado Chavéz, al decir: "sí, allí vienen los Marines, porque no podemos salir de esto solos, son narcoterrostias satánicos castrocomunistas". Y le seguimos dando la razón al Comandante Eterno, no queremos elecciones ni negociación como Diosdado, porque nos han inoculado el virus de la antipolítica. Entonces cuesta discernir las noticias y las opiniones, desechando -como cualquier humano lo haría- todo lo que no se arrime a nuestra realidad.

Después nos metemos con nuestros tíos chavistas porque "no entiendo cómo pueden pensar así".
Los sesgos son tan duros que ni el audio-chiste del general que decía "ustedes los venezolanos son cosa seria para descubrir nuestros planes" y de los niños que nunca fueron reclutados para ser usados como escudos humanos en cuarteles, se siguen difundiendo desinformación.

Sin contemplación: audios larguísimos del 2017 diciendo que solo los hombres deberían protestar, la señora sifrina diciendo que Requesens ya está en la calle, el pana entusiasmado que dice que están sacando a los presos políticos de El Helicoide, el señor que con precisión dice que militares los saludaron en Parque Cristal.

Sin filtros, sin dudas, ni temor a Dios, los siguen pasando a grupos de Whatsapp. Como advertencia, como la leche La Campiña -que realmente es un video de un decomiso hecho por la Policía de Colombia- o el video de la banda criminal de Los Meleán en Zulia mostrando cabezas como trofeos que se ha difundido como colectivos asesinando a opositores al estilo Estado Islámico. No ayuda que Sergio Novelli o Idania Chirinos publiquen videos de protestas del 2014, por ejemplo, pero también hay que tener un poco de duda razonable.

Sino, Tibisay ha entrado y salido de Turquía y Beirut, la han devuelto y otra no, llevó 9 maletas (y un violincello) hasta que la devolvieron o no porque una maleta estaba rara. Ni hablar de las "tres hijas" de Leopoldo que no no sabe usar tildes ni mayúsculas, en una transcripción de algo que nunca dijo cuando lo que sí dijo desde la embajada de España ya se olvidó. Al final supimos que está de misión electoral en Sudáfrica.

Parece simple creer que si algo grave, importante o urgente pasa, no se va a enterar -solamente o primero- por un Whatsapp sino saldrá en todos los medios, y que aún en medio de la censura y propaganda, sería inevitable enterarse. Y allí están los medios que informan con veracidad, noticias reales que explican el día a día, las profundidades de la crisis, la corrupción y las consecuencias, para leer y enterarse: EfectoCocuyo, El Pitazo, Prodavinci y El Estímulo.

El Gabo decía que la mejor noticia era la que no se decía primero sino la que se contaba mejor, y en tiempo de prosumidores, puede que también sea al revés. La mejor noticia no es la más compartida que cumple todos tus deseos, sino la que conmás pausa y profundida, lo cuenta en detalle, nos guste o no.

03 mayo 2019

Kampfar es malvado y brutal pero elegante en “Ofidians manifest”

 Desde el inicio, con “Syndefall”, se muestra cómo una banda que ha logrado renovarse en sonido y composición. Con una aproximación cinemática y épica, la banda no se queda en ser un tributo o evolución de las raíces del black metal, sino que toman sus elementos para dispararlos con un cañón de renovación.

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Tras 25 años de carrera y ocho discos, los noruegos de Kampfar presentan en “Ofidians manifest” (2019), una amalgama de riffs de tremolo picking, agrias voces agrias black metal y extensos gritos de tono ritualista, bajo un modernísimo sonido pulido. Así agregan pianos, guitarras atmosféricas y puentes más lentos dentro de la furiosa ráfaga de black metal. Y así rompen esquemas en un género que podría parecer agotado.

Esta innovación llega a un punto altísimo en el tema “Dominans” junto a la maravillosa punketa Agnete Kjølsrud (Djerv y Animal Alpha, colaboradora de Dimmu Borgir y Solefald), que agrega afilados chillidos al tema, pero no se detiene allí.

Porque el vocalista, Dolk, usa repetidas veces esa extraña voz casi-limpia, que le dan sentido a ritmos más movidos que los usuales en el black metal.

Así que la banda es igualmente disonante y rítmica con un gran enfoque en la composición por sobre la mera brutalidad. Y en temas como “Eremitt”, en el cual incluso suenan como el nuevo power / black, Dolk hace líneas vocales al ritmo de la música. En este tema se concentra el ejemplo de ser esencialmente crudos pero pulidos en sonido, en recordar quienes son, igualmente osados que malvados.

Y esto no fue casual. La banda dijo que se retiraba en 2017 por problemas de salud y personales de sus integrantes. El compromiso era no volver a menos que fuese una banda distinta a la que rompía. Y así se presentan.

En el último tema, que supera los 8 minutos, tienen a la segunda vocalista invitada, Marianne Maria Moen, hermana del baterista, para agregar sutiles matices. El tema que va desde lo ritualista, y me recuerda a Enslaved, es un grito desesperado de supervivencia, superación y renacimiento.

Escuchas el nuevo Kampfar aquí https://kampfarofnorway.bandcamp.com/album/ofidians-manifest

01 mayo 2019

Con "Spellbound" Sadist lleva su death progresivo a extraños lugares: rock gótico, bajo funk y muchísimos sintetizadores en homenaje a Hitchcock

Con "Spellbound" los italianos de Sadist nos regalan una interesante pieza de death metal progresivo con unos muy interesantes toques de funk metal, gracias a los arreglos del bajo, y algo de experimentación con sonidos fuera del metal, lo que incluye una gran cantidad de sintetizadores, pianos y efectos electrónicos. Lo que lo hace muy distinto al típico disco del género.
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Publicado en noviembre de 2018, la octava placa de la banda exhibe brillantes solos de guitarra con inspiración heavy/hard rock, gracias al líder de la agrupación, el guitarrista y tecladista Tommy Talamanca. Así mismo una profunda voz gutural con chillidos escalofriantes, una potente batería con brillantes momentos técnicos, distorsiones industriales en las guitarras y melodías de suspenso cinematográfico de teclados. Así es el tema "The Birds", un extraño híbrido entre el death y el rock gótico.

Lo misterioso del disco, nunca mejor dicho, además de su concepto alrededor de la figura del director de cine Alfred Hitchcock, es que no es tan progresivo como otros exponentes, sino que se decanta por riffs pesados y batería potente, pero donde el mayor protagonista es el ambiente creado electrónicamente.

Esto puede ser confuso por momentos, porque con una voz totalmente extrema, a veces se confunde si el disco es experimentación de rock goth o death progresivo con arreglos. No es lo que han hecho otras agrupaciones con saxofones, extrañas fusiones con música antigua o fusión avantgarde, sino que con un interesante juego de bajo y batería de metal jazz, se cede demasiado terreno a un rock electrónico que deja en segundo plano a lo más pulido de la composición.

Epilepticamente, el disco exhibe destrezas en las cuerdas y arreglos intrincados pero no hay descansos suficientes en los teclados como para dejarlos brillar. El bajo, entre funk y progresivo, merece más espacio, mientras las guitarras quedan opacadas en momentos inadecuados.
Sin embargo, con un corazón y oídos abiertos, fuera del tema netamente metalero, se pueden apreciar estas incursiones. El tema "Notorious" incluso incluye percusión menor tribal y algo de funk. Lo más negativo es que terminamos sin saber si la calidad de sonido, un poco lo-fi, fue una especie de homenaje al director de cine, o un error de cálculo.

Lo mejor del disco empeiza con el séptimo tema, "Stage Fright" donde parece rememorar un poco más a lo logrado por Sigh con sus mezclas con psicodelia o acaso el género de black metal / space rock. Los riffs se vuelven más complejos y preponderantes, el juego de bajo/batería se complejiza y hay mucho más espacio para el metal, pero sin abandonar el concepto, incluyendo un interludio de solo piano. Los ritmos se ponen aún más pesados.

Un caso similar pasa en "I´m the man who knew too much", con una voz cavernosa y agria sobre una melodía de piano reverberado, con el resto de instrumentos en segundo plano hasta que evoluciona en blastbeats, death progresivo con solos hardrock y muchísimo frenesí extremo. Para cerrar de nuevo con un arreglo muy técnico de batería, mezclando lo crudo y lo melódico alternativamente.

Un disco definitivamente extraño, con su mejor momento en la canción "Frenzy", con ritmos de inspiración oriental, un sano equilibrio entre metal extremo y arreglos electrónicos y la siguiente "The mountain eagle" con su bajo funkeado, guitarras alternativas y batería enfocada en intricados arreglos de platillos, aunque con demasiados teclados, es una buena pieza que podría ser muchíimo mejor sin esas atmósferas.

Escúchalo aquí https://scarletrecords.bandcamp.com/album/spellbound

Invítalo a comer: Niños que comen ensalada (con gusto) y estrenan zapatos usados

Tenemos puntería con las fechas, sin planificarlas. El 10 de abril volvimos a la escuela más bonita del mundo para esta vez complacer a las mamás procesadoras. Hicimos yuca con pollo esmechado en salsa de tomate y ensalada rallada a petición de ellas, quienes nos dijeron que los niños de la comunidad Juana La Avanzadora tienen mucho tiempo sin comer así en lugar de arroz solo.
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Los obstáculos también tienen buena puntería, lo que nos reta a cumplir con nuestros chamos de la UE Padre Juan José Zugarramurdi II en El Viñedo, en el barrio San Vicente de Maracay. Falta de gas doméstico, uso de leña para cocinar y retrasos propios de las vicisitudes diarias de las familias nos pusieron a correr para entregar la comida a tiempo.

Y los niños siempre nos sorprenden. Después de comer, tomar su jugo natural y hasta su galleta de postre (¡gracias, Karla Alzuro, mira todo lo que hemos hecho con tu envío!), me gusta esperarlos afuera para preguntarles qué les pareció la comida, como si la boca llena de jugo y la cara sonriente no bastara.
  • ¿Qué comiste?
  • Ensalada y yuca
  • ¿¡Y el pollo!?
  • Ah, también, estaba rico
Las mamás luego explicaron que los niños no reconocían el pollo porque pocas veces lo comen... por lo que algunos no conocen bien su sabor... Aunque los chamos adoraron comer zanahoria y repollo con mayonesa casera, era lo que más recordaban, es inevitable tener el corazón arrugado por la anecdóta maternal.
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Ese día llevamos a un reportero de El Periodiquito, que resultó ser mi exalumno Yirvis Vásquez, a quien le di clases de periodismo en la UBA. Conoció el candor y la alegría de los niños, sus frecuentes abrazos, sus zapatos heredados de primos, hermanas y madres, los cepillos dentales que por primera vez tenían, la alegría de vernos y su curiosidad gigantesca. Quiere volver, ahora con sus amigos animadores, para alegrar a los pequeños.

Ese día también donamos un fogón ecológico, antiquemaduras, gracias a una alianza con un empresario local, amigo de Diomar Castellanos, quien también tiene la idea de hacer baños secos de permacultura en el lugar.

La jornada fue familiar, porque nos acompañó mi cuñada Veruska, mi suegra Carmen Muñoz y Araibel Muñoz, tía de Aruska Hernández, jefa de logística de Invítalo a comer. De nuevo Luis Cataño fue el más querido por los niños, al encargarse de servir los jugos y Enrique Garcia animándolos, haciendo fotografía y acompañamiento. Un equipo engranado que hace posible esta labor desde septiembre de 2017.
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Nos quedamos hasta el turno de la tarde para que las donaciones de ropa y zapatos que nos consiguieron muchas personas, incluida Yumaira Muzaly llegaran por igual a los más necesitados. Lo que implica observar y elegir, medir zapatos y preguntar tallas, verlos ansiosos porque les sirvan, alegres cuando se los llevan puestos y corriendo para estrenarlos en el patio.

Ese día unos niños me pidieron además intervenir en una discusión. Habían hecho una obra de teatro en que una pareja de alumnos hizo de esposos, por lo que los fastidiaban con que eran novios. "¿Verdad que eso no tiene nada que ver?", me preguntó una niña. "Él me quiso robar un beso", inquirió otra en un tono que ya parecía preocupante. "Bueno, tú no eres un ocumo a pesar que representaste uno en el Día de la Alimentación", dije a uno. "Y tú no eres una oveja a pesar que te disfrazaste como una para el acto de Navidad", tercié con otro. Risas y se apaciguaron, momentáneamente, pero el tema de la sexualidad ya se asoma prematuramente entre los chamos de 5to grado.

Así que debemos prepararnos, porque no solo de pan vive el hombre, la mujer ni los niños.


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