1. I Can Feel Myself Rot (2025) - Gaffed: tenía tiempo sin disfrutar de un buen disco de brutal death vieja escuela, a lo Cannibal y Deicide. Riffs de death cavernoso con influencias del grindcore, llenos de paradas, armónicos y tonos mayores, gutural profundo, letras gore y una batería que es tan veloz como potente, especialmente en los doble bombos e invocar a los demonios del género, pero sin caer en slam ni en deathcore, una hermosura perversa. 4,3 de 5. Son de Nueva Jersey.
2. Can’t Lose My (Soul) de Annie & The Caldwells: en las antípodas de lo anterior está este sorprendente y genial disco de soul progresivo, gospel y funk, con temas largos y sentidos, llenos de tonalidades jamaiquinas, jazzeras, reggae y dub, incluso disco, con alabanzas a Dios y mucho sabor pero también algo de blues y rock con guitarras que hacen solos con distorsiones, y que son armonizadas de forma deliciosa y extensa, con canciones que van de 2:30 a 10 minutos. Una obra maestra, sin dudas, 4,9 de 5.
Es el debut de la banda de West Point, Mississippi, compuesta por Annie Brown Caldwell en la voz, Deborah Caldwell Moore, Anjessica Caldwell, Hikemia Moore y Toni Rivers en los coros, Willie Caldwell, Sr. en la guitarra, Willie Caldwell, Jr. en el bajo, Abel Aquirius Caldwell en la batería, Parker James en las congas, Gerald Jenkins en el órgano y Hammond. Entonces sí, es la familia tocando junta: son los hermanos de Annie en la banda y las hermanas en las voces.
Suena como a hard techno y hardcore digital pero hecho a base de guitarras djent muy ruidosas y procesadas en wall-of-sound, súper técnicas, pesadas y hábiles, con algo de power electronics por allí, pero también incluye samples y momentos de música barroca, lo cual los mete entonces con esta mezcla de electrónica, riffs extremos y música clásica en el metal de vanguardia. Interesantísimos, porque como Atari Teenage Riot, uno baila y cabecea al mismo tiempo. Le puse antes 4,4 de 5 y se lo dejo. Dato curioso, es el primer disco del 2025, salió el 1° de enero.
4. ...Of the Dark Light (2017) de Suffocation: el disco más maltratado por el público, ciertamente hace todo lo esperas de esta banda aunque con un sonido y una producción inferior. Es todo lo que esperas de la banda pero de forma más genérica y segura, con incluso la voz tan característica siendo hundida en la mezcla, sin embargo, allí están los poderes mágicos de una banda que además está estrenando músicos y regraba algunos temas viejos. Es bueno sin ser excelente y regular sin ser malo. 3,8 de 5.
Uno de los mejores temas es Your Last Breaths and un buen tema, en despliegue vocal, el que da título al disco, aunque en la segunda mitad del disco se empieza a notar una especie de visión fomulaica, aunque en composición y no en interpretación, donde la batería y los cambios en los riffs son audaces, veloces y con intenciones de destruir. Es genial cómo el bajo acompaña las melodías de guitarra como una tercera guitarra en un tono distinto, eso me pareció realmente atractivo, especialmente patente en el tema Some Things Should Be Left Alone.
5. In Penitence and Ruin (2025) de Tribunal: otra confirmación de la buena salud del doom en la escena metalera global, es este segundo disco del quinteto canadiense, con voces femeninas con tonadas lúgubres y ocultistas, entre el epic doom y lo siniestro que comparten escenario con shrieks y growls ardorosos y metal gótico liderado por las melodías dibujadas por un violín, apoyado por más cuerdas y cortinas de guitarras en la penumbra.
Soren Mourne es la responsable del bajo, voces y cello, lo que la hace la gran sacerdotisa de esta banda de gtoh/doom con cuatro integrantes mujeres y un guitarrista. Este es un gran disco, con riffs versátiles, producción transparente, excelentes armonías de guitarra y un gran trabajo vocal, se destaca. 4,6 de 5.
6. Joyride The Pale Horse (2025) de Heart Attack Man: emo/pop punk fortalecido con geniales formas de rock alternativo y post-grunge, por lo que le quitan ingenuidad y simplismo para darle fuerza, carácter y originalidad, especialmente con guitarras mucho más distorsionadas que llevan a temas musculosos y con muchísima personalidad, e ideales para cantar a todo pulmón en casa, el concierto y la vida.
Tiene una producción brillante que hace que todo suene clarito, durísimo y además sin la acostumbrada sonoridad de imitar a Blink-182 o a Green Day, sino más como una banda de metal alternativo haciendo emo. La voz, rasgada y rebelde, aunque hace lo necesario para el estilo, también tiene sus tonos particulares, que le añaden muchísimo. Son outsiders. 4,4 de 5. Cuarto disco de esta banda de Cleveland, Ohio.
7. Spinner (2025) de Eyes: desde Copenhague con noise rock y hardcore metálico, según ellos mismos. El disco empieza y está intervenido con unos raros interludios en japonés, que parecen publicidades o extractos televisivos totalmente inofensivos, contrastando con la demencial propuesta guitarrera, llena de ruido y gritos metalcoreros. Este disco es más rudo y pesado que el anterior, Congratulations, también genial.
Se acaba el post-hardcore y se sumergen en las versiones más duras del metalcore y el noise rock, pero a pesar de las influencias del hardcore punk, son más caóticos y estridentes, en algunos momentos son incluso más bien una rara combinación de momentos sludge, mathcore y noise, un poco más como Fronterier o Genghis Tron, es decir, lo caótico dentro de lo explosivo. 4,3 de 5.
8. Cold (2017) de Gideon. Un muy buen disco de metalcore con nü-metal (incluyendo rapeos con gritos y coros emocionantes de post-hardcore aunque también con voz distorsionada), hardcore punk y hardcore metálico, que me emociona, sin pesar demasiado. Buenos gritos, guitarras con gancho y batería potente, punto. Palante, 4,3 de 5. Son de Tuscaloosa, Alabama y su disco 2023 también está bueno. Es una versión más ruda del nü-metal, agresiva y punketa, aunque con sus breakdowns correspondientes. No hay demasiada melodía aquí, sino brutalidad y distorsión alocada.
9. Nuevo single de Full Of Hell, mucho más metalero y casi nada electrónico. Es como grindcore / black melódico. Mejor que el anterior, demasiado corto y básico. El tema de Health con Chelsea Wolfe no le encontré gracia a la primera escuchada.
10. The Foel Tower (2025) de Quade: banda de post-rock / noise con violín, sintetizadores y guitarras que pasan de la calma a la explosión como en el grunge, pero más inclinados en la exploración musical, son básicamente una banda que produce canciones lentas y meditativas, nostálgicas (Slowcore) con arreglos orquestales y ambientes espaciales. RYM habla también de art rock.
Son de Bath, Somerset, Inglaterra pero reubicados en Bristol, Reino Unido. Conformado por Barney Matthews (bajo, voces), Leo Fini (batería), Matt Griffiths (sintetizador) y Tom Connolly [aka Fohn] (violín y sintetizador). Esto lleva a que la banda pueda combinar lo digital y lo analógico, pasando del folk post-rock a la disertación ruidosa de las guitarras más noise, sin jamás perder la calma ni el hil conductual que es sobrellevado por los arreglos electrónicos más atmosféricos. 4,2 de 5.
11. Pirouette (2025) de Model/Actriz: segunda placa de esta banda neoyorquina de nombre genial. Este álbum me gustó mucho más que el debut, y eso que este es más electrónico y post-punk, menos noise rock, que básicamente casi desaparece. Continúa esa combinación rara de rock industrial y dance-punk, junto a EBM que lo hace tan bailable como post-apocalíptico, y siendo tan electrónico no es excesivamente digital, sino puedes imaginar una banda entre neón y cadenas. Según RYM escuchamos también art punk y rock experimental. La voz es lo que menos me agrada, entre medio cantada sin calidad y el susurro gótico/punk menos agresivo. 4,1 de 5. A veces suena a breakbeat y otras a rock industrial, lo que los hace intrigantes. Me hace pensar tanto en temas noventeros conocidos, que me embruja.
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