Este pensamiento comienza en cualquier ciudadano, desde un guerrillero como Castro hasta un general de carrera como
Pinochet, desde un
ex sindicalista como Lula hasta un
ex actor como
Ronald Reagan. En Venezuela lo han pensado y dicho cómicos, brujos, evangélicos y animadores de
TV, como el tan lamentablemente siniestrado
Renny Ottolina y más lamentablemente, lo han dicho, y logrado, indeseables personajes.
Pero lejos de la lloradera y las románticas disertaciones, muchos ciudadanos piensan en eso -y en lo que harían si fuesen millonarios- por las ganas de cambiar, mejorar y transformar situaciones del día a día que les molestan y entorpecen la vida. Algunas son ideas más tangibles, otras éticas y la mayoría municipales, casi siempre aderezadas de la frase en
tal país la cosa no es como aquí. No todos entendemos el rollo de la macroeconomía aunque todo el mundo se atreva a hablar de
CADIVI, PDVSA y el Seniat con la sapiencia de un taxista. Aún así, sabemos que lejos del cáncer del presidencialismo, donde un solo señor y sus ministros tratan de cambiar el país para mejor, todos queremos es diseñar políticas de Estado que no cambien con la falta de continuidad de antes o ahora.
Usted ha escuchado que
algunos quieren políticos con títulos universitarios, o que vayan subiendo poco a poco, o que tengan altas cualidades sociales y humanitarias, es difícil elegir a uno solo. En
Tibet el líder espiritual es el mismo que el político, el
Dalai Lama. Es un caso común escuchar que designarían, o elegirían un panel de expertos, que gobernara más sabiamente, bajo estudios y basamentos científicos, en lugar de decisiones políticas.
Una metáfora simple: si un barco va de de La Guaira a
Rotterdam, que no lo devuelvan en medio del camino porque cambió el administrador de la aduana y el tipo le dio el puesto de capitán a un primo, ni traten de hacerlo volar, andar bajo el agua o ir de lado, porque el sistema anterior era una manipulación. Antes o después, el compadrazgo y el partidismo ha sido la forma de gobierno de nuestros países, y por eso tenemos décadas de deuda social.
Pero a lo que vamos. La participación de todos en un problema común. No me den respuestas de cómo le echarían la partida para atrás a
Hugo, sino cómo querrían que fuese el país para que un líder sólo comandara, maximizando los beneficios que pudiese cometer y minimizando los posibles daños.
Estuve investigando ideas relacionadas a ciudadanos opinando sobre el tópico y encontré un
site chileno del mismo nombre:
Si yo fuera presidente, donde los ciudadanos sin distingo de ideología o color político envían un decreto o ley que ellos promulgarían. Hay también
links a los distintos partidos y poderes públicos. Van 65 propuestas. La selección es excelente.
En España, unos tíos
han creado un foro para saber que harían los ciudadanos de la población de Villena de ser presidentes, y hay de todo. Menos filtrado. Pero es que todos tenemos una opinión al respecto.
ElForro.
com ha hecho lo mismo para todos los argentinos:
Si yo fuera Presidente de Argentina.
Pero como soy un creyendo de la
web 2.0 y ante la avalancha de
pre-candidatos que sólo hablan de continuar la Revolución o sacar a estos a patadas, quienes usan o estén a punto de usar
Facebook, les dejo un grupo que acabo de crear:
Si yo fuese Presidente... Justamente para decir que decisiones tomarían y que permaneciera más allá de estos cargos.
¿Y yo qué haría si fuese Presidente? Las ideas fluyen durante el día, en cada cosa que se hace, pero
ahorita pienso en estas:
- Daría clases de educación sexual/emocional en todas las escuelas: el placer y el amor, los anticonceptivos y el
Kama Sutra, el compromiso de pareja y el orgasmo. Ya basta de malos polvos, embarazos precoces y
SIDA.
- Suplantaría cada vieja
camionetica del país por amplios y cómodos autobuses, con un crédito a 20 años de choferes de probada experiencia en esta actividad, acabaría con la hegemonía de los dueños en las cooperativas y líneas, y le regalaría ese poco de bichos viejos a
Bolivia, India o
Afganistán.
- Declararía el reciclaje como nueva política de tratamiento de la basura y generación de empleo, prohibiría el pegado de
afiches y
graffitis políticos, e instauraría el trabajo comunitario para las penas menores en todos los delitos.
- Establecería reducción del gasto de electricidad, papel e
insumos en general en todas las oficinas públicas, premiando con mayor presupuesto a las que logren un mayor índice de ahorro.
- Todo el dinero de la publicidad estatal iría a planes deportivos, culturales y sociales. Se conocerán por los hechos, no por lo dicho, ya basta de
Photoshop demagógico.
- Crearía un plan de incentivos a
policías y oficiales de tránsito que más multen o detengan a infractores/delincuentes, bajo constante supervisión que también se premie y
contraloría externa privada. Igual para Defensa Civil, Guardia Nacional y Bomberos. Plusvalía del orden público. ¿Por qué aceptar 20
lucas si se puede ganar 150 por detener a un infractor? Lo ético del comportamiento adecuado del ciudadano lo logramos con una educación a largo plazo.
- Crearía impuestos al licor, cigarrillos, casinos, ropas y artefactos de lujo, pero de verdad los usados por millonarios, y que cada municipio lo use en sus distintas dependencias de cultura, deporte y salud. Dónde más se fume, habrá más dinero para un
cardiológico y parques para trotar, por ejemplo.
- Permitiría que todos los trámites se pudiesen hacer de forma electrónica, pero no
solamente de esta forma. ¿Cómo es eso que sólo se puede sacar pasaporte o dólares por Internet? Así excluyes a más de 20 millones de venezolanos.
- Finalmente, y por ahora, no permitiría que las aceras, calles, postes de luz y parques estuviesen rotos, abandonados, sucios,
derruidos, descuidados. Multaría a las empresas y municipios encargados, que dejaran por más de 7 días (o el tiempo prudencial) una obra ineficiente.
¿Y si tú fueses Presidente?
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