07 septiembre 2023

The Orb de Gorod: furia melódica envuelta en death metal técnico y black metal progresivo desde Francia

El metal francés está viviendo un momento de gloria. No estamos sólo hablando del whalecore de Gojira con sus riffs extraños, sus reflexiones existenciales y su combinación cultural de progresivo, metalcore y rock alternativo. En el post-metal es obligatorio hablar de Blut Aus Nord, The Great Old Ones y Alcest, del black metal contemporáneo, enrevesado y orquestal de Deathspell Omega, de la innovación de Year Of No Light, de las nuevas voces del metal extremo en Svart Crown o Aosoth.


Y acá entra Gorod, con su séptimo disco, The Orb. Después del extraordinario Æthra de 2018, ahora la banda de Bordeaux, Francia, trae una mezcla poderosa, rápida y furiosa de  blackened death metal, death técnico y metal progresivo que asombra tanto por la capacidad de interpretación de los músicos como por sus guiños con el sonido de Göteborg así como su capacidad de producir intrincados arreglos de batería y guitarras. 

Es posible incluso escuchar influencias no metaleras -como pasa con Wintersun- que se materializarn con su canción final, una versión prog-extrema de Strange Days de The Doors. Vale recordar que en su primer EP; cuando aún eran mucho más death metal técnico, ya versionaban a Cynic.

Salido apenas en el segundo mes del 2023 se perfila como uno de los discos del año, al combinar magistralmente la crudeza del metal extremo con una habilidad técnica impresionante, conservando la mayoría de la potencia y la energía oscura de sus orígenes estilísticos. 

Si algo lo diferencia sobre otros discos y artistas parecidos como Beyond Creation u Obscura es que aunque lo técnico sobresale, no es abrumador en su virtuosismo, sino que hay mucho espacio para la brutalidad, para una voz cavernosa e incluso algo old school que a veces arropa demasiado e incluso para guiños percusivos sin llegar al jazz metal dentro de una narrativa melódica y armónica que le da sentido a todo el disco.

The Orb no posee un equilibrio, sino que se inclina por un sonido extremo que deja ver lo técnico en lugar de una banda súper hábil que distorsiona sus rarezas. Un balance que aunque se inclina hacia lo extremo, no hace que sea denso e indescifrable sino que la sensación primordial sea la lanzarse al pogo, cabecear y disfrutar de los riffs melódicos hiperrápidos, que transforman la paz en caos. Pero al mismo tiempo te da oportunidad de deleitarte si escuchas cuidadosamente, al detallar claramente cada instrumento. 

Hay partes black metal, mucho blast beats, intermedios limpios y una dinámica que se balancea con partes de metal progresivo.

En las voces, salvo en la versión, está Julien "Nutz" Deyres, quien viene de la banda de deathcore técnico Zubrowska. Las baterías están a cargo de Karol Diers, quien sustituyó a Samuel Santiago, conocido por otras bandas con altísimos niveles de complejidad técnicas como Black Crown Initiate, Melechesh o First Fragment.

En el bajo se ocupa Benoit Claus, quien también es miembro de The Great Old Ones. Las guitarras están a cargo de Mathieu Pascal (que además compuso los ocho temas del disco) y Nicholas Alberny, ambos invitados a hacer solos en el grandioso álbum II de los estadounidenses Vale Of Pnath.

Si quieres escuchar este discazo, está acá https://gorodmetal.bandcamp.com/album/the-orb

Te dejo otras reseñas de excelentes discos de rock progresivo:

"Mayhem in blue" de Hail Spirit Noir: rock psicodélico y espacial con voces desgarradoras

Thank You Scientist – The Perils of Time Travel, el inicio de la banda de rock progresivo con instrumentos de jazz

05 septiembre 2023

Desde 2018 se reducen las visas colombianas para venezolanos, especialmente trabajadores

Cada vez es más difícil obtener una visa de trabajo en Colombia. Después que la resolución 5.477 de 2022 entrara en vigor con un nuevo régimen de visas, los casos de solicitudes inadmitidas y rechazadas se volvió recurrente. Lamentablemente fue la última medida migratoria del gobierno de Iván Duque, después de varios años de bienvenida y medidas que fueron aplaudidas en el mundo.

Esta decisión, que tomó vigencia en 2023, incluso afectó a varias empresas de tecnología en Colombia porque varios empleados venezolanos no pudieron obtener su segunda o tercera emisión de visas porque los requisitos eran más duros que los anteriores. Esto afectó a extranjeros de todas las nacionalidades, pero considerando que los venezolanos son el 85% de la diáspora en Colombia, nos afectó especialmente.

La necesidad de certificarse localmente como ingenieros para trabajar como desarrolladores de software o una carta motivada de parte del empleador que señalara la idoneidad del extranjero por encima de otros posibles ciudadanos colombianos para el cargo se suma a varios cambios, además de la avalancha de inadmisiones, que llevaron a varios venezolanos a solicitar el Permiso de Protección Temporal (PPT) para poder quedarse en el país o buscar los servicios de abogados en un país con poquísima tradicional jurídica y cultural de recibir migrantes.

Solicitar y obtener una visa, así como la subsecuente Cédula de Extranjería, no sólo está atada exactamente al tiempo del contrato laboral, lo que te deja en un limbo si después de varios años, no consigues una renovación del contrato o si por un retraso pasas más de 15 días sin visa vigente, sino que es costosa. Si todo sale bien, pagarás 450 dólares por todo el proceso de estudio y emisión, más otros 60 dólares por cedulación. Pero si la inadmiten, deberás pagar otra vez los 55 dólares del estudio.

Un reciente libro de Maryluz Vallejo documenta cómo Colombia también persiguió a judíos que huyeron del nazismo o chilenos que fueron perseguidos por Pinochet. El propio censo de 2005 lo revela: poco más de 112.773 mil extranjeros vivían en Colombia antes que en 2017 se disparara el flujo migratorio de venezolanos que huían de una Crisis Humanitaria Compleja, que combinaba violación de derechos humanos, crisis económica, ruptura institucional, escasez, inflación y malos servicios públicos, incluyendo los de salud pública.

En ese año se estimaba que habían 50.033 venezolanos y que los extranjeros representaban 0,2% de la población general. Ahora, con 2,4 millones de migrantes -según datos 2022 de Migración Colombia- o casi 3 millones según números más recientes que la misma institución luego despublicó de su web, así como del repositorio R4V, estaríamos hablando de 6% de la población general.

Y no sólo afecta a ingenieros, aunque especialmente a ellos, pero la tendencia de aprobación de visados para venezolanos en Colombia va en franco declive, especialmente a partir de 2017, cuando tras la agudización de la escasez de medicamentos y medicinas, las violaciones de derechos humanos en la represión de las protestas ciudadanas y la inflación, aumentó drásticamente la gente que salía del país, muchos a veces caminando, sin más posesiones que las que tenían encima.

Al año siguiente el gobierno de Juan Manuel Santos instituyó el Permiso Especial de Permanencia (PEP), que ayudó a regularizar a cientos de miles de venezolanos que habían ingresado al país sin ningún tipo de visado. Y en mayo de 2021 arrancó el Registro Único de Migrantes Venezolanos (RUMV) como parte de la implementación del Estatuto de Protección Temporal para Venezolanos (ETPV) que creó el Permiso de Protección Temporal (PPT), documento único que sustituía al PEP y otros permisos similares, para darle a los venezolanos acceso a servicios de salud, educación, empleo y seguridad social como un ciudadano colombiano.

Después que durante los últimos diez meses del gobierno de Iván Duque se aprobaran, imprimieran y entregaran cerca de 1,5 millones de PPT, esta cifra se redujo muchísimo. Apenas 400 mil PPT durante los primeros 13 meses de Petro, bajo la premisa del nuevo director de Migración Colombia, Carlos Fernando García Manosalva, que el sistema estaba colapsado, que no los técnicos no tenían explicaciones y que la mayoría estaba esperando cerca de dos años por el documento, con verdades a medias, exageradas o totalmente erradas, sino insistiendo que los venezolanos migramos por razones económicas debido a las sanciones de Estados Unidos sobre Venezuela, eximiendo de responsabilidad al gobierno de Maduro.

Una revisión de las estadísticas, actualizadas mensualmente en el Portal de Datos de Colombia, sobre el otorgamiento de visas colombianas a ciudadanos venezolanos, revela las tendencias de este trámite. Por ejemplo, en 2022 se aprobaron un promedio de 473 visas al mes. Durante este 2023, con datos hasta el 3 de septiembre de 2023, se han otorgado un total de 3.567 visas. Restando las 53 que la base de datos arroja para septiembre, se estima un promedio mensual de 439 visas.

Dentro de este contexto podemos ver cómo desde 2018 hay una caída importante de visados otorgados. Encontrar las causas no es evidente, tampoco lo arroja la base de datos de inmediato. Puede ser que menos profesionales venezolanos consiguen o son buscados por empleadores colombianos o que menos eligen Colombia para ejercer independientemente (esa visa pide que certifiques ganancias actuales por unos 2.500 dólares mensuales), pero otra razón puede ser la documentada desde 2022 y 2023 con una política migratoria que cambió con el nuevo gobierno de Gustavo Petro, en que se redujo la aprobación de PPT, aumentaron las redadas policiales contra migrantes y hasta se rechazaron permisos por decenas de miles, a veces por haber cometido una infracción leve como pasar una luz roja o usar mal la mascarilla en el transporte público.

En las siguientes infografías muestro cómo han bajado desde 2013, cómo en 2018 esta reducción se hizo más aguda y la evolución de quienes vienen a trabajar a Colombia -o sus visas son aprobadas-, enfocado especialmente en los profesionales de la ingeniería.

Puedes verla acá también: https://infogram.com/visas-colombianas-para-venezolanos-1h984woyw9d7d6p?live

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