1. The Entity (2025) de Death SS: banda mítica italiana del heavy doom, presenta un disco que obviamente suena a una forma industrial de Ghost, que no le quita valor propio, aunque es inevitable la remembranza. Su debut fue en 1988, y se nota cómo influyó en las bandas góticas de todo tipo, incluyendo a las extremas. La combinación es la misma, hard rock, glam metal y gótico, aunque muchas veces vuelve a ser esa banda de thrash y speed del pasado, así que el disco es algo inconsistente. 3,3 de 5.
2. Chuck D Presents Enemy Radio: Radio Armageddon (2025) de Chuck D. El famoso MC de Public Enemy y Prophets Of Rage saca un discazo de hip hop experimental, boom bap, turntablism y rap rock que lo tiene todo. Letras políticas, arreglos con guitarras, algo de drum n bass, jazz y sonidos vintage, aunque con una atmósfera oscura, jazzista y con una gran post-producción.
Esto incluye a dos productores clásicos, Schoolly D (pre-hip hop) y Jazzy Jay (Fresh Prince / Will Smith).
Brutal, 4,3 de 5.
3. XII: A Gyönyörü Álmok Ezután Jönnek de Thy Catafalque: de lo más logrado del metal progresivo y avantgarde. Con su decimosegundo disco, que en español se llama "Los hermosos sueños vienen de aquí en adelante" se fusionan varias tendencias que más o menos han luchado en esta banda desde que los conocí en 2020 con el Naiv: black metal, el trip hop y el folk húngaro.
La obra de Tamás Katai, que incluye también proyectos electrónicos, de música académica y metal, convergen acá con la furia extrema del black metal de avanzada, la música autóctona de su tierra natal, su gusto por la música folclórica mediterránea y de Europa del Este y el metal progresivo (con saxofón), los arreglos electrónicos e incluso secciones de pop rock folk, casi siempre acompañado de una cantante.
Aunque hay que decir que este disco, que ahora incluye un par de temas y varios momentos en otras canciones, dentro de la estructura tradicional del metal extremo, lo que escapa a la constante fusión avant-garde que suele hacer, está mucho más cercano de lo meramente experimental, combinando de forma coherente instrumentos folclóricos, académicos, electrónicos y de banda de rock con el interés de producir algo que intermedia entre el darkwave neoclásico, la música académica contemporánea y el metal progresivo, quizás con la intención de superar cualquier barrera para presentarlo como un nuevo estándar de novedad del avantgarde
El proyecto obviamente tiene como fundamento, y necesidad, una cantidad de ingente de invitados y músicos de sesión, de discos muy anteriores al Naiv y otros de reciente colaboración. Se repite la de la cantante Martina Veronika Horváth, que lo acompaña desde Geometria (2018) y con quién colaboró en su proyecto de doom atmosférico The Answer Lies in the Black Void.
En una segunda escuchada encuentro este disco aún mejor, más orgánico y basado en la música rock/metal, en que entra la fusión pero tiene base en las guitarras, el canto épico pero metalero y arreglos jazz, folk y orquestales que enriquecen la idea de hacer metal extremo de forma alternativo. Lo elevo a 4,7 de 5.
4. Ruass (2025) de Nekrodeus: black metal / punk, con un gran sonido y temas que varían en velocidad y duración, algunos son casi grindcore / d-beat y otros son de cocción lenta, entre industriales y doom. De Austria, con varios invitados infames que revelan la calidad y la perversión de esta propuesta además de compartir a Paul Färber, como baterista, también en Karg. Entre los invitados está Lukas Gosch, cantante de Ellende y V. Wahntraum, cantante de Karg y Harakiri For The Sky, un tipo muy ocupado y con una voz única.
Además en el tema Körperstrafe hay más de una decena de amigos invitados para hacer coros. Le puse 4,3 pero lo subo a 4,6 porque es genialísimo este estilo.
5. Dark Rainbow (2025) de Root Zero. Debut de esta banda de gothic metal progresivo de Cardiff, Inglaterra. Muy buen sonido, con guitarras y teclados fúnebres, voz femenina soprano, ambientes oscuros, guturales bestiales aunque mucho menos frecuentes y un gran sección rítmica, aunque un poco genéricos y no demasiado excitantes a la primera escucha. Se tardan mucho en llegar a puerto. 3,8 de 5.
6. Awaken a New Age of Chaos (2025) de Katagory V: heavy power progresivo de Utah, con un sonido poderoso y detallista, aunque algo opaco pero con arreglos progresivos y puntillistas de batería, con un extraordinario trabajo de doble bombo. Su cantante, Albert Rybka, está también en Empyrean Sanctum, una banda progresiva de Chicagao con Alex Weber y Hannes Grossmann (ex-Obscura). Algo inconstante, tiene temas destacados como Blood Siphon. Aunque se quedan a veces es ser repetitivos, tienen momentos interesantes. Diría que 3,3 de 5.
7. Dimsvall (2025) de Ondfødt: black metal finés, con un sonido pulido, tiene momentos de expansión sinfónica, casi espacial, una batería de sonido realmente muy bien producido, varias capas de shrieks y una elegante distorsión de guitarra, que no le quita ferocidad pero lo acerca al formato de súper producción de Dimmu Borgir, aunque muchísimo menos orquestal, sí tiene esa grandilocuencia progresiva en la batería y en fusionar los instrumentos de forma atmosférica.
Se crece una banda que hasta ahora había sido más o menos regular. 4,2 de 5. Proyecto alterno de Joel Notkonen, cantante de Aeonian Sorrow, que acá se encarga de guitarras.
Mathias Lillmåns, nuevo vocalista de And Oceans (desde 2020) está invitado como vocalista en un tema, mientras que Alexander Kuoppala, segundo guitarrista de Children Of Bodom como guitarrista en otra más.
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