28 junio 2019

Lámparas, zapatos, cereales, ¡pabellón! para la escuela más bonita del mundo


La jornada del 16 de mayo fue recargada. Fuimos con muchísimas cosas para llevar, regresando recargados.

Además de entregar una docena de zapatos nuevos por la colaboración de Amanda Rezende, también llevamos varias cajas de cereales para los desayunos de los pequeños que llegaron desde Bilbao gracias a la labor de SOS Niños Venezuela (Karla Alzuro) y se instalaron nuevas lámparas LED en cocina, comedor, sala común, oficinas y en cuatro aulas, tres de ellas de preescolar. Uno de ellos no era usado por la falta de visibilidad.

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Y a ese salón además se les arregló el aire acondicionado, lo que causó emocionados agradecimientos de las maestras así como una gran alegría en las madres y sus hijos. Los niños de segundo nivel de Preescolar ya no tendrán que dibujar y jugar en las mesitas de comer que están en el pasillo. Gracias al trabajo del señor Félix de mantenimiento que cambió varios cables dañados, decidido a colaborar, así como a los materiales eléctricos que llevó Diomar Castellanos y Luis Cataño.

La escuelita más bonita del mundo, la UE Padre Juan José Zugarramurdi II de El Viñedo en San Vicente, Maracay, no se duerme en los laureles. La mística que poseen, inspirada en la filosofía de Fe y Alegría se nota en la inventiva de los maestros. Siempre hay algún juego educativo, estrategia pedagógica, alguna actividad escolar que los ayude a aprender en medio de las dificultades.

Al subir a la segunda planta, vimos que habían llevado las estanterías de la sala común a la planta de arriba, por unas escaleras estrechas y no demasiado seguras, llenándolas de libros de texto y consulta para que estén mucho más cerca de las aulas, a la mano de los niños.
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Vimos el papel protagónico de las niñas en la patrulla escolar así como la costumbre de cantar el himno del estado Aragua al salir de clases. Costumbres cívicas que muchas veces creemos perdidas, están bien sembradas en esta escuelita, un oasis educativo en medio de la invasión Juana La Avanzadora, con calles de tierra, postes eléctricos improvisados y casas improvisadas con latón y madera.

Avanza la construcción de los baños nuevos, así como el nuevo comedor, con aportes desde Fe y Alegría, otros conseguidos por la directiva de la escuela y más colaboración de la Cámara de Comercio de Maracay.

Hay que decirlo, no estuvimos exentos de dificultades, como unas caraotas que pasaron dos días llevando fuego con leña pero que no se ablandaron sino después del mediodía o los niños que no fueron porque no tienen zapatos, uniformes o desayuno. O las historias de mamás y papás que emigran, dejando a sus hijos con abuelas, tías e incluso vecinas.

Pero en nuestro balance, hay más esperanzas y sueños que tristezas o molestias.
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Desde todas partes del mundo, desde el barrio y de nuestros voluntarios, seguimos acumulando buenas noticias. Esto solo es posible por el trabajo arduo y amoroso de Aruska Hernández en logística y organización, compras y cocina, así como el voluntariado de tanta gente bella como Milipza Meneses y su novio Orlando, Enrique Garcia, Araibel Muñoz, Carmen Muñoz, Carmencita Rodriguez, Jesus Chuchin Loreto, Carlos Contreras; Mariangel Gómez, María Alejandra Gómez y muchísimos más que portan, difunden, comparten, colaboran y apoyan a Invítalo a comer.

Creativos videos de seguridad área de KLM, Air France y Turkish Airlines que me sorprendieron

Después de subirte en varios aviones empiezas a ignorar olímpicamente las instrucciones de seguridad. Aunque son tan importantes, es algo aburrido ver esa explicación monótona sobre cómo usar el salvavidas, encontrar salidas de emergencia y cómo comportarte en momentos de aterrizajes forzosos. Así que recientemente pude ver que las aerolíneas han renovado sus instrucciones, especialmente en vuelos medianos y largos, que trasmiten por sus pantallas de entretenimiento. Les dejo las que vi.

Turkish Airlines estrena una segunda versión con la temática de Lego Movie llena de sarcasmo e ironías sobre los prejucios que tenemos sobre el cine y los lugares exóticos. Esta vez Batman va a dirigir la producción, lo que la da una visión demasiada egocéntrica. Muy divertida.



La de KLM, aerolínea holandesa, hace honor a su cerámica Delft y presenta una visión preciosista y muy artística, usando la ténica del stop motion. En mi vuelo incluyó una explicación de cómo ahorran agua, energía y reciclan absolutamente todo lo que sobra de las comidas, sea orgánico o no. Los amé mucho más por eso.



Finalmente Air France apeló a lo arquetípico. Y hablando de moda, estilo y glamour, nos hacen un recorrido divertido, con buen humor, de cómo tomar medidas de seguridad y prevención. Así inicio una nueva etiqueta: #Aviación



¿Algún otro que hayan visto y recomienden?

14 junio 2019

Escucha Pasticho, el nuevo proyecto funk de tres conocidos músicos venezolanos en México

Pasticho es un trío de funk conformado por el baterista Orestes Gómez, el guitarrista Leonardo Jaramillo, el conocodio “Kmáron” de Okills y Daniel “Mono” Briceño, bajista actual de La Vida Boheme. En tan solo una semana grabaron seis temas instrumentales para su homónimo EP debut.
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Funk psicodélico inspirados en Venezuela con nombres como “Mano e teipe”, “Malicia Machado” o “Mapanare” conforman esta primera producción de estos criollos residenciados en Ciudad de México. Estrenan el EP por Bandcamp, por lo que lo puedes escuchar gratuitamente aquí https://pasticho.bandcamp.com/album/pasticho si no quieres pagar los 10 dólares que piden para quienes deseen descargarlo.

Con un sonido directo, con muchos efectos raros en la guitarra, la media docena de temas suenan a un funk espacial y psicodélico, con inspiración de banda sonora, que es apenas una muestra de lo que podrían hacer a futuro. La portada, que tiene en su diseño la marca blanquecina que dejaban los vinilos sobre sus carátulas muestra sus pretensiones vintage.

El EP cierra con un rock psicodélico, con una batería que emula una caja de ritmos y arreglos de bajo procesado para darle un toque electrónico, un guiño interesante e inesperado.

11 junio 2019

Mono: el post-rock orquestal electrónico japonés que acaricia los oídos y el alma publica “Nowhere Now Here”

La buena música te lleva a otra. Y como fanático de encontrar bandas nuevas, recuperar el tiempo con discos que no he escuchado aún, sean recientes o clásicos, tras leer una entrevista a Pelican en que decían que preferían ser llamados “rock instrumental”, se comparaban con los japoneses de Mono. Así que fui a buscarlos. Me encontré que con veinte años de carrera publicaron a inicios de 2019 su décima producción, “Nowhere Now Here”.
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Leyendo media docena de reseñas sobre el disco, para entender un poco lo que estaba escuchando, encontré un poco de desilusión sobre quienes han seguido la carrera, diciendo que no había demasiadas sorpresas. Y esto a pesar que la banda decidía hacer nuevas incursiones: arreglos electrónicos, el debut vocal de Tamaki –segunda guitarra- y un cambio de baterista, el primer cambio de la alineación desde 1999, así como el único miembro no nipón.

Lo que encontré fue fantástico. Un post-rock con un sonido magnífico que mezcla las ráfagas emocionales de las guitarras llenas de efectos de delay y reverb, arreglos orquestales que le imprimen una atmósfera funeraria y una batería que le añade texturas acústicas a la cuidada producción. Así que se escuchan tristes paisajes cinemáticos con capas que se interponen para mutar desde la suave alegría contemplativa a la furiosa descarga noise.

Todo bajo una premisa dominante: ambient rock.

Así que lo que más me ha gustado es la diversidad: desde los metales que introducen un par de temas al principio del disco y vuelven como eje central al final en “Funeral Song”, a sólo escuchar música clásica contemporánea en “Parting” hasta el shoegaze ruidoso en “Sorrow”, que superando los ocho minutos se descompone en cada uno de los elementos que se abordan en el disco, incluyendo los loops electrónicos de fondo.

Vale destacar que los dos guitarristas y el bajista usan el glockenspiel, que es como un xilófono pero con teclas de metal en vez de madera. También se le conoce como lira, usada en algunos desfiles militares así como en orquestas clásicas. Fue popularizado por el baterista de Rush en la música contemporánea no clásica.

Así como “Breathe”, con la suave interpretación vocal femenina, que parecía un Portishead rockero así como los momentos minimalistas, que bajo la filosofía de menos es más, brinda grandes momentos emotivos sin demasiada instrumentación. Una gran diferencia con otras bandas drone que superponen montones de sonidos.

Aunque heredan de bandas como Mogwai y Sonic Youth, entiendo que esas influencias fueron más fuertes en sus primeros discos, para abrir espacio a cada vez más orquestaciones, incluso usando 28 músicos en su disco anterior. En “Nowhere Now Here” se escuchan muchos cellos, algunos vientos y pianos que acompañan a las guitarras, en las insistentes repeticiones que construyen las canciones, que van desde lentos inicios brillantes, construido con alegría hasta más oscuros momentos de mayor volumen.

Puedes escuchar el disco aquí https://monoofjapan.bandcamp.com/album/nowhere-now-here

10 junio 2019

Félix Martín: el lutier metalero se luce con "Caracas", un compilado de temas folclóricos venezolanos en clave de jazz metal progresivo en homenaje a la lucha por la libertad en Venezuela

Conocido por crear una doble guitarra, con ocho cuerdas en el mástil superior y otras seis debajo, Félix Martín es un caraqueño basado en Los Angeles que se ha popularizado en Internet y la escena musical no sólo por la creación y uso de dobles guitarras de 16 y 14 cuerdas por sus sorprendentes interpretaciones virtuosas con su trío de latin jazz – metal – rock progresivo.
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Después de participar en las protestas populares de 2017 en Caracas, así como incursionar en las fusiones con música latina y venezolana, Félix publicó en abril de 2019 su disco “Caracas”.

Interpretaciones en clave de jazz metal de ritmos y canciones de folclor venezolano como La Vaca Mariposa, El Diablo Suelto o Apure en un viaje, con especial enfoque en el trabajo de Simón Díaz.
En su web pueden no sólo comprar el disco, sino paquetes con calcomanías e incluso una franela con Simón Bolívar tocando la doble guitarra: https://www.felixmartin.net/

El disco arranca con el joropo Quitapesares con muchísimo metal jazz, que a pesar de su brillante interpretación, no te prepara para el viaje hacia el cosmos del virtuosismo que deconsttruye a La Vaca Mariposa. Después de mucho tapping con acompañamiento milimétrico de batería, cierra con distorsión metalera.

Nada es obvio para el cuarteto completado por el baterista Víctor Carracedo y el bajista Javier Sepulveda. Aunque se reconoce claramente la melodía y estructura de los temas, como en Pararillo, cada tema es enriquecido con tapping, arreglos funk y jazz de bajo como slaps, rasgueos y solos, así como una batería que transmuta desde el rock progresivo hasta el metal poderoso.

Siempre instrumentales, hay además suma de algo de ritmos latinos que le agregan un sabor tropical, así como interludios de rock para volver a los abundantes tappings que identifican el trabajo de Félix, siempre lleno de sonidos que incluyen el metal a lo Cynic, máxima expresión del metal jazz.

Pero es la incursión latina, que se desenvuelve en un virtuosismo que sirve de homenaje a los temas originales lo que le da carácter a este disco. No son extrañas elucubraciones ajenas al tema central, sino convertir al tema original en un género totalmente nuevo gracias a los matices contemporáneos del trío.

Así que además de resaltar las habilidades como conjunto, “Caracas” no sólo le hace un justo homenaje a los compositores tradicionales de Venezuela sino que los muestra en su justa dimensión, como cuando Los Beatles fueron reconocidos por los académicos: como inusuales compositores con alcance global.

El primero de los tres temas acústicos del disco es la gaita Grey Zuliana, que refuerza el concepto artístico propuesto.

Saca los temas de su oriundo folclorismo para llevarlo a un público universal pero además nos los vuelve a presentar, intacto en su intención pero con un revestimiento que lo enriquece. Y esto me parece mucho mejor que la mayoría de versiones electrónicas de neofolclor, incluyendo unos completos desastres en presunto homenaje a Simón Díaz.

El trío de Félix Martin les da carácter de rock progresivo, los muestra como composiciones que pueden tocarse con un sabroso latin jazz e incluso como metal sin ser meramente una versión gritona, puramente viciosa, de una melodía distorsionada como han hecho con otros temas populares. Y al tiempo, que estas reingenierías musicales sean fieles.

Mis temas favoritos: El Alcaraván y El Diablo Suelto. Después de un inicio metalero, se pone veloz en un dúo de batería contra guitarra, incluye un buen solo que trata de reproducir la atmósfera melancólica de su línea de voz con la guitarra y bajo, lo que puede recordar a lo que hizo Apocalyptica cuando decidió versionar a Sepultura o Pantera. A medio tempo, es sumamente progresivo. En el segundo caso es una versión más pura, si se quiere, del corazón de la canción a ritmo de metal jazz, porque ya es originalmente lo suficiente salvaje como para sumarle demasiado.

La más sencilla es “Apure en un viaje”, cuya primera mitad es casi una versión típica de solo de rock con reinterpretación jazz pero en la segunda parte es lo que asombra en el disco. Antes de eso “Zumba que zumba”, que es más un relleno de menos de dos minutos.

Es curiosa la versión más metalera: Tonada de Luna Llena, que le cambia bastante el tono general, con un par de interesantes interludios de jazz ambient.

El cierre del disco con los “unplugged” de Alma Llanera y Caballo Viejo. Sin distorsión igual hay una gran vibra rockera, que te hace cabecear como en un toque de Iron Maiden o Metallica, pero al combinar con maestría esos golpes atravesados del joropo con los arreglos solistas de batería y el uso de silencios para el pogo. En ambos casos, la melodía es tocada en unos tapping brutales que hacen que se te salgan las lágrimas pensando en las imágenes de los paisajes naturales del país, como los que usan para televisar el himno nacional.

Viva Venezuela Libre

Lo escuchas completo aquí https://felixmartinmusic.bandcamp.com/album/caracas

05 junio 2019

Stormlord reaparece con el nuevo black / power metal en “Far”

Si Full Of Hell ha sabido conciliar el death metal tradicional con el hardcore de nueva era añadiendo además electrónicas y Paladin me asombró con su power / black que bebe del melodeath y el shred, el nuevo disco de los italianos Stormlord le da otro giro. Han decidido narrar su épica de densos arreglos orquestales del power metal con voces extremas.
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Con títulos de canciones evocadores de la Roma antigua como Invictus, Romulus o Mediterránea, “Far” combina los teclados grandilocuentes y wagnerianos, así como los coros sinfónicos, propios del power sinfónico, con los agudos alaridos extremos y los monstruosos guturales, así como doble bombos furiosos y blastbeats del metal extremo.

Las guitarras no son plenas protagonistas, cediendo muchísimo espacio a los teclados. Sin embargo, tienen algunos buenos solos, tremolos picking –con coros o teclados acompañándolos- así como algunos momentos en que la mezcla las destaca, pero trabajan mucho más como sección rítmica. Los riffs son usados de forma repetitiva, como soporte, salvo contadas excepciones.

En el tema “Crimson” se aclara mucho más su propuesta: un tema rápido con gritos infernales por doquier, con un fondo de guitarra-bajo-batería de power metal acelerado y teclados bombásticos que gobiernan como tiranos. Las guitarras vuelven a explorar, como en “Far” los tempos del deathcore, siendo secundarios.

Estas parecen ser las semillas de un posible nuevo género, un reino con pocos habitantes. Veo claro a precursores en Bal-Sagoth, Graveworm y Ex Deo entre ellos.

Vale referirse especialmente al baterista David Folchitto, quien ha tocado con gran cantidad de bandas y en vivo con Fleshgod Apocalypse, uno de los precursores de este posible nuevo género, mientras que Gianpaolo Caprino se encarga de guitarra, teclados, efectos y voz limpia. El sexteto se completa con el extraordinario cantante Cristiano Borchi, el bajista Francesco Bucci, Andrea Angelini en la segunda guitarra y el tecladista Riccardo Studer.

En “Cimmeria” para darle un tono un poco más épico hay un par de solos de guitarras, así como riffs melódicos que sustituyen solo parcialmente la omnipresente orquestación. Algunos arpegios, con una melodía básica que se repite, hacen de marco para las voces extremas, que ocupan muchísimo espacio en cada canción.

Vale decir que la banda espero seis años para producir este disco, que tiene una gran producción y sonido, especialmente en los coros e instrumentos de viento sintetizados que recuerdan a los primeros discos de Rhapsody. Pero al contrario de Paladin no es oscurecer el power metal sino llevar aún más lejos los arreglos orquestales y sinfónicos al black metal.

“Romulus” rompe la dinámica: empieza con una melodía de guitarra, que luego es seguida por teclados que luego casi desaparecen, así que el tema evoluciona hacia riffs de tremolo picking y llegan los arreglos corales, pero persisten las guitarras por medio de solos. Me hizo recordar a los temas más rockeros de Therion.

En “Vacuna” se aprecian tiempos veloces, con baterías a todo poder, en que el intercambio de voces agudas y graves, así como narraciones dramáticas, para dibujar el hilo conductor de las letras con un fondo sinfónico parece hacer homenaje –incluyendo solo de violín- a las corrientes más góticas-vampirescas del black, del que realmente lo que más toman son las voces. Quizás porque un par de sus miembros tocaron en Theatre of Vampires.

Y se despide con “Levante”, una especie de versión extrema de las baladas power metal de derrota y renacimiento. Mucho más lenta que las demás, incluye un interludio con coros gregorianos, cantos de pájaros y baterías marciales, funcionando de “finale” majestuoso.

Lo escuchas aquí https://scarletrecords.bandcamp.com/album/far

Lee también mi reseña sobre Wheeping Chorus de Full Of Hell y el debut de Paladin, que hacen también power / black metal.

03 junio 2019

Debut de Paladin: conciliando el power metal europeo con el thrash estadounidense magistralmente y sin invitados

Combinar las florituras y atmósfera épica del power metal con la descarga y potencia del thrash metal parece un reto pocas veces alcanzado tan perfectamente como la hecho Paladin en su disco debut. Después de dos demos llega “Ascension”. Según ellos mismos, para agregar sabor europeo al sonido de los Estados Unidos.
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Y lo hacen en grande. Es death melódico, melodías para destruir ejércitos con sus dragones, riffs thrashosos para prevenir la guerra nuclear y denunciar ecocidios, arreglos neoclásicos, voces líricas para llamar a la batalla y rasposos gritos para narrar historias de misteriosas leyendas nórdicas que se combinan, se entremezclan e intercambian, produciendo extraordinarias dinámicas.

Esto es logrado por las guitarras de Alex Parra (con experiencia tocando power metal con Cauldron Born y thrash con Sadistic Ritual) y Taylor Washington (quien también canta), quien tiene experiencia tocando en vivo con Necromancing The Stone, quienes combinan melodeath, thrash y power; Theocracy, que hacen power metal progresivo, y Arsis, banda de melodeath técnico.

Además, juntos tocaron en la banda de thrash Sybaritic y en la de heavy metal The Fury hasta 2015, justo antes de formar Paladin. Todo ese bagaje les ha permitido esta combinación de forma natural.

Los acompaña Nathan McKinney en la batería y Andy McGraw en el bajo, quien también canta, quienes hacen un trabajo brillante en los arreglos así como en los cambios sucesivos y combinados de géneros. El primero con experiencia en heavy progresivo y el segundo en thrash.

De lo mejor del disco es que es difícil reconocer cuando un riffs es más death melódico que heavy progresivo, lo que le añade un atractivo irresistible, mientras es admirable la amplitud vocal interpretativa de Washington, que tiene en su tráquea el poder del cantante épico tradicional junto a una muy avezada capacidad para detonar bombas nucleares nórdicas.

En temas como “Divine Providence” se escucha power metal italiano con sucio thrash de San Francisco para después en “Carpe Diem” apelar a las melodías agresivas a lo Children Of Bodom con solos que cabalgan en shred, coros sinfónicos y arreglos de power épico. Así se van media docena de temas muy bien producidos, con mayor preponderancia de la música extrema.

El disco pasa a ser mucho más heavy metal tradicional a partir de entonces. Desde el séptimo tema, “Bury the light”, que arranca con un hechizante riff, potente batería y un solo extraordinario que se abre para un intercambio de voces y sonidos, para que el melodeath cuente con una voz lírica extraordinaria mientras los agrios gritos acompañen a los riffs más power metal.

En “Shoot for the sun” suenan mucho más cercanos al heavy metal callejero inglés mientras que en “Vagrant” se acercan a una versión progresiva pero donde de nuevo combinan con vocales extremas sin abandonar el género. Más metal tradicional en “Dawn of Rebirth” y el disco finaliza con la larga “Genesis” que superando los 6 minutos pasa del power metal a un poderoso thrash/death, acompañado de carrasposas líneas vocales, así como coros sinfónicos propios del black sinfónico.

Lo escuchas aquí https://paladinatl.bandcamp.com/album/ascension