Ya lo aprendí, los videojuegos y el alcohol no se juntan si tu honor está de por medio. Yo, que era el niñito odioso que tenía todas las cónsolas y los juegos, el que decía mi mamá me llama cuándo estaba a punto de perder en el juego en que yo le ganaba a mi hermano menor, ayer fui derrotado penosamente por Ronaldinho y Will en el Camino a la Fifa 2006 en XboX 360.
Ronaldinho encarnado en el RON Cacique, y en el bendito jugador dientón que Will usó para humillarme, justamente claro, delante de mis amiguetes. La verguenza y los nicks de MSN durarán años.
Cuando era un chamo, en el liceo, mi papá tuvo uno de esos locales alquilaban "televisores con Mario Bros", que quería decir que tenías un alquiler de videojuegos. Lo que la gente llamaba genéricamente Nintendos. Cito: "¿Chamo, es verdad que tu papá tiene un Nintendo?", no era más que la curiosidad por si de verdad tu papá había puesto en un barrio (el mío lo montó en 23 de enero, La Coromoto y José Félix Ribas de Maracay), uno de esos lugares extraños -copiados de Valencia y Margarita en nuestro caso- que no eran como El Salón de Billy, pero suponía una diversión novedosa.
Tuvimos que pasar por la ladilla de las asociaciones de vecinos diciendo que los niños se alienaban jugando eso, se gastaban el dinero de la merienda y la falta de permisos en la arcaica alcaldía de Girardot. Incluso, como al mes de haber vendido uno de los "Nintendos", el de José Félix Ribas, lo saquearon. Era por allá por el 1.992, época que recordarán por los acontecimientos que llevaron al que tenemos ahorita a ser presidente, pero volvamos a lo nuestro.
En mi casa tuve el Nintendo, el Súper Nintendo y Sega Génesis. Si, era un mamaguevo, ¿cómo hacemos?. Fue producto de circunstancias laborales de mi familia, no por la suerte asquerosa de los niñitos del Liceo San José de los Maristas, esos que llevaban los Transformers originales, hablaban de parabólicas y se la pasaban en la Casa Italia. Esos carajitos que tienen de todo, cuando uno sólo tiene es envidia y arrechera. No es que uno sea pobre, pero si por suerte llevaba yo mi muñeco original de G.I.JOE comprado en Margarita jalándole demasiadas bolas a mi papá, los coño e madres aparecían con el bicho gigantesco de los GoBots que unía a los demás.
Nojoda, Will, voy a entrenar, ya vas a ver. Esto no se queda así, quedé picao.