28 febrero 2025

Heartland rock británico, doomgaze gótico francés, melodeath/metalcore gótico finés, pop de Quebec, brutal death español, drone/grindcore londinense, black disonante industrial noruego y black disonante inglés, indie rock/post-punk y lo nuevo de Architects (metalcore/djent)

1. People Watching (2025) de Sam Fender: suena como a un folk rock, post-punk y pop barroco alegre. Es un artista de Reino Unido, que según RYM en este disco escuchamos Heartland Rock principalmente, lo que explique que escuche arreglos folk e incluso country, con Post-Britpop, Big Music (post-punk con ese sonido grandioso), Jangle Pop e Indie Rock. Definitivamente muy bellamente producido, orquestaciones claritas y notas brillantes, pero no es lo mío. 2,5 de 5. 

2. Saddition (2025) de Hangman's Chair es una banda francesa definitivamente distinta, porque usando voces limpias que parecen divagar entre el post-punk y el doom épico presentan música stoner y expansiva, gótica, que es casi sludge metal por el bajo, acercándose a un espacio el shoegaze y el post-metal. Según Metallum eran una banda stoner/doom que ahora es doom gótico. En RYM, que son más específicos, los califican de Doomgaze y Gothic Metal con influencias del Coldwave. Creo que son bastante buenos, un poquito a lo Crippling Alcoholism sin llegar a esas alturas, y aunque la voz es siempre limpia, tiene suficiente vibra y calidad para inspirar. 3,7 de 5. Escucharé de nuevo luego. 

3. Tides (2025) de Horizon Ignited: rara banda que en algunos temas es doom/black gótico con una producción muy pulida, un sonido contenido y guturales a medio tono muy agrios y bien hechos, casi magistrales, sobre música que varía entre delicadas guitarras y arreglos melódicos con orquestación, bajo y teclados casi post-punk y muy gothic doom, y otras es más como una mezcla en que se mezcla black/death sinfónico con fraseos vocales, riffs y ritmos de groove/thrash, metal alternativo e incluso nü-metal, que hacen un gran contraste con el goth metal de baja ganancia inicial, más parecido a Machine Head que a Katatonia. Lo mejor, son finlandeses que no suenan tanto a Amorphis, aunque tienen sus elementos de combinar guturales y voces limpias de forma similar.

La Encyclopaedia Metallum lo resume como melodeath/metalcore aunque hay estos tonos depresivos, melódicos, góticos y atmosféricos ajenos a la mayoría de las bandas de estos géneros, en que claramente hay influencias que mezclan doom, shoegaze, black metal y hasta post-punk. En RYM lo resumen pero está más claro, es una banda de melodeath y groove, e incluso algunos sugieren que es metal alternativo.

Es increíble, este es el año del doom metal, y creo que esta banda está mal calificada, porque aunque está más cerca de Insomnium y Katatonia que de Paradise Lost y lejísimos de Ahab, resume varias de sus elementos más orquestales, usando electrónica sabiamente y agregando inesperadas formas vocales y musicales que parecen vivir en otra galaxia, con bajos gordos de Mudavayne y guitarras en tiempos más cercanos a los de Gojira, aunque claramente a veces suenan como Tribulation. 

Me encantó el tema "My Grave Shall Be The Sea (Leviathan pt. II)" tan orquestal y embellecido y ni hablar de Prison Of My Mind con los momentos más alternativos de In Flames y Dark Tranquillity, melodías cadenciosas de rock alternativo y mucha energía contemporánea, con un coro en limpio que conquista con sus melismas y te hace moverte, junto a un shriek y un gutural que pueden acabar con cualquier banda de metalcore. 4,7 de 5. En Spotify. Es brutal escuchar tantas bandas en una.


4. Roods from God (2025) de Dios: banda catalana de death cavernoso, old-school, con influencias doom y brutal, siempre salvaje y corrosivo a mid-tempo o menos, aunque también combina con grindcore y hardcore punk para acelerar en otros momentos. La voz es casi siempre en death growl, con combinaciones agudas propias del género y algún pig squeal coleado. Se nota también la influencia de Brujería. Me gustó bastante, 4,3 de 5. En Spotify. Judit Pons, cantante de la también española Cultum Mortis está invitada en el primer tema.

5. Journal d'un loup-garou de Lou-Adriane Cassidy: indie art chamber pop canadiense en francés, no es lo mío. 2,5 de 5. 

6. Summer Ends. Some Are Long Gone. (2025) de Trauma Bond: primer larga duración de esta agrupación de Londres de lo que llamaría un deathgrind sucio, rápido y chirriante, con un sonido expansivo e infusionado con black metal y sludge atmosférico y power electronics/industrial/hardcore electrónico y una actitud absolutamente under. Es brutalmente pesado y alternativo, con algunas similitudes a The Body y Full Of Hell, e incluso en momentos a Atari Teenage Riot. 

Metallum se queda corto al llamarlos grindcore, y no me equivocaba tanto, porque según RYM hablamos de Sludge Metal / Powerviolence, con toques de grindcore y metal industrial. Entonces sí, como Full Of Hell. Es el dúo conformado por el multiinstrumentista Tom Mitchell y la vocalista Eloise Chong-Gargette. En Spotify. Muy bueno este disco, un caos controlado y procesado adecuadamente, en que hay momentos de drone metal más que electrónicos.

7. Nightmare Fuel (2025) de Guts: death con infusiones sludge finlandés que parece lamentablemente inofensivo, a pesar del gutural profundo y un buena producción, especialmente para hacer sonar el bajo tan fangoso y las guitarras tan sucias pero distinguibles, en una distorsión quizás menos usual para el género, quizás con guiños al death n roll. Se quedan en el aparato aunque tienen momentos buenísimos, como la psicodelia en Ravenous Leech, pero mayoritariamente es aburrido y algo inocuo. 2,8 de 5. 

8. Exceed In2 Chaos (2025) de Sarkom: black metal disonante y atmosférico, sumamente furioso y ritualista, que combina la herencia de las bandas originarias de los 90 (con lo sinfónico y lo melódico sin teclados), el black romántico/medieval francés (o que se acerca) y lo que creo que es extraordinario en el metal extremo contemporáneo, que es incorporar sonidos, estructuras y formatos que provienen de otros géneros, incluyendo principalmente el industrial y algo de groove metal, por decir lo menos. Es black pero son capaces de versionar Breathe de Prodigy y tomar ideas de ...And Oceans.

En este caso el shriek punzante y bélico a veces parece tener una cadencia casi groove mientras que los riffs y arreglos de batería también abandonan por momento las gélidas montañas para acercarse a algo más cercano al hardcore punk y quizás el black n roll, aunque lo mejor están en los salvajes momentos de blast beats, vociferaciones paganas y riffs inspirados en Mercyful Fate y otros clásicos, entre el heavy y el punk por un lado y entre el goth metal y el doom por otro, con sonidos tan medievales como post-punk, que incluso a veces tienen escalas y formatos que parecen surf rock o a-go-go.

La banda grabó como trío, invitando al baterista de Nordjevel, Nils Åke Fjellström, también ex-Dark Funeral y ex-The Wretched End, que le agrega una habilidad y detallismo en los pequeños arreglos que es casi un guiño al black/death más técnico. Genial, 4,5 de 5. En Spotify.

9. Existentialismus (2025) de Abduction: black metal disonante, veloz y malvadísimo, con mucha batería de hardcore punk e incensantes atmósferas misteriosas y opresivas, con shrieks que nos van llevando entre sombras y depresiones, claramente hacen honor al nombre del disco con lo que es una oscuridad envolvente, generada a través de ráfagas de trémolo denso, polifónico y sucio que al mismo tiempo es épico, folk y speed, con momentos muy rítmicos y thrashosos, con temas extensos, que mezclan estos mundos de lo furioso y lo polifónico.

Es el proyecto del inglés Phil Illsley, quien se encarga de música y vocales. Según RYM también hay black depresivo, atmosférico y post-metal, lo que quizás explica que dentro de lo naturalmente black de diversos ángulos con influencias de música clásica, también hay coros vikingos y momentos de calma introspectiva, con guitarras espaciales distorsionadas, que también son melódicos y post-black. 

Es realmente un gran disco, de verdad impresionante, 4,7 de 5. En Spotify. Acabo de leer que el disco se grabó como banda completa, aunque no hay demasiada información de los integrantes, se ve una foto en Bandcamp (y podría asumir que los músicos en vivo que sale en Metallum son los que grabaron).

Estos son el baterista  Ed Gorrod (Beyond Grace), 

10. This Won't Be the Last Time de Acloudyskye: una banda de contrastes y superposiciones, en las que se escucha un indie rock / post-punk de guitarras ruidosas, muchísimo bajo fangoso y percusiones electrónicas que emulan golpeteos tribales reales sobre pistas electrónicas grandiosas y brillantes, pianos y sintetizadores muy ochenteros, vintage y nostálgicos, rematados por una voz melancólica y emocional, muy noventera. A veces los temas son aún más electrónicos, desapareciendo las guitarras casi por completo para sumergirse en una avalancha de pistas y teclados brumosos y distorsionados. En muchos momentos, esta fusión no permite diferenciar lo electrónico de lo analógico, el rock del pop, lo digerible de lo ruidoso.

Dice RYM que es indie rock y noise pop, con momentos de post-rock, indietrónica, shoegaze y revival de post-punk, aunque creo que falta agregar los muchos arreglos orquestales y de folktrónica, siempre desde un perfeccionista forma de Radiohead de bolsillo. Es importante señalar que los primeros discos eran de música electrónica bailable y ha ido mutando, hacia este nuevo experimento -otro más, quizás- de banda de estudio de rock desde el punto de vista de un muy experimentado productor de laptpt. El sonido es realmente grandioso y expansivo, con las percusiones haciendo un gran trabajo y la voz acompañando de forma extrañamente agradable. 3,9 de 5. Hay que escuchar más a ver. En Spotify. Son de Nueva York.

11. Singles: Death In Vegas, electrónica noventera que se reinventa con un nombre juguetón: When My Machines Gently Weeps. Get Buse de Sean Paul versionado por Ultimate Music Covers y Anna-Lena Derer. Novalima con Ave De Campo con cumbia peruana / electrónica. Nimerundi de Goat con MC Yallah, de lo mejor de la psicodelia. Bloodlust de Acres, un tema post-hardcore/metalcore potentísimo. La escalera de Jacob de Ceguera, metalcore/deathcore de Bogotá, potentísimo y bien producida. Killing Punk de The Bloody Beetroots con Bob Vylan, un sucísimo trap metal / breakcore / industrial. Storm Av Is de Istapp (black metal sueco vikingo,  melódico, etéreo y con power metal). Rising Demons / Bells de Imperishable es realmente genial: progresivo, melódico y atmosférico death sueco. Dread Majesty es metal avant-garde y progresivo, que tiene grandes voces operísticas, mathcore, djent, dark cabaret, black metal sinfónico, power metal neoclásico y death melódico, entre otras. Todos sus temas son súper extraordinarios. Ella Bric (Linda Briceño) con salsa cabilla en La Monarca II. 

12. The Sky, the Earth & All Between (2025) de Architects: ¿Qué pasó aquí? Tremendo brinco desde el disco anterior. La banda de Brighton se pone pesada, creativa y mixta, muy electrónica, como se había visto ya con los singles Brain Dead y Everything Ends. Acá hay rap metal, metal alternativo, djent, metalcore y nü-metal, incluso post-hardcore, electronicore y rock alternativo, para un disco divertido, diverso y extremadamente disfrutable en muchos momentos. Me recordó a System Of A Down con el uso de esos grunts como de deathcore aquí y allá, las guitarras pueden sonar industriales y como los discos viejos de TesseracT. Las voces y riffs de pop rock, rock alternativo e incluso de post-hardcore más comercial los han ajustado bien. Me gustó, 4,2 de 5. En Spotify.

 Adam 'Nolly' Getgood, guitarrista de Peryphery, fue el ingeniero de grabación de la batería. 

27 febrero 2025

EP en vivo de Frank Lucas (Motherflowers), post-rock/noise femenino, space ambiente sueco, black/grind avant-garde y downtempo deathcore

0. En la clase de Ciudadanías Digitales hicimos el juego de Rojos y Negros para pensar si la sociedad colombiana es cooperativa y/o competitiva, y en cuáles situaciones, además de pensar cómo se toman las decisiones colectivas.

1. Live From La Selva EP (2025) de Frank Lucas: uno de los Motherflowers, presenta un EP en disco con Xico, Irepelusa, JUANPORDIOS!. Se escucha cumbia, bolero, bachata y otros ritmos musicales tropicales mezclados con pop rap y beats electrónicos. En Spotify.

2. Singles buenísimos de Blackwater Holylioght, un quinteto femenino de Portland, Oregon, que solía ser psicodelia stoner y ahora se sumerge en el post-rock / noise / shoegaze. Muy buenos singles de Zig Zag de By Storm y Injure Reserve y 9th Heaven de Backxwash con hip hop abstracto /alternativo. Y aún más increíbles fueron los dos de Deerhoof con un pop progresivo de arreglos enredadísimos y alocados, a lo Mars Volta. Muy bueno Desolation Hexx de Conan, con sludge/post-rock/doom

3. Machine Dialectics (2025) de Mitochondrial Sun: proyecto del guitarrista de Dark Tranquillity, Niklas Sundin, de Space Ambient y Progressive Electronic, que suena bastante bien, aunque no tan sexy como para escuchar un disco entero. Muy muy muy buena producción, un concepto clarísimo y sonido relajante sin ser New Age sino interesante de escuchar, nada simple aunque no es pop progresivo. 2,5 de 5. 

4. Soul Washed Bleach (2025) de Homeskin: super sucio noise metal, que a pesar de un sonido lo-fi, crudo y subterráneo, muestas arreglos de jazz, rock progresivo y death técnico sonando a grindcore y black grabado en un sótano. Oooootro proyecto del californiano Garry Brents (Gonemage, Memorrhage, Sallow Moth [4,2 de 5 con su grind/death progresivo con jazz y arreglos orquestales] y ex-Cara Neir). Avant-garde, entre John Zorn, Igorrr y SUPERCOLLIDER. 3,6 de 5.

5. Phobias (2025) de Traitors: downtempo deathcore / nü-metal de Tampa, Florida. Aunque la banda suena con los tropos del deathcore, con sus guitarras pesadas de wall-of-sound, breakdowns y pig squeals, así como una nutrida cantidad de gritos, riffs llenos de armónicos y muchos arreglos de electrónica como base y sustento transversal, tiene la virtud de ser mucho menos extremos que otras bandas del género, lo que se convierte en virtud, pues gracias a una pulidísima producción y una composición muy cuidadosa, pueden presumir de canciones en las que escuchamos cada detalle de la composición con un sonido cristalino, en que brilla la instrumentación y no sólo el golpe de efecto del sonido monstruoso aunque a veces repetitivo. Es loco como agregaron detalles nü-metal como scratchs de vinilos. Sin embargo, no es tan distinto como podrían serlo. 3,7 de 5. 

26 febrero 2025

Thrash/death brasileño, metalcore/pop-punk francés, djent electrónico australiano, drone/space ambient francés, new age/ambient (Brian Eno), death técnico sueco, lo nuevo de Swans (post-rock / post-punk / gothic noise), death/black francés, glam/hard rock noruego

0. Amo los miércoles, y hoy lo usaré para trabajar hasta tarde en un par de tigritos que tengo y en preparar la clase para mañana.

1. Agony (2016) de Nervosa: thrash/death femenino y brasileño poderosísimo, con un shriek profundo realmente punzante y brutal, riffs que hacen honor a su herencia y suenan a los grandes, especialmente Autopsy y Pestilence por un lado y Kreator y Exodus por el otro, combinando esas dos vertientes en un gran delta de música extrema, rápida, agresiva y demoledora. El power trío era entonces Pitchu Ferraz en la batería, Prika Amaral en guitarras y segunda voz (ahora voz principalmente nada más) y Fernanda Lira en bajo y voz líder, quien se fue para fundar Crypta. Qué genialidad terminar con el tema Warfayrer, con intro y outro de blues / jazz vocal, qué maravilla. En Spotify.

2. Singles de Lifeboats, qué buena banda de metalcore, post-hardcore y pop-punk de Lyon, Francia (otra recomendación propia de Deezer, el Spotify francés). Me gustaron mucho. 

3. Make them suffer (2024) de Make them suffer: genial djent/metalcore electrónico australiano, con increíbles riffs enrevesados, contratiempos divertidos que incluyen breakdowns y cortes de nü-metal, voces femeninas, teclados y piostas de techno y drum n bass, cortesía de la sexy y talentosa Alex Reade, quien también toca la keytar. Eran una banda de deathcore sinfónico en 2012 aunque la evolución me parece genial, conservando todos los guturales del deathcore, que tienen una asombrosa calidad y poder, agregando algunas voces limpias, otras más matizada y dándole un cariz de metal alternativo realmente apreciable junto a los sintetizadores. 4,5, fácil. En Spotify.


4. Solar Transmissions (2025) de Atomiste. Proyecto de drone, noise y ambient del multiinstrumentista francés Atomiste, que consta de tres extensas composiciones entre 17 y 23 minutos y quien describe este álbum como una exploración sonora de conceptos solares y espirituales, mediante el uso de "frecuencias binaurales". Me gustó, es relajante, según RYM, es Drone, Space Ambient y Tape Music. La sentí lejos de su This Is Beyond All of Us (2025), más nu jazz y según él, su obra maestra. En este caso, 3,5 de 5. En Bandcamp.

5. Bloom: Living World - Brian Eno x Bloom con Peter Schilvers, dos pistas, de 62 minutos y una versión single de 5 minutos de Ambient y New Age. Este proyecto reimagina la aplicación generativa de música y visuales Bloom, desarrollada por ambos en 2008. Originalmente, "Bloom: Small World" se lanzó en octubre de 2024 como un Amazon Original, acumulando más de 17 millones de reproducciones en sus primeros tres meses. Para complementar la experiencia auditiva, se ha creado un video original generado a partir de la aplicación, que ha superado las 120,000 visualizaciones en YouTube. Me hace pensar en el Biophilia de Björk, con ese proyecto multimedia y multiplataforma, casi museístico, de "música viva" e inmersiva. En Spotify. 3,5 de 5.

6. Circle Of Giants (2025) de moe.: banda de rock progresivo / jam band / psicodelia, formada en la Universidad de Buffalo en 1989. Así que en este disco hay de todo, desde mucha psicodelia setentosa con Hammond hasta stoner con distorsión fuerte, algo de country, blues, jazz y progresivo, así como algo de space rock y hasta funk-rock y samba.

Es el decimocuarto álbum de estudio, en el que incorporan al multiinstrumentista Nate Wilson, que añade mucho de lo psicodélico de los años 70. Bastante bueno, aunque a veces siento que demasiados elementos distintos, el balance es altamente positivo. 4,2 de 5. En Spotify. 

7. Psalmus Mortis (2025) de Retromorphosis: death metal sueco, atmosférico y técnico, con referencias al old-school -incluyendo algo de brutal death- entremezcladas con estructuras técnicas y progresivas contemporáneas, con un buen gutural bestial y arreglos súper hábiles, aunque el sonido no es el mejor, aunque orgánico está demasiado hundido.

Tiene teclados de fondo similares a los de las bandas de black sinfónico y de death/doom de los 90, aunque los riffs de guitarras, bajo y batería son muchísimo más complicados y veloces, como de death/thrash progresivo, alcanzando niveles estratosféricos de calidad interpretativa, mientras mantiene un ambiente misterioso y oscuro, incluso frío y también vintage, que me recuerda a Penetralia de Hypocrisy, aunque con predominancia de la precisión y la velocidad instrumental como en Atheist o Pestilence. 

Parecen querer conjugar la energía oscura de los primeros del death progresivo con un sonido misterioso del doom/death por medio de atmósferas y teclados. Este proyecto marca el resurgimiento de miembros clave de la influyente banda Spawn of Possession, incluyendo al guitarrista Jonas Bryssling, el vocalista Dennis Röndum, el bajista Erlend Caspersen y el guitarrista Christian Münzner (ex-Obscura, ex-Necrophagist), junto con el baterista KC Howard (ex-Decrepit Birth). Me gustaron más originalmente, aunque la calidad del sonido y la derivación vocal tan cerca al trabajo de Peter Tagtgren me parecen puntos bajos. 4 de 5 porque la música es realmente asombrosa. En Spotify.

Debo destacar el trabajo del bajista, noruego que tocó en seis discos de Blood Red Throne, en Igorr, en Deeds Of Flesh y el trabajo solista de Christian Muenzner.

8. I am a tower de Swans: anuncian nuevo disco con un single de 19 minutos que según RYM tiene de toda vaina: Post-Rock, Experimental Rock, Drone, Krautrock, Totalism, Poetry, Art Rock, Post-Punk y Gothic Rock, que además lo puntúa con el mejor single del año hasta ahora. Me parece bueno, aunque demasiado gótico/80 para mi gusto en la primera parte. Grande el tema Tinted Civic de Crippling Alcoholism, tomando el post-punk y el goth rock y llevándolos a nivel de noise metal, brutal, mucho mejor para mí. En una similar diferente está el tema Heathen de Deafheaven (que empieza como un dream pop/post-punk con voz limpia y se va desarrollando como blackgaze/psot-metal en sonido, con shrieks que mantienen polifonías con guitarras en trémolo y sintetizadores ochenteros bailables de fondo), logrando algo extraordinario, pesado, muy técnico y sorprendente. Inertiae de ...And Oceans, empieza como un black/death sinfónico y brutal, para luego convertirse en cybermetal, lleno de techno, para convertirse en el más reciente black sinfónico aunque más pesado y tradicional que lo que le conocemos, me gusta el cambio aunque habrá que escuchar más. Cosa rara (en la playa) de la colombiana Lucrecia Dalt con la jazzista Mabe Fratti (grandiosa canción de electrónica latina, dub y jazz oscuro). Dos singles nuevos de Morcheeba, bien funk y orquestales, chéveres. Cuatro nuevos temas de Dirty Projectors, con un art pop / chamber pop muy cinemático, con voces muy bellas, me pareció hermoso y refrescante, una alegría. Otro tema nuevo de Architects con House Of Protection (Brain Dead), bien electrónico, metalcorero y furioso, con nu-metal y parecido a SOAD por momentos.

9. Witnessing the fall (2010) de Svart Crown: segundo disco de la banda de black/death metal francés brutal: furioso, sucio, rapidísimo y técnico, lamentablemente separados, uniendo varias generaciones de la música extrema más veloz y precisa. 

Logran, con mucho éxito y como pocos, unir el sonido denso y subterráneo del black atmosférico de Deathspell Omega con la habilidad técnica y monstruosa del death de Immolation, junto al death progresivo y disonante de Ulcerate, añadiendo además un ángulo propio de estructuras extrañas, combinando el thrash/speed de los 80 con imposibles formas de metal progresivo y alucinantes arreglos de brutal death, además de tiempos oscilantes, con una cadencia perversa y un groove mediado por la potencia polirritmica.

Su cantante está ahora con Igorrr. Brutalísimo este disco, destructivo y avasallante, con riffs afilados, con melodías disonantes y polifónicas, para crear esas extrañas atmósferas opresivas y claroscuras, más una batería demencial y durísima, profunda, y un gutural procesado para añadir una capa de rareza y una vibra entre industrial y progresiva. Muy buenos, 4,6 de 5. En Spotify. Como Behemoth pero sin aburrir.


10. Invasion 2 (2025) de Invasion: heavy metal melódico / hard rock noruego que me hace pensar de inmediato en Voyager, aunque mucho más glam y AOR, quizás más cerca de Poison, MOtley Crue y GnR, siendo claramente menos progresivo. El sonido es realmente muy bien cuidado, con cierta textura electrónica mejorada por un sonido contemporáneo de guitarras más presentes. Es un revival absolutamente aunque con un toque tan moderno que me agrada, menos cursi y con más influencias del hard rock y el heavy aunque las keytars y los sintetizadores están clarísimos. Divertidísimos, punto. En Spotify. 4,2 de 5.

25 febrero 2025

Grunge francés nirvanesco, black metal atmosférico alemán, pagan folk black femenino finlandés, drone/post-rock y deathgrind gringo, death sueco, industrial / nü-metal gringo y post-punk noise irlándes, indie/rock electrónico/glith y free jazz

0. Martes de kárate (el regreso) después de dos fines de semana de descanso y sintiendo que he tenido mucha más fuerza, energía y resistencia.

1. God Doesn't Exist (2024) de Sex Shop Mushrooms: banda de grunge que realmente es un ripoff francés de Nirvana. Eso sí, saben tocar muy bien, tienen un sonido que mezclan con garage rock y algo de percusión latina que les da renovación, además de una forma visceral de presentarlo, pero de nuevo, es una banda cuyas vocales son realmente una copia descarada de Kurt Cobain. 3,3 de 5. 

2. Kremess (2025) de Gràb. Segunda producción del dúo alemán de black metal atmosférico, con grandes invitados, que van desde V. Santura y Morean (Noneuclid, Alkaloid, ex-Dark Fortress) a Markus Stock y Thomas Helm (The Vision Bleak, Empyrium), además de músicos que interpretan la viola, la flauta y el dulcémele martillado, produciendo un black metal atmosférico, cósmico y misterioso, heredero de los pioneros Emperor, Gehenna, Ulver y Darkthrone, aunque combinado con elucubraciones más cercanas al ambient, el black pagano y el atmosférico, por lo que se escuchan coros vikingos, interludios acústicos (que incluyen el uso del salterio, un instrumento bávaro de cuerda) y muchas referencias a la naturaleza invernal. 

El resultado es una combinación de temas rápidos y feroces, más cercanos a las raíces del género, además de melódicas y expansivas, con arreglos traídos de la cultura bávara -que incluye cantar en uno de sus dialectos- y un uso profuso de sintetizadores, que le añaden riqueza y diversidad, con una belleza particular, en que brilla especialmente el uso del dulcémele para añadir armonías polifónicas y un aire misterioso que siempre es acompañado de una shriek poético y paranormal, entre la desesperación del black metal depresivo y los matices del folk metal gótico. Por momentos, como en el tema final de más de 11 minutos, ni siquiera estamos hablando de música black metal sino de una combinación de dark folk, post-metal y metal neoclásico. 4,5 de 5. En Spotify.

3. Karsikko (2025) de Vermilia: curioso y onírico black metal atmosférico y pagano finlandés, obra de la solista Julia Mattila (Vermilia), que pasa desde las narraciones góticas y los coros litúrgicos a los shrieks depresivos y alargados, mientras la música se pasea por el black/thrash melódico y con inmensos arreglos sinfónicos. Los temas varían de extensión, y aunque recurren a riffs de trémolo picking y pianos tenebrosos, la música es apenas una base de agresividad para las muchas capas de voces. La veo lejos de colegas como Myrkur o Sylvaine, ni hablar de Chelsea Wolfe. Los toques folk y ambient tipo Wardruna son lo mejor. En Spotify. 3,5 de 5.

4. Flowers in the Spring (2025) de Wrekmeister Harmonies: el ruido y la disonancia no son buenos ni malos per sé, pero pueden serlo. Así es esta banda, un colectivo de post-rock, drone, ambient y doom metal liderados por el compositor J.R.Robinson, ubicado en Chicago, Illinois y encargado de guitarras y electrónica, junto a Esther Shaw, quien lo acompaña en voces, violín y teclados. 

El disco es claramente lento, hipnótico y meditativo, como desde la ambivalencia de la luz y la oscuridad dentro de nosotros, e inicia con un tema de una distorsión de guitarra que puede recordar a The Body y sus colaboraciones, que va variando poco a poco en timbre y tono por 10 minutos. El segundo tema es más meditativo y ambiental, con sonidos de cruces de carros y un bucle extenso del mismo acorde de guitarra. Luego vuelve la distorsión aunque ahora está adornado de teclados suaves, discordantes con la atmósfera corrosiva de la guitarra. Son 20 minutos de repeticiones, que incluyen unas cuerdas de fondo que van y viene repetidamente. Está grabado en tan sólo cuatro canales, por eso hay tantas capas superpuestas de guitarras, produciendo los sobretonos o armónicos por yuxtaposición. 

Robinson describe el álbum como una búsqueda de "los sutiles movimientos internos y externos, los finos hilos de sonido, ya sean fuertes o suaves, interiores o exteriores, que se vuelven valiosos". 

3,5 de 5.  En Spotify.

5. Malignant Worthlessness (2025) de Pissgrave: para equilibrar ahora está suciedad de grind/brutal death, que suena asqueroso pero potente, con ese sonido que explota con todos los instrumentos al tiempo que es tan genial para hacer música extrema, con un gutural como procesado para meterle ruido blanco y de verdad a veces suena como el Pato Donald, mientras las guitarras realmente brillosas y potentes, mientras la batería es increíblemente corrosiva y en metralla, dignos hijos de Napalmd Death y Misery Index. Tercer disco de estos locos de Philadelphia, Pennsylvania. 3,7 de 5. En Spotify.

6. Carnage Euphoria (2009) de Vomitory: death metal sueco del mejor, y además su regreso 2023 fue brutalmente genial. Este disco es sucio a lo Asphyx, Grave y Dismember, con un growl profundo y un sección rítmica llena de repiques asesinos y platillazos que suenan con perfecto consonancia con los riffs acompasados de guitarra y batería que dan ese sonido malévolo insigne, en que todo suena como un alud sónico avasallante, en conjunto y sin disonancias ni armónicos, más bien cavernoso. 

Además, con las influencias del d-beat, hardcore punk y grind old-school necesarios para darle dinamismo, algo de melodía y cadencia. Sí, puede ser que aún siendo coherente y con una producción enfocado en la brutalidad y mostrar la precisión instrumental, sea repetitivo, aunque para mí es una fortaleza, como un muro impenetrable de un castillo medieval.

Erik Rundqvist se encarga de bajo y voz, junto a los hermanos Urban y Tobias Gustafsson en guitarra y batería, más el guitarrista Peter Östlund, quien grabó el All Heads Are Gonna Roll pero fue sustituido este año por Christian Fredriksson, quien estuvo invitado en ese disco de 2023. En Spotify. 4,5 de 5.

7. Concrete Jungle (The OST) - 2024 de Bad Omens. La música es para pasarla bien. A veces uno puede despreciar o adorar algo que no lo merece por razones propias, pero parte de esas decisiones, así sean emocionales, tienen que ver con lo que pueda o no vibrar con uno, incluso en diferentes momentos de tu vida, de tu mes o de tu día. 

Esta "extensión experimental" de su disco de 2022 funciona para mí. Es súper electrónica y conserva los gritos, es mayoritariamente industrial, sintéticamente metálico y hasta bailable, pero también tiene drum n bass, big beat, techno y hip hop, por lo que hoy lo que no me gusta en Perturbator o Master Boot Record acá lo encuentro enormemente disfrutable gracias a la combinación alternativa, que incluyen guitarras de nü-metal y rap. Además, los invitados son geniales, Poppy, Health, Wargasm, Bob Vylan, Swarm, ERRA, IRis.EXE, Thousand Below.

4,5 de 5. En Spotify.

8. Blindness (2025) de The Murder Capital: post-punk / indie rock / noise rock de Dublín, Irlanda. Siento una sensibilidad existencial en este disco, sin considerar las letras. Hay un espíritu grunge en él, aunque también de indie pop, que no es la depresión que causa ensimismamiento ni la rabia que lleva a romperlo todo, sino una especie de comprensión, de empatía que se distribuye en detalles musicales cuidadosos, casi crudos y en vivo, sin excesiva producción. Es intimista.

La voz, que parece un diálogo, evoca a los cantantes de rock alternativo de los 90, que se complementa con los arreglos electrónicos, las explosiones guitarreras y una batería minimalista, casi artesanal, muy indie.  Leí después que la canción "Love Of Country" se destaca por su reflexión sobre el patriotismo y la xenofobia, con la línea: "Could you blame me for mistaking your love of country for hate of man?" ("¿Podrías culparme por confundir tu amor por el país con odio hacia el hombre?"), pero también el vocalista James McGovern ha mencionado que el álbum explora la educación católica y la muerte, fusionando una mirada glocal, que va de lo internacional a lo personal. Para mí, muy bueno, me encantó, 4,6 de 5. En Spotify.

9. Gut (2025) de Baths: pop rock orquestal, refrescante y hermoso, proyecto del californiano Will Wiesenfeld, que RYM me dice que es Indietronica, Indie Rock y Glitch Pop, con base en el chamber pop. Entiendo que esto es un cambio drástico, agregando guitarras y pecusiones a lo que antes era puramente electrónico, más considerando que en Sputnikmusic lo comparan con Four Tet y como un artista de Downtempo. Es fácil relacionarlo con Perfume Genius, Radiohead y Moses Sumney, aunque tiene unas canciones más duras y sucias, influenciado por el noise rock (al menos en los gritos) o en algo de industrial, y el tema final, de 7 minutos, demuestra una cara más salvaje e impulsiva, que es un extraordinario y magnífico final.
Yo quedé encantado, claro que sí, 4,3 de 5. En Spotify.

10. The Equinox (2025) de Painkiller: free jazz de Bill Laswell, John Zorn y Mike Harris (Napalm Death) que revivieron en 2024 con el disco Samsara. Suena a muchísimo jazz basado en saxofón con decenas de capas de electrónica, que RYM califica como Free Jazz, Illbient, (ambiente con hip hop y dub), Avant-Garde Jazz, Techstep (variación del drum n bass con atmósferas de ciencia ficción y misterio) y Drum and Bass. 5 de 5 porque viva el jazz... En Spotify.

24 febrero 2025

Lo nuevo de Killswitch Engage (metalcore), Naxatras (rock psicodélico espacial y electrónico), Motorpsycho (rock progresivo psicodélico), singles de The Darkness (power pop, hard rock, glam), black/death melódico alemán, hard rock / pop rock alternativo, muy mal metal industrial de Bong-Ra, divertido black gótico industrial (Nachtblut), Scour (black/death de Phil Anselmo), mathcore/screamo chileno y

0. Hoy empiezo con análisis de datos de redes sociales con Probox, apenas ganando 100 dólares pero agarrando todo.

1. This Consequence (2025) de Killswitch Engage: nunca he sido demasiado fanático de esta banda de metalcore melódico, sobre todo porque tiene demasiadas voces limpias muy regulares, y por qué a veces me suena demasiado derivativa de Trivium con Testament, lo que debería ser bueno en teoría. Lo mejor está en los guturales y los temas más pesados. Muy regular, 3 de 5. 

2. V (2025) de Naxatras: rock psicodélico desde Grecia, que me impactó hace años cuando los conocí. Ahora con muchos más sonidos alternos y ya no sólo psicodelia cósmica, podemos escuchar arreglos electrónicos y de cuerdas con tonalidades de Medio Oriente, sintetizadores y arreglos analógicos de rock progresivo setentoso y space rock, con flautas a lo Jethro Tull y Hammonds a lo Deep Purple, e incluso se puede escuchar algo de stoner/doom metal en guitarras, lo que los hace más rico, profundos y diversos, sinceramente mucho mejores. 4,7 de 5. En Spotify. El tema Sand Halo es una delicia.

3. Motorpsycho (2025) de Motorpsycho: en la misma nota psicodélica está este nuevo disco de los noruegos experimentales  Bent Sæther y Hans Magnus Ryan, ahora completamente sumergidos en el rock psicodélico setentetoso, muy vintage y hippie en cada sonido e instrumento, aunque con aproximaciones variables, porque tienen canciones de menos de tres minutos y una epopeya musical de más de 21. De acuerdo a los usuarios de RYM, es rock progresivo y rock psicodélico, aunque los temas cortos son más rock indie y hard rock, además que hay infusiones de heavy psych y kautrock. Es una joya total, 4,8 de 5. En Spotify.

4. Tir na nÓg (2025) de Maruja: después de impactar al mundo con el jazz/punk de Knockarea y Connla´s Well, ahora llegan con otro EP de nombre misterioso (La tierra de los jóvenes en traducción literal al irlandés, aunque es realmente "El Otro Mundo" en la mitología celta), brillante con demencial, complejo y estimulante Post-Rock Jazz, con mucha diversidad de tonalidades y colores. Son cuatro piezas totalmente improvisadas, con los nombres del 1 al 4 en irlandés. Es muy impresionante que sea todo improvisado, siendo tan coherente e incluso estructurado, con atmósferas que van desde la calma casi meditativa a dementes formatos de John Zorn en anfetaminas. 4,5 de 5. En Spotify.

5. Viva lo vintage, porque los cuatro singles de The Darkness son deliciosamente bien hechos, divertidos y rockeros, a punta de hard rock, glam y power pop. Qué monstruosamente buena la versión de Invaders must die de The Prodigy por la banda ucraniana de black/death 1914 y el artista post-industrial Ship Her Son, formando una "agrupación" ahora llamada Barney Hines Band.

6. Fallen Angel's Dominion (2010) de Thulcandra: black metal melódico, claramente influenciado por los Dissection (versionan The Somberlain) y otros pioneros del melodeath sueco. Un poco primitivo a veces, con un shriek realmente malvado y profundo, tiene destacadísimas guitarras que tocan incluso momentos progresivos, disonantes y atmosféricos, cortesía de Steffen Kummerer (Obscura) más una batería que a veces me recuerda a Hypocrisy, porque suena procesada y puede pasar de básico acompañamiento a una máquina asesina de doble-bombo y blast beats. Creo que se queda en algo derivativo pero tocado de una forma magistral. 4,1 de 5.

El power trío oficial lo completan los gemelos Tobias y Sebastian Ludwig. La batería fue encargada a Matthias Landes (Noneuclid, ex-Dark Fortress y ex-ReVamp y que grabó el siguiente disco de Thulcandra como miembro de la banda). En Spotify.

7. Ain't It Tragic (2021) de Dead Sara, hard rock y pop rock indie alternativo, liderados por Emily Armstrong, ahora archiconocida por ser la nueva vocalista de Linkin Park. La banda es simpática, combinando ideas como de bumblegum pop con guitarras sucias, y acercamientos entre el grunge y el hard rock al pop, e indudablemente ella canta realmente bien, con una gran voz entre bluesera, muy rockera, juguetona infantil y una Gwen Stefany cuando era todo ska. 3,7 de 5. En Spotify. El power trío es completado por el baterista Sean Friday y la guitarrista Siouxsie Medley. Usan bajista de sesión. Son de Los Angeles, California.

8. Black Noise (2025) de Bong-Ra, distinto a sus discos anteriores, alejándose del jazz combinado con breakcore o el stoner/doom con post-metal, para acercarse al metal industrial con electrónica dura, un poco entre hardcore digital y lo que hace Author & Punisher, usando guitarras muy pesadas y disonantes, a veces afortunadas y la mayoría simplemente ruidosas. Mucho menos exitoso que sus anteriores experimentos. 2,5 de 5. 

9. Todschick (2025) de Nachtblut: estos tipos me agradan demasiado, con su combinación de black metal sinfónico, metal industrial y Nueu Deutsche Harte, que suena a Rammstein con Cradle Of Filth, aunque según Metallum son gothic metal extremo. Este séptimo disco no decepciona en este sentido, no sólo por las voces que suenan a las narraciones góticas y arrastradas de Dani Filth, Till Lindemann y Marilyn Manson, sino además las alegres melodías de folk metal medieval y canciones de piratas, las divagaciones puramente electrónicas totalmente bailables y los momentos duros de black gótico, que finalizan con un increíble tema como de soundtrack apoteósico de cine western, que combinan de forma bizarra con shrieks y guitarras metaleras, pero que revelan las orquestaciones cuidadas e impresionantes que agregaron al disco. Genial, 4,5 de 5. En Spotify.

10. Gold (2025) de Scour: debut infernal de la banda liderada por Phil Anselmo después de los EPs Grey, Red y Black, que ahora sí la hizo poderosamente bien, con calidad y brutalidad, combinando sus guturales y shrieks intensísimos con música veloz, perversa y asesina, que además de estar llena de trémolos pickings, riffs de hardcore punk y death jujnto a una batería grindcore, con algo de dark ambient por si falta oscuridad, tiene esas explosiones de wall-of-sound que se combinan con momentos de melodías aserradas que simplemente anuncian que caerán decenas de otras bombas atómicas. Es una enciclopedia del metal extremo, con altísima calidad interpretativa, de sonido y de composición, al nivel que se esperaba del largo camino de Anselmo por el género. El tema final, Serve, es el más cercano al black melódico, lo cual es una grata sorpresa bestial.

La banda se completa con las guitarras de John Jarvis (Agoraphic Noisebleed y China Girl) y Derek Engemann (China Girl y ex-Cattle Decapitation), que explica el brutal death/grindcore, la batería de Adam Jarvis (Pig Destroyer, Misery Index y Lock Up) y el bajo de Mark Kloeppel (Misery Index), así que como Anselmo, son unos "outsiders" del black metal, lo que brinda frescura y bestialidad al mix. Además, está invitado Gary Holt (Slayer, Exodus), quien aporta un solo de guitarra en la pista "Coin". 4,7 de 5. Fácil. En Spotify.

11. No esperan por nadie (2025) de cóclea x canut de bon: disco conjunto de mathcore / noise rock / screamo / post-hardcore de dos bandas de Santiago de Chile. 

Empieza con cuatro temas de Cóclea, con un sonido bastante crudo y en vivo, tienen canciones con estructuras y arreglos caóticamente elaborados, por lo que aún acercándose a algo como Minuteman o Dillinger Escape Plan, predomina la filosofía indie, underground y salvajemente lo-fi. De acuerdo a su Bandcamp, son metalcore, punk, post-hardcore y sasscore, lo que resume bastante bien la cara DIY  y anti-sistema de la producción, mientras la música es punzante e incluso progresiva. Los temas son largos, entre 4 y 7:30. A ellos les doy un 4,3 de 5. 

La segunda basta apuesta por la brevedad, siendo más ruidosos y disonantes, directos al emoviolence. Igualmente buenos instrumentalmente, un poco más angustiosos y desesperados, aunque no tan buenos. 3,8 de 5. En Spotify.

12. Pheromones (2005) de Animal Alpha: debut del quinteto noruego de metal alternativo liderados por la demencial y talentosísima Agnete Kjølsrud, a quien conocí por su increíble colaboración con Solefald primero y con Dimmu Borgir luego, más tarde enamorándome por completo de su propuesta en Djerv. Entre los músicos involucrados hay gente que ha trabajado con Leprous, Apoptygma Berzerk, Anathema, Pnatheon I y Motorpsycho, entre otros. Disco genial de verdad, de mis favoritos. 4,5 de 5. En Spotify

23 febrero 2025

Black metal disonante portu-holandés, death/thrash satanista mexicano, folk/viking/black metal progresivo (Vintersorg), death/deathcore gringo, black épico melódico y black atmosférico sinfónico holandés, maravilloso soul blues rock (Grace Bowers) y death metal de Tampa y Australia

1. Austere Dawning (2024) de Monte Penumbra - black metal atmosférico, que combina el sonido melódico, vikingo y ritualista de Satyricon con algo de sonidos contemporáneos más shoegaze, disonantes y furiosos. Son de Portugal, lo que los hace más interesantes porque iba a decir que me recordaban a Gaerea y a Deathspell Omega. 

Es el proyecto solista del holandés W.uR (también en Ab Imo Pectore), encargado de vocales, guitarras y bajo, invitando al islandés Bjarni Einarsson (Parfaxitas, SLIDHR) para grabar las baterías y a Iunus, también en Ab Imo Pectore para el ambient. Buenísimo, 4,5 de 5. En Spotify

2. Poetas de un mundo muerto (2025) de Siniestra María: death/thrash metal mexicano y en español, con letras satanistas y que recuerda a Brujería aunque menos pesado. Muy buenas guitarras, típicas del género aunque más enfocadas en el thrash, con un bajo duro y hábil, además de una batería muy bien producida y potente. Tienen solos geniales y un sonido bien mezclado. La voz se escucha clarita, lo que es diferencial, con un growl cavernoso aunque enfocado en que se escuchen bien las letras, incluso cuando se agregan coros agudos a lo Deicide. Buenos, 4 de 5. En Spotify. El tema final, Vouyerista, tiene una gracia melódica que me hizo pensar que era una versión o una sátira.

3. Till Fjälls del II (2017) de Vintersorg: la respuesta a su disco debut, epítome del folk/black/viking metal progresivo y sinfónico nórdico, es una banda sueca con increíbles voces operísticas, vikingas y épicas, shrieks poderosos y un ambiente montañoso, atmosférico y melódico, tanto como gélido y bélico, una aventura de guerra en bosques nevados sobre escarpados picos glaciares. Para mí un discazo maravilloso, que explica por qué Andreas Hedlund estuvo en seis discos de Borknagar, cuando ICS Vortex salió para irse a Dimmu Borgir, completando las voces de forma hermosa. Este disco para mí es genialísimo, 4,8 de 5. En Spotify.

4. With Blood Comes Cleansing (2025) de With Blood Comes Cleansing: deathcore//slam death cristiano de Albany, Georgia. Voces típicas, buenas guitarras, mejores invitados y una batería arrolladora. Normalete aunque disfrutable, 3,5 de 5. 

5. Where Wandering Shadows and Mists Collide (2016) de Slechtvalk: grandiosa banda holandesa de epic black metal melódico y sinfónico, que había olvidado que conocía. Con elementos progresivos, interludios de calma épica e influencias del melodeath y del viking metal, es una obra realmente cuidadosa, grandiosa y profunda. 

Aunque a veces, especialmente en la voz, suena algo derivativo las bandas de black sinfónico de finales de los 90, tiene una complejidad interpretativa y polifónica que le da muchísimo carácter, aunque a veces parece que son distintas bandas en canciones diferentes, porque unas tienden más al black atmósferico orquestal y otras al viking black operístico. 

4,3 de 5. En Spotify

6. Wine On Venus (2025) de Grace Bowers & The Hodge Podge: increíble despliegue de funk rock, soul blues y blues rock de la prodigiosa y hermosa guitarrita Grave Bowers y su banda, completada por Esther Okai-Tetteh en la voz y Prince Parker en guitarra. Una maravilla musical, similar a High Fade, creo que junto a Avatarium, de lo mejor del año. En Spotify


Eric Fortaleza (bajo), Brandon Combs (batería), Matthew Paige (arpa), Joshua Blaylock (teclados), Jack Warren (saxofón),  John Osborne como productor, guitarrista y vocales, Lucie Silvas en voces adicionales y Nigel Cathey en trompeta completan el grupo de músicos que grabaron y tocan en vivo con Grace.

7. Lyksalver (2025) de Shagor, black metal atmosférico holandés, con gran producción vocal: desde gritos de witch similar a Cattle Decapitation, muy elaborados y grandiosos coros gregorianos, shrieks agrios y voz limpia vikinga operística. 

El disco se compone de cinco temas largos, de entre 8 a 11 minutos, con un bajo totalmente presente y armónico y mediados por muchos teclados, dándole un toque expansivo y sinfónico, casi post-metal, aunque prevalecen las guitarras melódicas de distorsión semi-reveberada en trémolo picking que en lugar de ser gélidas son más bien épicas, así como una estructura de canciones explosivas y de sonido envolvente, ampliamente sinfónicas y melódicas.

Además de los extraordinarios coros, se destaca la batería con un sonido denso, muy técnica y llena de repiques. Me recordó por momentos a Summoning, sobre todo en el tema final, que logra combinar lo melódico, lo disonante, lo furioso y lo romántico. Es bueno, 4,5 de 5. En Spotify.

8. I, Monarch (2005) de Hate Eternal: tercer disco de estos death metaleros estadounidenses, producido por el propio Erik Rutan, líder, vocalista y guitarrista de la banda. Lo acompañaron el brutalísimo Derek Roddy en la batería, sumamente técnico y hábil, añadiendo algunos arreglos intrincados y violentos en el tema It Is Our Will, y Randy Piro en el bajo. El sonido demoledor brilla por un sonido claro y potente, en que podemos disfrutar de la demencial performance del power trío, con ráfagas de doble bombo, riffs aserrados en contratiempo con la vocalización y un bajo que añade cavernosidad. 

Rutan es una bestia genial, grabando capas de growls y shrieks, haciendo armonías monstruosas con su laringe y creando un universo sonoro telúrico. Debería escuchar mucho más esta banda de Tampa, Florida, que no saca nada desde 2018 porque Rutan está desde entonces con Cannibal Corpse, publicando con ellos dos discos, además estuvo con Morbid Angel y Warfather. Definitivamente, 4,8 de 5. En Spotify.

9. The Grand Arc of Madness (2024) de Sarcophagum: gran disco de death metal australiano que combina riffs angulares y las disonancias con momentos etéreos y melódicos, creando una combinación dinámica que une a Ulcerate con Immolation, aunque con menos arreglos progresivos aunque increíbles arreglos de batería, cortesía de Robin Stone. La banda es de miembros actuales y pasados de Golgothan Remains. 4,5 de 5. En Spotify.

22 febrero 2025

Power metal progresivo, neoclásico y gótico, indie rock / post-punk, noise pop guitarrero, folk/power italiano (Elvenking), electronicore / metalcore japonés, power metal gringo, jazz avant-garde surcoreano y death sueco

0. Seminario de kárate este fin de semana, que no pude pagar. Tampoco hay clases porque todos los senseis y avanzados están allá. Descanso obligado pero necesario.

1. Psychosomatic (2025) de Garden Of Darkness: segundo disco de esta proyecto de lo que podría llamar power neoclásico, progresivo y gótico de temática japonesa, aunque es el trabajo de Jeremiah "Kos" Koser, de Lake County, Illinois y baterista de la banda de metalcore MetalBrook.

A pesar de las guitarras en arpegios y distorsión medianamente pesada, más los arreglos complejos de batería y sintetizadores, los contratiempos y los polirritmos, están muy intercaladas las melodías del lado más pop del gótico en el tema inicial, lo que deja una sensación algo confusa. Obviamente se nota que la batería está a un mayor nivel que la voz y los demás instrumentos. 

Desde el segundo tema, de 11 y un extenso trabajo de 78 minutos, se notan claras influencias de la música orquestal y el power/folk metal, con música realmente muy bien compuesta y una estimulante combinación instrumental, aunque la calidad del sonido deja que desear y la voz, siendo potencialmente buena, puede parecer algo ingenua o desubicada del estilo power metal, sonando incluso como de rock alternativo comercial, y aunque con algunos buenos shrieks y técnica vocal, me suena muy lo-fi para lo esperado. En Spotify. 3,7 de 5. Lo quité en el penúltimo tema porque ya me parecía demasiado largo.

2. Horror (2025) de Bartees Strange: indie, punk y hip hop según Sputnikmusic. Proyecto del hijo de un militar y una cantante de ópera, nació en Inglaterra pero vivió en Alemania, Groenlandia y varias ciudades de Estados Unidos, hasta establecerse en Oklahoma a los 12 años. Ahora Bartees Leon Cox, Jr. vive en Washington. 

Según RYM el disco tiene rock indie, pop rock, además de post-punk revival y pop alternativo, aunque también escucho funk, RnB y hip hop, y ciertamente aunque está basado en los géneros más comerciales, se escuchan grandiosas guitarras que suenan wagnerianas y ruidosas, mostrando a un artista que como su vida misma, no tiene ni fijaciones ni estructuras rígidas. Sin embargo, aunque suena muy bien musical y vocalmente, como un Bilmuri menos rockero, no me conquistó, auque es bueno saber que el indie pop rock tiene buena salud y de esta forma. 3 de 5.

3. Sharon Van Etten & The Attachment Theory (2025) de Sharon Van Etten & The Attachment Theory. Otro disco de muy buena instrumentación y música, que refresca la música comercial con influencias del rock más sofisticado y le da profundidad al pop, a sí no sea para mí. En este caso RYM dice que es Indie Rock y New Wave con toques de post-punk revival y dream pop, aunque con una calidad interpretativa cercana al jazz. A mí me suena algo country y bastante electrónico, con influencias de Fiona Apple y Shania Twain. 3,5 de 5. 

4. Ghostholding (2025) de venturing: es irónico pero cada artista que he escuchado hoy parece similar pero cada vez más alejado del pop. En este caso escuchamos noise rock, rock alternativo y dream pop, que termina siendo algo como un noise pop guitarrero. Un poco más sucio y alternativo, aunque definitivamente con menos técnica y calidad instrumental, no se puede tener todo, aunque tiene un poco más de locura en sus formas y estructuras. Creo que Sputnikmusic es demasiado amable al relacionarlo con Pixies, My Bloody Valentine, Slowdive y Nirvana.

Según RYM es un disco de rock indie y shoegaze, aunque claramente las guitarras raras y los arreglos como desaliñados lo hacen también slacker rock, con toques de noise pop, dream pop y emo. Un poco ya cansado de estos proyectos demasiado solistas y de estudio/cuarto. 2,5 de 5, por la música rara aunque la voz me parece de un poco menos.

5. Phonetics On and On (2025) de Horsegirl: noise rock / indie, de Chicago, Illinois. Suena a un rock and roll vintage, teñido de country, con guitarras lo-fi y guitarreras, un poco post-punk revival también. RYM le quita el noise (sí, suena más bien crudo y casi folk, muy vintage y como con banjo eléctrico) pero dice que esas rarezas son slacker rock y post-punk, mientras que hay sensibilidades pop, especialmente en algunas melodías y la voz, tipo twee y jangle. 3 de 5.

6. The Scythe (2007) de Elvenking: para equilibrar las cargas, power / folk metal italiano, poderoso y épico, con muchísima instrumentación e incluso arreglos electrónicos. Es el peor valorado de la carrera de esta banda en Sputnikmusic, RYM y Metallum, probablemente por la presencia de metalcore y otros sonidos no tradicionalmente incluidos en este género. Ciertamente suena a medio camino entre una banda de metal extremo y rock gótico alternativo, y las voces limpias son regulares. Sin embargo, no le quita lo simpático ni el valor de los arreglos medievales, mucho menos en la segunda mitad del disco en la que también se escuchan influencias del doom y el metal gótico (con un ex-guitarrista de Candlemass y ahora en Mercyful Fate y King Diamond), incluyendo algunas narraciones y shrieks a lo Dimmu/CoF.

Vale decir que en la banda actual, 2025, sólo permanecen los dos cantantes principales, Damnagoras [Davide Moras] y Aydan, también guitarrista. 4,3 de 5. En Spotify.

7. Bucchigiri Tokyo (2024) de HANABIE. - cuarteto femenino de kawaii metal / metalcore / hardcore melódico japonés, conformada por ヘッツ [Hettsu] (bajo y voces de apoyo), ユキナ [Yukina] (vocaless), マツリ [Matsuri] (guitarra, vocales) y チカ [Chika] (batería). Este disco tiene guturales de nu-metal y metal extremo, voces femeninas kawaii y ruidosas guitarras de electronicore, que raya en el noisecore y el industrial extremo, aunque también hay hyperpop y IDM, es basicamente súper pesado, lo que contrasta con los vestidos y estética japonesa, por lo que bautizaron su género musical y conceptual como Harajuku-core. Más cerca de White Zombie y Crossfaith que de Babymetal. Me sorprendieron, 4 de 5. En Spotify.

8. Crypto Halo (2025) de Prehistoria: debut de esta banda de thrash/power metal estadounidense con arreglos progresivos y algo neoclásicos con una base rítmica y percusiva bastante tradicional, con una voz limpia con algunos coros, algo grave para el género y un falsetto bajo medio raro. Creo que fue un error, no es mi tipo de música. 2,5 de 5.

9. All Living Things (2025) de Park Jiha (박지하): artista surcoreana de jazz avantgarde. Mientras en Sputnikmusic hablan de minimal, folk y jazz, en RYM se extienden al describirlo como Fusion Gugak (una versión contemporánea y alimentada de música occidental moderna de la música folk y clásica coreana), Ambient y Post-Minimalism, con toques de Drone y Progressive Electronic.

Por eso, ella usa instrumentos autóctonos como piri (especie de oboe de bambú), yanggeum (instrumento de cuerda por percusión) y saenghwang (órgano de boca de lengüeta libre derivado del instrumento chino sheng). 

10. Obliteration (2015) de Entrails: death metal sueco, old school, con sonido grueso y claramente influenciado por los clásicos. Es un disco regular, pero que cumple con los estándares. 3,8 de 5. La banda actualmente solo tiene a su cantante y guitarrista Jimmy Lundqvist, quien la resucitó en 2008, después de 18 años sin actividad y tras varios demos que no satisficieron a sus integrantes de entonces. En Spotify.

21 febrero 2025

Pop-punk/metalcore (A Day To Remember), black/death francés, sludge/black suizo (Novarupta), metalcore/melodeath californiano (Bleeding Through), black alemán, NWOBHM/speed, grandioso doom/folk sueco, post-black sinfónico francés, lo nuevo de Astropical

1. Adelanto del BIG ONE ALBUM Vol 1 de A Day To Remember, el proyecto de un disco múltiple. Temas de pop punk/metalcore que exhuman muy bien el extracto de juntarlos, entonces hay mucha melodías del nü-metal y el pop punk más comercial, voces limpias y gruñidas, coros punketos pero accesibles, distorsión gruesa aunque no extrema, líneas pegajosas y breakdowns aunque mediados por influencias electrónicas y pop rock. Generalmente bastante entretenido.

2. Noir Berger (2025) de Initiation: black/death francés furioso, épico y con largos temas. Recurre a elementos del black nórdico de los 90, muy a lo Dissection, y mucho de los enrevesados arreglos del black/death europeo sinfónico y europeo originario, influenciado por música e ideas místicas y cósmicas, a lo Carach Angreen, Bal-Sagoth, Ancient y Limbonic Art, para producir una bestia que combina guitarras entrecortadas y complejas de fondo que sirven de andamiaje a otras más directas y brillantes, produciendo polifonías perversas adorandas con solos de guitarra a mid-tempo y melodías románticas del black melódico neoclásico y dramático, quizás abusando de los efectos de risa malvada simulada en los shrieks, aunque con voz semi-gritada en narración que también invoca a Summoning.
Bastante bueno, aunque a pesar de la habilidad técnica y los arreglos, no me excitó tanto lo elaborado como la potencia de la música. Una referencia, le pongo 3,9 de 5. En Spotify.

3. Astral Sands (2025) de Novarupta. La obra solista, semi-grupal, colaborativa y de sludge/black/post-rock de Alex Stjernfeldt, también de The Moth Gatherer, Young Acid, Child y Grand Cadaver, quien invitó a media docena de músicos con quienes comparte en las otras bandas, como Martin Wegeland (Slomatics, Young Acid, Domkraft - con un maravilloso discos de sludge/doom/psicodelia de 2024 llamado Sonic Moons), Per Stalberg (Domkraft y Child), así como a varios de la escena doom/slugde como el músico de folk/blues Fabian Brusk-Jahn, Jonas Mattesson (Year Of The Goat),  Arvid Hallagard (Greenleaf) y Patrik Wirén (Misery Loves Co.). El disco se quema lentamente, con pausas y con arreglos que hay que escuchar poco a poco. 3,7 de 5. En Spotify. Ni de lejos lo mejor que han hecho.

4. Nine (2025) de Bleeding Through: por el otro lado, esta banda californiana de metalcore apela al melodeath, deathcore, groove metal e incluso algo de metal sinfónico, con muchas voces femeninas, un gutural entre el metalcore de Lamb Of God y algo un poco más cercano al black melódico, hace un discazo que combina melodías extremas, rock electrónico, blast beats durísimo y arreglos orquestales e industriales con densas atmósferas de metal contemporáneo que no afloja ni se rinde sino se reinventa para conformar una combinación explosiva que conquista con breakdowns, puentes, coros y riffs corrosivos. Muy bueno el tema con Andrew Neufeld (Comeback Kid). También Doc Coyle de Bad Wolves está invitado como guitarrista en un tema, y Brain Fair, cantante de Shadows Fall.
 
Genial, 4,7 de 5. En Spotify.

5. Black Plasma Armour (2025) de Membaris: black metal alemán realmente bueno, melódico, complicado, sucio, disonante y furioso, con temas largos y un buen sonido, entre atmosférico y veloz. Vale destacar que los cuatro músicos grabaron guitarras, incluyendo el baterista cantante y el bajista. 4 de 5. En Spotify.

6. Can't Take Away the Fire EP 2025 de Raven: NWOBHM/speed/heavy de Newscastle reubicados en Nueva York. Buenísimos en el género. 4,5 de 5. En Spotify. Hay tres distintos bateristas de distintas épocas de la banda en los temas. 

7. A Plague Upon Thee (2025) de Apocalypse Orchestra: el doom está viviendo un año glorioso en 2025, y esta es otra gran prueba. Después de los discazos de Avatarium y Pentagram, ahora este doom/folk sinfónico, épico y medieval, de altísima calidad. La voz limpia y épica junto a los sintetizadores espaciales y los sonidos autóctonos alcanzan momentos memorables, con un folk metal medieval poderoso, emotivo y encantador. El tema final, Saint Yersenia, de casi 9 minutos, se acerca incluso al viking metal con coros épicos y líneas vocales extensísimas. Les doy un 4,3 de 5 pero tiene momentos mucho más altos. En Spotify.

8. Wilhelm (2025) de Decline of the I: se puso bueno este viernes con este disco de post-black metal / black metal sinfónico, con coros góticos, gritos desesperados, shrieks profundos, sonidos atmosféricos y ritualistas, buenos riffs en trémolo picking, rematados con una batería audaz y con blast beats. 

La producción vocal es grandiosa, con gritos fantasmales, guturales profundos, capas superpuestas y unas guitarras que evocan distintas disonancias, gélidas, vaporosas y tenebrosas, que van tomando turnos para espantar e invocar demonios. Comparten guitarra con los también black franceses Merrimack, e invitaron a su cantante, Vestal, a un tema.

Hay momentos en que es más sinfónico y gótico, otros más ocultistas y voraz, otros infernales y melódicos, siempre contrastando los agudos de shrieks y guitarras con la densidad de la parte rítmica. Los arreglos orquestales recuerdan a Dimmu Borgir por momentos aunque la combinación con guitarras es más Septicflesh, con ritmos experimentales, cambios drásticos y elucubraciones progresivas, a veces puramente avant-garde.

Los efectos sonoros, entre puramente espantosos y académicos, que recuerdan por momentos a bandas de power electronics como The Body y Full Of Hell, ya que también usan ese grito de witch house tan chirriante, así como la batería colosal y las voces femeninas aterrorizantes me hacen pensar también en Terra Tenebrosa. Una joya escalofriante, el quinto disco de este cuarteto parisino.

Puntos: 4,7 de 5. En Spotify.

* Perspectiv se puso pesado. En el tema Erika ya no sólo hay progresivo o djent, sino blast beats y guturales, así como baterías hardcore punk. Un tema increíble de jazz/música experimental/académica, el tecladista Vijay Iyer y el trompetista Wadada Leo Smith – Procession: Defiant Life. Según Stereogum es la canción final de un disco conjunto, después del primero hecho hace 9 años, en que dedican temas a líderes caídos, incluyendo Patrice Lumumba. Me gustaron también los de Ghost Bath (muy progresivos y experimentales), Clay J Gladstone (rockero y divertido, con fusión de swing) y demasiado el de Panzerballett, totalmente jazz-rock progresivo. Muy buenos también los temas de speed/heavy de Armory y el Lord Humungus de Black Label Society. Otro buen tema seductor, pop y alternativo de Ed Maverick, deathcore pontetísimo de GAI y Emmure. Maravilloso el tema de rock/metal progresivo de Nospün. Illusions en vivo y en versión orquestal de Cypress Hill, maravillosa. Divertido el tema Knightclub de Feuerschwanz, jugando con metal medieval y electrónica. Singles de Oasis de los noventa remasterizados, entre regular y potentes. Teramaze: maravilloso prog.

9. Astropical (2025) EP de Astropical, el proyecto de Rawayana y Bomba Estéreo. Creo que está muy por debajo de la calidad de ambas agrupaciones, con momenticos interesantes, aunque no demasiado. 3 de 5. Hay que escuchar el disco completo a ver. En Spotify. Aunque algunos temas parecen simplemente de una de las bandas con el otro de invitado, el tema Corazón Adentro me pareció peligrosamente patético, casi de jingle político.

10. Machine Starts to Sing EP 2025 de Porridge Radio: el quintento de Brighton, Reino Unido, de folk y rock indie, edita cuatro canciones que inician suaves y en este género pero van creciendo hacia el post-rock y slacker rock, con algo de shoegaze. En Spotify. Muy bueno, 4 de 5.

11. Lemmon lintu (2025) de Mastord: magnífico metal progresivo finlandés con frecuentes arreglos sinfónicos, en tonos góticos, con muchos pianos, cellos, flautas y cuerdas, cantado en una intrigante voz limpia en finlandés. Es un power trío, e invitaron al ex-baterista de Omnium Gatherum, Jarmo Pikka, para grabar el instrumento. Me pareció un disco magnífico, extraño y aparentemente simple, con riffs arpegiados fascinantes, momentos siderales de rock progresivo con Hammond y mucha técnica para combinar distintos instrumentos en tiempos y ritmos extrañísimos. Sus melodías son lentas, siempre apoyadas por muchos instrumentos académicos y combinando claroscuros armónicos sin estridencias, revelando distintas capas de la composición. 4,5 de 5. En Spotify

12. To Live In A Different Way (2025) de Love Is Noise: con los noventas en las venas, este es el larga duración debut de una banda de dinámicas y contrastes perennes, pues al combinar rock y metal alternativo, con dream pop y shoegaze, pasean entre géneros y combinándolos mostrando distintas personalidades que vivieron en esa época. En algunas canciones se notan fuertes influencias de Slipknot, Glassjaw y Deftones, en otras quien manda es Placebo y en muchas otras parece ser Radiohead o Blur.

Entonces, aunque pueden sonar noventeros: algunos segundo son indie, en otras post-grunge y la mayoría de las veces shoegaze, nü-metal o post-hardcore, con coros reverberados que llaman a la calma, la world music entrando por las ventanas, la experimentación electrónica y el jugueteo con el pop noise. Otras son screamo, post-metal y hasta se escuchan melodías de britpop.

Por ejemplo, sin ningún límite real, en el tema take.one.minute son post-black metal en un minuto y grunge en otro, para luego divertirse entre el space rock, el shoegaze y rock alternativo. Algo similar pasa en la corta y quizás más genial, Jawbreaker, que pasa de la locura metalcore a la calma grungera. Es la obra solista de Cameron Humphrey, quien viene de hacer deathcore/metalcore con Lotus Eater. En Spotify. Un 4,5 de 5.

13. Fall To Ruin (2025) de Die Tonight: es extraño (y atractivo) porque aunque suena por muchos momentos a una banda de metal extremo, muchas veces es una polifonía con metalcore y hasta rock alternativo, especialmente porque coinciden los doble bombos o los blast beats con coros polfónicos entre góticos y metalcore.

Así que puede sonar por a una banda de death metal progresivo, que incorpora metalcore, melodeath y hasta groove metal, lo que hace que se escuchen muchas voces limpias de metal alternativo y permanentes shrieks mediados por capas e intervenciones. Los riffs, arpegiados y complejos, suenan como si Trivium y Mayhem tocaran una guitarra cada una, e incluso a veces como si fuese Voyager o AC/DC tocando melodeath sueco con guitarras procesadas de trance metal, sobre una batería programada y coros reverberados.

Según Metallum es melodeath progresivo (y antes una banda de metalcore). Es el dúo de Bristol, Reino Unido, compuesto por Christopher Norris grabando guitarras, bajo, batería programada, voces, composición y producción, y Alex Dorrington en voces principales, composición, producción, ingeniería, mezcla y masterización. En vivo los acompañan Matt Dobroczynski en guitarras, Dario Petraczek en el bajo y Marcelo López en la batería.

Es básicamente avantgarde y experimental. Me gustó, 4,3 de 5. En Spotify. No sacan más porque creo que falta producción vocal en las partes limpias, unas guitarras más definidas y con una batería real.

20 febrero 2025

Thrash alemán (Destruction), groove gótico italiano (Lacuna Coil), jazz gitano y metalcore punk gringo

0. Salir con Daniel y su familia ha sido de verdad refrescante, lo necesitaba de verdad, más en estos momentos de dificultades económicas, a pesar de faltar al kárate por el cansancio, fue genial conocerlos y volver a verlo.

1. Singles de Black Map y Wishy que me encantaron. Muy bueno, más de lo que sospechaba, los de Perfume Genius. También están buenos los de In The Woods y Drudkh pero en menor grado. 

2. Cinco singles del próximo álbum Birth Of Malice de Destruction: estos thrasheros alemanes están en plena forma, combinando riffs de speed, poder teutónico, shrieks y solos impresionantes con una batería magistralmente dura. Genial lo que viene.

3. Sleepless Empire (2025) de Lacuna Coil: los italianos que iniciaron en el metal gótico, y se desplazaron temporalmente hacia el rock alternativo con poco éxito, vuelven ahora con una mezcla de metal alternativo, gótico y groove que alegra y anima. Las voces de bella y bestia de Andrea Ferro y Cristina Scabbia armonizan de forma espléndida, trayendo lo mejor de dos mundos, del rock gótico accesible y casi pop más la potencia del metalcore y los arreglos del metal sinfónico extremo, gracias a los guturales.

Además, hay un cambio esencial en que Marco Coti Zelati, primero bajista y luego bajista/tecladista, ahora sea también guitarrista, recayendo sobre él casi toda la interpretación musical. Ya lo había hecho en Delirium (2016) cuando la banda se acercó al groove y al metalcore, dejando de ser puramente rock alternativo gótico. Además de la fuerza de los shrieks de Ferro, Scabbia no sólo hace vocalizaciones melódicas sino que su voz semi gritada, semi operática y muy hábil permite la dinámica que su compañero ahonda en cavernosas interpretaciones.

Además, hay una especie de ambiente de distorsión brillante, casi post-rock y algunos coqueteos con el rock electrónico que le añaden más texturas al trabajo de repotenciar de nuevo a la banda, juntando todas sus experiencias y sonoridades a favor de un concepto integrador. Esta conciliación se refleja en sus invitados, Ash Costello de New Years Day (metal alternativo, nu-metal) y Randy Blythe deLamb Of God (groove/metalcore). El resultado me parece increíble, potente y fresco. 4,3 de 5. En Spotify.

Los dos mejores temas son los que permiten a Cristina brillar mucho más, dirigiendo la melodía con su voz, como en la final Never Dawn, I Wish Your Were Dead y Hosting The Shadow (con Blythe).


3. Swing Invention (2025) de Transatlantic Guitar Trio: Joscho Stephan / Richard Smith / Rory Hoffman. Mezcla del swing gitano y occidental que ya cultiva Stephan, junto a fingerstyle, jazz y pop, así como bossa nova, usando instrumentos como el acordeón. Genial. 4,5 de 5. En Spotify. Es un disco con 9 estándares o versiones, incluyendo Duke Ellington, más tres temas propios. Uno de Stephan, uno de S ith y uno conjunto de Smith y Hoffman. 

4. You'll Know It Was Me EP de Church Tongue: cuatro años sin publicar un EP y nueve desde su disco debut, esta banda de metalcore / hardcore punk vuelve con fuerza. Riffs potentes y con algo de disonante, breakdowns perversos y arreglos complejos de batería van guiando, entre guitarras que se deslizan entre la disonancia, los armónicos, algo de djent y otro de mathcore, resultando en canciones realmente bien construidas, originales y con ardiente sonido de violencia musical. Abundan los invitados en los pocos temas. Colin Young de Twitching Tongues; la coreana, chileno-americana de Crystal Pak de Initiate e incluso George Clarke de deafheaven. 

Son de  Indianapolis, Indiana: Michael Sugars (vocales), Nicko Calderon (compositor, guitarra y vocales de apoyo, quien es guitarrista de Knocked Loose), Christopher "Chris" Sawicki (guitarra), Ty Bernhardt (batería), Tony Blondin (bajo).

4,7 de 5, fácil. En Spotify


19 febrero 2025

Rapmetal jazz mathcore de Brooklyn (Candiria), pop punk femenino, grunge/doom francés copión

0. Creo que no apunté en estos días que Daniel Acosta está de visita y que hoy quizás sea el último día en que nos veamos antes que regrese a Texas, así que segurísimo nos vemos.

1. The Coma Imprint (2002) de Candiria
: son dos discos en uno (y una regrabación + bonus), el quinto de la carrera de estos locos de Brooklyn, Nueva York, que son realmente muy distintos. Es básicamente una remezcla y regrabación de la mayoría del segundo disco, original de 1997, Beyond Reasonable Doubt, tres temas nuevos y un segundo disco de canciones de los proyectos alternos, lo que además es costumbre de esta gente.

En los primero 11 temas se explayan los semidioses del rapmetal, jazzcore, dub, nü-metal, rock experimental, mathcore, hip hop y me quedo corto: en que los shrieks de mathcore son permanentes, así sea sobre potentes riffs de guitarras, tribales percusiones africanas, suaves interludios de jazz y/o todo junto. Es hip hop con voz rasposa, es Mr Bungle haciendo East Coast Hip Hop, es Trepalium con un DJ y una guitarra menos. 

Hasta que llegas al tema R-evolutione-r, el último de las primeras 11 y no incluido en el disco original, y entonces la banda se transforma por completo, como lo haría King Gizzard pero en otro disco, haciendo un largo tema de rock progresivo espacial y psicodélico.

En el segundo, escuchamos hip hop, nu jazz, space rock (con violines), IDM y hasta chillhouse/ambiente techno. Esto incluye las bandas/proyectos Chief (8), The Moons Project (con dos temas), Ghosts of the Canal y Kid Gambino. Joya total, 5 de 5. En Spotify.

2. My Apologies To The Chef (2025) de Winona Fighter. Hace poco escribía que el problema del pop punk es que después de Blink 182 y del Dookie de Green Day, todos sonaban repetidos, derivativos o simplemente plagiarios. Y el álbum debut de esta banda me desmiente, por fortuna, dándole más fuerza a las guitarras, incluyendo riffs disonantes y arpegiados, originalidad a las composiciones y diversidad al género, incluyendo muchísimas referencias a la escena indie y alternativa.

Es un power trío de Nashville, conformado por Coco Kinnon (guitarra, vocales), Dan Fuson (guitarra) y Austin Luther (bajo). No, no hay baterista como parte de la banda, sino uno en vivo.


3. Eerie (2024) de Fátima: hablando de originalidad, esta banda francesa de grunge/doom es realmente un copy-cat de las canciones más rabiosas del Nevermind de Nirvana. Bien ejecutadas, pero básicamente un rip-off. Diría que 3 de 5 por lo extraños momentos de diferenciación, que jamás se alcanzan en la voz, sino en interludios de bajo y batería, en que la emulación va por los lados, obvios, de The Melvins. En el tema Mosul Orb agregan algo de música árabe, que les da otro tono de diferenciación, aunque la voz es patéticamente imitadora de Kurt Cobain. 

4. Brat (2024) de Charli XCX: Otro disco de pop alternativo que es considero de lo mejor del año. Bastante bueno, especialmente en producción y vocales, aunque es difícil ubicarlo entre el top 10. Charlotte Emma Aitchison es de Cambridge y tiene una carrera que inició en 2014 con varios discos bien posicionados, hasta el Brat que resumió parte de la cultura en línea del año. Es un disco de Electropop, dance-pop y música electrónica bailable, aunque RYM dice que también tiene Bubblegum Bass, Electro House, Electroclash y Bloghouse. Diría que 4 de 5. En Spotify.

18 febrero 2025

Grime inglés (slowthai), folk experimental, art rock psicodélico experimental (The Mothers Of Invention), doom/heavy psych, dungeon synth, pop punk de Seattle, djent de Nueva York, power metal / trance sueco

1. Ugly (2023) de Slowthai: raro hip hop británico con post-punk que de inmediato me recordó a The Streets. Escuché este disco en 2023 y me alegró mucho conocer esta versión alternativa, que según es grime. Se trata de Tyron Kaymone Framptom, rapero inglés de Northampton, Northamptonshire. Reconocido por la prensa especializada por sus pistas crudas y rudas, sus letras políticas sobre el Reino Unido. Tenía pendiente volver a escucharlo. Hay synth punk, dance-punk y hip hop experimental (que incluye algo de drum n bass) en la música, mientras es parte de la Windmill Scene. 

Puntos: 4,5 de 5. En Spotify.

2. End of the Middle (2025) de Richard Dawson: un folk rock muy raro y atrapante, que suena a veces a Crash Test Dummies y en otros a bedroom pop acústico. Es minimalista y directo, bastante crudo, aunque más que lo-fi es como con una filosofía unplugged medio rústica y hasta country. Según RYM es folk indie, progresivo y avant-garde. Su voz es hipnótica, entre vintage y experimental, aunque siempre limpia y armónica. Es de Newcastle upon Tyne (nombre completo de la ciudad inglesa). 

El uso del saxofón es intrigante, además en Polytunnel consigue hacer una melodía vocal casi pop, siendo menos crudo y después de usar sucias guitarras de noise rock. 4,2 de 5. En Spotify.

Desde 2019 es el cantante y guitarrista de la banda de kautrock, experimental, psicodelia y progresivo, Circle, cuyo disco Terminal, es una joya absoluta.

3. Freak Out! (1966) de The Mothers Of Invention: debut de la banda de blues-rock, doo-wop y rock experimental después de la llegada de Frank Zappa a la misma. Desde California, satirizaron a la escena freak, post-hippie y pre-punk de los 60 en Estados Unidos más cercano al jazz y al rock progresivo, es decir, a la que pertenecían, pero es que la primera escena freak era también autoparódica, quizás lo que le falta a los hipsters. 

A partir de géneros más tradicionales, como la psicodelia y el rhythm & blues original, el disco se dirige hacia la experimentación total que va la composición hasta el collage sónico pasando por los arreglos orquestales. Así que hay juego en el estudio, muchas rarezas instrumentales y altísima calidad interpretativa con infinidad de influencias. Se ríen de los sonidos orientalistas usados en el pop rock del momento y de los estándares vocales y musicales. 5 de 5. En Spotify.

4. Lightning in a Bottle (2025) de Pentagram: los pioneros del doom metal estadounidenses, desde Arlington, Virginia, regresan tras 10 años de silencio, sumergidos en el heavy psych con este disco, más cerca del rock and roll, occult metal y blues rock, menos doom y más psicodelia. Es realmente grandioso este disco. 4,7 de 5.

Su cantante, Bobby Liebling, está invitado en el V de Lucifer. En Spotify.

5. Singles: I Hate de Nightfall, black metal melódico y sinfónico griego, súper brutal. Neperia, otra banda de melodeath sinfónico de Grecia, también muy buena. Nachblut: me agrada esta mezcla de Rammstein con black metal y goth sinfónico.

6. Urth... EP (2025) de DIM / Atrium Of Time, que hace poco escuché como DIM mezclando dungeon synth y black melódico entrelazado. Es el proyecto del canadiense Josiah Wilkinson, en este caso sólo sintetizadores, sin metal, nada acústico ni analógico. Mucho menos logrado, aunque decente. 3 de 5.

7. All In (2025) de Amber Pacific: un pop punk / pop rock con algo más de dureza del rock alternativo que parece una versión más rockera del género. Son de Seattle, Washington. Decentes, aunque no me matan. 3,5 de 5. Puedes escucharlos acá en Spotify. No sé si es por escuchar tanto a Blink 182, pero los parecidos le hacen sombra a todos los demás. Aunque son muy buenos músicos y el cantante de Amber es mejor que el promedio. Lo mejor, The Honest Truth, un tema de dub/reggea punk.

8. Living in the Static (2024) de Livealie: es raro decir esto, pero esto es djent/metalcore "chévere". Lo digo así no sólo por eliminar u omitir lo más extremo, sino porque aunque tiene todos los elementos musicales técnicos de ambos géneros, vocalmente hay un jugueteo alterno. 

Algunos shrieks se hacen fuera de la ortodoxia, casi burlones y con el humor negro del metal extremo avantgarde, mientras los riffs son realmente hábiles y melódicos, armando capas para una polifonía más típíca del nü-metal o el blackgaze, al tener una base densa y muy grave de fondo, casi de sludge atmosférico y encima hay rápidos arpegios. Los breakdowns, llenos de electrónica y calma, son casi casi de post-rock o de metal progresivo.

Además, el concepto implica algunas intervenciones electrónicas que van más allá de arreglos o atmósferas sino se sienten como un eje transversal en la composición. Finalmente, me agradan por no ser obvios. 4,2 de 5. Son de Nueva York y este es su debut. En Spotify. El cantante antes estaba en Oceans Ate Alaska.

9. Game of Faces (2025) de Dynazty: estos power metaleros de Suecia suenan como si tomaras la canción It´s Raining Men para transformarlo en metal sinfónico, con una base de thrash metal, guitarras de hard rock, solos impresionantes, algunos arreglos electrónicos venidos del europop (trance metal) e incluso riffs de groove y mucho de lo comestible del rock gótico / metal sinfónico tipo Beast In Black y Battle Beast, mezclándolo con lo que hace Voyager, Firewind y Rage para conseguir algo en medio del power metal orquestal más épico, la belleza del metal sinfónico de estadio, el arena rock y el AOR transformado por guitarras gigantescas, sonido monstruoso y una producción grandilocuente. ¿Y quién puede culparlos de querer conquistar el mundo con un coro y solo de guitarra a la vez? Les doy 4 de 5, por ahora, aunque le concedo la grandiosidad del concepto elaborado durante años.