31 enero 2025

The Verve (brit pop/psicodelia/space), Larkin Poe (blues rock), Mogwai (post-rock espacial y dream pop), August Burns Red (metalcore melódico), Live ID de Riverside (progresivo polaco) y demos de Madvilliany

0. Hasta hoy trabajo con un equipo completo en Cocuyo Chequea. Por el congelamiento de fondos de USAID, nos disponemos de fondos para tres de las cinco personas que estamos allí, así como el pago extra de dos Community Manager. Incluso habrá que sacar plata de otros lados para pagar al videógrafo y al diseñador gráfico. En mi caso, es probable que me queda sólo un mes más de salario, quizás dos.

1. This is Music: the singles (2025) de The Verve. Originalmente un recopilatorio de 2004, con singles del 92 al 98, que es relanzado en 2025 con una remasterización de 2016, con los temas Love Is Noise y Rather Be, en vez de Monte Carlo, como en el original. Soy de los muchos que no sabe nada de esta banda de brit pop / shoegaze salvo su hit polémico, Bittersweet Symphony. Y está muy buena esta banda, menospreciada al parecer. 4,5 de 5. En Spotify. Según RYM también son neo-psychedelia y space rock reflejado hermosamente incluso con el uso de flautas y sintetizadores, especialmente en el largo, orquestal y muy orínico tema Gravity Grave. Me estaba perdiendo de mucho.

2. Bloom (2025) de Larkin Poe: fue amor a primera vista con este dúo de folk rock y blues rock, oriundo de Georgia y ahora residenciadas en Nashville, Tennessee. Con extraordinarias guitarras y canciones con ese sabor entre country, rock and roll y psicodelia. Con este disco se reafirma su dominio total por ese revival de música de los 60/70 con potencia femenina, como también lo hace a su estilo metalero The Warning. En este caso son dos y no tres hermanas: Rebecca Lovell (voz principal, mandolina, ukulele, piano, bajo, batería programada, banjo, violín y guitarra eléctrica) y Megan Lovell (voz, Dobro y guitarra de acero de regazo o hawaiiana). Me gustó muchísimo este disco. 4,5 de 5. En Spotify.

3. The Bad Fire (2025) de Mogwai: delicioso post-rock electrónico de Glasgow, Escocia, Reino Unido, que toca redondeados rincones de shoegaze, space rock y suave dream pop para adosar paredes con algodón existencialista. Me gustó también, 4,5 de 5. En Spotify.

4. Thrill Seeker (original de 2005, regrabado por sus 20 años) de August Burns Red. Metalcore progresivo y melódico, con melodeath y mathcore entre los ingredientes, de Manheim, Pennsylvania. Disco potente en voces (con vocalista nuevo y el original de invitado), breakdowns y riffs con cortes atravesados y tiempos raros. Increíble, más con ese tema de 8 minutos del final, The Seventh Trumpet. El guitarrista de Killswith Engage, Adam Dutkiewicz, productor original del debut, está invitado como guitarrista. 4,3 de 5. En Spotify

5. Live ID (2025) de Riverside. Versión en vivo del disco ID.Entity, acá mi reseña, uno de mis favoritos definitivos de 2023. Los vi en Bogotá en 2024 con una satisfacción absoluta. Polacos progresivos, con una voz melódica maravillosa y muchos sintetizadores, con tiempos extraños y gran capacidad para producir canciones que asombran y al mismo tiempo nos hacen volar, con unos coros y unas melodías tan encantadoras como técnicas. Buenísimo, 5 de 5, claro. En Spotify.

5. Duél EP (2025) de Jinjer: qué monstruosidad cómo estos ucranianos han pulido tanto esa combinación de metalcore progresivo, groove metal, reggae/funk y djent, con toques a veces muy progresivos y otros casi jazz-metal, con las voces limpias y guturales de Tatyana. Increíblemente brutal lo que adelantan del próximo disco del mismo nombre.

6. Madvilliany Demos (2025) - Madvillian. Después de escuchar el disco Liquid Swords de GZA, no le tenía mucha fe a escuchar discos de hip hop considerados los mejores de la historia, pero si estos son los demos, el disco debe ser impresionantemente bueno. Me conquistaron con estos temas, de verdad es algo increíblemente bueno. 4,8 de 5. En Spotify

30 enero 2025

Banjo metal, jazz / rock progresivo en vivo, metal avantgarde/jazz electrónico francés, hip hop experimental/jazz rap, rock alternativo francés y metalcore francés

1. Banjo Metal Vol 1 de Goober Beatz: un compositor anónimo que hace pistas para videojuegos y otros tipos de uso, sin reclamar pagos por regalías o copyright pero sí créditos, que le permitan seguir haciendo esto. Además tiene un contacto para encargos comerciales. Una curiosidad del Internet aunque es realmente bueno el sonido, sobre todo de guitarras y banjo, la batería aunque procesada con algo de suciedad, es algo robótica. En Spotify. Sólo dice que está en Halifax, Nueva Escocia, en Canadá.

2. Jazz Guitar Virtuoso - Live Broadcast Collection (2025): 2 horas y media del guitarrista estadounidense Pat Metheny en vivo, con su jazz fusión / rock progresivo e incluso algo de new age. Un buen disco para calmar los ánimos de estas épocas turbulentas. En Deezer.

3. Samen (2016) de öOoOoOoOoOo (Chenille en francés, oruga): metal francés de vanguardia, con jazz y electrónica, similar o relacionado con Corpo-Mente, Oxxo XooX, Diablo Swing Orchestra, Ricinn e Igorr en que hay un vaivén de sensaciones y texturas que van desde el jazz gitano, el metal progresivo (con blast beats), la sátira teatral y el metal sinfónico, pasando incluso por influencias del death metal melódico. Es también rock experimental, así que además de arias de soprano sobre furioso black metal también hay vocalizaciones de géneros no rockeros, incluyendo funk y ska.

La voz principal es de Aurélie Raidron (Asphodel de Pin-Up Went Down) que va desde lo lírico/operístico hasta gritos punks y scats de jazz, así como agudas líneas de cabaret y burlesque, pasando por delirios que van desde suspiros hasta gruñidos, mientras que las guitarras, el bajo y las voces guturales son de Baptiste Bertrand. Aymeric Thomas de Priaspyme grabó las baterías. En Spotify


4. Black’!Antique (2025) de Pink Siifu: Según Spotify, este fue el artista que más escuché en 2023. Eso me pareció raro, y lo atribuí a que saca muchos discos y tiene decenas de canciones cada año, que yo escuchaba cada vez que se podía, en mi insistencia de escuchar tanta música nueva como fuese posible. Y sí, me gustó mucho Negro y Gumbo, además de sus artistas asociados como Jpegmafia y Fly Anakin. Ahora, este disco recién aparece como el segundo mejor de 2025 según RYM, superado por Ballonerism de Mac Miller, que me aburrió a la mitad.

En este caso Pink Siifu presenta un disco de hip hop sureño, experimental, industrial y abstracto, con trap, cloud rap y jazz rap, bastante bueno y entretenido (considerando que apenas reconozco las rimas). Bastante oscuro por momentos, súper alternativo, aunque no me mató. 3,7 de 5. 

5. Coda EP de Novelists, está realmente asombroso, rock/metal industrial y electrónico con una producción increíble, influencias del djent, metal progresivo y hasta del hard rock. 

6. Superplayer EP de Storm Orchestra. Rock alternativo francés. Promisorio, bien noventero, aunque a veces como ingenuo.

29 enero 2025

Jazz rap/neo-soul, chiptune/jazz fusión, punk de Washington, lo nuevo de Novalima (electrónica afro-peruana) y black atmosférico alemán

1. Ballonerism (2025) de Mac Miller, grabado entre 2014 y 2016, es un disco lindo de Jazz Rap, Neo-Soul, Abstract Hip Hop, Neo-Psychedelia, Experimental Hip Hop, Cloud Rap (según RYM) aunque para mí muy lejos de ser lo mejor del año, incluso hasta ahora. Es el segundo disco póstumo del rapero, quien falleció tras consumir oxicodona con fentanilo en su casa en 2018. 3,5 de 5.

2. Diabolicus felinae pandemonium (2017) de Pryaspime: el tercer disco de estos dementes franceses está menos logrado que su debut, aunque también está más estructurado. Su metal de vanguardia, está más electrónico: tiene mucho de chiptune, breakcore y hasta alguito de drum n bass, aunque aún se escucha mucho jazz fusión y progresivo. Algo cinemático, menos metalero pero igualmente bueno, 4,5 de 5. En Spotify.

3. Life / Death (2025) de Mortgage, banda punk de Washintong DC. Regular, muy gótica para mi gusto, demasiado lo-fi incluso para el género. 2,5 de 5.


4. La Danza (Deluxe - 2025) de Novalima: música afro-peruano y electrónica de lujo, incluyendo house y festejo, un estilo de música bailable afro-peruano. Por momentos me recuerda a la música afro del Pacífico Colombiano. En Spotify. 4 de 5.

5. Procella Vadens (2010) de Imperium Dekadenz: banda alemanna de black metal atmosférico y depresivo, con muchísimo fry y riffs agudísimos, con un sonido chirriante y evocativo de los orígenes del género más innovaciones en temas instrumentales no metaleros. Es interesante aunque creo que es demasiado teatral en su insistencia de lo-fi, que contrasta con sus interludios instrumentales, sin metal, de altísima calidad. 3,8 de 5.

28 enero 2025

Maestros del slugde (Melvins), art pop/folk, proto-black originario (Celtic Frost), power/thrash francés, sludge/drone gringo, lo nuevo de FKA Twigs, rock experimental psicodélico y hard rock

1. Tarantula Heart (2024) de Melvins: discazo de slugde metal en su máxima expresión, un "regreso" largamente esperado de un disco que hiciera honor a su legado y trabajo en los 80. Cinco temas, el primero de casi 20 minutos, sirven para establecer de nuevo que son ellos los reyes del stoner/slugde/noise legendario y mítico. Además del trío de dementes, el disco cuenta en la batería y sintetizadores con Roy Mayorga (ex-Stone Sour, ex-Soulfly y Ministry). El disco navega entre lo puramente experimental, la suciedad sónica del género y temas con mucho más estructura y sentido que otros discos más recientes, recuerdan su maestría para componer e interpretar en medio de la niebla y el fango. 4,7 de 5. En Spotify.

2. Humanhood (2025) de The Weather Station: sofisticado y delicado indie pop / art pop / folk de Canadá, con voz femenina, aunque no de mi gusto. 3 de 5.

3. To Mega Therion (1985) de Celtic Frost: clásico del metal extremo, basado en black, doom y thrash, el rock experimental y el metal avant-garde que se alimenta del metal gótico, el sinfónico y el death/doom, esencial para la evolución del black metal y el metal extremo hasta el día de hoy. Por ejemplo, Claudia-Maria Mokri, quien hace las voces femeninas estuvo en el disco Lepaca Kliffoth de Therion, donde además hay una versión de Celtic Frost.

Es increíble lo que hicieron para esa fecha, sobre todo en orquestaciones, especialmente gracias al corno francés que ahora es tan usual en el black sinfónico, siendo un clásico primitivo, salvaje y muy experimental, que incluso media década después, los Samael apenas podían igualar. 4,8 de 5. En Spotify
4. Encrypted (2024) de Nightmare: heavy/power de Francia, con vocalista femenina, que me recuerda mucho a Ignea, aunque el uso de coros de power y los riffs más thrash y melodeath, aunque se notan influencias de djent, así como el sonido más tradicional hacen la diferencia. Suenan como a Firewind. Me gustó muchísimo, 4,5 de 5. En Spotify.

5. Passages Ep (2025) de Sunrot: banda de Sludge/Drone/Doom Metal de New Jersey, con guitarras sucia, un shriek desesperado y mucha elucubración sónica, gracias a la combinación de electrónica y metal. Se me parecen a The Body y Full Of Hell aunque con mayoría de dron/doom, aunque las veces por momentos son algo similares. En Spotify.

6. Eusexua (2025) de FKA Twigs: para mí suena como al Homogenic de Björk, con toques de Madonna, art pop y mucha música dance electrónica, incluyendo trance, que a veces me suena a Madonna pero la mayoría de las veces a Rosalía. Según RYM es un disco también de R&B alternativo, downtempo y glitch pop. Tercer disco de la británica Tahliah Barnett. De verdad muy bueno, aunque algunas canciones me parezcan demasiado cortas. 4,5 de 5. En Spotify.

7. We´re Only In It For The Money (1968) de The Mothers Of Invention. 30 años antes que Mr Bungle y riéndose de las bandas y artistas que fundamentaron el éxito del rock and roll en el mundo, la cultura hippie y la política de izquierda y derecha en Estados Unidos, el tercer disco de esta banda de rock experimental, psicodelia y sátira echa mano también de musique concrète, doo-wop, tape music, sound collage y pop psicodélico, aprovechando extractos del disco orquestal producido en solitario por Frank Zappa y editado más tarde: Lumpy Gravy.

Así que usaron la tecnología disponible, las más innovadoras técnicas de grabación y producción musical y la electrónica del momento, para hacer un disco increíblemente raro, retador y divertido, que además fue una sátira al Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de Los Beatles. 5 de 5. En Spotify.

8. D.I.Y. (2024) de The Southern River Band: banda de hard rock, con mucho rock and roll, algo de blues rock, country y psicodelia (roots rock) de Australia, con muchísimo feeling y grandes canciones. Me gustó muchísisimo, 4,7 de 5. En Spotify.

27 enero 2025

Hot Rats de Zappa (jazz/rock progresivo), metal progresivo (Opeth), black disonante neozelandés, kautrock finlandés, metalcore parisino, pop metal escandinavo y post-black alemán

0. Hoy fui a la reunión de profesores para empezar el semestre en la Sergio Arboleda, tengo de nuevo tres salones, pero también me enteré que el viernes debemos paralizar Cocuyo Chequea por la Orden Ejecutiva de Donald Trump y el memorando de Marco Rubio que paraliza toda la ayuda financiera de USAID, que incluye este proyecto.

1. Hots Rats (1969) de Frank Zappa: ahora sí estamos hablando de un clásico. Discazo de jazz fusión, jazz-rock y rock progresivo maravilloso, que tiene música experimental, art rock y rock psicodélico. Según RYM este disco tiene el puesto 109 en la historia y 6to en 1969, cuando In The Court Of King Crimson y Abbey Road son los mejores del año. Cinco de los seis temas son instrumentales, es el segundo disco solista de Zappa. Es un disco que rompe con su tradición de voces satíricas, incluyendo doo wop, y "música concreta" con muchísimos samples y uso de técnicas de estudio para editar la música. Es el más orgánico, si queremos usar palabras más actuales. Uno de los violinistas eléctricos es  Jean-Luc Ponty (Mahavishnu Orchestra). 

Frank Zappa grabó las guitarras, bajo de octava y percusión mientras Ian Underwood grabó piano, clarinetes, saxos y órgano de iglesia. Captain Beefheart cantó en el único tema con letra, mientras que los invitados (algunos de Mothers Of Invention) el resto de los instrumentos, incluyendo guitarra, batería, bajos y violines. Es genial, 4,8 de 5. En Spotify.

2. The Last Will And Testament (2024) de Opeth: para un lunes horrible, un discazo hermoso y genial, estimulante y seductor. Lo reseñé acá.

3. Antinomian Asceticism (2025) de Barshasketh: black disonante y atmosférico, elegante, tenebroso y enrevesado de Nueva Zelanda, con un sonido y producción impecable a pesar de lo opresivo, de verdad majestuoso y horrido, con arreglos de post-black y black progresivo, similar a Mgla y Deathspell Omega. Un baterista considerablemente bueno. El shriek es vampírico y a veces acompañado de una voz operística y gótica, muy grave. 4,8 de 5. E Spotify.

4. Terminal (2017) de Circle: banda finlandesa de kautrock, post-rock y rock experimental, space rock, garage rock, heavy metal, heavy psych y stoner rock, que como si fuese poco, tiene distintas versiones de sí misma, incluyendo Pharaoh Overlord. Una joya de mis favoritas, que tiene todo tipo de música progresiva. 5 de 5. En Spotify.

5. Elevate Spirit (2024) de JIRO: banda parisina de metalcore / djent realmente buena, en la onda de Lamb Of God. Pendientes, van a hacer algo buenísimo, con algunos arreglos electrónicos. Poquísima información en línea sobre ellos. En Spotify. 4,3.

6. The Catalyst (2025) de Amaranthe: nueva entrega de la banda sueca/danesa de power metal/metalcore/electrónica, con altísimas cargas del pop rock electrónico, sintetizadores ochenteros y algo de djent, que con tres vocalistas, incluyendo al sensual Elize Ryd, transitan una camino entre el rock industrial, el metal-pop y el metal sinfónico, que en RYM llaman Trance Metal. 

A mí me parece sumamente divertido, no sólo por mi debilidad y atractivo por este tipo de bandas que no son metal sinfónico sino que se acercan a lo comercial metalero, y en este caso, porque hay growls, música dance y guitarras poderosas, más riffs con arpegios sincopados pero especialmente una mezcla final que le da algo de crudeza y suciedad general. No es extraordinario, pero creo que es bastante destacable y atrevido. 

Son más pesados que Voyager, aunque con menos calidad y más experimentales que Beyond The Black. Además que tienen coros que pueden enganchar y meterse entre lo mejor del año, además de canciones épicas con muy buena producción vocal, con encanto de pop / power metal. Les doy un 4,2 de 5. Rematan con una versión de Fading Like A Flower de Roxette. En Spotify.

7. Finisterre (2017) de Der Weg einer Freiheit: monstruosamente brutal black atmósferico / post-metal de Alemania. Es majestuoso, post-black con momentos de post-rock, de calma introspectiva y de furia gélida, aunque predomina el sonido conceptual de riffs expansivos, virtuosismo en los arreglos de baterías y uso alternativo de distorsiones de guitarras, con influencias del progresivo. 

Es como escuchar Intronaut bañado en sangre como Mayhem, The Ocean Collective con garras y corpsepaint. Y además, momentos hermosos, oscuros y que van permeando en la mente con sonidos suaves, casi minimalistas y luego explosivos, como un space rock oscurísimo y misticismo perverso, a lo Amenra en medio del círculo de fuego de Noruega. Hay riffs de black melódico, blast beats infinitos y shrieks que acaban con el mundo. 4,8 de 5. En Spotify

26 enero 2025

Noise pop/post-rock chileno, jazz-rock progresivo legendario (Mahavishnu Orchestra), groove metal (Prong), post-rock/folk alternativo, goth metal aburrido y thrash/black/speed glorioso

1. Cœur de cible (2024) de Lofofora: ¿de dónde sacará Deezer ese interés por la música francesa? Muchas veces me recomienda bandas alternativas del país galo que de verdad muy rara vez me enganchan. Este caso, de nü-metal/metal alternativo es otra más. Sí, suenan bien pero demasiado promedio o localizadas. 2,5 de 5.

2. Demo 2025 de Panorama Local: banda de indie rock, post-punk, post-rock y noise pop de Temuco, La Araucanía, Chile, con un sonido melancólico, algo emo y genialmente narrativa, que me recuerda a Ed Maverick, e incluso a Los Prisioneros y a Jorge Drexler, con esas referencias como a las baladas latinas de los 60 recuperadas con tristes acordes de emo pop y las letras ingeniosas, con juegos de palabras e ironía, pero también a Viva Belgrado, con su post-rock cotidiano y semi-gritado. Muy promisorio, 4,3 de 5. En Spotify
3. Visions of the Emerald Beyond (1975) de Mahavishnu Orchestra: obra de arte de la legendaria agrupación de jazz fusión, jazz-rock, jazz-funk y rock progresivo de Queens, Nueva York. Combinando sonidos cinemáticos, orquestales, pop y jazz con arreglos de rock progresivo y funk, crearon un estilo extraordinario e inspirador. Este disco es hermoso, bailable, rítmico e impresionante. Su legado llega claramente hasta el metal sinfónico de hoy, como el de Ne Obliviscaris, y otras bandas que lo han expresado directamente como The Mars Volta, Opeth, Black Midi y Dillinger Escape Plan. 5 de 5. En Spotify.

4. State Of Emergency (2023) de Prong: pioneros y decanos del groove metal industrial, de Los Angeles, Califonir,a un disco con guitarras aserradas y ritmos sincopados, tomando del nü-metal y el rap-metal así como melodiosas, dando un buen balance de potencia y dinamismo, que permite el pogo y el cabeceo así como moverse de lado a lado, con temas que saben conciliar las disonancias y la fuerza vocal con la magia del rock and roll. 

Contemplo esta variedad interpretativa y melódica como lo mejor del disco, que además de presentar todo el arsenal de riffs industriales y thrasheros, el sonido seco de las guitarras y las líneas vocales raperas y hardcoreras, también hay arpegios, melodías y hasta metal alternativo que le da mayor variedad y distintos colores a una banda ya legendaria y provocadora. Esto incluye una versión de Working Man de Rush. 4,3 de 5. En Spotify.

5. The Cart Before the Horse (2025) de Elizabeth A. Carver: un extraño disco de folk, que RYM dice que es free y avant, así como post-rock y drone, que sentí a medio camino entre Radiohead y Sprain, Mount Eerie y Black Country, New Road, con un sabor country, experimental y desafiante, aunque no con tanta calidad para mi gusto. Un reconocimiento a los créditos musicales, bastante raros y originales: Brice Brown, proyector, Cleo Henman, aparato de sonido radial volador y Alexander Kent, mente detrás de Sprain, en el banjo y bajo "doblados" (contrabajo y contrabanjo), armonio, diseño de sonido, sierra musical, dulcimer amartillado y apoyo moral y artístico. Elizabeth sería responsable de todo el resto, desde la fotografía y producción, hasta el resto de la música, que incluyen varios pianos y una profunda voz grave, que me costaría creer que es de una mujer sino la de Alexander. 3,9 de 5. En Spotify.

6. Liquid Swords (1995) de Genius/GZA: mejor disco del año según Sputnikmusic, empatada con Symbolic de Death. Segundo de 1995 según RYM que lo pone en el puesto 100 de la historia, quinto mejor de East Coast Hip Hop y Hardcore Hip Hop, subiendo al cuarto si es Boom Bap. 

Genius/GZA es miembro de Wu-Tang Clan y sacó este disco después de los dos primeros del colectivo. Está basado en películas de artes marciales, el ajedrez, el crimen y la filosofía. Sinceramente, no soy amante del hip hop gringo, aunque adore a Cypress Hill y me agrade bastante Eminem. No es para mí, 3 de 5. Y ni de lejos lo puedo considerar tan alto en la estima mundial.

7. Forever We Burn (2024) de High Parasite: banda de goth/doom con algunos guturales medio crudos, casi primitivos sobre una base de metal alternativo, medio southern y groove, también melódico aunque algo básico. Son de Batley, Inglaterra. La banda bautizó su estilo como "death pop". Las voces, que también incluyen algunas voces góticas/post-punk son de Aaron Stainthorpe, de My Dying Bride. Este disco me parece malísimo, como una horrible versión de Pain. 2,2 de 5. 

8. Swarming Angels & Flies (2025) de Sarcator: este disco hizo mi domingo, basados en el black/thrash/speed sueco buenísisimo, aunque se identifican influencias potentes del rock gótico, del southern metal e incluso del post-punk (black n roll) que incorporan con elegancia y creatividad increíble, llenando las canciones de dinamismo, variedad y muchísima buena vibra, mientras son extremos. Me encanta enterarme que el nombre viene de unir Sarcófago y Kreator, qué brutal e hilarante. 

Es un disco increíblemente potente y rápido, pero tiene muchísimos momentos melódicos y psicodélicos, incluso surf, así que tiene temas rápidos tipo Hellripper pero el sonido es totalmente contemporáneo, no son un rip-off de ninguna de las bandas viejas o nuevas del género, sino es una extraordinaria pieza de arte, muy bien producida, con guitarras trabajadísimas, que pueden ser en trémolo y furiosas, aunque son mayoritariamente creativas, con un aura muy europea, como un dark country pasado por black/thrash. En Spotify. 4,9 de 5. Todos los integrantes tienen entre 19 y 25 años, aunque la mayoría tiene 22. 

25 enero 2025

Death disonante avant-garde gringo, black avant-garde checo, hard rock danés, doomgaze finés, post-black alemán, post-metal/sludge con Julie Christmas, black atmosférico apalache y jazz fusión

1. Hierarchy (2025) de Hierarchy: death técnico y disonante de Nueva York, que suena primario y salvaje aunque las canciones tienen estructuras enrevesadas, entre lo progresivo y lo avantgarde, disonantes y furiosas aunque con un sonido lo-fi finamente producido. Es como un Imperial Triumphant desprovisto de todos los instrumentos de jazz y de su sonido grueso, opresivo y denso, por uno más minimalista.

La música invoca los sonidos melancólicos y fúnebres del death metal originario sobre unas guitarras atravesadas, en tiempos extraños y notas disonantes, aunque con una distorsión básica, casi primitiva, con una batería también cruda y cavernosa, que es rápida y llenísima de pequeños adornos. Y aunque el sonido es directo y casi en vivo, está cuidado para que sea entendible en cada una de sus partes. 

A estas figuras bizarras que conforman los temas, se destaca el bajo, el uso de trémolos y un sonido esquelético de los bombos, que recuerda al doom originario, que se rematan con unos gritos horríficos que pueden ser shrieks gritados o growls circulares. 4,3 de 5, porque creo que fue demasiado largo y repetitivo por momentos. Su cantante/baterista, Jared Moran, de Gulfport, Mississippi, tiene cientos de discos y decenas de bandas.

2. Úplná demontáž lidstva (2009 - El desmantelamiento total de la humanidad) de Umbrtka: banda de black atmosférico / avantgarde (¡con saxofón en 2009!), que la banda bautizó como grey metal, de Chequia, con letras en checo. Es un disco ruidoso, salvaje y técnico, en que los instrumentistas modifican la estructura del goth rock, post-punk y el doom para reinterpretarlos, en clave de mid-tempo, en forma de viking / black con el uso de varias capas de guitarras, bajos y teclados (y batería programada), e incluso incluyendo un gran piano. Puedo identificar cómo influenciaron a bandas polacas de black moderno experimental como Furia, Mgla o Gruzja, e incluso las bandas de death/black progresivo que usan saxofón.

En el tema Salame The Conqueror, de 15 minutos, hay humor negro, pues cantan: "Mira, yo también deseo un futuro agradable. ¿Cuándo las chicas del metal se convertirán en abuelas del metal? Bordarán los logos de Darkthrone y Master's Hammer en suéteres para los nietos a nuestros nietos" y luego se lamentan con sorna en que los jóvenes no se inspirarán en la naturaleza, ni crearán nuevos logros basados en las copas de los árboles y no habrá mejores discos de black metal. Antes de eso, se mofaron de la famosa frase de Nietzche sobre mirar el abismo y convertirse en el mismo, pero con el salami y la salmonela. Otros temas vuelven a hablar del salami así como de la industria metalmecánica de Pilsen, ciudad de la que provienen y que da nombre al tipo de cerveza que es tan popular en Venezuela.

Los temas también suenan al black/rock alternativo finlandés, en que guitarras no tan distorsionadas son acompañadas por agrias voces en shrieks, que contienen interludios con saxofón y decenas de arreglos con bajos prominentes. 

3. Speed Of Darkness (2024) de D-A-D: banda de hard rock / glam / arena rock de Dinamarca. Divertida aunque regular para mi gusto. 3,4 de 5. 

4. Whisper and Wane (2025) de Shedfromthebody: banda de doomgaze / post-rock de Finlandia. Buenas texturas, temas que me recuerdan un poco a Chelsea Wolfe, pero sin su profundidad sónica ni compositiva. Bastante regular para mi gusto, tipo 3,2 de 5. 

5. King Apathy (2016) de Thränenkind, que luego empezó a llamarse también King Apathy (y dejó de existir después de su disco de 2019). Cautivador post-black metal alemán en que se podían escuchar momentos de post-rock, hardcore punk, crust y hasta deathcore, con letras sobre veganismo, justicia animal y ambientalismo, porque lo que a veces se etiquetaban como "black metal verde anarquista". En RYM lo etiquetan como blackgaze, sludge atmosférico, black atmosférico y post-metal, ya que la música está construida sobre capas de guitarras, unas pesadas como granitos y otras oscilantes y arpegiadas. 

Tocadas en tiempos medios, las canciones muestran la combinación de sonidos luminosos y oscuros que identifican a los géneros "post". Trémolos se unen a lentos arpegios electroacústicos, expansivos y espaciales, así como duras capas de shoegaze entrelazan los desesperados shrieks y desafiantes growls con momentos de hardcore y crust punk para conformar algo que danza en la oscuridad entre el blackgaze y el post-black, que además hibridan esta variación con momentos de metalcore, especialmente en los arreglos de baterías y algunos riffs en contratiempos, impulsadas por tres guitarristas.

Su bajista/guitarrista, su baterista y su cantantes se fueron a Heretoir, que pasó de ser un proyecto de Eklatanz (David Conrad, ex-Agrypnie) a una banda completa. Uno de mis favoritos del género, 4,7 de 5. En Spotify.

6. Ridiculous And Full Of Blood de Julie Christmas (2024). Yo adoro a Julie Christmas Bateman, la neoyorkina nacida un 25 de diciembre y a quien conocí a través del discazo Mariner de Cult Of Luna (cuyo cantante agrega brutales growls). Me encantó The Bad Wife y ahora se lanzó un discazo de sludge atmosférico / post-metal, con muchas vocalizaciones y sonidos a lo Björk en Homogenic más sus gritos característicos y mucho de semi-gritos espectaculares. Algo de metal alternativo, post-rock, electrónica y hasta post-hardcore son parte de los ingredientes. En Spotify. 4,7 de 5. 

7. Demo I - "Folklore" (2025) de The Blood Mountain Black Metal Choir: irónicamente, una one-man black metal band nacida en Hendersonville, Carolina del Norte y reubicada en Atlanta, Georgia, que debuta con un demo lleno de black metal atmosférico, lleno de teclados, shrieks punzantes y muchísima furia hecha con ladrillos de batería hardcore de alta velocidad y muchos trémolos, con canciones que tratan de las montañas apalaches, la explotación, el anti-evangelismo y el anti-fascismo. 

Señas de blackgaze e incluso de black disonante aparecen ocasionalmente, sobre un fondo general de lo-fi, noise incidental y pianos. Cercano al sonido de Panopticon y Wolves In The Throne Room, con su mirada entre folk metal estadounidense y una posición política de izquierda. En el tema Televangelism lo que parecía una tensión contenida explota en forma de black/crust atmosférico y brutal, aunque aún en mid-tempo. Está bueno, pendiente de más, 4,1 de 5. En Spotify.

8. Last Day in Paradise (2007) del Alex Skolnick Trio: jazz/fusión con electrónica, armonías vocales y contrabajo, con siete composición propias más versiones/rendiciones de temas de Black Sabbath, Rush y Testament, esta última en versión de latin jazz. En Spotify. Magistral. 4,9 de 5. La versión de Tom Sawyer con variaciones del Amen Break es impresionante, y varias otras formas de este break son usados durante todo el disco, que tiene guitarras realmente lúcidas y magníficas, con arreglos deliciosos de jazz fusión.

24 enero 2025

Indie/hard rock (debut de Father Of Peace), lo nuevo de Harakiri For The Sky (post-metal/doomgaze), post-black /space rock progresivo, metal industrial, thrash canadiense, death melódico orientalista ruso, power/thrash orquestal francés

1. Year Of The Madness (2024) de Father Of Peace: suenan como si unieras La Vida Boheme, Radiohead, Queens Of The Stone Age, Fun Loving Criminals y Cake. Humorísticos, tipo The Presidents Of The United States, aunque también sludge y noise, con algo de rapcore tipo Molotov. ¡Ya recuerdo que me aparecieron en Instagram y era una banda que lucía y sonaba loquísima, como todo lo que dije! El cantante es un showman de cabello gigante, la bajista parece una niña sifrirockera de los 90 y el baterista un chamo común, hindú o latino.

Formalmente son una banda de indie rock y alternativo de Israel, aunque también stoner, post-punk y hard rock que claramente une los 70 y los 90 para presentarlo en el 2024 de forma novedosa, fresca y sumamente divertida. El trío está conformado por Avshalom Ariel en guitarra y voz, April Mandil en el bajo y Tom Bollig en la batería. 4,5 de 5. En Spotify.



2. Scorched Earth (2025) de Harakiri For The Sky: post-black metal austríaco que dentro de su mismo estilo feroz y existencialista de shriek gritado y música post-metal, post-rock y ambiental, parece darle más espacio ahora al shoegaze, al black melódico, a los arreglos sinfónicos e incluso a Botanist por momentos. 

RYM me da la razón, así que al blackgaze, post-metal y black atmosférico, le suman el emocore y el doomgaze como géneros en este disco, porque se notan mucho más melodías y sonidos más cercanos al rock y al post-punk que que al metal, lo que le da un matiz tan innovador como cuando inició su carrera, manteniendo los vocales rasgados y desesperados, ahora hay una oscilación rítmica, un uso de pianos y distorsiones más oníricas y más vivaces, incluso más accesibles o de notas mayores, que le da una luz novedosa. En el tema In Autumn I´ll Surrender se notan influencias post-punk y de música electrónica de los 80, que lo hacen ligeramente dance-punk. Esto para mí mejora la propuesta de esta banda.

Se incluye su versión de Street Spirit (Fade Out) de Radiohead (The Bends, 1995). Entre los invitados están Serena Cherry (Svalbard), Kerim "Krimh" Lechner en las baterías (Daath, Septicflehs), Patrick Ginglseder (vocalista de Groza) y Tim Yatras de Austere. Me gustó mucho, 4,8 de 5. En Spotify.

3. Hearts of Darkness (2017) de Fleshdoll: banda francesa que combina death/thrash progresivo, con brutal death y melodeath, con muchísimo bajo, guitarras vintage de death/doom de los 80, muchos guturales profundos y toques modernos de dobles armonías y riffs del sonido de Goteburgo y groove metal. Un concepto que funciona muy bien, porque la voz permanente brutal es un toque a todos los giros y diversidad incluidos. 4,4 de 5. En Spotify.

4. Spectrum (2025) de Am I In Trouble?: Una banda muy rara de post-black atmosférico y/o música progresiva, que incluyen coros de space rock, así como instrumentales de rock/metal progresivo (incluyendo arreglos de shred, psicodelia o incluso algo latino), música académica y folk, que chocan con shrieks permanentes y growls intercalados, riffs de black metal melódico enrevesados y en tiempos extraños, que repiten motivos, giran sobre sí mismos y cambian de tono y estructura, junto a voces femeninas misteriosas y post-metal por doquier.

Finalmente, es una aproximación bizarra de hacer post-black progresivo con muchos arreglos alternos, que intercala rock progresivo setentoso sin fusionarlos, sino que alternan y se superponen, de una forma muy distinta a Opeth, acá escuchamos a Kansas y de repente a Lantlos, lo que finalmente termina siendo avantgarde, más que progresivo. Tienen un bajista increíblemente talentoso, una producción vocal destacada y muchas influencias de thrash técnico.

La banda es realmente un solo individuo, Steve Wiener, compositor, letrista, cantante, guitarrista, bajista y tecladista. 

Cada tema es único en esta banda de New Jersey, y por eso llevan el nombre de un color: unos son más black, otros más progresivos y otros puramente experimentales, aunque suenan muy bien, no me engancharon demasiado como concepto integral. 3,7 de 5. Creo que podrían haber salido dos magníficos discos distintos de aquí. En Spotify. Lo mejor está en el tema Black, que tiene voces operáticas, shrieks y dulces líneas de voces de rock de los 70. En Spotify.

5. Urn (2017) de Ne Obliviscaris: me encanta esta banda australiana, en que el bajo y el violín se entrelazan, con destacado protagonismo en medio de este death/black sinfónico, melódico y progresivo, malvadísimos growls, hermosas voces operísticas (incluyendo teclados y viola) y orquestadas melodías disonantes (a veces llegando incluso al noise/sludge) acompañadas de blast beats y solos hipnóticos. Grandes, 4,8 de 5. Acá reseñé su disco 2023, Exul, de mis favoritos de ese año.

Irónicamente el bajo lo tocó un invitado, Robin Zielhorst, quien tocó en Exivious, Cynic y ahora en Obscura, para sacar la cuenta de la calidad de los arreglos con este instrumento, siempre al frente y directivo. En Spotify

6. Thundercrest (singles) de Pentagram: regreso triunfal de la banda de doom tradicional, con toques stoner y mucho rock and roll. Buenísimos los tres temas para bailar entre la niebla del porro. 

7. Hopiumforthemasses (2024) de Ministry: ¿quién se robó mi metalero intolerante? Disco de metal/rock industrial que me gusta muchísimo, me parece divertidísimo y genial, con sus coros punketos, su sonido hardcore y sus letras políticas anti-Trump. Mucho Dead Kennedys (incluyendo a Jello Biafra en una canción), Prong (dos ex-miembros) y White Zombie. Y que chupen los críticos, para mí, 4,3 de 5. Yo no sé nada de metal industrial, porque a mí también me gustó mucho el Amerikkkant que la crítica también destruyó, me sabe a casabe. 

Roy Mayorga (ex-Soulfy) sigue en las baterías lo que ya es un maravilla, además de Paul D'Amour, bajista original de Tool (primer disco). Demasiado cool que hayan invitado a Eugene Hütz de Gogol Bordello y co-protagonista de la película Everything Is Illuminated. En Spotify. Son de Chicago, Illinois.

8. The 3erd Dimension (2025) de Hazzerd: thrash metal canadiense con increíbles solos de guitarra, riffs de speed metal e influencias del heavy, lustrosamente metaleros. Después de temas dinámicos y divertidos, con mucha potencia, tienen un sorpresivo opus de 9 minutos, el penúltimo tema, instrumental y con momentos progresivos, tipo Havok y con guitarras electroacústicas con influencias del flamenco, con solos muy a lo Testament y profundidad compositva, un remate extraordinario. 4,3 de 5. En Spotify.

9. Samuda (2017) de Kartikeya: magistral álbum de esta banda rusa de poderoso groove/death metal melódico con sonidos folk orientales. Hay experimentación sónica, potentísimos riffs de melodeath, djent y death progresivo, combinado con voces deathcore, cánticos femeninos, texturas electrónicas y una batería entre tribal, progresiva y industrialosa, con interludios que pueden ser groove, otros de calma transitoria y muchos de raros arreglos de tiempos desafiantes. Los growls son increíbles, siempre con presencia y con recovecos para impresionarse.

Mucha de la magia está en Roman Arsafes, cantante, guitarrista, arreglista de instrumentos étnicos y teclados. Los invitados son de lujo:  Karl Sanders (Nile), Keith Merrow (Nightmarer), David "Maxim" Micić, Gennady Lavrentyev haciendo konnakol, una técnica india de percusión vocal por sílabas. Los mejores momentos es cuando se combina el djent con la música oriental con instrumentos que jamás se habrían conocido.

Para mí, una obra maestra, 4,9 de 5. En Spotify.

10. Lost Generation (2024) de Arcania: un intensísimo y enorme power/thrash metal francés, con increíbles voces épicas y rasgadas, con un bajo telúrico, riffs con muchísima fuerza y sonidos híbridos. Las armonías de corales con el gruñido, bien cercanas al trabajo de Chuck Billy, son de lo mejor, junto a la combinación de guitarras groove/thrash sobre baterías power metal que suenan durísimo, a veces con un doble bombo y repiques que dominan todo. Los arreglos sinfónicos, monstruosos y en concordancia con las guitarras son impactantes.

Por si fuera poco, a la gran calidad de este disco, se le suma un opus final de 9 minutos, con Nicolas Alberny de Gorod de invitado. 4,7 de 5. En Spotify.

23 enero 2025

Black/death sobre el anticristo islámico, death sinfónico brasileño/polaco, death progresivo/técnico de Francia, doom gótico finés, thrash teutón, hip hop español y doom psicodélico de Bélgica

1. Swords of Dajjal (2024) de Necrowretch: discazo, de los mejores del año. Death/black metal, con mayoría de influencias del speed metal y el black melódico, con trémolos muy fríos y distorsión gélida, con baterías ritualísticas y sumamente feroz, combinando fry profundo guitarras en alta velocidad, conceptualizado en la versión islámica del Anticristo que vendrá al final de los tiempos para engañar a los incautos como el verdadero Mesías antes de ser derrotado. Tienen temas más mid-tempo, con algunas guitarras envenenadas con algo de psicodelia, que le dan un toque sinfónico/melódico a la mezcla, que aunque tiene raíces death está mucho más en territorio nórdico. 4,5 de 5. Así que a veces suenan como Nile, otras como Naglfar y otras como Watain en un compendio con su propio toque. En Spotify.
2. The Absence (2023) por itSELF: banda braislera, reubicada en Polonia, de death metal sinfónico que se tomó dos años en componer y producir un disco dedicado a los siete pecados capitales, y un tema final sobre una verdadera carta de suicidio de su guitarrista, con música que va desde el black disonante al death técnico, lleno de influencias muy diversas de folk metal, world music, metal sinfónico y progresivo. 

El producto es realmente una combinación, poco ortodoxa, de Septicflesh con Mayhem, digamos, de Obscura con Nitghwish, y mucha percusión brutal de death metal brasileño a la Krisiun, más unas guitarras que se pasean también entre lo melódico, lo disonante y las curvilíneas formas del thrash/death progresivo y el jazz/death. Lo escuchas en Bandcamp porque el disco no está en plataformas de streaming.

Trabajo excepcional de death metal ópera. El dúo central está compuesto por Ricardo Falcon (ex-Sinister) en las guitarras y Estevan Furlan en las baterías, completados por Linus Klausenitzer (bajo) y Jason Peppiatt (voz, Psycroptic) mientras que las muchas orquestaciones son responsabilidad de Carsten Altena (The Monolith Deathcult), quien tocó en Sinister al mismo tiempo que Ricardo.

Entre los muchos invitados están la ucraniana Helle Bogdanova (Ignea), Terrance Hobbs (guitarrista de Suffocation) y Jarosław Niemiec (Santur en Saratan, folk metal polaco de sonidos de Medio Oriente) en un tema cada uno.  Le doy un 4,5 de 5.

3. Ascension (2017) de Exocrine: segundo disco de esta quizás menos apreciada banda de death progresivo y técnico de Burdeos, Francia, similar también a Beyond Creation y algo a Gigan. Está claramente inspirado en los grandes del género de varias décadas atrás, con su propia visión de solos con sonidos agudos y abundante, guitarras aserradas con un sonido casi crust punk, muchos guturales y arreglos en círculos concéntricos, aunque a veces monótonos, con muchas incrustaciones electrónicas que le dan un cariz particular, muy dinámico e innovador.

Es brutal y oscuro, a pesar del enfoque técnico y progresivo, que también es de altísimo nivel en la combinación de ritmos y cambios inesperados en formas raras, con mucho jazz de inspiración, Es bueno, aunque la tiene difícil en la competencia. 4,3 de 5. Destaco el tema Amber, con muchos riffs en contratiempos, además de un piano final en otro ritmo distinto, que elevó el nivel al de death/jazz progresivo. En Spotify.

4. The Wishing Tomb (2024) de Counting Hours: death/doom finlandés, con toques góticos y melódicos, que combina las vertientes extremas y accesibles del género, con shrieks y guturales de muchas formas que están muy bien ejecutados, algunas voces limpias regulares, que pueden ser pasables y en otras algo aburridas aunque el cantante es bastante bueno. Suena como a melodeath con metal gótico en sus mejores escenas, algo similar a Katatonia y algo como un doom algo diluido en las menores, un poco como Swallow The Sun. 

Las guitarras son siempre fenomenales, con riffs envolventes y algo sensuales, mientras que los momentos de doom sinfónico/épico con bastante evocadoras, conquistando con el claroscuro de tonalidades. Como con muchas bandas doom, los reconozco pero no los quiero, 3,5 (aunque quiero darles otra oportunidad porque hay temas con guitarras increíbles).

5. Birth Of Malice EP de Destruction: se las traen los thrasheros alemanes con un sonido que combina lo nuevo y lo viejo, brutal y divertido.

6. Mackaroni Beats (2025) de Cookin Soul: otro disco de estos españoles (valencianos) en torno al boom bap, hip hop y jazz rap. Está bueno aunque no matador, 3,6 de 5.

7. Zam​a​ru Ultu Qereb Ziqquratu Part 1 (2025) de Wyatt E.: misterioso post-metal belga con sonidos folk y ritualísticos de Medio Oriente, aunque también orquestales y electrónicos. Suenan como un Amenra o Dark Buddha Rising con el concepto de Nile. Son sólo 5 canciones, con 35 minutos de duración, con las de apertura y cierre de entre 10 a 12 minutos. 

Sputnikmusic los define como doom psicodélico y ambient, mientras que Metallum dice que son drone/doom y RYM está un poquito más de acuerdo conmigo, es todo lo dicho pero también post-metal. Está interesante, muy bien hecho, una producción impecable, gran disco que habrá que revisar mucho más. 4,3 de 5. En Spotify.

8. Fearless (2012) de Acrania: salsa y jazz latino con death/thrash progresivo, como si hibridaras a Atheist con Santana y luego a Puya con Obscura, y los volvieras a juntar, opero los crías en Ciudad de México. Así que tenemos todos los elementos percusivos, rítmicos y sónicos de la música caribeña con todos los de la música extrema, doble bombos, voces guturales y solos de guitarras explosivos, que tocan juntos. 

Es como un Thank You Scientist de la salsa, porque tocan al mismo tiempo y metiendo muchísima percusión afrocaribeña además de guitarras de rock progresivo y psicodélico más riffs súper pesados, resultando en melodeath con sambra-rock, brutal y sabrosísimo. 

Dejemos esto claro, esta es una banda de jazz fusión y salsa que mete metal, no al revés, aunque lo parezca. Considera que los guitarristas son los que tocan el saxofón y la trompeta, y que tienen un percusionista como integrante, no dependen de los invitados. Y aunque sea más Laberinto que Cynic, no dejan de incorporar thrash, hardcore, speed y death metal, sobretodo porque siempre hay growls pero también solo de trompeta. 5 de 5, sin duda mínima. En Spotify.


22 enero 2025

Screamo de Arizona, indie/dream pop londinense, swancore laberíntico (lo nuevo de Eidola), black/viking metal progresivo (Borknagar), death progresivo desconocido, black atmosférico/ambiente sinfónico, música rara (Pryaspime: chiptune/jazz, progresivo/free funk y más), slacker rock/noise/pop,

1. Demo 2025 de My Friend, My Urn: una banda de screamo y post-rock de Phoenix, Arizona que da sus primeros pasos. Dos temas, uno largo de casi 8 minutos y uno de menos de 2. Buen trabajo aunque no demasiado original.

2. Middle Farm Sessiones (live - 2025) de DAUGHTER: banda londinense de indie, dream pop e indie folk, bastante simpática, dulce voz femenina, buena interpretación y hay mucha onda de los 90. Me gustan los arreglos folk y con pianos. 3,7 de 5.

3. Mend (2025) de Eidola: banda de swancore (esa mezcla post-hardcore,  rock/metal progresivo y math rock con voces limpias y arreglos de instrumentos orquestales) que, quizás de forma similar a Sleep Token, pasó de un sonido mucho más experimental a incorporar con mucha gracia y habilidad nuevas sensibilidades pop, siendo aún pesados, interesantes y creativos.

Le voy a llevar la contraria a la crítica rockera, porque además de tener aún buenos gritos, también enrevesados arreglos tipo Polyphia, guitarras djent y una sección rítmica laberíntica, además de breakdowns y potentes momentos de guitarras metaleras con shrieks de screamo, así que aunque sí puede asombrar momentos de guitarras de acid jazz. y por momentos parecen estar más cercano al easycore de Bilmuri, también tienen doble bombos y brutalidad hermosa. 

Ni hablar de la belleza del tema, A Pearl In The Dead Sun con sonidos techno y beats de drum n bass. Además, hay otros con RnB alternativo e incluso algo de funk que pasan a momentos tipo Voyager, divertidos, con sonidos ochenteros y en la misma canción, como en The Faustin Spirit, screamos, guitarras pesadísimas y mathcore alocadísimo con solos de guitarras en contrapunto con una batería complicadísima.

Les doy, fácil un 4,5 de 5. En Spotify


4. Fall (2024) de Borknagar: oh, poderoso monstruo noruego de death/black progresivo, me rindo a tus poderosos riffs de melodeath embebidos en psicodelia y space rock, en tus divinos arreglos de viking metal y tus voces operísticas, a tu colosal batería y tus arpegios expansivos y sinfónicos, a tu herencia armónica de décadas de experimentación. 

En Nordic Anthem hacen algo grandioso con una especie de ópera viking metal progresivo de capas de voces (cortesía de tener juntos a ICS Vortex y Lars A. Nedland) y en otros temas como Unraveling hay shrieks con muchísimo fry junto a las voces limpias épicas. Los arreglos en combinación de teclados y baterías, además de los momentos orquestales con cello y volún le dan un nuevo cariz a esta banda que ya había experimentado con el black metal y el rock progresivo de los 70, y ahora lo hace desde su lado más melódico y sinfónico.

Es inevitabel considerar que esta fórmula se vio influenciada por el dúo de discos/bandas Black Void / White Void así como por la entrada del guitarrista Bjorn Dugstad de Viper Solfia (sinfónico extremo) en sustitución del original Jens F. Ryland.

Es un discazo de ensueño, 4,8 de 5. En Spotify. Acá lo reseñé diciendo que habían alcanzado su punto más algo de progresividad.

5. Singles de Benthos: Fossil / Pure, una brutalidad de djent, mathcore y metal progresivo. 

6. Rococo Holocaust (2010) de Pryapisme: banda francesa que me toca el alma, música rara que tiene metal de vanguardia y rock experimental, al que le añadan chispitas de chiptune, rock y metal progresivo, jazz fusión, música de cámara, brutal prog e incluso folk hispano americano (salsa cabilla, papá), aunque Discogs agrega además, y con justicia, que este disco es también de rock alternativo, impresionismo, doo wop, drum n bass y free funk. ¿Dónde más escuchas blast beats sobre un acordión?

Es como tener 10 bandas en una haciendo música en conjunta y separada, según la canción, el momento de la misma y hasta el compás. Es Igorr y también es Diablo Swing Orchestra, es Corpo-Mente y también Trollfest, aunque también Between The Buried And Me y Öxxö. Para mí, sin dudas, es un 5 de 5, es el tipo de música irreverente y casi imposible que me enamoró.

Lo más increíble, es un cuarteto que hace estas combinaciones de música electrónica, jazz, metal y world music, que incluye también breakcore, ska y dark cabaret. En Spotify (que lo asemeja a Unexpect).

7. Seven Seraphs (2025) de Astral Fortress: cuando no esperas nada de una banda de black metal que recurre a iconografía de calabozo, corpse paint en fondo negro y crudeza, pero este disco de black metal atmosférico, ambient sinfónico (con temas exclusivamente compuestos de sintetizadores, un poco a lo Burzum) y muchos teclados, logrando un resultado realmente bueno. Es una one-man black banda de Inman, Carolina del Sur, Estados Unidos, bastante underground que en este disco presenta una bizarra e inusual combinación de elementos de raw black metal, black depresivo y black sinfónico. Así una batería atmosférica y con sonidos lo-fi sobre unos potentes sintetizadores y capas de guitarras, unas brillantes y luminosas y otras cavernosas y fry. Le doy un 4,3 de 5. En Spotify.

PD. Después de este disco publicó un tema titulado Legion Ov The Damned que sí es lo-fi, vocales en growls y salvajismo.

8. The Funeral Garden (2026) de Caecus: extraordinario disco de death metal progresivo y técnico, casi completamente desconocidos, de Champaign, Illinois. Tiene un disco de 2019 y nada más desde entonces. Me recuerda a Beyond Creation, en que el ataque vocal se coordina con la música, entonces hay shrieks y growl sobre riffs arpegiados veloces y una batería muy técnica que deriva en blast beats, repiques violentos y doble bombo nuclear, luego algo de trémolo picking y jazz/death atmósferico, en que lo vistoso de experimentar con un bajo profundo y virtuoso sobre guitarras shreds con sonidos galácticas se intercala con explosiones de thrash/death progresivo salvajes y en constantes contrapuntos. Se nota la herencia cruzada de Death y Obscura, aunque están cercanos a bandas como The Faceless. Muy bueno, 4,9 de 5. En Spotify.

9. Night Palace (2024) de Mount Eerie: lo escuché originalmente el 4 de noviembre, a pocos días de haber salido y escribí: "proyecto de lo-fi, experimental e indie folk del músico Phil Elverum, ex The Microphones, de Anacortes, Washington, que durante una hora y 20 minutos (es un disco doble) explora capas de sonidos acústicos grabados de forma analógica, con ruidos de cintas y viniles, feedbacks, fallas de origen y sierras musicales grabadas en vivo. Esto incluye además guitarras electro-acústicas, pads de batería y algunos sutiles arreglos electrónicos. Discogs dice que es slowcore.

Como curiosidad, uno de los muchos temas cortísimos, de menos de un minuto, es de black metal lo-fi. Esto me lleva a recordar lo que hace Lithurgy, que en su black metal hiper rápido, intrincado y lleno de instrumentos exóticos académicos, como el arpa, se incluyen los sonidos de la computadora cortando el sonido por la falta de memoria, porque en el tema Myth Come True se escucha como el movimiento de la aguja al moverse por el dial de un radio analógico que se corta e interrumpe, mientras la batería, bajo y voz suenan impecables. Súper interesante y con muchos buenos momentos, le doy un 4,2 de 5". En Spotify.

Según RYM que lo pone como el 5 mejor disco de 2024, y sexto de la historia del Slacker Rock, una versión del indie rock en que confluyen sonidos accesibles de pop noise con salvajes líneas de guitarras crudas y distorsionadas, tipo The Microphone, Car Seat Headrest y Pavement. 

10. 

21 enero 2025

Burial (future garage), el mejor disco de Pain (metal/rock electrónico), hard rock/doom psicodélico, el art pop/trap/flamenco/bolero de Motomami de Rosalía, y lo nuevo de Teramaze (progresivo)

1. Phoneglow / Eyes Go Blank (2024) de Burial y Kode9: single doble para educarme en música electrónica, porque según RYM es 2-Step, Footwork, Footwork Jungle, Future Garage (del cual el extraordinario disco Untrue de Bruial es el mejor de la historia), de lo que no tengo ni idea. Son de Reino Unido (Londres y Glasgow respectivamente). El footwork claramente suena a música para hacer aerobics aunque el drum n bass lo salva.

2. Dancing With The Dead (2005 - remasterizada en 2025 por sus 20 años) de Pain: la "otra banda" de Alf Peter Tägtgren que nunca me ha matado, más cerca del del rock electrónico, aunque este disco suena poderosamente industrial y bien hecho, según Sputnikmusic, es el mejor de su discografía. 

El cuarto de su producción, en que aún el sueco tocaba, grababa, producía y grababa todo. No sólo tiene buenas guitarras, muchas pesadas, metálicas e industriales, que lo mete en el género del "cyber metal" sino que tienen su ritmo muy groove por momentos, que incluso apela a algo distinto al rock/metal, sino voces limpias, gritadas y en medio, con unas líneas melódicas y coros geniales también. 

Un disco muy bien hecho, divertido y con beats de hip hop, riffs melódicos techno-rockeros muy buenos, ritmos animados, e incluso algunos escarceos con electro-pop y reversiones potentes pero accesibles, tipo Babymetal por momentos, pero lo admito, quiero más como este disco, Peter. 4,5 de 5. En Spotify


3. Nucleus (2016) de Witchcraft: no recordaba nada de esta banda de doom/hard rock psicodélico sueco que tenía en mis favoritos de Deezer, y fue mucho mejor reconectar con ellos desde el olvido. Con guitarras que siendo pesadas y oscuras son también stoner y psicodélicas, casi post-metal, más una voz de epic doom, arrastrada y misteriosa, aunque también con un toque de blues, que acerca a la banda tanto a Guns N Roses como a Jethro Tull sobre una base de Black Sabbath y Led Zeppelin. 

Entre invitados y el líder de la banda, Magnus Pelander, se agregaron además flauta, theremín, vibráfono y sintetizadores que dan ese toque setentoso y vintage, pero especialmente sinfónico, que le suma mucho a los riffs arpegiados tocados con una lentitud doom y mucha actitud tipo The Cult. Es retro, es gótico y es muy rockero, tiene canciones de menos de 3 minutos y unos opus de 15 minutos.

Lo mejor del disco es sus muchos momentos de blues, hard rock y psicodelica, con unos majestuosos solos a la Jimmy Hendrix, muy de banda underground de rock progresivo de los 70, lleno de acid rock y heavy psych, que por momentos suena incluso a Deep Purple, pero que se completa con una voz que puede ser épica y angustiosa pero también rasposa y seductora. Increíblemente este disco es de lo menos valorados por la crítica, y estoy enamorado. 4,2 de 5. En Spotify.

4. Motomami (2022) de Rosalía: art pop con flamenco/hip hop y trap. Según RYM es Neoperreo (donde está también Villano Antillano) además de tener elementos de Alternative R&B, Latin Electronic y Deconstructed Club. Este es uno de esos discos icónicos que me retó a combinar artistas y géneros que no consumo o me desagradan como la bachata, aunque como parte de todo un concepto, me gustan, como la canción de Peso Pluma con Kali Uchis en un disco que le hace homenaje a la música tropical de los 80 y los 90. Por eso Rosalía y Björk hicieron un tema junto y en el Fossora, de mano de Arca, se escucha reggeaton industrial en voz de la islandesa. Un discazo, un puente entre el jazz, el flamenco y la electrónica con el art pop, la electrónica latina y la experimentación sónica, que incluyen maravillas como Delirio de Grandeza, que es una especie de bolero/salsa/hiphop/art pop 4,8 de 5.

5. Desire Colours N Lust EP (2025) de Teramaze. Debe ser el agua en Australia, pero este EP (Spotify) me voló la cabeza. Metal progresivo contemporáneo maravilloso: con djent, con voces pop y ganchos en los coros, con raras locuras tipo Twelve Foot Ninja, unos pianos jazzeados, breakdowns de deathcore y enredos deliciosos en la sección rítmica, influencias del groove y el thrash, así como del post-hardcore. 

6. Singles de Nachtblut que suenan como a un viking metal con industrial demasiado osado, como nos tienen acostumbrado con su black/neue deutsche härte. Eluveitie: folk metal que se puso más pesado y también groovy, aunque dentro de los gritos sigue habiendo los instrumentos exóticos y las voces femeninas celtas. Scowl: se ve bien el hardcore/rock alternativo que traen. Amenra: siempre sorprende con gusto en su estilo de drone/post-metal. Drudkh, un poco más lo-fi que lo que considero adecuado, sobre todo porque la batería suena a buen volumen pero las orquestaciones de fondo hacen un gran juego con las guitarras en trémolo, en lo que parece un post-black sinfónico. Morcheeba: un poco de rockcito en su trip hop pero los prefiero más electrónicos.

20 enero 2025

Llegó Trump (otra vez): Heavy metal clásico (Saxon), djent/ambient experimental, death técnico hiper-progresivo extraterrestre (Gigan), black satánico, brutal death técnico, heavy alemán y Homogenic de Björk

0. Se juramenta Donald Trump por segunda vez como presidente de EEUU, una nueva era de proto-fascismo tecnológico, noe-imperialismo y desinformación impulsada por supuestamente una corrección de lo que fue excesivamente "woke", políticamente correcto y una desviación hacia presuntas conspiraciones progresistas. Todo cambia a partir de hoy hacia un abismo desconocido de un nuevo orden mundial en que en lugar de Reagan tenemos a un amante de dictadores, hombres blancos multimillonarios y una combinación rara de nacionalismo y expansionismo.

1. Hell, Fire and Damnation (2024) de Saxon: 45 años después de su nacimiento esta banda inglesa por excelencia sigue entregando grandes temas, incluso agregando algo de power metal en este álbum. No hay nada nuevo y a veces suena a 1980 con un sonido moderno y un poco de viaje en el tiempo, con innovaciones aún inexistentes, también tienen unos riffs arpegiados y arreglos prog que lo hacen disfrutable, aunque no memorable. 3,7 de 5.

2. Ex_Phenomena (2025) de The Surrealist / DARK: Un largo y extraño disco de 25 canciones y una hora 39 minutos, de este dúo que cultiva un metal progresivo/djent lleno de sonidos minimalistas y experimentales, más cercanos al ambient y la música electrónica. Ya los tenía en Spotify, es decir que algún tema me habría gustado antes aunque acá siento que el disco es innecesariamente largo y muchos temas parecen inacabados, con demasiada experimentación sin conclusiones, salvo un par de temas en que hay sonidos más convencionales del djent/shred alternativo tipo Plini. Son un dúo ubicado en Boston y Nueva York, compuesto por un diseñador de sonido y un guitarrista. 2,5 de 5. 

3. Undulating Waves of Rainbiotic Iridescence (2017) de Gigan: death metal técnico y progresivo, denso y complicadísimo, como un sludge atmosférico con mucho math metal, delicioso de escuchar, como un jazz/death mega-enrevesado, que usa lo que parecen microtonalidades para producir canciones con decenas de rápidas notas en cada compás más una elaboradísima batería que acompaña estos riffs hiper-arpegiados y con armónicos disonantes, con blast beats y decenas de pequeños adornos en contrapunto. 

La banda usa una distorsión opresiva, con un bajo gruesísimo, y muy frecuentes cambios de tiempo, ritmos y tonos, que pasa del doom/death progresivo al death disonante, así como psicodelia y space rock dentro de una estructura de death progresivo que permanentemente muta, oscila y se transforma de manera sorprendente y genial. Es el tecnicismo llevo a momentos increíblemente laberínticos, combinando momentos de velocidad hiper-sónica de la batería con guitarras que van girando a la mitad de la velocidad en un ritmo totalmente distinto, produciendo polirritmos asincopados en una forma sistemática y tan masiva que es difícil llevar la cuenta de una calculadora infernal e infinitesimal.

Es como mezclar Artificial Brain con Ulcerate, Pyrhhon y lo que sea que haga Colin Marston, con una logradísima producción, hace que escuchemos cientos de sonidos, notas y arreglos en un muy arreglado sistema de coordenadas y galaxias de death metal progresivo, con una técnica tan pulida y puntillista que parece contar la cantidad de neuronas del cerebro.

El trío nacido en Tampa, Florida y establecido en Chicago, Illinois, se centra en el trabajo de Eric Hersemann, encargado de guitarras, bajo, theremín, sintetizado y xylófono, mientras que Jerry Kavouriaris se encarga de la voz y Nate Cotton de la extraordinaria batería. Es metal avantgarde que claramente influenció a Blood Incantation. En Spotify. 4,8 de 5. 

4. Charcoal Grace (2024) de Caligula´s Horse: un discazo de djent/rock/metal progresivo que lleva a esta banda a su versión más dura y creativa. Guitarras gruesas, que hacen muchos cambios con riffs que mutan de distorsión y forma, lo que me recuerda a Pain Of Salvation, aunque a veces sonando como Sleep Token y otras como Leprous, invocan los poderes del metal progresivo con tiempos imposibles y extraños, así como voces que pasan de la simple medio-narración a gritos potentes y también a épicas melodías a lo Haken, mientras la instrumentación rítmica hace de las suyas con contratiempos y volteretas. La combinación entre riffs y voces es incandescente, hipnotizando con el juego de armonías y pesadez. 

Caligula´s Horse, de Brisbane, Australia, es el presente contemporáneo del metal/rock progresivo, sonando tan accesible y divertido como Voyager, aunque también duro, experimental, osado e incluso potente y brutal por momentos, con influencias del jazz-rock, algo de electrónica y mucho de la vanguardia experimental. Hay un sonido deliciosamente entre sinfónico y expansivo, casi post-metal y al mismo tiempo de neo-progresivo contemporáneo, con las guitarras haciendo sonidos procesados que maravilla. Es muy bueno, soy fanático, 4,8 de 5. En Spotify.
5. Exultation Of Cruelty (2024) de Satanic Warmaster. Irónico, no está en Bandcamp ni en Deezer pero sí en Spotify. Este disco es bastante más lo-fi y crudo, aunque mantiene su esencia de ser melódico y sucio al mismo tiempo, directo y a la raíz del género, aunque menos furioso y al mismo tiempo menos innovador y emocionante como anteriores entregas sino más bien tibio, aunque sin quitarle reconocimiento a momentos y temas más logrados como As Blood Snarls a Macabre Silhoutte. El sonido de la batería es pobrísimo.

El finlandés Lauri Penttilä (a.k.a. Werwolf) está a la cabeza del proyecto nacido hace 30 años con un demo. Sus producciones, como las de Nokturnal Mortum, suelen estar censuradas o reducidas por su ideología nacional socialista, anterior o presente. Le doy un 3,3 de 5 aunque el último tema, mucho más sinfónico, pausado y melódico, rozando con el post-metal, el black melódico y el doom es muy bueno, quizás un poco disminuido por el sonido y lo repetitivo, pero es lo que esperamos y conocemos de esta banda.

6. Suffocation (1995) de Pierced From Within: uno de los discos más representativos de los orígenes del death técnico y el brutal death, que cumple 30 años. Intrincado, feroz y brutal, definió un sonido oscuro y con una pared de ruido con riffs complejos, que efectivamente ayudaría a definir el death metal progresivo, disonante y opresivo de la actualidad, sobre todo el uso del bajo profundo y jazzeado, así como el juego entre la línea de voz y la batería, que es monstruosamente potente. Le doy un 4,3 de 5. En Spotify

7. Suffer & Become (2024) de Vitriol, indudablemente uno de los mejores discos del año, exhibiendo una furiosa, indomable y fulgurante combinación de brutal death técnico, black sinfónico y deathcore, lo que agrega algo de melodía a la lluvia de azufre, con unos solos de guitarra que se pierden de vista, una batería capaz de hacer pedazos cualquier estructura y riffs tan angulares como pesados, con algunas disonancias y armónicos aunque mayoritariamente son ejecutados con velocidad y en trémolo, con fondos sinfónicos que hacen guiños a bandas de deathcore. Esto está acompañado de growls cavernosos, atmosféricos y penetrantes, que dejan poco espacio para lo instrumental, que termina dejando un paraje desolado de tierra arrasada por el grindcore.

Aún así, hay espacio para la experimentación y la vanguardia, con el tema Survival´s Carenning Inertia que usando un sonido similar a la de un instrumento de cuerda exótico luego evoluciona en una demandante e hiper-malvado despliegue de repiques y blast beats, capas de guitarras y efectos tan expansivos como corrosivos, cambios repentinos y repliegues, toda una exhibición de arsenal técnico y puntillista, explosivo y sinfónico, como un brutal deathcore orquestal. Cinemático y muy extremo, juntando velocidad y brutalidad.

Vitriol unió a Cannibal Corpse con Nile, Cattle Decapitation y Encenathrakh. Son de Portland, Oregon. 4,8 de 5. En Spotify.

8. Bone Collector (2025) de Grave Digger: tremendo estreno de este año, con una banda alemana de power/thrash legendaria. Muy buen thrash y mejor power metal, combinando speed, virtuosismo, atmósfera oscura y habilidad técnica para asombrar, una voz que suena como a Udo con algo de Kreator de los 90 para aderezar y mucha actitud de hard rock. Realmente entretenido, me recuerda a mi adolescencia escuchando Judas Priest, Megadeth y Testament. 4 de 5. En Spotify.

9. Homogenic (1997) de Björk, que según RYM es Art Pop, Trip Hop, IDM, Glitch Pop y música de cámara, que además lo califica como mejor disco de este año después de la obra maestra OK Computer de Radiohead. Aunque adoro el Debut y el Post, definitivamente este es mi favorito de la primera triada, porque ser muchísimo más orquestal, con beats más duros, industriales y hard techno, que me recuerdan más a baterías metaleras orgánicas (como ella dijo que sucedió con Pluto, tocando punk y heavy metal ese día) y con líneas vocales encantadoras, mejores para cantar, incluyendo además tartamudeos y gritos scat.

Entre sus singles está "Jóga", "Bachelorette", "Hunter", "Alarm Call" y "All Is Full of Love". Este disco salió después de Telegram, compuesto de remixes. Lo grabó en Málaga pero un viaje por Navidad a Islandia trajo influencias de su país al disco, que incluso perdurarían hasta el Vespertine, combinando lo que siente que es Islandia, el contraste entre una naturaleza explosiva alrededor del que gira la vida 24 horas y una sociedad hi-tech. Así es este disco, unicolor, azul gélido, que combina ritmos industriales y crudos con muchísima orquestación, gracias a un octeto de cuerdas islandés. 5 de 5, claro, en Spotify.

19 enero 2025

Black industrial opresivo (Blut Aus Nord), progresivo gótico, hyperpop con rock alternativo y Debut de Björk

1. Deus salutis meæ (2017) de Blut Aus Nord: la crítica dice que este disco cambió mucho lo que había hecho esta banda de Normandía, Francia, porque no era el black atmosférico y melódico esperado sino se fue por sonidos industriales. Y sí lo juzgo por sí solo, es un tremendo álbum de black disonante y experimental, con esos sonidos ambient e industriales que ayudaron a crear el black progresivo que hoy conocemos en bandas como Ulcerate, así que muchas gracias. 

Así mismo, creo que el disco se defiende así mismo, con esta combinación opresiva -como la de Terra Tenebrosa- de instrumentación tradicional invadida de decenas de efectos sonoros, creando un aire viciado por densas y múltiples guitarras, baterías mega-industriales, bajos procesados y un angustioso shriek cavernoso con terroríficas voces corales, aunque con una producción muchísimo más pulida y dedicada. El resultado es el soundtrack de una pesadilla infernal, en que caminas lentamente por un mundo de penumbras, sombras y horrores.

Para ser justos, es un disco que hizo Vindsval por sí mismo y con un vocalista invitado, Taysiah, sin sus dos compañeros. Yo le doy un 4 de 5. En Spotify. Tiene temas extraordinarios, como el tema final del disco de Terra Tenebrosa, en que pueden reconocerse un poco más los complejos y angulares riffs de guitarras, la batería es un poco más analógica y hay furiosa y urgencia del black metal atmosférico más reconocible.

2. Old Eyes, New Heart (2025) de Madder Mortem: hermoso, delicado y sofisticado doom/goth metal progresivo con sonidos de metal alternativo. Octavo disco de esta banda noruega que publicó su debut en 1999. El disco tiene una sensibilidades melódicas extraordinarias, que producen temas perfectos para cantar en concierto y que las armonías se te queden todo el día en el cerebro sin dejar de sorprender con agudeza compositiva, con arreglos complejos y tiempos extraños, tonos oscuros y guitarras que suenan como un delicado fry punzante aunque accesible, como una suave bruma en un escarpada montaña perfectamente mantenida.

Me recordó un poco a las formas progresivas Atrox y Trees Of Eternity, así como al gótico country tipo Me and That Man e incluso Wayfarer, con el tema On Guard, lleno de Americana, y como las baladas de jazz pop, ya que aunque la mayoría de las canciones están despojadas de las estridencias del metal extremo, con algún algún grunt por allí, los temas suenan profundos y emocionales, con los instrumentos insertados con una delicadeza artesanal preciosista aunque no apoteósica, lo que quizás hace que suene algo bajito, y por muchos momentos como una versión muy metalera de The Cardigans, y digo esto como virtud. La voz de Agnette es central, llenando los espacios adecuados, como en Portishead, en que su talento es la guía ideal en estas baladas doom.

Temas como Towers, Things I´ll Never Do y The Head That Wears The Crown son inquietantemente enganchadores, tanto por las líneas vocales en escalas, el bajo haciendo círculos encantadores o las guitarras de metal alternativo que repiten motivos para entonces irse por arpegios veloces y distorsiones industriales que nos transmiten el dolor y la desesperanza del género. 4,8 de 5. En Spotify



3. Zwei (2025) de Zweihandr: es un disco realmente confuso y algo incoherente, conformado por el dúo de DrDuctape y scyphozoa (de Darien, Illinois), porque se transforma de una banda de algo como un metal alternativo con algo como nintendocore a un abierto trap envenenado con diversas formas de música electrónica sin relación melódica o rítmica entre canciones. Según RYM es Hyperpop y Alternative Rock, junto a Digicore, Art Rock, Noise Pop y Trap. Es como una indecisión porque aunque hay canciones que parecen combinar los géneros, la mayoría parecen estar desconectados entre sí. Sus temas/extractos de art rock / rock alternativo y los de hyperpop más noise pop son realmente buenos, aunque distan tanto de sus momentos/temas en que parecen que hacer trap/digicore que lo rebajan mucho. La canción "empty orange sky" es lo mejor del disco. Diría que 2,7 de 5.

4. Debut (1993) de Björk: primer disco solista de adulta, después que se acabara The Sugarcubes. Art Pop  y House conforman este disco, aunque se nota la influencia del jazz estándar como en Gling-Gló, como en The Anchor Song, compuesta sólo de saxofones, así como el trip hop y la world music, que luego ella expandió tanto en sus discos en vivo. 

Es un disco predominantemente dance y pop experimental. Fue mejor recibida por europeos que por estadounidenses, tuvo cinco singles:  "Human Behaviour", "Venus as a Boy", "Play Dead", "Big Time Sensuality" and "Violently Happy" aunque también tiene Like Someone In Love, una estándar de jazz (popularizado mayormente por Bing Crosby) y previo a la mucho más conocida It´s Oh So Quiet. Debut no puede terminar de mejor forma, después de The Anchor Song con Play Dead, en que parece que Björk canta una canción de James Bond. 5 de 5, claro. En Spotify.

Pd. Me puse a escuchar también todos los lados B de los singles de este disco y de Vespertine. 

18 enero 2025

Nostalgia: Bomfunk MCs (1999), lo nuevo de perspectiv (djent / vaporwave) como si Korn tocara Daft Punk, Vespertine de Björk, house funky, death old-school, death técnico, el trip hop /rock alternativo de Gorillaz y psicodelia indie de Chicago

1. In Stereo (1999) de Bomfunk MC´s: cuando me mudé a Amsterdam en 1999 entré en contacto con mucha música nueva, tanto por Internet, la televisión y por ir a un local que ya no existe, Korsakoff. Recuerdo que conecté con muchísima música pop, como Destiny´s Child, J.Lo y Cristina Aguilera así como otra no tan comercial como Kosheen y Manu Chau además de las toneladas de música metal, vanguardista y alternativa. Pude ir a un concierto de Atari Teenage Riot.

Y este disco tiene varios de los temas de los videos que veíamos muchísimo en la tele como Freestyler y B-Boys & Fly Girls. Me alegró muchísimo recordarlos lo suficiente como para encontrarlos de nuevo tras 25 años. Era el trío conformado por los MCs Raymond Ebanks (de Londres) y DJ Gismo junto a Ville Mäkinen en el bajo y Ari Toikka en la batería. 

Su mezcla de breakbeat, hip hop, house, trance y electro me sonaron a una divertida combinación de bandas como Fatboy Slim, Beastie Boys y The Prodigy con el house que escuchaba en la adolescencia. Algo que quizás uno no esperaría de unos finlandes. Un romance inmediato. El disco no es malo, tiene drum n bass, rock rap, funk, acid jazz, dub y otros buenos temas. 4 de 5. En Spotify.

2. Year Two (2025) de perspectiv: llega la secuela de esta banda de djent / jazz / electrónica (cybermetal y vapor según RYM) de un músico franco-estadounidense (como los de Gojira) residenciado en Los Angeles, que combina -según su Bandcamp-, new wave de los 80,  synthwave y funk metal, para producir lo que el llama Kornwave, que suena a Korn tocando canciones de Daft Punk o Red Hot Chillie Peppers.

Ciertamente, tiene melodía y momentos bailables, por medio de samples bien vintage que suenan a videojuegos y publicidades televisivas que se grabaron en VHS más un juego de guitarras djent y baterías metaleras que atraviesan todo con armonías extrañas y distintos experimentos sónicos, desde alterar la textura y onda del sonido de la distorsión hasta agregar distintas capas de sonidos industriales, algo de slugde y metal progresivo.

Me encantó el tema SoCal will be back, con una batería haciendo algo parecido a un gallop de heavy metal con jungle, había un sonido como de burbujas junto a una guitarra muy Meshuggah y muchísimo bajo funk progresivo. Este disco no me ha impresionado tanto como el primero, aunque tiene grandes momentos retadores y ciertamente innovadores, especialmente cuando agregan voces. El tema de cierre, Bring a Friend, usa saxofón y muchísimo bajo funk, que repetí porque de verdad me encantó el smooth jazz a la funk metal: 3,8 de 5. En Spotify
 

3. Vespertine (2001) de Björk: escuché este disco en Barcelona, España, porque me lo puso un amigo que me insistía en que escuchara Mr Bungle, King Crimson y una banda con la que aún no engancho, Phish. Este disco, el cuarto de su carrera solista de adulta, es sumamente bello y minimalista, un vuelco después de los gritos y la música freak jazz / discotequera de antes. Acá la base es el susurro, lo íntimo y la folkotrónica suavecita y como una caricia, tan tierna como las cajitas musicales que usó para componer el disco.

Según RYM es el mejor disco de 2001, el mejor disco de Art Pop de la historia, el mejor de glitch pop y de indietrónica [con una importante discusión en los foros], que además lo califica como un disco de micromontage por los "microbeats" de sonidos sencillos y el uso de instrumentos de cuerda con sonidos muy agudos, como el arpa, el clavicordio y similares, así como arreglos de cuerdas y coros, que llevó a usar un grupo de mujeres inuit en el tour del álbum, y a la arpista Zeena Parkins, parte de los músicos que grabaron este disco.

Los productores fueron Opiate, Console y el dúo Matmos y se compuso mientras ella filmaba la maravillosa y dolorosa Dancer In The Dark aunque luego fue grabado, mezclado y arreglado de sesiones en España -donde se había mudado para huir de la atención-, Islandia y un loft en Nueva York. Ella usó cajitas musicales personalizadas con discos en blanco que grabó usando software Sibelius en su laptop para hacer el disco, con la intención que la instrumentación y las voces susurradas no perdieron calidad si lo bajabas de Napster mientras que Marius de Vries usó un sintetizadores basado en instrucciones de texto en lugar de perillas. Una joya de la folkotrónica.

Sus videos para Hidden Place, Pagan Poetry y Cocoon fueron prohibidos por MTV por sus referencias sexuales, provenientes de su nueva relación con el director de cine, Matthew Barney. Ahora se pueden escuchar referencias sónicas luego usadas en el Fossora, más cadencioso y obvio en sus referencias sensuales, así como All Is Full Of Love de Homogenic es "el primero de Vespertine" en palabras de la islandesa. Esta es la época del vestido raro de gansos que llevó a los Oscars.

Para mí, sin duda, un 5 de 5, a pesar que lo he escuchado muchísimo menos que los primeros tres, aunque cada vez que lo descubro es más interesante. En Spotify. Björk es uno de los principales motores de mi interés en la música experimental y de vanguardia, sea electrónica, metal, jazz o lo que sea.

4. Honey (2024) de Caribou: a bailar como si fuese 1998 otra vez gracias al canadiense residenciado en Londres, Dan Snaith, con este disco de house que es funky, con retrogusto a disco y muchos sonidos dance, que arranca con el temazo Broke My Heart para moverse de inmediato por toda la pista, lo que sigue con una serie de temas similares, como Honey y Volume, pero no es un disco plano, pues tiene una canción como Campfire en que se escuchan guitarras como de indie rock y varios otros temas que suenan a space rock revival, a house francés y a techno. Me gusta mucho: 4,7 de 5. En Spotify.

5. The Diseased Machine (2025) de Mutagenic Host: siempre caen bien un buen death metal old-school con algo de letras y conceptos gore y de pánico tecnológico, con unos de esos solos de guitarra que parecen volar en el universo, un aire enigmático y un sonido entre atmosférico y melancólico, muy Obituary. Además de usar algunos riffs en trémolo y unas guturales propias del género, con variedad entre shrieks y growls hay también ritmos muy groove, bien animosos. Es el debut del quinteto londinense, que lo hacen bien, con buena producción y sonido, aunque sin demasiada originalidad y por eso les doy un 3,6 de 5. Van bien.

6. Crescendo Dezign Ep (2017) de Theory In Practice (disponible sólo en Bandcamp): último EP de esta banda sueca de death técnico / progresivo. En uno de los temas tienen a Trevor Scott Strnad como cantante invitado. Es un buen EP con un shriek salvaje, algo urgente, mientras que la música es bastante regular, aunque tienen altas capacidades técnicas y las demuestran con canciones coherentes y hábiles, no le sentí ningún valor específico más allá de estas capacidades, salvo algunos momentos del bonus track, Synchronized Emptiness. Les daré 3,3 de 5.

7. Gorillaz (2001) - Gorillaz. Debut de la banda virtual liderada por Demon Albarn de Blur. Con el tema Clint Eastwood como súper single, además de Rock The House y 19-2000 como momentos súper divertidos y nostálgicos de la época es un disco alrededor del trip hop, rock alternativo y dub con varios MCs y productores de hip hop agregando sonoridades y música, además de la mítica Miho Hator de Cibo Matto. No me mata, 3,8 de 5. 

Por cierto que el disco de Lovage, que salió 8 meses después y tiene a Albarn de invitado más la producción de dos Gorillaz: Dj Koala y Dan The Automator es mil veces mejor, además tiene a Mike Patton en las voces masculinas.

8. Maria´s Hunt (2025) de Glyders: psicodélicos, indie y a veces country, suenan mucho mejor cuando suenan más vintage y menos cuando las guitarras slides me hacen sentir en Texas, aunque son de Chicago, Illinois. Tienen buenos temas de blues rock y rock psicodélico, sobre todo cuando suenan a Los Beatles, sí tienen sus buenos momentos, aunque para mí alcanzan a un 3,5 de 5 por las partes de Americana.