Alejandra Jhonay Benitez Romero es esgrimista, odontóloga, modelo y diputada suplente ante la Asamblea Nacional. Fue la primera atleta
venezolana en ser contraportada de un periódico deportivo, con casi nada de
ropa. Habiendo nacido en el barrio de Antímano en Caracas, hija de una madre soltera
que estudiaba y trabajaba, soñó con dos metas que parecían improbables: ser
odontóloga y esgrimista olímpica. Si la osadía parece ser su premisa de vida,
es la inspiración (recibida y que desea brindar) la impronta por la que trabaja
día a día.
Viajando en una moto por Caracas
y leyendo varios textos jurídicos y administrativos al día, trabaja en una
Comisión Especial de la Asamblea Nacional
para la reforma de la Ley para Personas con Discapacidad y es la vocera
deportiva del Consejo Federal de Gobierno. Un cambio que surgió cuando dejó de
entrenar en Francia (tras su participación en las Olimpíadas de Londres) para regresar
al país a trabajar junto al gobierno nacional después de haber sido elegida
diputada suplente a la Asamblea Nacional
por el PSUV para el Distrito Capital. “Siento una deuda social muy grande, una
deuda en mi comunidad con los niños. Quiero trabajar como odontóloga que no he
ejercido, pero estoy en un momento de organizar mi vida y mi tiempo, porque
haciendo demasiadas cosas no podré ser eficiente en lo que quiero hacer”.
Alejandra posee ahora una
apretadísima agenda pero en toda la entrevista no dejó de reírse amablemente. Con
una conversación pausada y convencida en sus ideales políticos y humanos, está
adaptándose al cambio de rutina del “comer, dormir, entrenar” a una de estudio
y disertación política, continúa en una faceta de modelo que asegura le llegó
por insistencia de otros, pero que reúne en ella una mezcla única y reveladora.
“He hecho trabajos para marcas
comerciales, publicidad y cuando aparecí con poquísima ropa en el periódico
causó un revuelo, que nunca me esperé, que quizás si lo hubiese sabido no lo
habría hecho”, reflexiona con risas. Ella también salió retratada junto a
varios personajes públicos como Los Tres Dueños y Giovanni Scutaro en una
edición especial de una Revista Dominical bajo el título “El país se desnuda”.
“Siempre me gustó la fotografía, y aunque algunos me han dicho que por mi
tendencia política dejaría de hacerlas, no lo haré, ya está por salir mi nuevo
calendario”. Tuvo uno en 2010 que mostraba una artística combinación entre la
esgrima, la moda y la sensualidad.
Las fotos venían acompañadas de
una entrevista en páginas internas que mostraban sus logros deportivos,
académicos y su historia personal. “Quiero inspirar a las niñas del barrio, que
el estereotipo físico no sólo debe ser visto como símbolo sexual, sino puede
ser acompañante de otros logros, de otros valores. A todas las mujeres nos
gusta vernos lindas, especialmente en nuestra cultura latina, distinta a la
europea donde a nadie le importa cómo te vistes, pero más allá de la belleza
física o sexual, quise mostrar una imagen de pureza, de ternura femenina”.
Benítez siente que tiene una
combinación perfecta. Odontóloga, esgrimista, diputada y modelo. “Los
deportistas somos ejemplos para el país, eso me llevó a desempeñar un cargo
político, donde leo muchísimo, por eso rompo el esquema del estereotipo físico,
no me quedo en eso”. Benítez insiste constantemente en el ejemplo a las niñas,
que por los medios de comunicación y la publicidad reciben ejemplos de mujeres
sólo como objetos de satisfacción sexual y explotación comercial.
Inspiración familiar
De extracción humilde, con padres
separados y un padrastro al que llama “súper padre”, su mamá estudiaba y
trabajaba cuando ella nació. “A mi mamá no le importaba hacer lo que sea para
que fuéramos a la piscina, al judo, nos enviaba con una tía si no podía, pero
nunca hubo una negativa y ella ha sido siempre mi inspiración para todas mis
metas. A ella no le importó criar a sus hijos en un barrio de Caracas y
permitirnos cumplir nuestros sueños”.
La rutina de Alejandra Benítez a los 12
años era salir de la casa al colegio, donde una tía la buscaba, almorzar donde
su abuela e ir a natación y más tarde, ballet, donde la mamá la buscaba a horas
de la noche para regresar a casa para hacer las tareas y dormir. Para Benítez,
la mujer en Venezuela no es sólo compañera y ama de casa, sino es trabajadora,
está en todos los ámbitos del país y la mayoría de los Consejos Comunales por
tener más experiencia administrando un hogar, rindiendo tiempo y asignando
tareas, además de “ponerse la falda” citando a la también diputada oficialista
María León, para enfrentar problemas vecinales en la calle.
“Los medios han jugado un papel
muy importante en esto, porque los programas de mayor rating siguen colocando a
la mujer como objeto de intercambio sexual, esperando al príncipe azul o que
tener buen cuerpo es no tener cerebro, colocan aún a la niña embarazada o que
la conquista de espacios es enamorando al galán”.
Matiza con osadía de nuevo, que
también ha hecho falta una campaña de educación y prevención sexual, pero
primero viene la de valores centrales del ciudadano y más tarde las de uso de
preservativos, porque los primeros cambios vienen al interior de las personas,
en la conciencia. “Hay que incentivar el uso del condón en el niño y la niña,
porque no somos una sociedad subdesarrollada como nos han dicho, sino súper
desarrollada en cultura, pero hay que afianzar en educación ciudadana”. Y
reflexiona: “quizás hemos abusado en campañas políticas, es mejor que ahora
abusemos en campañas de valores y formación”.
Competencia férrea
Alejandra Benítez fue descalificada en Londres 2012 tras se derrotada por la número dos del mundo, después de conquistar la de plata en los Panamericanos de Guadalajara 2011. “En una
competencia, siempre hay nervios, puede ser que a un rival que le hayas ganado
antes, ahora te cueste, pero además hay un cúmulo de circunstancias alrededor
que hacen variar los resultados, como pasa con Japón en el Clásico del
Béisbol”. Pero explica una máxima para entender a nuestros deportistas en
competencias internacionales: “Siempre vemos las fortalezas de los otros y las
debilidades de los nuestros, y así emitimos juicios. Pero hay que considerar
condiciones como la altura o el clima, no es lo mismo competir en Maracaibo que
en La Paz, en
Caracas que en Río de Janeiro”.
Súper agenda
Usa su teléfono para grabarse
cuando se le ocurre una idea en algún lugar donde no puede escribir y un papel
bond gigante en su casa para anotar los pendientes. “Me gusta ver películas de
acción y leer novelas como “Rayuela” pero ahora estoy metida en textos de
movimientos de masas y manejo de empresas para conocer lo burocrático de sus
procesos”. Ama todos los deportes pero confiesa que puede aburrirse con el
fútbol por TV. “Claro que podemos ser una cantera de esgrimistas, después del
triunfo de Rubén Limardo creció la plantilla de niños y niñas, pero se le puede
dar continuidad”. Nos dice que es muy importante impulsar generaciones de
relevo, pues las jóvenes de 18
a 27 años de su categoría no tienen los triunfos
internacionales ni el fogueo para encarar, todavía, citas olímpicas, pero
confía que ya hay un proceso de cambios al respecto y podemos salir airosos en
Rio de Janeiro.
Fotos: Michelle Elner y Edixon Gámez (Cortesía de Alejandra Benítez). Texto originlamente publicado en el 26 aniversario del semanariodominical Eva´s del diario El Siglo de Maracay.
Que hermosa. Esta. Mujer!
ResponderBorrarque verguenza estas tipa
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