Un problema común en el análisis político de Venezuela por parte es que se desconoce la historia antes de Chávez, incluso entre quienes lo critican o adversan sus ideas. Por tanto, no matizan que era un país riquísimo, avanzado y desigual pero con una alta capacidad de ascenso social.
Sea que hablemos de un "enamorado del proyecto bolivariano" como crítico, suelen intentar explicar Venezuela desde las ópticas de sus países. Se suele ignorar la ola migratoria recibida, la casi absoluta dependencia del petróleo y los sistemas públicos y universales de salud y educación pre-Chávez.
Se califica rápidamente a Chávez como socialista, pero antes de 2006 fue mucho más nacionalismo (incluso con reminiscencias de Pérez Jiménez) y populismo muy popular, aupado por medios, empresarios, sociedad civil y pueblo. Era muy costoso ser crítico y así erosionó democracia.
Antes del socialismo y sus ideas económicas retrógradas, en 1999 realizó una Constituyente altamente favorable para su partido, actuando de forma atropellada para evitar el contrapeso del Congreso que era mayoritariamente opositor y mediante este tipo de artimañas electorales más tarde cooptó a todos los poderes públicos, incluyendo figuras novedosas como la Defensoría del Pueblo.
Y del autócrata que decidió que todo el Estado funcionaría para su proyecto vino la corrupción, el nepotismo y la ineficiencia, con decisiones estúpidas como despedir a miles de obreros, técnicos, ingenieros y ejecutivos de PDVSA, una de las petroleras mejor calificadas del mundo.
Sin exculpar decisiones políticas y gremiales de la oposición, que además había agotado completamente su ascendencia con la población por haberse quedado en el pasado, no renovar liderazgos ni ideas además de ser percibidos como corruptos, Chávez decidió usar técnicas militares ante la resistencia, aupando grupos paramilitares, linchamiento moral a través de la TV, forrando el país de propaganda y premiando lealtad antes de conocimiento o experiencia.
Es decir, antes de Chávez estuvo Caldera que ganó con "el chiripero", estuvo el reclamo de fraude electoral de Andrés Velásquez con Causa R y los candidatos que quedaron en el camino fueron la exMiss y exalcaldesa de Chacao, Irene Sáez (que se hundió con el apoyo de Copei) y el exgobernador de Carabobo, Henrique Salas Römer. Es decir, el bipartidismo reinante por 40 años estaba muerto. Lo que se conocía como "El Pacto de Punto Fijo" que Chávez reformuló como "La 4ta República" como parte de su narrativa de rescribir la historia: todo un pionero de la posverdad.
Fueron años después de la llegada de Chávez que vinieron las expropiaciones, nacionalizaciones, estatizaciones y destrucción económica, que "aguantó la pela" por la herencia petrolera acumulada y antes de morir un endeudamiento brutal, admitido por Giordani, y un desmantelamiento productivo e industrial del país.
Pero hay que saber (o recordar) que antes de Chávez tuvimos el teleférico más alto y más largo del mundo, el Metro de Caracas, el Poliedro, El Guri, el Teatro Teresa Carreño, una red nacional de hospitales, escuelas, universidades de primera (UCV, USB, ULA, LUZ, UDO) y museos.
Antes de Chávez había graves problemas de desigualdad y corrupción también oportunidad de progreso: muchas familias clase media en Venezuela podían contar que sus abuelos fueron campesinos u obreros, sus hijos comerciantes o profesionales y sus nietos empresarios o maestrías.
E insisto, no vivíamos en un paraíso terrenal como bien lo denunciaron telenovelas como Por Estas Calles, sufríamos de violencia e inseguridad (que empeoró con Chávez), había escándalos de corrupción y tragedias por hospitales, escuelas y calles nunca terminadas en barrios pobres
Y sí, teníamos un problema de partidocracia, complicidad y nepotismo, una inercia de progreso en derechos sociales y problemas de identidad nacional, lo que explotó Chávez y que parece verse en Latinoamérica con partidos que no evolucionan ni atienden reclamos históricos.
Y que Chávez pudo navegar con las misiones (que erosionó el mercado laboral), la red de CDI´s y la repartición de billete dentro y fuera del país, desde PetroCaribe hasta escuelas y obras públicas en África o El Bronx en Nueva York gracias a una bonanza disparada por precios del petróleo que no tuvieron relación con mayor productividad industrial o desarrollo petrolero, sino circunstancias afortunadas que llevaron a decisiones destructivas como importar (aún más que antes) y acabar con la empresa nacional o el control de precios.
Para terminar y resumir: para analizar política lo que pasa con Venezuela, sin excusar a Chávez ni enfocarse sólo en Maduro o quedarse en los errores de la oposición, es que hay que estudiar la historia desde Gómez y Pérez Jiménez hasta la democracia bipartidista, porque mucho de lo que somos viene de cómo era nuestro país antes, incluyendo cómo entendemos los derechos y los deberes, la migración y la economía.
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