Let The Truth Speak es el segundo disco de Earthside, ocho años después de su debut A Dream In Static (2015), en el que continúan cultivando lo que han llamado "cinematic rock", una mezcla de post-rock y progresivo con arreglos orquestales, worldmusic (con muchos invitados exóticos) y de "wall of sound" que trasciende la forma de entender y componer el metal progresivo hasta hace unos pocos años. Earthside debe entender más como un grupo de productores y compositores que como una banda de metal.
Para eso para este disco aumentaron la cantidad de invitados (aunque antes tuvieron la orquesta sinfónica de Moscú) e incluyeron un organista, seis intérpretes del corno francés, tres trombonista, un ejecutante del trombón Cimbasso, uno de trombón bajo y contrabajo, tres trumpetistas, una tuba y varios otros encargados de platillos, tímpanos y otros instrumentos de percusión, aunque muchos de ellos con experiencias tan variadas como haber participado en discos o conciertos de Korn, Weezer, The Rolling Stones, Santana o Tony Bennet con Lady Gaga.
Así mismo, en Let The Truth Speak hay invitados cantantes de soul, metalcore, djent, numetal y poprock. Así es que Erathside, quinteto de New Haven, Connecticut, Estados Unidos, crea canciones épicas, expansivas, que lo llenan todo, con una producción súper ultra detallista, con una mezcla inmersiva. Los instrumentos son piezas complementarias dentro de un concepto más amplio de sensaciones y ramificaciones que trata de emular, o más bien, de reinterpretar el New Age, el ambiente, el soundtrack e incluso el trabajo de una orquesta de cámara desde la mirada de una banda de metal progresivo.
Su resultado puede percibirse como demasiado denso o abstracto para entender el aporte diferenciado de los músicos y los muchos invitados, como cuando invitan a Dani Filth, uno se queda esperando los gritos desgarradores en primer plano. Con Earthside, en otros momentos parece demasiado sobreproducido y exagerado, quizás innecesariamente dramático, pero también con muchas posibilidades musicales, como una ópera rock en que el resultado final es mucho más importante que escuchar el bajo o quien canta una estrofa.
Aún así, las partes más enfocadas en las guitarras, casi siempre reforzadas por percusiones y repiques violentos, a máximo volumen, incluyendo las partes brillantes y agudas de los platillos, son un ataque brutal y destacado, donde cada golpe percusivo y rasgado de cuerdas se estrella en tus oídos para estremecer las neuronas, la piel y salir disparada por los poros, para luego derritirse en es ese sonido cinematográfico que raya en momentos con el shoegaze o el noise rock.
Si hay un valor constante en el disco es la importancia del sonido de la batería, a veces sonando jazz tradicional, y al segundo siguiente a furioso metal extremo, oscilando como el resto del disco, entre las influencias clásicas y las aproximaciones más vanguardistas del metal moderno. Es que el neo-neo-prog a veces parece acercarse al pop como con Haken, en otras parece ser el nuevo jazz-rock como con The Anchoret y en este caso forma contemporáneas de música académica.
Let The Truth Speak, tema a tema
El disco abre con "But What If We´re Wrong", junto al cuarteto de percusionistas niuyorquinos Sandbox Percussion, dedicados a la música de cámara contemporánea. Con apenas cuatro minutos y medio, suena como un intro pausado para la larga épica "We Who Lament" con la cantante canadiense de rock psicodélico Keturah, apelando a evocar fuertes emociones con una mezcla de potentes riffs de guitarra y percusiones, como si se tratara de un medio camino entre el trance y la tensión.
"Tyranny" inicia pianos melódicos, percusión procesada y estrofas cantadas con una voz pulida que deriva en una gran descarga de gritos con el vocalista Pritam Adhikary, de la banda de metalcore indio Aarlon. Le sigue "Pattern Of Rebirth" tiene un sonido muy atmosférico, en que de nuevo volvemos a palpar guitarras distorsionadas con baterías que se apoderan del tema por unos compases, con un final rapeado, cortesía de AJ Channer de la banda de numetal Fire From Gods.
En "Watching The Earth Sink", un tema de más de 11 minutos, el único sin invitados, la banda se despacha con las amplias posibilidades del metal progresivo, con un inicio en que es inevitable compararlos con The Ocean, mezclando sonidos acústicos de la batería con arpegios procesados en las guitarras, que poco a poco van transformando en momentos que simulan una orquesta metalera y al mismo tiempo, una experimentación con pedales que es casi sludge.
En "The Lesser Evil" entran en una zona de jazz/funk que no simplemente entrelaza o combina géneros sino que añaden djent para tener un sonido más duro mientras sus invitados interpretan una diferencia de 50 años en la forma de entender el género nacido en Estados Unidos: el cantante Larry Braggs, conocido por una larguísima carrera con la banda de soul/funk Tower Of Power y el saxofonista Sam Gendel, conocido por su banda de indietrónica/jazz Clown Core, trabajo con Vampire Weekend y Perfume Genius, así como su devoción por interpretar estándares del jazz de varias décadas. En este tema, los instrumentos de vientos gritan en medio de una elaborada canción de post-rock.
Así Earthside continúa su misión casi enciclopédica -aunque para mi gusto menos interesantes- con el par de temas "Denial´s Aria" y "Vespers", en que parecen emular una orquesta clásica con el set de banda de metal. En la primera con Keturah y la alemana Viktorija Kukule (Vikke) en las voces femeninas más el Duo Scorpio (formado por dos arpistas clásicas) mientras en la segunda repite Vikke y entra el cantante, imitador y comediante ruso Gennady Tkachenko-Papizh, conocido por intervenir en canciones de psytrance.
Entonces con la canción homónima al disco, en la que por un poco más de diez minitos, vuelven a los arreglos orquestales, brutales secciones de metal progresivo con guitarras duras y baterías estruendosas que están acompañadas esta vez con los gritos ásperos del emo y la vocalización onírica a lo Deftones, gracias a la participación de Daniel Tompkins (vocalista de Tesseract, ex-Skyharbour). El cantante ruso también hace una intervención para sumar una estrofa con una textura alternativa en un tema que sigue apelando a emocionar con detalles y atmósferas con mucha distorsión esparcida en el aire, a lo shoegaze.
"All We Knew And Ever Loved" cierra el disco, compuesto entonces por 10 temas que corren por 77 minutos, con el invitado más metalero, el baterista noruego Baard Kolstad, conocido por su trabajo con bandas de metal extremo vanguardista como Borknagar, Gaahls WYRD, Solefald, In Vain, Rendezvous Point y otra de las joyas del progresivo actual, Leprous.
La banda está conformada por el bajista Ryan Griffin, el baterista Ben Shanbrom, tecladista y guitarrista Frank Sacramone y Jamie Van Dyck, usualmente encargado de guitarras, pero en este caso se encargó de la producción orquestal, así como fue uno de los encargados de la mezcla, junto a Griffin y Sacramone.
En conclusión, Let The Truth Speak es un disco que cultiva una derivación del metal progresivo que intenta hacer coincidir en un complejizado sistema de diagramas de Venn, las raíces del jazz y el rock n roll con la visión más moderna y progresiva del sonido, el metal y la música, con un pensamiento de compositor académico por un lado y de artista experimental del post-punk por otro.
Para escucharlo, gratis en Bandcamp, acá: https://earthside.bandcamp.com/album/let-the-truth-speak
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