Imagina una banda que combina la música progresiva de los 70, el metal extremo y el jazz de tal manera que entre los invitados está el baterista, marimbero y percusionista zuliano Reinaldo Ocando (IG, egresado de la Universidad del Zulia y con una amplísima carrera en la música clásica venezolana).
Con cuidadas voces líricas, guitarras psicodélicas y teclados cósmicos que se acompañan con bestiales descargas de veloces baterías, evocan en partes a Pain Of Salvation y Opeth, pero también a Katatonia y Porcupine Tree. Así son los canadienses de The Anchoret, que debutan con It All Began with Loneliness este 2023.
La aleación de este raro metal, nunca mejor dicho, tiene diversos brillos que aparecen gracias a la combinación de músicos de altísima experiencia con verdaderos artesanos del progresivo. The Anchoret suena como una versión muy pesada de Deep Purple y Yes, a la que se le ha añadido el saxofón para darle ese color de death metal progresivo de la década de los 2020, pero también puede ser una forma muy psicodélica de Atheist o Ephel Duath con esa aproximación oscura hacia el jazz y el progresivo, mientras otra opción sería decir que es como si Winds o Borknagar se atrevieran a incorporar más elementos tradicionales del rock progresivo a sus propuestas.
Y es que justamente una de las principales virtudes de este debut proviene especialmente de combinar al mítico tecladista Andy Tillison, con 44 años de carreras como músico, productor e ingeniero de sonido en las más diversas bandas, desde el power pop hasta el thrash, pasando por el punk y hardcore, así como con las bandas progresivas Parallel or 90 Degrees (desde 1998) y The Tangent (desde 2003) con el joven baterista James Christopher Knoerl, un tipo con un currículo larguísimo.
Además de ser miembro fundador de Aviations, una banda de metalcore/rock/metal progresivo que en 2023 también publicó un disco impresionante llamado Luminaria, tiene cerca de una docena de discos entre 2019 y 2022 con bandas de deathcore, doom, progresivo extremo, death técnico, metalcore y jazz-rock.
Vale destacar que detrás de esta obra tan compleja está Eduard Levitsky, bajista, compositor y productor del disco, además de encargado del diseño gráfico, así como las guitarras de Leo Estalles, que son la savia ardiente que conforma cada uno de los temas, la base desde donde puede haber solos de flautas, teclados progresivos y blast beats resonantes.
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