1. Hymns in Dissonance (2025) de Whitechapel: demoledor, brutal, técnico y densísimo. Deathcore como con sludge atmosférico. Sin duda, la mejor producción de la banda, mezclando djent, growls cavernosos de death metal y riffs que van del death al deathcore, con una densidad y suciedad nueva, que le dan un aire viciado de perversidad. 4,5 de 5.
2. Clandestine (1991) de Entombed: clásico del death metal sueco, brutal, innovador, misterioso y muy oscuro, muy poco melódico. Cantó el baterista, Nicke Andersson (The Hellacopters). 4,8 de 5.
3. Buenísimos los singles de la banda de metalcore / nu-metal francés Landmvrks, con hip hop en francés incluido. También muy buenos los de Bury Tomorrow, con DnB, metalcore, nu-metal y post-hardcore, aunque más inclinado al metal alternativo y electrónico.
4. Foxing (2025) de Foxing: noise rock / post-punk, por lo que aunque hay atmósferas y guitarras ruidosas con gritos disonantes y estridentes también hay armonías vocales suaves, teclados de electropop y un ambiente de pop gótico. Es Art Rock e Indie Rock, elegante, filoso y tan armónico como opresivo, recurriendo al screamo y noise como dije, pero también al emo, post-hardcore y a lo experimental. Discazo, 4,6 de 5. Son de St. Louis.
5. Métal canadien-français (2024) de Anonymus / Mononc' Serge: thrash metal satífico canadiense en francés. La música es bastante buena, la voz regular y enfocada en las letras. Le doy un 3,8 de 5.
6. Celestial Death (2025) de Cryptosis. Blackened ttrash progresivo, melódico y sinfónico holandés con un shriek semi-industrial, muchos teclados e increíbles arreglos técnicos de bajo y batería. Suena ambiental y cósmico aunque predominantemente malvado. Como un Dimmu menos ostentoso y más duro, con sonidos más electrónicos que orquestales. El sonido me parece algo deficiente en algunos temas, mientras que las guitarras brillantes y algo chirriantes son un toque diferenciador, aunque a veces negativo.
Power trío: Frank te Riet en bajo, mellotrón, sintetizadores y vocales de apoyo; Marco Prij en batería y Laurens Houvast en vocales, guitarras y narraciones. 4,2 de 5. Es como Vektor.
7. A Moon Shaped Pool (2016) de Radiohead. Lo último que ha publicado la banda, dejando las guitarras y la música analógica por Art Pop, Art Rock y Chamber Pop, entre el post-rock y lo barroco, sinceramente bastante abstracto solo por la voz de a punta de electrónica. Lo conozco mucho menos, debo escucharlo de nuevo para apreciarlo por completo. 4,5 de 5.
8. Hypocricity (2024) de Methodica: metal progresivo de Veneto, Italia. Muy divertido como incorporan música electrónica bailable o derivada de la misma en la música, que es compleja, sucia y con guitarras procesadas, rozando con el djent, en un concepto tecnológico integral, con voces dramática y también como en una producción brumosa y llena de ambiente electrónico. 4,2 de 5.
9. Phoenix Cryptobiosis (2025) de Avulsed: death metal técnico español que ya es un clásico, aunque a pesar de los buenos riffs, algunos incluso melódicos o "blackened", los guturales diversos y una batería brutal, tiene un sonido bastante malo y poca creatividad, aunque es bastante gore y bien tocado, la producción está pobre. 3 de 5.
10. Embrasser la nuit (2025) de Á Terre: gracias Deezer por las bandas francesas que jamás conocería. Es noise rock y también metal atmosférico, con gritos desgarrados y guitarras expansivas. Disco debut, después de tres EPs. Según Metallum es post-metal pero me recuerdan más bien a una versión salvaje y sin progresivo de Solefald, con algunos gritos, semi-shrieks y bastante slugde también. Según su Bandcamp es ambient, post-hardcore y screamo, que puede explicar las voces raras, entre narradas, desesperadas y en growls, así como lo sideral, misteroso y nebuloso del sonido, con samples y muchos efectos en las guitarras. Bastante bueno, mucho, 4,5 de 5.
11. Nothing (2025) de Darkside: proyecto neoyorquino del chileno Nicolás Jaar (voz y electrónica), Dave Harrington (guitarra) y Tlacael Esparza (batería, percusión).
Según RYM acá hay neo-psicodelia y art rock con base en la electrónica, y se escuchan claramente guitarras jamaiquinas de dub, algo de noise rock, algo de krautrock y mucho ambient, lo que da texturas encontradas de sonidos playeros, jovialidad, algo de espacialidad electrónica y claro, jugueteo sónico y experimental. Además sería livetronica, que es agregar electrónica a una sesión en vivo de improvisación de instrumentos de rock.
Es un mega-cóctel que justamente permite escuchar la electro-acústica que incluye disco mutante, funk, cumbia digital, post-rock y rock psicodélico. A veces me recuerda a Air y Daft Punk. Un discazo fascinante, porque luego se pone más noise, oscuro, meditativo y post-rock, no se conforma, usa electrónica de forma novedosa para crear más diseño de sonido y capas de diversas texturas angulares. Brutal de verdad, 4,7 de 5.
12. Infrared Horizon (2017) de Artificial Brain: death técnico, disonante, progresivo y muy inventivo de Nueva York que combina densos guturales de brutal death con brillantes arreglos percusivos, riffs disonantes y estructuras inusuales con tiempos desafiantes, que cambian de tono y velocidad. Es un discazo brutal, que va oscilando entre lo puramente disonante y técnico, lo progresivo y la brutalidad oscura del death cavernoso, siempre agregando tonos brillantes y arreglos de altísima velocidad, muchísima técnica y precisión milimétrica.
Tienen varios invitados en la voz, como el fallecido Trevor Strnad de The Black Dahlia Murder. 4,8 de 5.
Tienen varios invitados en la voz, como el fallecido Trevor Strnad de The Black Dahlia Murder. 4,8 de 5.
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