El video-escándalo de Maripili Hernández en España trajo cola con la explicación, pero ese asomo solo es parte de unas señales que se han empezado a dar en parte de la dirigencia política que habla de la búsqueda de acercamientos hacia una coalición.
La explicación, por comunicados del partido Puente (de Hiram Gaviria, exministro de Chávez, exUNT y exMUD), es que asistían a una reunión como parte del "Grupo de Expertos de Venezuela" del Institute for Integrated Transitions (IFT), que desde 2016 busca "soluciones pacíficas y concertadas" a la crisis del país. Al grupo lo acompañaban, a saber, otros dos dirigentes opositores de ese partido, el exministro chavista Rodrigo Cabezas y Jesús María Casal, asesor jurídico de la Asamblea Nacional y quien ha redactado e introducido todos los recursos jurídicos de la oposición contra el desacato y otras decisiones del TSJ.
Laura Castellanos de CNN entrevistó a Nicmer Evans, politólogo de izquierda y miembro de Marea Socialista, un grupo disidente del PSUV que fue expulsado del mismo hace unos años y que tienen oposición contra Maduro. Han denunciado corrupción de Cadivi. Junto a estas denuncias se han unido Giordani, Ana Elisa Osorio y Héctor Navarro, exministros. Estos dos últimos quienes también conforman e impulsan recursos jurídicos y políticos contra el Arco Minero y forman parte de la Plataforma en Defensa de la Constitución.
Pedro Penzini ha entrevistado ya a Clase Media en positivo, que fue movimiento chavista y Gerardo Blyde habló con Navarro en Unión Radio. Dijo el exministro que se encontró con Vanessa Davies y ella le dijo: volvieron las metras, al respecto del uso de las mismas para asesinar a manifestantes en Venezuela.
Pero hay más. Hace un par de días el diputado José Guerra escribió sendos tuits felicitando la decisión del MP de solicitar que detenidos por tumbar estatua de Chávez en Zulia fueran juzgados por tribunales civiles. Nombró a Luisa Ortega como ser parte de ese trabajo. Y horas más tarde recomendó un comunicado del general (así lo llamó) Miguel Rodríguez Torres contra la Constituyente.
Politólogos diversos ya lo habían recomendado, y aquí lo hemos conversado sobre los que han cambiado de bando o quitado apoyo al gobierno como Dudamel y la Fiscal General. Hay que acercarse a lo que algunos llaman chavismo disidente o crítico. Puedes llamarlos de otra manera, pero son grupos que siendo de izquierda (antes de Chávez) se unieron a ese proyecto y ahora rechazan a Maduro por claras razones. No son opositores pero es el chavismo originario no ha desaparecido, como demuestra el grupo de constituyentistas que junto a Henri Falcón van a defender la Carta Magna.
Y de nuevo, aquí no hablamos de exculpar, pero sí de un frente muy amplio que reúna a diversas corrientes, evitando que se acumule la rabia, decepción, exclusión y persecución que formó la masa crítica para impulsar primero el chiripero y el chavismo después.
¿Y porqué es necesario? No sólo para no repetir lo que sucedió, lo que vivimos ahora y lo que dio pie a su manifestación desde 1993 (o antes) sino para la gobernabilidad mediante un gobierno de unidad nacional, coalición y amplitud. Es decir, incluir a descontentos de varias ramas, hacer puentes, vasos comunicantes, posibilidad de reducir alzamientos. Un nuevo pacto político. Historiadores dicen que parte de las fallas del anterior fue no renovarlo.
Y claro que hará falta tanto la justicia transicional (esto merece otra nota) para dar justicia, verdad y reparación a víctimas, pero quizás se desilusionen quienes esperan que haya un arrase, vayan todos a la cárcel y se proscriba la izquierda. La historia señala lo contrario en los países que pasaron a la democracia, períodos de paz y cambios sociales positivos. Fíjense que sólo Túnez lo logró en la Primavera Árabe y fue mediante conciliación que llevó a elecciones para que el gobierno aceptara y se fuera (no al revés) mientras en Ucrania o Egipto ha habido varios cambios de gobierno, inestabilidad y crisis.
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