Riverside viene de Polonia. Sí, las gélidas tierras de Behemoth y Vader, estandarte de pura maldad black metal, aunque para mí es también el país del metal progresivo de Indukti, que me conquistaron en 2015. En este caso estamos hablando de neo-prog rock, innovador y refrescante, que me recuerda a los últimos trabajos de Pain Of Salvation y Haken por un lado, pero también a Anathema y Katatonia, pero en lugar de provenir del doom o el gothic, ID.Entity se inclina por los sonidos de los 80.
Hace poco hablaba con un amigo que me preguntaba si escucha música que no fuese rock o metal, y le hablé de Björk, del rock latino, de electrónica noventera e incluso de Rosalía y Kali Uchis. Él estaba un poco decepcionado porque no le supe nombrar nada de neosoul (salvo Alicia Keys) ni pop (aunque dije Justice), y en verdad me cuesta escuchar música que no tenga enfoque en lo instrumental.
Pero también le dije que el nuevo rock progresivo tenía mucho de estas sensibilidades, no sólo en coros sino a veces en temas completos. Pensé en Sleep Token y Leprous. Y así me siento con este nuevo disco de Riverside, que usando influencias del funk, de la música electrónica, del pop de los 80, revelan un rock progresivo enriquecido, con momentos de instrumentación majestuosa y arreglos increíbles.
Aún sin quitarle protagonismo a las guitarras, los patrones rítmicos extraños o los arreglos intrincados sino, como también lo está haciendo Haken en Fauna, suman sonidos como instrumentos de viento y arreglos de sintetizadores retrofuturistas para darle mucha atmósfera, concentrado en canciones más que en impresionar con performances individuales.
Riverside puede sonar a veces ligero, poco rockero, pero nunca deja de haber guitarras, aunque claramente el disco es gobernado por la combinación de éstas con teclados o con un bajo que experimenta con distintos colores, que incluso lidera. Querría Steve Harris tener canciones así, que orbiten tan poderosamente en las notas más graves, pero le faltaría la visión de Flea para alcanzar lo que pasa acá, un viaje de los polacos a la aventura. Lo que le decía a mi amigo, nuevas sensibilidades que se nutren de cada vez más fuentes distintas.
Así que hay en ID.Entity encontramos órganos Hammond, guitarras acústicas, explosiones emocionales que vuelan puentes a punta de batería y guitarras, solos de rock clásico, psicodelia y de nuevo, bastantes tropos del pop de los 80, como se escucha en el inicial Friend Or Foe? y en Self-Aware, donde también se atreven con algo de "ska blanco" a la Police. Es un álbum que se desarrolla lentamente, con canciones largas, muchas atmósferas, coros y regreso a los "temas" para fabricar la percepción buscada.
Es un disco sentimental, con muchos momentos de soft rock, hilos de voz, tristeza y angustia, que contrasta con el ambiente de alegría, celebración o esperanza traducida en canciones más alegres y rápidas, con entusiasmo. Volviendo a sus influencias de los 80: es depresión y derroche, es vivir de fiesta porque no hay mañana sino desesperanza por el futuro.
Conceptualmente en un disco de esta época, en el cual las letras se preocupan sobre las consecuencias psicológicas de las nuevas identidades digitales, la desinformación y la post-verdad en las redes sociales, aunque no es lo más fuerte de la propuesta.
La banda está conformada por Mariusz Duda en las voces, guitarras, bajo y producción (quien fue invitado al primer disco de la banda de rock/metal progresivo polaco Indukti), Maciej Meller en las guitarras (miembro de la banda de rock progresivo Quidam), Michał Łapaj (en teclado y Hammond) y quien ha colaborado con Behemoth y el proyecto Me and Than Man) y Mittloff en la batería (Hate entre 1992 y 2002).
Los dejo con Self-Aware, tema que cierra el disco, y como les dije, une Police, sintetizadores de los 80 y mucho rock progresivo.
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