2. Infinitus Somnium (2025) de Erebor: una inmensa sorpresa con este disco, el segundo de esta banda de Durham, Reino Unido, con death metal progresivo y thrash técnico, con voces guturales y shrieks de deathcore y guitarras de post-metal, que además tiene momentos de potente black melódico con un blast beat endemoniano, y otros de calmado post-rock progresivo y jazz fusión, con un gran bajista, guitarras arpegiadas y dark ambient. Es una maravilla, 4,7 de 5.
3. Mis planes son amarte (2017) de Juanes. No soy fan de sus discos más pop pero reconozco la propuesta artística original del ex-cantante de Ekhymosis, fusionando cumbia, vallenato y rock latino, lo que antes habría hecho Carlos Vives. Es un buen disco, muy bien hecho. Me entero que es un disco visual con videoclips en cada canción y que ganó el Grammy Latino como Mejor Álbum Pop Rock. Le do un 3,7 de 5. La canción Fuego es claramente un vallenato/rock a lo Aterciopelados.
4. Yours, With Malice (2025, EP) de Youth Code. Este disco me hizo recordar las fiestas de música electrónica en locales abandonados y galpones en Amsterdam. Este es un dúo conformado por Sara Taylor y Ryan George haciendo EBM y Electro-Industrial, con shrieks de parte de ella, así que hay rock industrial, aggrotech, dark electro y synth punk.n 3,6 de 5. A bailar entre colmillos y dreadlocks verdes, comida vegana y tuberías oxidadas. Me recordó a wumpscut.
5. Glockaveli (2025) de Key Glock. Me agrada cuando el hip hop me sorprende, porque apenas entiendo las letras y sus trucos líricos. El hip hop sureño, por lo que aprendí del documental Hip Hop Evolution, siempre es más creativo y nacido como subproducto de una realidad social muy distinta a la de Los Angeles y Nueva York, usando instrumentos viejos y una visión de pobreza y desasosiego distinta.
Según es Trap y Memphis Rap, pero la voz no es balbuceo ni los ritmos son los típicos. Gangsta Rap, Chipmunk Soul y Dirty South, según RYM. Me gustó, la verdad, bastante.
6. Filantropía (2025) de Penyair. Hip hop de Bogotá. Buenísimo, 4,5 de 5. Rap con acento rolo. Mañas Rufino (quizás el mejor tema) y Gabylonia entre los invitados. Un poco largo.
7. Scorched Earth (2025) de Harakiri For The Sky: post-black metal austríaco que dentro de su mismo estilo feroz y existencialista de shriek gritado y música post-metal, post-rock y ambient, parece darle más espacio ahora al shoegaze, al black melódico, a los arreglos sinfónicos e incluso al rock indie.
RYM me da la razón, así que al post-metal y black atmosférico, hay que sumarle metal alternativo y doomgaze, porque se notan mucho más melodías y sonidos más cercanos al rock y al post-punk que que al metal, lo que le da un matiz tan innovador como cuando inició su carrera, manteniendo los vocales rasgados y desesperados, ahora hay una oscilación rítmica, un uso de pianos y distorsiones más oníricas y más vivaces, incluso más accesibles y de notas mayores, que le da una luz novedosa. En el tema In Autumn I´ll Surrender se notan influencias de los noventa, de metal y rock alternativo. Esto para mí mejora la propuesta de esta banda.
Se incluye su versión de Street Spirit (Fade Out) de Radiohead (The Bends, 1995). Entre los invitados están Serena Cherry (Svalbard), Kerim "Krimh" Lechner en las baterías (Daath, Septicflesh), Patrick Ginglseder (vocalista de Groza) y Tim Yatras de Austere. Me gustó mucho, 4,8 de 5.
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