El 5 de junio Vladimir invitó a su hermano Ernesto a su programa en Globovisión. El Ministro insistió en no responder ninguna pregunta, en descalificar a su hermano de manera personal, llamándolo parte de la oposición irresponsable y calificando a Globovisión como partido político (parece que ya no le caen bien los dueños nuevos) e insistiendo en hablar solamente del caso de Orlando Figuera, quien murió el sábado en la mañana después de ser apuñaleado y quemado en Altamira. Un caso que recibió una comunicación especial el viernes por el Ministerio Público para su traslado con el fin de recibir mejor tratamiento y que la Fiscal señaló que Ernesto tenía "el video equivocado" sobre el caso, en el que ya las investigaciones habrían señalado a los responsables.
Ernesto me recordó a peleas que he tenido con conocidos y amigos chavistas porque se dedicó a atacar la forma de ver y pensar de su hermano, pero no las ideas ni opiniones reflejadas. "No comparto nada de tu visión de acusar de todo a Maduro", le dijo, para señalar al final que los muertos "son de Almagro".
El doble rasero se repitió con el caso de Jairo Ortíz, que dijo que era un pacifista según su papá pero lo mató un PNB "que no estaba de servicio". Se mostró ofendido al señalar que en Twitter dijeran que era culpa de Maduro. Sin embargo, más tardo dijo que un Policía del Municipio Sucre "de Ocariz" era otro responsable de homicidio y que el imputado por Paola Ramírez era un "militante o dirigente de Vente de María Corina Machado". Es decir, solo se vale cuando él acusa a que cada persona implica toda la cadena de mando y organización pero no cuando se habla de un GNB o PNB. Vaya.
Pero quizás lo peor, que es lo que me pasa tanto, es que habló de "minería de datos" pero llevó un montón de carpetas manila y marrones (en la máquina del tiempo) para decir que habían 80 muertos que encontró gracias a su investigación periodística (aunque fue pagada por el Estado) y que lo ponía a la orden de los reporteros que "quisieran investigar".
Es decir, no leen, no consultan o se ciegan a medios no oficiales o chavistas (porque ya anularon Aporrea). Ni hablar de ONGs, como el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, Foro Penal, Provea e incluso un informe que elaboró la diputada Amelia Belisario (PJ-Aragua) tiene un conteo similar. Eso sí, uno lee en Twitter cosas como "estos dos muertos en barricadas que la oposición no conoce".
Hoy 5 de junio ya Runrunes cuenta 82 y el OVCS ya contaba 80 para el 31 de mayo.
La histeria que demostró Ernesto a gritos y pataletas, sin responder ni una pregunta, es vieja: condenan funcionarios de la Sundde y PNB por extorsión, a un gerente de PDVSA por corrupción y a otro del Bicentenario y son "ovejas descarriadas" como dijeron de los narcosobrinos y ahora Benavides dice de los GNB que disparan lacrimógenas a matar, pero en las firmas del revocatorio cada una que vieron "rara" la había hecho toda la oposición, era una política de Capriles, El Picure era opositor y es un complot que va desde la viejita que tiene una bandera hasta financistas en EEUU y paramilitares en Colombia.
Vladimir trató de calmarse, pero por supuesto, se le salieron varias ácidas como "yo podría decirte Ministro de Propaganda" pero insistió en preguntarle por la impunidad y las reiteradas denuncias de abusos de policías y militares contra manifestantes y periodistas (cinco robados o atacados este día durante el plantón nacional) así como su responsabilidad en varios homicidios. Le dijo: "Si Globovisión es un partido será democrático porque hay cabida para todos pero en VTV es el partido PSUV".
En redes pudimos leer las burlas y los lamentos por la actitud de Ernesto, con memes y videos.
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