Revolcón y desilusión olímpicas - Venezuela quesúa por una medalla

Lo sabía. El Comité Olímpico Venezolano tiene que luchar por que el dominó, las bolas criollas, el pedir fiao y el bingo sean aceptadas como disciplinas olímpicas. Primero, nuestra representación sería más grande, se entendería mejor que hubiese ese bochinche al desfilar y aunque no ganáramos un carajo vendríamos con unos cuentos "demasiado de pinga".

Es que eso de ser espadachines es una imposición del imperio, un deporte de burgueses y no refleja nuestra herencia Indoamericana, porque eso de latino es impuesto. Eso es en Europa, donde tiene esgrimistas de dos metros, descendientes de conquistadores que impusieron su religión a fuego y espada, no les da esGRIMA meternos esa vaina por el ojo y hacer llorar a nuestras chamas que fueron tan emocionadas.

Pero tenía yo esperanzas en el voléibol y el softbol, porque aunque en el primero las garotas y las rusas se veían tan divinas, yo prefería a las mías, aunque tuviesen una armadora chirriquitica y las cubanas parece que tienen súper poderes. Pero no han podido, y China y Japón se las pasearon. ¿Qué pasó con el basquétbol que jugó contra Jordan en Atlanta, y el béisbol que tanto nos enorgullece?

Con las peloteras, la desilución fue mayor. Después de saberlas tan ganadoras ante potencias como Cuba, República Dominicana y Puerto Rico, ser abanderadas de nuestro país y la cuña de Movilnet en que nos mostraban que el deporte les sale natural a las negras cacaoteras de Aragua, de donde son algunas integrantes del equipo, perdieron 11 pepas a cero, no hit no run y con dos errores en un pantalla que nos dejó con arrechera.

Sé que todavía quedan varios chances, en el boxeo, la chama que juega burda de ping pong, el gimnasta olímpico y hasta recuperarnos en algunas disciplinas, pero no será hasta que masifiquemos -y no a punto de pasta blanca y bollitos de harina- el deporte, no podremos tener triunfos más allá de los Panamericanos, mientras apenas algunos pudientes se pagan el sueño de querer llegar al podio olímpico.

Ni siquiera en tiro con arco, algo que parecía suficientemente aborigen como para salirnos del alma, la venezolana Leidys Brito no pudo con una gordita de Georgia -en guerra con el hijo de Putín, el nuevo presidente ruso Mendelev- que logró un puntaje casi perfecto. Si, si, al menos fueron, hay que aplaudir los logros que antes no teníamos y tal, pero mientras un colombiano logró la décima medalla para su país en halterofilia, los de nosotros ni pudieron completar los alzamientos, aunque las atletas tengan un cuerpo impresionante.

Largo camino el que nos toca para igualar los logros de Cuba, la cantidad de deportistas que Brasil o Argentina, o meternos en la competencia más allá de nuestro continente. Y que se arreche el que sea, pero aún nos quedamos con las ganas, como en la Copa América, como en Copa Libertadores, como en el Mundial de Béisbol, Voléibol y Basquetbol, y hace rato que queremos es matar, no quedar quesúos.

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