14 abril 2025

Lo nuevo de Bleed From Within (metalcore sinfónico), Black Country, New Road (pop folk progresivo), Allegaeon (melodeath técnico progresivo), Tómarúm (black progresivo/death técnico) y Thornhill (nu-metal), progresivo/power sinfónico portugués y neerlandés (ReVamp y Leave´s Eyes), black atmosférico progresivo británico y chamber folk rock islandés

1. Hades (2025) de Living Tales: power metal progresivo y sinfónico portugués, con guitarras angulares, una combativa voz femenina, growls y muchas orquestaciones de fondo, aunque hay interludios en los que brillan los grandes momentos corales. Creo que lo mejor es cómo exhibe, como si no fuese un esfuerzo extraordinario, arreglos que combinan thrash técnico, power progresivo y grandes atmósferas sinfónicas, con guitarras circulares y retadoras mientras la vocalista muestra una amplísima técnica y despliegue vocal.

Las canciones están llenas de pequeños detalles progresivos, que están integrados a la propuesta, en que los contratiempos y cambios extraños son parte de canciones que son generalmente épicas, complejas y poderosas, abordadas desde lo atmosférico con sintetizadores, lleno de asombrosas piruetas de bajo y batería para crear polirrítmos asincopados. Sin embargo, me deja una sensación medio incompleta que parece que el estilo parece no estar claro, entre lo sinfónico, lo progresivo o el power. Les doy un 3,5 de 5. 

2. Wild Card (2013) de ReVamp. Clásico moderno del sinfónico progresivo / power / metal alternativo, con Floor Jansen en la voz y como fundadora, tras el fin de After Forever. La banda se acabó en 2016 cuando Jansen dijo que no podía cumplirla a la banda por su trabajo con Nightwish

Es increíble porque la banda se va trasladando de momentos de metal moderno, incluso djent y otros con guitarras sorprendentes que están sincopadas con teclados y batería para momentos gloriosos de progresivo mientras ella hace piruetas operísticas diversas. Y va mutando entre el power y el metal alternativo, en que sintetizadores que pueden ser industriales o psicodélicos acompañan las piruetas técnicas contenidas en los riffs sinfo-prog.

En el tema Precibus, no sólo extiende sus capacidades como soprano y hace guturales increíbles, sino también evoca su capacidad de cantar hard rock o pop, demostrando ser de las mejores cantantes de metal sinfónico. Discazo, que se va desarrollando para ir creando un momentum cada vez más alto en cada tema. Lo que incluye la intervención de invitados como Mark Jansen, Daniel De Jongh (Textures) , Marcela Bovio y Devin Townsend. 4,5 de 5.

3. Fires In The Norte (EP, 2016). Extraordinario puñado de temas de metal sinfónico / folk / viking, bellamente arreglados con orquestaciones, con growls bestiales, sorprendente voz operática y potentes coros vikingos. 4,7 de 5. La voz principal no es de Liv Kristine sino de Elina Siirala, que presentaba así su voz extraordinaria.

4. Existencialismus (2025) de Abduction: Gran disco de black atmosférico británico. Antes le puse 4,7 de 5 y lo mantengo. Realmente extraordinario, de lo mejor del 2025.


5. Zenith (2025) de Bleed from Within: metalcore melódico y sinfónico con arreglos electrónicos abundantes, ritmos groove y algunos acercamiento al industrial y al deathcore downtempo. Guturales y voces limpias se intercambian, aunque la música siempre es dura. Lo mejor está en los temas más metaleros, como Violent Nature, aunque la voz se me asemeja a veces demasiado a una imitación de Corey Taylor. 

6. Forever Howlong (2025) de Black Country, New Road. Fascinante disco de música progresiva pero con base en el folk alternativo y el pop más orquestal. Un cambio radical de los británico con lo que hicieron antes, más cerca del indie rock, el post-punk y el post-rock. 

Ahora nos adentramos en un universo sonoro acústico, pero profundísimo musicalmente. RYM habla de art rock, pop barroco, folk progresivo, pop progresivo, chamber pop y baroque pop. Sin embargo, las partes más baladísticas y suaves me atrajeron mucho menos que las avanzadísimas formas instrumentales de tiempos indescifrables y cambios vertiginosos, aunque parece que no hay una dirección clara sobre si sonmás alt-country o una banda de post-rock o de folk progresivo.

En sus mejores canciones y momentos, siento que comparte mucho con Thank You Scientist y Beirut. Para mí 3,8 de 5 porque prefiero su versión más rock, salvo canciones como Happy Birthday y For The Cold Country, con guitarras y un "ataque" más progresivo que le da dimensión.

Un gran cambio de vocalista, en que Isaac Wood es sustituido por Georgia Ellery, quien grabó guitarras acústicas, mandolina, violín y la flauta dulce tenor. Por su parte Lewis Evans se encargó de saxofón alto, clarinete bajo, clarinete, flauta y flauta dulce. Por su parte Tyler Hyde en guitarra acústica, bajo, clarinete, armonio, piano, flauta dulce y voces. May Kershaw grabó acordeón, clavecín, piano y voces. Luke Mark también en guitarra acústica, barítona y eléctrica, guitarra lateral de metal y flauta dulce, y Charlie Wayne, co-compositor como todos los demás, grabó batería, percusión, banjo y claro, flauta dulce. 3,8 de 5.

7. Bodies (2025) de Thornhill. Otro bajón, porque no entiendo mucho esta amalgama de nü-metal y shoegaze, rock alternativo grungeroso, dreamy y con post-hardcore con algunas guitarras de djent y metalcore, que por momentos es como alt-pop, porque tampoco lo logran como Sleep Token. Más que una mezcla inusual y osada, parece una indecisión y un desorden completo. 2,5 de 5. Hay que escuchar más, porque las críticas son un poco mejores, aunque creo que eran mucho mejores cuando estaban en lo progresivo / metalcore. Mal para los de Australia.

8. Hvel (Ballena - 203) de Árstíðir: banda islandesa de lo que podríamos llamar una especie de indie folk rock, con amplísimos arreglos orquestales y melodías vocales. Es una elaborada obra llena de detalles de música islandesa, una mirada académica y estructuras de indie rock que se alejan de extremos, tanto pop como de la llamada "música culta" para producir un rock orquestal único.

Son Daníel Auðunsson (guitarra, vocales), Gunnar Már Jakobsson (guitarra barítona y voces), Ragnar Ólafsson (piano, teclados, guitarra barítona, voces) y Karl Pestka (violín y voces), más varios invitados encargados de violín, viola, batería, cello y programación, todos involucrados en bandas de jazz y música académica, lo que explica la belleza y sobriedad de la música. Increíbles, 4,3 de 5.

9. Sleepless Empire de Lacuna Coil. Me alegra mucho este disco, que le di 4,3 de 5 pero hay temas que realmente son enganchadores, me recuerdan a Epica y Nightwish en su capacidad de hacer coros y líneas vocales, así como melódicas que quedan grabadas en medio de intensidad metalera. 

10. The Ossuary Lens (2025) de Allegaeon. Melodeath técnico, progresivo y furioso, que combina la volatilidad del black metal, la potencia del death progresivo y los riffs acelerados y altamente rítmicos del sonido sueco. Las guitarras son asombrosas, paseándose desde las emotivas melodías y solos progresivos, pasando por bestiales riffs de deathcore melódico y enredándose como serpientes en arpegios acompañados por una batería frenética. Las voces en coro, también a camino medio entre el metalcore/groove y los guturales perversos [incluso pig squeals], van a galope en esta propuesta mixta de brutalidad armónica y técnica abrasiva, en que a veces cortas el aliento con precisión puntillista y luego con una lluvia de azufre, dejando espacio para coros épicos. Son de Denver, Colorado, y crearon un disco realmente impresionante, veloz, dinámico y multiforme. 4,7 de 5. 

Su guitarrista, Greg Burgess es parte de Nuclear Power Trio. Un detallazo el tema Dark Matter Dynamics con el guitarrista invitado Adrian Bellue, que inicia como un tema de Rodrigo y Gabriela o el tema Imperial, que también iniciando con guitarras acústicas se transforma en una especie de melodeath hiper progresivo y rapidísimo. Suena a una especie de The Faceless con Obscura.


11. Beyond Obsidian Euphoria (2025) de Tómarúm: entusiasmado por el discazo anterior, me fui ahora con este, sabiendo que es la versión gélida del anterior: black progresivo y melódico / death técnico, que recurre también a riffs del sonido sueco, shrieks malvados y muchas capas de arreglos atmosféricos junto a una batería sorprendente y cambios vertiginosos en arpegios, arcos y puentes nocivos para la estructura rígida mental. Me hizo pensar en un choque entre Wilderun y Dimmu Borgir, con Stormlord de ladito.

Aunque tiene sabores y colores del power / black sinfónico, con muchos ecos y reverbs, se mantiene en una narrativa en que predomina lo progresivo, con un bajo serpenteante y jazzeado, coros y voces limpias evocadoras, muy bien elaboradas, y arreglos predominantes de fills y repiques de batería como co-protagonista junto a la amplia producción vocal. Intercala algunos temas cortos, interludios más bien, en larguísimos temas que van entre el death/jazz progresivo, un black vampírico y oscuro, aunque sinfónico, e imparables momentos de death técnico de precisión grandiosa, dentro de una cápsula espacial expansiva. 

Hay siempre una atmósfera cósmica en que hay una lluvia de estrellas de progresivo espacial tipo Enslaved, black psicodélico (con sintetizadores) y power metal, que engrandecen el universo sónico aunque nórdico de estos dementes de Atlanta, Georgia. Impresionante y gigantesco, 4,8 de 5. Sus músicos están relacionados con Lunar Chamber, Scorched Moon y The Ritual Aura, que han producido algunos de mis discos favoritos de progresivo extremo de estos años. Muy elaborado, épico y extenso, con detallismos por doquier.

12. Zero Tolerance (2004) de Mantas. La crítica lo puede destruir, pero a mí me parece que este disco-proyecto del mítico guitarrista de Venom (Jeffrey Dunn) no está tan mal como eso, un invento, un gig, un side job. Me recordó al Fight de Rob Halford, aunque allí había mucha más clara intención. Suena como a un Fear Factory envenado de hardcore y algo de death metal. 3,5 de 5 pero es divertido. Sobre todo los temas que me recuerdan más a Biohazard y White Zombie con guitarras más duras.

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