12 abril 2025

Lo nuevo de In The Woods (progresivo/gótico) y Architects (djent/metalcore), jazz rap/boom bap, death holandés clásico, mixtape de witch house/emo rap, doom gótico italiano sobrio, art rock/pop canadiense, groove/metalcore maorí, death/black avant-garde austríaco

1. Otra (2025) de In The Woods...: una belleza de álbum de metal progresivo, ampliamente vocal, con una protagonista voz gótica, entre narrada y con lo que llamaría armonías amables, entre épicas y atmosféricas, que parece querer encarnar una especie de personaje que parece emular cómo sería si quienes han pasado por Ulver, Bornagar y Arcturus cantaran power metal o epic doom.

Hay algunos shrieks violentos y momentos extremos, en medio de canciones empeñadas en presentar melodías que parecen mediar entre el black melódico, el folk metal menos extravagante y el metal progresivo más conceptual. Adoro a los noruegos haciendo progresivo, que en este momento presentan una extraña raza canciones que suenan a híbridos que amalgaman elementos particulares de distintos géneros para algo realmente único. 4,7 de 5.

2. From the Private Collection of Saba and No ID (2025) de Saba y No ID: Un muy trabajado disco de jazz rap, hip hop consciente, neo-soul, boom bap, pop rap y trap, pero que siento demasiado gringo para mí. No le agarré caída a las letras y está demasiado ligado a la movida RnB. Aunque está muy bien producido, con samples geniales. Para mí, 3 de 5.

3. Rise to Ruin (2007) de Gorefest: clásico del death metal holandés, con un growl monstruoso -que a veces se me parece al de Juan Brujo- y arreglos diversos que enriquecían la brutalidad del género. Atmósferas electrónicas, guitarras acústicas y algunos sintetizadores adornaban la avalancha, semi-industrial, de riffs afilados y batería que sonaba como un tanque de guerra, con guitarras llenas de armónicos y otros trucos de la vieja escuela, especialmente doom death, aunque el ritmo frenético de los temas nunca se reduce. Siento alguna influencia de At The Gates en este disco, aunque es más fácil ver la relación de esta banda con el sonido de Haill Of Bullets y The Project Hate MCMXCIX. Genial, 4,7 de 5.

4. Vándalos (2025) de Bándalos Chinos. Pop indie, sofisticado y electrónico argentino. Una de las nuevas bandas del Cono Sur que más me agradan. 4,1 de 5.

5. The Sky, the Earth & All Between (2025) de Architects. Genial ese disco, con industrial, djent, nu-metal, metal alternativo y mucho metalcore progresivo, con unos guturales en growls que me hacen recordar el debut de System Of A Down, arreglos tipo Tesseract pero con música más pesada, con muchos doble bombos, electrónica feroz y guitarras gigantescas, con riffs imposibles en tiempos laberínticos, mientras agregan voces y arreglos de post-hardcore (con voces "a lo Michael Jackson") y metal alternativo. Increíble cambio de los británicos, bravo. Le puse 4,2 pero ni de vaina, es mucho mejor, 4,7 de 5. 

6. Ghost Mountain (2025, mixtape) de October Country: Hace poco comprendí exactamente que un mixtape, a diferencia de un disco, es una colección de temas sueltos y no un disco pensado como un conjunto relacionado de temas. Naturalmente son más claros de entender en el rap, hip hop y música electrónica indie contemporánea. En este caso, este está alrededor del Witch House y el Emo Rap, con influencias del Synthpop, Darkwave, Trap, Cloud Rap, Wave, Post-Punk. Es curioso, y entiendo que usan samples de rock, emo y pop, pero no es necesariamente bueno. 2,5 de 5.

7. The Spin (2025) de Messa: Otro brillante álbum de doom contemporáneo. Después del grandioso Close de 2022, lleno de oscuridades psicodélicas y stoner, ahora los italianos se presentan con este álbum, más cerca del rock y el metal gótico, con momentos progresivos, en que incluso más que rock o metal, es una música concreta y sensual, rica en capas de sonidos e instrumentación variada, aunque un poco más cerca de Lucifer y Tribulation que de Katatonia. 4,6 de 5. 

Con atmósferas setentosas, hay una especie de seriedad, en presentarse con elegancia sobria, lo que no impide que haya momentos más stoner y psicodélicos, otros con blast beats de black e incluso que suenan más rock and rolleros u obscuros, porque hay distintos ángulos y formatos, pero siempre con esta especie de estética sin estridencias, incluso cuando hay bajos fangosos, guitarras más angulares o una batería más presente. Siempre permanece la guía espiritual de la cantante, sacerdotisa de este viaje potente pero acotado.

8. Dan's Boogie (2025) de Destroyer. Elegante disco de art rock y art pop, psicodélico, sofisticado y orquestal, aunque también por momentos puede ser post-punk, slacker y/o noise. En realidad es confuso, porque me suena como a música lounge tocada por una banda de rock, como Pulp a veces. Me perdieron con los sonidos de guitarras eléctricas country. 2,5 de 5. Son de Vancouver, Canadá.

9. Te Rā [el sol] (2025) de Alien Weaponry: groove/thrash metal de Nueva Zelanda, pero me suena también a metalcore melódico e incluso por momentos a los argentinos ANIMAL. Todos son de ascendencia maorí y algunas canciones son cantadas en este idioma. Aunque empiezan algo flojo, con sonidos muy derivativos, luego la mezcla de voces limpias y guturales, los arreglos más complejos y las sonoridades disonantes, combinando groove y metalcore, así como momentos de metal alternativo, le dan su propio brillo. Vale la pena volver a escucharlos. 4,2 de 5.

Randy Blythe de Lamb Of God está invitado en unos de los temas, mientras que el presentador de radio Tūwhenuaroa Natanahira lo está en Blackened Skies. El disco me fue conquistando poco a poco, y de forma similar a los argentinos, combinan ferocidad y melodía, ritmos contagiosos con potencia guitarrera. Sus riffs son realmente buenos, y el power trío hace magia con arreglos thrasosos y alternativos. 

10. Paralipomena (2025) de Pillars Of Cacophony: segundo disco de esta banda austríaca de death/black disonante, progresivo, ocultista y técnico, uno de los discos más fascinantes, bien producidos, extremos y sorprendentes de los últimos meses. La mayoría de los riffs son rapidísimos y enrevesados arpegios combinados en incesantes cambios de tiempo y velocidad con ritmos percusivos igualmente frenéticos en constante movimiento.

Tiene además momentos de deathcore, melodeath, grindcore, thrash técnico, jazz y black progresivo. El baterista es detallista, veloz y agresivo, lleno de fills y arreglos en contratiempos, mientras los guturales son diversos y punzantes, mientras las guitarras van desde lo disonante a lo melódico, de lo atmosférico a lo feroz, mientras en conjunto hay un enfoque en ser transgresores y transversales: breakdowns industriales, djent disonante, polifonías con brutal death. 

Paralipomena son anotaciones o apéndices que complementan un texto, lo que proviene de un texto llamado Parerga y Paralipómena de Arthur Schopenhauer. El debut de la banda se llamaba Parerga, y el logo es de la escritura Circular Gallifreyan de la serie Dr. Who, mientras las letras tratan de temas científicos, especialmente bioquímica.

Es el trabajo solista de Dominik Bulfon, que recuerda a Ulcerate. Totalmente encantador, gente rara y avant-garde.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Habla, sé serio y organízate.