21 abril 2025

Black punketo finlandés, death progresivo alemán, thrash/groove brasileño feminista, indie rock californiano, black/punk noruego y black melódico francés, deathcore industrial

1. Suomi Finland Perkele (1994) & Motörpenis (1996) de Impaled Nazarene: procaz, vulgar, políticamente incorrectísimo, sacrílego e iconoclasta brutal black metal finlandés. Influencias del hardcore punk y el speed metal son clarísimas. Las guitarras suenan como avispas tratando de penetrar tu cerebro con malas palabras y desenfado anticristiano. 4,2 de 5. El EP Motorpenis tiene tres versiones de oscuras canciones de hardcore punk y thrash de principios de los 80, de bandas de Finlandia y Estados Unidos. Más black n roll y punk.
2. A Sonication (2025) de Obscura. Segunda oportunidad para el disco del plagio/controversia. Yo sigo escuchándolo muy bien, aunque la crítica lo sigue destruyendo, y no lo escucho tan simplificado y con mala producción como señalan. Por ahora, mantengo el 4,2. 

3. Blasfémea (2025) de Eskröta: groove metal, bastante tribal y brasileño, aunque con un shriek de black metal y guitarras de hardcore punk / crossover thrash. Un rabioso testimonio de los temas políticos y sociales de Brasil, con una nota potente de feminismo. Ya había escuchado LBR (Latina, Brasileira, Revolucionária), un temazo con gran coro. Me gustó, a veces se parece a Nervosa pero mucho más punk. 4,1 de 5.

4. Welcome To My Blue Sky (2025) de Momma. Banda de Calabasas, California, reubicado en Brooklyn, NY. Un buen disco, aunque no demasiado original, de rock indie y alternativo, con guitarras pesadas y ruidosas, una voz femenina y melodías dulces en contraste con la "suciedad" de los riffs. Por supuesto, power pop, shoegaze y dream pop. La banda es Allegra Weingarten (guitarra, voces), Etta Friedman [aka Etta] (guitarra, voces), Aron Kobayashi Ritch (bajo) y Preston Fulks (batería). 3 de 5. Muy inferior a colegas como Wishy y Great Grandpa.

5. Abra Fakkadabra (2025) de Häxer: debut de esta misteriosa banda de blackened punk noruego, aunque con espacio para usar saxofón, agregar algo de doom, post-metal, riffs arpegiados, black n roll y hasta hard rock en el tema Club Doom. Luego escuchamos también thrash y speed metal, así como un riff de Paranoid de Black Sabbath. Finaliza con unos temas más largos, en que hay música más elaborada, maduro y potente, lo que hace crecer la intriga. 

La banda está conformada por Benjamins Eidtang Gustavsen, Tobias Bjerkøen, Adrian Baann Sørensen y Karl Adam Kihlberg, de quienes no conseguí casi ninguna referencia musical clara.
6. Sadistic Sex Daemon (2003) de Misanthrope: un rudo y potente disco de death melódico francés con mucha influencia black metal y complejos arreglos progresivos. El sonido es realmente sucio pero la producción permite escuchar cada instrumento, incluyendo los raros cambios con combinaciones técnicas de bajo, guitarra y batería, que van desde el death técnico al black melódico. Es un gran trabajo de composición y furiosa interpretación, que quizás no es tan valorado como debería. 4,3 de 5. 

7. Dethmask, Pt. 3 de Darko US (Ep, 2025): deathcore, djent e industrial para variar, un proyecto con gente de Emmure y Chelsea Grin. Entretenido sin demasiadas aspiraciones (con scratches y drum n bass), que es más divertido que pretenciosamente extremo sin agregar nada de RnB, trap o electronicore. Le puso 3,8 antes y lo dejo así. 

8. Swallowing the World (2025) de Imperishable. Death metal melódico desde Suecia. Los primeros dos singles me encantaron aunque ahora noto un sonido un poco encajonado, que quizás por intentar sonar vintage deja que algunos temas suenen a menor volumen, y esto a pesar que Andy LaRocque (King Diamond) estuvo involucrado en mezcla y producción. Se escuchan claramente los instrumentos, pero a bajo volumen y un poco hueco el sonido. El tema Riding Demons es buenísimo, profundo y elaboradísimo mientras que Cenotaph Of Dreams se sumerge en un rápido y furioso death metal, con visos melódicos en los riffs. 4,2 de 5.

9. Famine (2025) de Soliloquium: este disco de death doom es realmente fascinante, por su increíble versatilidad empujada por el contraste entre sus momentos fúnebres y con una voz limpia rara, casi narrada, su shriek agudo y un gutural sepulcral, que también se combina con riffs disonantes, expansivos y gélidos, pero que gracias a una brillante batería tan dinámica, permite pasar de lo gótico y penumbroso a un death furioso y con muchísimos cambios de ritmo, gracias a una batería muy diversa y técnica, casi progresiva. Es un dúo sueco con ocho invitados, incluyendo el baterista portugués Xënis (Awaiting the Vultures). 4,3 de 5 pero con momentos mucho más altos en composición.


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