09 enero 2025

Deathcore técnico, power/black deathcore sinfónico, sludge/post-black, deathgrind, EPs de adelanto a discos 2025 de Rioghan, Lacuna Coil, Bleeding Through y Harakiri For The Ski, metal/rock progresivo, death/black disonante, noise pop surcoreano

0. ¿Cuál será la música que escucharé el día previo a la toma de posesión presidencial en Venezuela? Marchas y contramarchas, acá va el soundtrack.

1. Monumental Massacre EP (2016) de Blade of Horus: primera producción y único EP de esta banda australiana de death/deathcore/death técnico. En tan sólo 22 minutos, es una exposición de capacidades instrumentales, con breakdowns para estudiar, solos majestuosos de guitarras, un pigsqueal dinámico y cambios de tiempo sucesivos, cortísimos, asombrosos y repentinos de guitarra, bajo y batería. Es una clase para definir el estándar del género en capacidades interpretativas, aunque le faltó un poco de pasión y sentimiento. 3,9 de 5. En Spotify.

2. Ephemeral Trilogy Episode 1 - Unyielding Night (2024) de Assemble The Chariots, una extraña y atractiva combinación de deathcore, power metal, black sinfónico y death melódico, con orquestaciones apoteósicas, voz épica operática, un shriek vampírico y un growl semi-oscuro aunque muy agrio, aventureros riffs en ritmos en gallop combinando thrash, melodeath y power, así como breakdowns hiper-pesados, aunque lo que domina son las estructuras de canciones para matar dragones, incluyendo las narraciones cinemáticas, los wagnerianos momentos de instrumentos de vientos y los arreglos de voces corales.

Debut largamente esperado desde su primer EP en 2009 de este proyecto finlandés. En Spotify. Suena a Septicflesh con Stormlord. 

3. In Dust & Ash (2025) de Plaguewielder: descrito por Metallum como blackened sludge metal, con lo que no concuerdo, porque tiene más melodía, es más rápido y sus vocales son gritadas, quizás lo ubico más en el post-black con sonido stoner y sludge, con influencias del heavy metal, el rock gótico y del doom. Se me parecen a una versión un poco más hardcore de Tribulation, con muy buenos ritmos en gallop, blast beats furiosos y riffs animados aunque brutales. Son de Steubenville, Ohio. Diversión fúnebre. 4,2 de 5. En Spotify.


4. Death Revenge (2017) de Exhumed: exponentes legendarios del deathgrind / goregrind, me recuerda a Asphyx aunque más limpio y melódico, con claras referencias a Terrorizer, Cannibal Corpse e incluso algo de hardcore/thrash a la Slayer por allí también. Son de San José, California. 

Es brutal y divertido, incluyendo un interludio de death n roll que hace aún más disfrutable este discazo de metal extremo, muy técnico, que claramente hace también tributo a Death, al incluir un tema larguísimo e instrumental de 7 minutos lleno de riffs técnicos y melódicos, The Anatomy Act Of 1832, más otros temas que hacen clara referencia al Symbolic.

Claro, es la banda de Matt Harvey, miembro de la banda en vivo Death To All, varios otras bandas en tributo a Death y claro, co-fundador de la máxima banda de revival de death técnico, Gruesome. 4,3 de 5. En Spotify

5. La France des Maudits (2024) de Seth: black metal progresivo y sinfónico de Francia. Es disonante, con buenos arreglos orquestales, furioso y con un baterista más que destacable. El cantante tiene una gran variedad vocal, entre shrieks y gritos góticos. Lo mejor son las guitarras en trémolo picking, aunque es algo regular como un todo. 3,8 de 5. Son de Burdeos. Sus portadas y concepto gráfico son grandiosos.

6. Skin EP (2025) de Rioghan: metal alternativo / progresivo / djent de Finlandia, con influencias del rock gótico e industrial, así como rock electrónico. En Bandcamp. Su cantante, Rioghan Darcy tiene una gran voz lírica hipnótica así como una voz gutural con un growl poderoso, muy deathcore y una de goblin muy buena, es algo como Tatiana (Jinger) y Agnete Kjølsrud (Solefald). Su disco saldrá en febrero de 2025.

7. Gavity EP (2025) de Lacuna Coil: la banda italiana de metal gótico se aleja del rock alternativo y vuelve a acercarse a algo más cercano al groove metal / metalcore melódico, manteniendo algo de influencias goth pop y la buena fórmula vocal de bella y bestia. Su disco 2025 también saldrá el 14 de febrero.

8. Keep Me Longing EP de Harakiri For The Sky, en adelanto a su disco 2025, post-black metal que hace guiños dentro de su mismo estilo feroz, gélido, de shriek gritado y música post-metal, post-rock y ambiental a momentos y sonidos de noise pop. Se incluye su versión de Street Spirit (Fade Out) de Radiohead (The Bends, 1995). Entre los invitados están Serena Cherry (Svalbard), Kerim "Krimh" Lechner en las baterías (Daath, Septicflehs) y Tim Yatras de Austere.

9. Singles de adelanto del disco NINE de Bleeding Through, banda que desde Orange County, California combina metalcore, black metal y melodeath de forma moderna. Están buenos, potentes, incluyendo ahora más voces femeninas medio gritadas en doble armonía con el shriek / gritos. Rápido, furioso, con raros arreglos sinfónicos y electrónicos. 

10. The "Where Poison Apples Grow" EP de Old Nick, en algo que parece black metal con música electrónica bailable e incluso polka, que varía entre interesante y avantgarde a estúpido o incoherente. Diría que 2,5 de 5. 

11. Banishment EP de Theophonos: black metal lo-fi con influencias hardcore punk. Lo escuché el 1° de enero, le di 3,9 aunque quizás es un poco menos con sucesivas escuchas. Mucho menor que el otro proyecto del mismo músico, Serpent Column.

12. Simulation Defect (2025) EP de Simulation Defect: banda de Reino Unido de Deathcore progresivo y técnico. Quiero escucharlo luego con más cuidado, porque suena poderoso muy de estudio. 3,9 de 5. En Spotify.

13. Psychotic Symphony (2017) de Sons Of Apollo: debut de banda todos estrellas de rock/metal progresivo/hard rock estadounidense. Demasiado buena, 4,3 de 5. En Spotify. Resume influencias del rock progresivo de los 80, el más arena rock, muchos riffs vintage de hard rock y la calidad, velocidad y potencia del metal progresivo contemporáneo, incluyendo algunos devaneos con música de Medio Oriente. Aunque algunas canciones tienen estructuras más o menos regulares, no tan progresivas, hay muchos momentos brillante de solosde sintetizadores y batería, algunos buenos solos de guitarras, y muchos riffs pesados y medios virtuosos en que los instrumentos se acompasan. En Spotify.

14. Cutting the Throat of God de Ulcerate: increíble y sorprende disco de death/black técnico, disonante y progresivo, con fascinantes cambios de tono, velocidad y forma, unos riffs disonantes y circulares realmente innovadores, un vocalista que recrea distintos motivos musicales en su dinamismo, baterías que entran y salen con potencia, gracias al doble bombo y muchos repiques, capas de guitarras sucesivas para hacer riffs, ambientes y trémolos, en un concepto que extingue totalmente el aire de la atmósfera, es opresivo y luminoso también, de verdad es un disco de altísima producción, composición complejísima y que raya en la genialidad y una interpretación sublime, cautivante y sulfúrica. 4,9 de 5. En Spotify. Algunos dicen que es post-metal, con lo que difiero, le daría mejor una etiqueta de avantgarde.

15. Singles de Dynazty que suena como a hardrock / disco / pop metal, lo que suele gustarme bastante como es este caso. Pendiente del disco nuevo.

16. 1110011 (2025) de Asian Glow: séptimo disco de este artista surcoreano de indie rock, que dentro de sus canciones tiene decenas de influencias y sonidos del noise pop, indietrónica, shoegaze, emo y dream pop. Está bueno, interesante, 3,8 de 5 aunque hay temas mucho mejores. La producción es realmente grandiosa, hay que reconocer que hay temas en que saber que es sólo Gyn sorprende. Un gran trabajo de estudio, en que los mejores momentos es cuando se combinan guitarras analógicas y crudas con sintetizadores buscando nostalgia y ambiente. El detalle de la flauta me sorprendió. En Spotify

17. Slipknot - Slipknot (1999): debut de la banda de nu-metal que la rompió con su propuesta musical, artística y puesta en escena desde Des Moines, Iowa. 5 de 5. De los mejores conciertos que vi en Amsterdam, Holanda, en el año 2000.

08 enero 2025

Djent electrónico barroco (thall), death progresivo cósmico español, doom progresivo/sludge atmosférico, death/doom gótico, black metal atmosférico, post-black, melodeath progresivo, death psicodélico y drone/industrial/ambient

1. Ascension (2025) de Mare: debut de la banda francesa de djent, thall, mathmetal y/o progresivo extremo pero según RYM esta banda también es de minatory, música electrónica basada en el deathstep, el dark ambient y por tanto, derivado del noise y el metalcore. Ciertamente suena como a hard techno, hardcore digital y guitarras djent muy ruidosas y procesadas en wall-of-sound, súper técnicas, pesadas y hábiles, con algo de power electronics por allí, pero también incluye samples y momentos de música barroca, lo cual los mete entonces con esta mezcla de electrónica, guitarras extremas y música clásica en el metal de vanguardia. Interesantísimos, porque como Atari Teenage Riot, uno baila y cabecea al mismo tiempo. 4,4 de 5. En Spotify.

2. Omegon de Wormed: cuarto disco de esta banda de death/grind progresivo, cósmico, extraterrestre, industrial y ambiental de Madrid, España. Suena a una versión brutal death de Fear Factory, con influencias claras de Blood Incantation y Ulcerate. Pig squeals, guitarras post-rock y blast beats se entrelazan con sonidos ambientales, un redoblante asesino y riffs realmente codiciosos que van del progresivo al djent, del deathcore orquestal al grind. Interesante, más que otras veces, aunque no es mi cup of tea. Le concedo calidad de composición, un sonido más orgánico y momentos de invención innovadora. Para mí 3,9 de 5. En Spotify. El baterista hace un trabajo de verdad fuera de este mundo (pun intended).

3. The Old Believer (2014) de The Atlas Moth: dice Metallum que son una banda de Chicago, Illinois, de sludge atmosférico y stoner metal, aunque la combinación de voces shrieks vampíricos y graves entonaciones operáticas y barrocas al mismo tiempo, la complejidad de los riffs y arreglos cambiantes me da más pistas sobre doom progresivo / post-metal, sin quitar el ambiente intoxicante del humo. 

Un disco que me parece hipnótico, estimulante y evocador, lleno de emociones profundas, memorables acentos de voz gótica, arreglos de batería en contratiempos repentinos y pianos que nos hunden en una especie de black/doom de delicada producción. 

La producción vocal, que tiene tintes corales, vikingos y avantgarde se logra porque canta el tecladista, el bajista y los dos guitarristas, además hay un vocalista invitado más: el cuñado del tecladista/guitarrista, Andrew Ragin, el guitarrista y corista de Stabbing Westward, Marcus Eliopulos. 

Los violinistas invitados (ex-Subrosa) le dan un tono un peldaño más oscuro a la atmósfera ya melancólica, un poco a lo Giant Squid, a la que se unen algunos riffs en un trémolo lento, acompañado de una voz dramática, en la que ya no sabes si es un sentimiento depresivo, nostálgico o simplemente existencialista. 

Hay una sorpresa final en el último tema, con toda Gojira como cantantes invitados. 

En Spotify. 4,8 de 5. 


4. Withered Heart Standing (2024) de Tethra: cuarto disco de esta banda que califican de death/doom italiano aunque la combinación de voz femenina con shrieks, los apoyos de piano melancólico y arreglos sinfónicos, así como riffs más power y progresivos, los acercan más al gothic metal, incluyendo voces barítonas en armonía con otras en segundo plano. El saxofón del tema Like Water es realmente una dimensión extra, elevando la música a jazz-metal vanguardista que me alegró el alma. Los temas luego varían en suaves y melódicos, dejan de ser tristes y son más positivamente art pop, barrocos y orquestales. Le doy un 4,4 de 5. En Spotify.

5. З​В​Ё​З​Д​Н​Ы​Й Х​Р​А​М de ЗВЁЗДНЫЙ ХРАМ (Templo de la estrella - Zvyozdny Khram): debut de esta proyecto ruso de black metal atmosférico, con un sonido lo-fi y cavernoso, aunque también muy ambiental y folk, con trémolo picking apoyado de orquestaciones cinemáticas, arreglos de guitarras acústicas y una batería permanentemente en blast beats, mientras que la vocalización se alimenta de shrieks, voces vikingas limpias y semi-gritos. Es crudo y salvaje pero también aspira a ser elegante y muy artístico, con el sonido sucio como parte de la propuesta, que no toca a la parte sinfónica que es presentada como un hilo conductor alterno y embellecedor. Me agradó, 4 de 5. Lo escuchas acá en Bandcamp.

6. VII: Beast of Arpocalyx (2025) de Botanist: en la misma nota de black metal salvaje, lo-fi y crudo, llega el décimo disco de esta banda de San Francisco, California, que antes ha usado el "hammered dulcimer" (Dulcémele percutivo o amartillado) y el armonio en lugar de las guitarras, haciendo música extrema experimental y post-black, con énfasis en los temas sobre ambiente, botánica y ecología, por lo que esto representa un cambio conceptual y estílistico mayor de parte de Roberto Martinelli, mejor conocido como Otrebor.

Me gusta la batería, con arreglos rápidos y hardcore, con un sonido rústico y casi artesanal e ingenuo, que puede sonar casi miserable o estúpidamente mala, para lo que podría ser, mientras la guitarra se pasea por post-metal, space rock y black atmosférico de forma calmada pero sucia, con algo de dungeon synth / dark ambient alterado para bajarle la calidad. 

Aunque Otrebor también está experimentando, porque en el tema final, de poco más de 11 minutos, se abandona esta visión primitivista y se escuchan muchos teclados, que adquieren más relevancia, una batería más metalera y de calidad, aunque se mantiene el post-metal extraño, algo ambient y ruidoso, menos lo-fi, por lo que parece que el proyecto se va a mover hacia un nuevo estadio.

Esta banda fue aceptada apenas en su octavo disco en Metallum en 2020. 4,1 porque hay que premiar los intentos raros. En Spotify

7. Afterglow (2016) de In Mourning: cuarto disco de esta banda sueca de melodeath progresivo, con un concepto hermoso, profundo y seductor. Con voces celestiales, capas de guitarras post-rockeras y calmadas, un bajo que ofrece una compañía armónica y épicas interpretaciones con una producción pulidísima y delicada, que por momentos ronda el doom y el sludge atmosférico, incluso algo de rock alternativo, las canciones también intercalan y a veces se superpone con momentos de death progresivo más brutal, explosivo y gigantesco, incluso con guitarras claroscuras y algo noise, pero siempre manteniendo un pie en lo más melódico, bien sea con el bajo, una guitarra en distorsión más suave o teclados. Los interludios conquistan mi corazón con su prudencia milimétrica y su preciosismo de jazz. 

Dentro del concepto progresista, no sólo hay siempre una vena intermediaria de death melódico sino que hay momentos hasta de cambiar el ritmo para agregar algo de hardcore punk y retroceder hacia el doom funerario, con una mayoría de growls monstruosos que sólo contraste con la delicada belleza de las armonías y los polirritmos, los tiempos que cambian y los cambios de tono y ritmo con el fin de sorprender, envolver y golpear, en distintas etapas de cada canción.

Maravilloso, 4,9 de 5. En Spotify.

8. Beyond The Aeons (2024) de Octoploid: Debut de la banda finlandesa de death melódico, psicodélico y progresivo, de mis favoritísimos de 2024, que suena como una versión de space rock y psicodelia de lo que han hecho Amorphis, Opeth y Swallow The Sun con muchísima más melodías, grunts implacables y guitarras que vuelvan desde el interior del alma hasta el final del cosmos con puro sonido orgánico, porque aunque tiene teclados, acá escucharemos influencias del rock progresivo, world music (flamenco sobre todo) y hard rock para darle crudeza a las hermosas y animadas armonías de space death. Hawkind y Jimmy Hendrix tocando metal extremo. 4,9 de 5. En Spotify.

Sin sorpresas, los cantantes de Amorphis y Swallow The Sun son invitados en el disco. 

9. Perverts (2025) de Ethel Cain: ¿qué tan paciente eres? Este EP, porque oficialmente es un "proyecto" o "body or work" aunque es de casi 90 minutos puede probarlo. Es drone, dark ambient, industrial y power electronics, son canciones larguísimas, basadas en repeticiones, evoluciones hiper-lentas y ritmos de música minimalista, rara y que apenas tiene instrumentos analógicos, entre los que se incluyen algunas baterías, contrabajo, guitarras (con Midwife en una canción), piano eléctrico y poco más en algunas canciones. Aún así, es un disco cautivador, que se mueve al ritmo del crecimiento de la grama y aún así logra que uno siga escuchando con fascinación e interés, esperando con calma e infinita paciencia, saboreando cada sonido.

La han comparado con Throbbing Gristle pero por la temática en ideas y música cristiana, violencia sexual y trauma familiar, podría pensar en los trabajos menos extremos de Lingua Ignota mientras que los sonidos e inspiración en el gótico sureño y el dark country a Me And That Man. Un 4,5 de 5.

Este es un cambio considerable porque ella venía de hacer canciones de pop alternativo, con solos y riffs de guitarras de rock musculoso, llenos de glam y arena rock, con estética gótica y electrónica, más cercana a Taylor Swift y Lana Del Rey. Ethel trata temas sociales, culturales y políticos en sus temas, tratando además sus propias luchas como mujer trans bisexual y autista, hija de un diácono de la Iglesia Bautista del Sur. En Spotify.


07 enero 2025

Brutal death, jazz fusión versionando clásicos del metal (Alex Skolnick), progresivo/djent español, deathcore progresivo, thall e EP de Mogwai (post-rock),

1. Sevent Blasphemous Slab (enero de 2025) de Piss On Christ: naturalmente, el séptimo disco de esta banda grinda de death/brutal metal, nacidos en Nueva York y mudados a Tampa, Florida. Un disco potente y duro, aunque de composición regular. Un 3,5 de 5 por buen sonido. Como curiosidad, su bajista desde 2023 es Kelly Conlon, el que grabó la obra maestra de Death, Symbolic. El resto del cuarteto está completado por el guitarrista líder Nik Posada, el baterista Ron Parmer (Malevolent Creation desde 2020, exAmon (pre-Deicide) y en esta banda desde 2024) y el cantante, bajista y guitarrista Dan Castro (Castrofate y fundador de esta banda). Entre los invitados está Pat Reilly (ex-integrante y ahora en Castrofate) y Kurtis Layne (Castrofate).

Apenas 3 de 5. 

2. Goodbye To Romance: Standards For A New Generation (2002) del Alex Skolnick Trio: debut del trío de jazz del guitarrista de Testament haciendo  versiones de Kiss, Black Sabbath, Ozzy Orbourne, Scorpions y Aerosmith en clave de jazz fusión, con un par de temas propios. Uno de mis discos favoritos de la vida. 5 de 5 sin duda. En Spotify.

3. Soundscapes (2023) de Abel Sequera: debut del  baterista, pianista y compositor catalán, lleno de metal progresivo, djent y shred con decenas de invitados de todo el mundo, lo que le permite abordar el rock progresivo, el metal progresivo y sus variantes viejas y nuevas. Entre los invitados, sólo algunos: Mistheria, Marina La Torraca (Exit Eden, Phantom Elite), Diego Tejeida (exHaken), y todos los que están alrededor del metal progresivo contemporáneo, incluyendo veteranos y debutantes.

También hay músicos no metaleros de Indonesia, Togo, Estados Unidos y Alemania. Genial, 4,3 de 5.

4. Motherwort EP de Greylotus: deathcore progresivo, muy técnico, veloz (con blast beats) y con cambios fascinantes, combinando un shriek/growl poderoso con arreglos de voces corales en el fondo junto a riffs masivos, con arpegios rapidísimos, sonidos electrónicos y breakdowns que oscilan entre el post-rock / shred a lo Polyphia y metal progresivo similar a Leprous. Las voces limpias en capas son un detalle genial. 

Son de Baltimore, Maryland, y describen su proyecto como enfocado en la salud mental y brindar herramientas para lidiar con esto, como la atelofobia que da nombre a uno de sus temas, el miedo extremo a la imperfección. Hay músicos de Inferi, Equipoise y otras bandas contemporáneas de deathcore. Muy bueno, 4,3 puntos. En Spotify.

5. Fanzine Made Of Flesh EP de Mogwai: la banda de post-rock electrónico hace un adelanto de su próximo disco 2025 con temas ruidosos, oníricos, con sonidos psicodélicos y muy espaciales, aunque dentro de su tónica de noise pop. Están súper buenos, viene algo brutal. En Spotify.

6. The Long Bright Dark (2024) de Interpersonal: debut (después de dos EPs) del quinteto de shoegaze, post-hardcore y emo de St. Louis, Missouri. Temas cortos, entre el pop punk y el grunge, de verdad entretenidos y en muchos momentos emocionantes, por ratitos derivativos, creo que fue un buen comienzo de año, de larga duración. Les pongo un 3,9 de 5. En Spotify.

Según su Bandcamp hay un poco de todo: rock alternativo, dream pop, noise rock, grungegaze, indie rock, hardcore melódico, pop punk, post-hardcore, punk, shoegaze, emo grunge, emo y sadcore. Y sí, tienen esos ingredientes por allí y allá.

7. Nuevos singles de Franz Ferdinanz: me gustaron mucho más, parece que vuelve un poco más el rock aún accesible, melódico, britpopero pero mucho mejor que antes.

8. Cast the First Stone (2017) de Hour of Penance: brutal death metal técnico italiano feroz a la Nile y Hate Eternal, con influencias de Napalm Death y Deicide: rápido, demente y brutal. Séptimo disco de esos romanos. Las orquestaciones y los solos de guitarras los acercan ligeramente a Fleshgod Apocalypse, en una versión hiper-pesada gracias aa la mezcla salvaje y cruda, los que los deja conectados con el brutal death técnico, especialmente por la batería que jamás descansa en su ataque nuclear. El resultado es innovador, menos melódico e inusual.

El growl es realmente muy bueno, un poco Glen Benton y otro brutal deathcore. Los riffs están "envenenados" para ser más complejos aún siendo aplastantes, lo que está acompañado por una batería bestial llena de blast beats, repiques y mucho doble bombo que es capaz de cambiar de ritmos y agregar adornos con una velocidad imposible. 4,7 de 5. En Spotify.

9. Opera (2024) de Fleshgod Apocalypse: increíble nuevo disco de esta banda italiana de black/death metal sinfónico y progresivo, con momentos realmente sorprendentes como el blast beat junto sobre la voz de soprano, Veronica Bordacchini, quien además de la extraordinaria voz académica, hace impresionantes gritos y trucos vocales.



El shriek distorsionado, medio industrial, de Francesco Paoli (también letras, composición, guitarra y bajo) es asombroso que también incluye algunos juegos vocales de respiraciones y gemidos. Las orquestaciones son apoteósicas, los coros son celestiales y están acompañadas por riffs de djent y metal progresivo, con tiempos cortantes y desafiantes, así como una sección rítmica gruesa y avasallante.

El tema Morphine Waltz me enloqueció, con gritos de witch, algo de pianos alocados de cabaret, power/black y sinfonía. Increíble que haya recibido tan malas reseñas en Sputnikmusic cuando lo considero la banda que más ha elevado el uso de la música clásica al combinarla con metal. El nombre del disco es más que adecuado. Es una joya, no me interesan los demás, 4,8 de 5. En Spotify

06 enero 2025

Jazz fusión / metal avantgarde, suave rock progresivo brasileño, death metal progresivo original (Death), post-black / shoegaze, folk metal progresivo orientalista, metalcore / hardcore con reggeaton (Knocked Loose), progresivo español, post-metal polaco, Judas Priest, noisecore y brutal death experimental

1. Ex Eye (2017) de Ex Eye: me sorprendo a mí mismo con este discazo de jazz fusión / metal avantgarde / post-metal, entre Colin Stetson y Greg Fox (ex-Liturgy), junto al tecladista Shahzad Ismaily (Secret Cheifs 3, Ceramic Dog), y guitarrista Toby Summerfield (Never Enough Hope, Crush Kill Destroy y Larval).

Hay de todo para todos, como abstract, free jazz, música experimental, improvisación, black metal, doom metal, hard bop, harsh noise, EDM y hasta música sinfónica. Por momentos sí se parece a Liturgy, en otros a John Zorn y claro, a Secret Chiefs, a Mr Bungle y a Estradasphere. Un 3,8 de 5, carajo. En Spotify.

2. Stillness and Trust de Ifall: delicioso y suave rock/metal progresivo de Caio Duarte, nacido en Brasil y residenciado en Reino Unido. A veces hace falta algo así, semi-acústico, hermoso y delicado (aunque tiene guitarras distorsionadas también. Como señalan en The Prog Archives, de donde salió la recomendación, están cerca de Einar Solverg de Leprous y Caligula´s Horse. El tema Heed Within no sólo tiene algunas guitarras que parecen apuntar al djent sino unos cambios malabarísticos multi-instrumentales y de nuevo en el penúltimo tema, Sol Ipsis. 

Acá escuchamos entonces art rock, Metal alternativo, post-metal, algo de jazz y folk y electrónica, ciertamente, bastante cerca de lo que propone ahora Leprous. Me gustó mucho, 4,6 de 5. En Spotify

3. Symbolic de Death: 30 años de este clásico del death progresivo jazzeado que definió el futuro de la música extrema progresiva y de vanguardia. Acá mi reseña.

4. Bloom & Decay (2024) de Dawn Treader: post-black / shoegaze / black atmosférico de Reino Unido. Con un sonido expansivo aunque concentrado en riffs de post-metal con afinaciones muy agudos, casi luminosos y brillantes como los de Liturgy tiene una sonido algo cavernoso y ensimismado, como Alcest aunque con un growl de las bandas más oscuras del black atmosférico, concentrando sonidos como los de Panopticon, Mesarthim y Blut Aus Nord.


La influencia del shoegaze y el uso de coros de voces en capas le agrega una nueva dimensión, un poco como un space black vikingo, algo de black depresivo e incluso post-metal, aunque también hay trazas del death opresivo que es contrastado de forma hermosa con los brillos de las variadas guitarras que protagonizan. 

Es muy interesante su propuesta con el growl en segundo o tercer plano, tan distorsionado como para parecer industrial o experimental, lo que permite que la belleza horrible de la melodía que se impone en sonidos galácticos sobre una base de grueso post-metal y una batería que trata de rebosarse en adornos y logrados arreglos, casi progresivos, con un doble bombo nuclear y con un blast beat sobrehumano, que hace que la música sea cerebral, en que tratas de descifrar el fin último de combinar furiosa explosiva y meditaciones brutales, de forma asincopada y en variados multiversos musicales.
Sin duda, 4,7 de 5. El tema final, de poco más de 11 minutos, es una bellísima canción de blackgaze / post-metal que brilla en la oscuridad como un diamante en el fango, llena de space rock y una guitarra que suena como citara. En Spotify.

5. Dark Orient (2017) de Saratan: me encanta el metal con sonidos del Medio Oriente, y esta banda de folk metal progresivo polaco se expande ampliamente en el concepto, usando instrumentos autóctonos, power/thrash, metal sinfónico y voces femeninas. Para saber más, acá mi reseña de 2018. Le doy un 4,3 de 5. En Spotify.

6. You Won't Go Before You're Supposed To de Knocked Loose: esta banda de metalcore, deathcore y hardcore de Louisville, Kentucky, se lanzó uno de los mejores discos del 2024 en brevísimos 28 minutos. Y en apenas su tercera producción.

El uso del ritmo de reggaeton en el tema Suffocate con Poppy, es de las cosas más audaces, humorísticas y brutales que escuché en el año. La potente distorsión industrial, los breakdowns, las pistas electrónicas y la actitud punketa, junto a una dinámica y amplísimo abanico de genialidad vocal, entre gritos y shrieks, rematan un concepto increíble de brutalidad, melodía sucia y diversión. 4,8 de 5 implacable. En Spotify.

7. Pathways de After Lapse: excitante progresivo español (Madrid), que incorpora un montón de sonoridades e influencias de música latina, funk, disco y electro pop a canciones con ricos arreglos, interludios increíbles de arreglos progresivos y de jazz rock, con un bajo súper técnico y presente que en combinación con otros instrumentos hacen cambios sucesivos de ritmo y tiempo. 

Apelando a elementos conocidos del neoprog y del rock progresivo, así como una voz realmente buena crean canciones que tienen estructuras de arena rock, sonidos de glam y power pop, con riffs musculosos y venas llenas de metal progresivo. Es como un Riverside con mucho sabor o quizás un Turbulence más cerca de Voyager que de Dream Theater, aunque beben claramente de los grandes, usando sus habilidades individuales al máximo para impresionar y como ingrediente salvaje de una fórmula inusual.

Es difícil conseguir una banda que realmente combine las formas más suaves, AOR o accesibles del progresivo, usando también nuevas vertientes de progresivo electrónico influenciado por los 80 como Haken y de poderosos arreglos pesados como Hippotraktor. Estos españoles se las traen en grande. Les doy un 4,9. En Spotify. Debo estar enamorado porque su bonus track, una versión acústica que es realmente una rendición de folk jazz maravillosa, me pareció extraordinaria y estimulante.

8. Violence Inherent in the System de Noxis: ¿es posible que una banda sea tan brutal como Deicide y Cannibal Corpse mientras también es tan progresiva, compleja y extraña como Voivod y Cryptopsy? Para eso necesitas un bajista de otro mundo, que haga montones de riffs circualres y con slap, unas vocales monstruosas que sean tan potentes como diversas y un baterista súper humano que puedan acompañar a los riffs implacables, destructivos y punzantes de las guitarras, tanto con blast beats y gallop sino con decenas de trucos y pequeños arreglos en contratiempo, con repiques llenadores y muchos platillazos.



Sin embargo, Noxis aunque hace todo eso y rinde tributo a los dioses, incluyendo además samples fantasmagóricos, riffs en arpegios a velocidad de la luz, un redoblante que suena a concreto y riffs diabólicos, llenos de herencia de las catacumbas, de forma particular y original invocan ritmos animados y latinosos, con una batería en contratiempo que le sigue al juego, mientras el gutural se hunde en las cuevas más subterráneas.

Son de Cleveland, Ohio, invocando demonios que puedan tocar jugando progresivamente con silencios y arranques, coqueteando con el deathcore y el brutal mientras haces un revival de death old-school con un sonido modernísimo, que tan oscuro y perverso como el de los 80 con una aproximación contemporánea. Es progresivo, hiper denso e intergeneracional, es espacial y cavernoso, es grotesco y expansivo. 

Son como Pestilence y Broken Hope fusionados, pero con la creatividad de una banda de metal vanguardista. Por ejemplo, en el tema Horns Echo over Chorazim, los alucinantes solos de guitarra que se pierden en el reverb y dan giros sobre tu cabeza son cambiados por un sonido que parece una sátira, parecido al sonido de un corno o un trompeta, mientras el implacable poder de la batería y las guitarras de death metal narran el fin de los tiempos. Es un discazo, de 4,9 de 5. En Spotify.

9. British Steel (1980) de Judas Priest: el mega clásico de hardrock / heavy metal. 5 de 5. En Spotify.

10. Tres singles de Insect Warfare: noisecore, grindcore y noisegrind, bastante pesado aunque con sonidos identificables, hay que estar atentos. Su última producción fue un split con Napalm Death en 2013. El último line-up conocido involucraba a dos músicos de Oceans Of Slumber, para muchísima sorpresa.

11. Emovere EP de Obscure Sphinx: banda polaca de post-metal, doom y sludge atmosférico, con un sonido pulidísimo y apocalíptico mediante suaves riffs de guitarra que conducen a la explosión de wall-of-sound con shrieks que son intercambiadas por cadencias rítmicas del sludge progresivo y voz femenina en limpio, va creando todo un vaivén de emociones, a lo Russian Circles, The Ocean Collective y Crippled Black Phoenix.

La cantante Zofia "Wielebna" Fraś va traspasando velos y muros, con un ácida y aguda daga vocal, que acompaña a transformaciones ruidosas que pueden recordar a Cult Of Luna o Amenra en tiempos acelerados, con algo de noise para aderezar después de arrullarnos para sorprendernos con un hacha afilada en medio de un bosque tupido y maligno. Es un grandioso EP, 4,7 de 5. En Spotify.

Symbolic de Death: el epítome del death técnico, en el que Chuck Schuldiner abrazó el metal melódico, el rock progresivo y el hardcore punk, cumple 30 años en abril de 2025

 


El penúltimo disco de Death antes de la trágica y prematura muerte por cáncer de Chuck Schuldiner es definitivamente uno de los mejores discos de la historia, ni hablar del metal. Resume una visión de art rock, experimentación e influencia progresiva, que supera los propios límites del metal, cambiándolo para siempre. 

Después de los discos Human e Individual Thought Patterns, en que hubo muchísimo jazz/death (amén de tocar con los músicos de Cynic) y metal progresivo matemático, ahora Schuldiner presenta un proyecto con un estilo más enfocado, más conceptualizado, en que cada canción conforma parte de un gran todo, con el death melódico más protagonista y una voz rasposa aunque más accesible, si se quiere. Se aleja así de las propuestas de Cynic, Gorguts y Pestilence, aunque sigue siendo un compañero de armas en el death técnico, avanza hacia una dirección más dinámica.

La combinación de riffs de death metal con influencias de jazz, los arreglos progresistas de bajo y batería, la mezcla atmosférica mostraba algo innovador e incluso inquietante como en la canción Crystal Mountain en que los guturales sobre momentos de minimalismo instrumental, con interludios de guitarras acústicas de flamenco o solos de hit hat que quizás ahora podríamos interpretar como de post-metal, ponían en duda si estábamos hablando exclusivamente de música metal o algo más.

Symbolic revela al Death que sigue siendo brutal aunque menos extremo y progresivo que anteriores entregas, inclinándose incluso por momentos ya no metaleros e incluso de rock progresivo y de hardcore punk europeo, como quizás se confirmó luego con la salida del disco de Control Denied. 

Ya no es el Death de Scream Bloody Gore aunque tampoco el laberíntico de Human, sino un cambio claramente influenciado por el Heartwork de Carcass, que salió dos años antes. Chuck le daba así la bienvenida al death melódico mientras en temas como Misanthrope todavía mostraba que había claves del death técnico y progresivo que nos había entregado diligentemente con el cambio sucesivo de colaboradores.

Fue el único disco grabado por el guitarrista Bobby Koelble, quien ahora se desempeña como guitarrista de jazz en el sexteto The Jazz Professors, además es profesor universitario de jazz y ha grabado videos instructivos para personas con discapacidad visual, y el bajista Kelly Conlon, y el segundo y último de Gene Hoglan después de Individual Though Patters. 

Death era Schuldiner con su visión, su capacidad técnica y sus ideas, y acá como único compositor lo demostró una vez más, quizás de forma más clara.

En Spotify lo escuchas acá.

05 enero 2025

Diario musical: power progresivo y sinfónico, death progresivo (Opeth), noise rock/pre-grunge (Pixies), death/doom y post-metal electrónico

1. Dark Wing Gospel de Black Yet Full of Stars: muy misteriosa banda de power metal progresivo italiano, con un sonido oscurísimo y orquestal, con voces corales apoteósicas, una voz líder con una voz entre rasgada y épica, algo thrashera, y otra muy muy gutural. Es el proyecto del guitarrista y orquestador italiano, residenciado en Ámsterdam, Carlo M. Dini, enfocado en riffs guerreros aunque secundarios a una atmósfera hiper-orquestal a la Septicflesh en que se combinan los growls con voces corales, produciendo un efecto devastador de invasión de demonios al mundo espiritual. 

El concepto del disco es sobre los tres estados de la alquimia, nigredo, albedo y rubedo para transformar el plomo en oro. Es bastante experimental, pues Dini pretende probar todo lo posible en orquestaciones en el mundo del metal, aunque ha sido amplia y poderosamente implementado antes, logra buenos momentos de coros académicos.

Los guturales fueron grabados por Ludovico Cioffi (The Modern Age Slavery y Delain) mientras Davide Penna (Mirrormaze, metal progresivo) hizo las limpias/rasgadas. Las baterías fueron encargadas al holandés Michiel van der Plicht (Pestilences, ex God Dethroned). 

El coro está conformado por Zema Baghirova (quien hace también otras voces adicionales), Daniel Paoloni, Ludovico Cioffi, Alessio Duranti, Alessandro Fazzini, Milena Amadei, Luca Cima, Nicola Rinolfi, Patrick Antoniucci y Emanuele Aluigi. Logró hacer una especie de power/death o una ópera para gutural y coro.

Le concedo un 4,4, de 5. En Spotify.

2. The Last Will and Testament de Opeth: ¿mejor disco del 2024? Seguramente para muchos y me incluyo: volvieron los guturales, las canciones son oscuras, complejas y progresivas, con la superposición de rock setentoso y metal extremo propia de estos suecos, que incorporan psicodelia, riffs arpegiados, arreglos jazzísticos y atmosféricos, en un concepto que une el cine de suspenso, las tonadas góticas y el space rock junto a las raras ideas del death progresivo.

Es sin duda su mejor trabajo desde el aclamado Blackwater Park, irónicamente no sólo por el regreso del amado growl de Michael Akerfeldt sino por el extensivo uso de orquestaciones y sintetizadores para producir mucho rock progresivo de los 70 que podemos identificar, incluyendo invitar a Ian Anderson de Jethro Tull y Joey Tempest de Europe, y en combinación con lo que ya es una firma del estilo de la banda como la combinación de bajo y batería para adornar las estructuras progresivas creadas con riffs de guitarra y batería enrevesada. 

Mi preferido, totalmente, es el tema 4, donde está Anderson y la arpista clásica Mia Westlund. Para este disco, Opeth reclutó al joven baterista (30) Waltteri Väyrynen, ex-Vallenfyre, ex-Paradise Lost, ex-I Am The Night y ex-Bodom After Midnight, después de la salida de Martin Axenrot (Bloodbath). En Spotify.



3. Surfer Rosa (1988) de Pixies: disco seminal del rock alternativo, el grunge, el post-hardcore y el indie rock, apelando al noise y el art punk, el humor negro y letras con referencias a Puerto Rico, en inglés y español. Disco de cabecera de Kurt Cobain y Billy Corgan, este disco marcó el inicio del grunge. Lanzó a la fama underground al productor Steve Albini.

Considerado uno de los mejores discos de todos los tiempos, de los 80 y de los últimos años, tiene un temazo en Where is my mind? y una locura llena de noise y experimentación en Vamos. Según Cobain le gustó la capacidad de unir el pop y la música pesada. Para mí, es regular y poco atractivo, salvo momenticos, 3,5 de 5. 

4. Vepr de Dragunov: tercera producción de esta banda de post-metal/sludge instrumental, con muchas influencias del progresivo y el metal electrónico, con varias intervenciones de pistas y samplers, tiene muy buenos momentos aunque no me mató, salvo el tema con Stefan de Grafe (Pychonaut y Hippotraktor) aunque hay que darle chance: 3,9 de 5. En Spotify

5. Endonomos II - Enlightenment de Endonomos, segunda producción de esta banda de death/doom de Austria, con disonancias interesantes cuando son más death, con una producción y sonido realmente destacables, haciendo todo como deberían, pero aunque aprecio todo el trabajo y la calidad musical, como en Ahab, no termina de conquistarme el doom lento y monótono de canciones larguísimas. A pesar de unos riffs y arpegios realmente muy bien hechos. 3,7 de 5. Muy buenas voces limpias, le dan un toque diferenciador a pesar de la tónica goth/fúnebre. Pronto los escucharé de nuevo. 

04 enero 2025

Diario musical: Black/death war metal, Patriarkh (el nuevo Batushka), groove/death, death progresivo (Pyrrhon), post-black metal jazz, death/doom progresivo, rap venezolano y progresivo/djent chileno

1. Die Urkatastrophe (2024) de Kanonenfieber: ¿Cuál será el secreto del éxito o más difícil, cuál será el secreto para obtener un 5.0 absoluto en Angry Metal Guy? Este disco lo logró, o más bien el multi-instrumentista detrás, Noise, aunque apenas tiene el puesto 147 en Sputnikmusic y 236 en Rate Your Music. Sin embargo, estos death/blackers de Alemania hacen canciones de war metal, melodeath y black (que puede ser vampírico, melódico y hasta alguito disonante) con unos coros increíbles, algo no demasiado usual, con grandes arreglos progresivos, sonidos gélidos pero animados en la guitarra y un bajo brillante, pero sobre todo momentos para cantar, celebrar y pelear, lo que conquista corazones oscuros. 

Este disco también puede ser melódico y furioso, tener momentos de canciones profundas, con un shriek y growl cantando al unísono a mid-tempo, asincopados con las guitarras y el blast beats, regalándonos más momentos de black melódico increíble, creativo y diverso. Por supuesto, el disco se dedicó a la I Guerra Mundial (o Gran Guerra) con los efectos horripilantes en el cuerpo y mente de un pueblo, las crudezas de la batalla y los pensamientos suicidas de un soldado. Así que después de la emoción de ir al frente, el disco se convierte en una durísima narrativa musical, que sin embargo sigue siendo atractiva, animada y melódica, gracias a la ambivalencia entre acordes luminosos y un bajo como un cañón, amén de un trabajo vocal amplísimo.

La reseña de Angry Metal Guy le confiere a la banda un sonido y sensibilidad única, porque aunque hereda de otras bandas que se han dedicado al war metal con mucho éxito, como Bolt Thrower y 1914, dos de mis favoritos, Kanonenfieber tiene su propio sonido, establecido en el black/thrash con algunos potentes sonidos industriales, guturales muy particulares (incluyendo subterráneos gritos de doom) y sobre todo, diversidad en los riffs, estructuras y formas para abordar su storytelling extremo. Esto incluye invitar al guitarrista Maik Weichert de Heaven Shall Burn a uno de sus temas, lo que además resalta que no hay una apología ultra-derechista sino lo contrario.

Y lamento no poder estar de acuerdo, pero lejos de un 100% absoluto, este disco, muy bueno, no me parece tan excitante ni maravilloso, aunque sí tiene temas que sí, sobre todo al principio del disco. Es destacable, pero le daría un 4,3 de 5. Creo que Haill Of Bullets y 1914 tienen mayores éxitos. En Spotify.

2. Prophet Ilja de Patriarkh. La publicación del Litourgiya de Batushka en 2015 lo cambió todo con respecto al black metal litúrgico, con túnicas de cristianismo ortodoxo y oscurantismo religioso. Después de allí vinieron las peleas, separaciones, varias bandas alternativas (una de las cuales vi en 2023 en el Rock Al Parque) e incluso una versión rusa que asegura ser de verdaderos sacerdotes ortodoxos con decenas de discos, así como continuaciones en Grecia, Rusia y Polonia.

Ahora, Patriarkh (Патриархь), al que le fue muy mal con su disco debut y que cambió el nombre después que en 2024 perdió el caso judicial por los derechos intelectuales de la banda, rehace su legado con una buena reedición de la fórmula de black metal, post-black, cánticos bizantinos y música litúrgica de la iglesia ortodoxa rusa, con unos vídeos realmente increíbles, de calidad de cine, con una simbología y semiótica alucinantes, terroríficas y evocadoras. Tres guitarristas lograr crear una atmósfera rica en sonidos, experimentos y atmósfera.

Los coros polifónicos con blast beats y la cantante femenina invitada, Eliza Sacharczuk (porque la banda tiene tres cantantes: un gutural, dos coristas masculinos) son un toque increíble, junto a los trémolos y shrieks que crean un sonido expansivo de doom, black atmosférico y hasta algo de música clásica contemporánea. Incluso en el tema Wierszalin VII hace unos experimentos vocales y sónicos distintivos, que lo separa brevemente del estilo del que fueron pioneros, sin separarse de los barítonos deslumbrantes sino haciendo algo avantgarde y alocado, más furioso y extremo, que refresca. 

El baterista es Paweł Jaroszewicz (Antigama, Blindead23, ex-Vader). 

Muy buen regreso. Le daré un 4,4 de 5. En Spotify.

3. Svart de Feared: un groove/thrash/death sueco, con la guitarra de Ola Englund (The Haunted), con un gutural que toma prestado del deathcore, el black y el groove, junto a algunos riffs disonantes y otros más potentes, es como un Pantera envenenado con Six Feet Under, lo que los hace básico y a la raíz. Regular, 3,7 de 5. Me recordó a una versión más barata de The Haunted y muy pobre del Soulless de Grave.

4. Exhaust (2024) de Pyrrhon: maravillooooooso death progresivo de Nueva York, opresivo, complejísimo, disonante y vanguardista. En la locura laberíntica que con un sonido diáfano y producción dedicada pone en un mismo cuarto a rabiosos armónicos y guitarras angulares con disonancias extrañas de mathcore, batería de jazz/death y gritos que varían beber de tragos distintos como el hardcore y el death, con algo de black metal. Otros temas parecen Chat Pile con Cannibal Corpse, combinando malvados riffs y voces de death/grind con baterías divergentes y asincopadas, a lo Mars Volta.

Hay un extraño humor negro que me recuerda a Fantomas, sobre todo en el tema Stange Pains, en que el funk, lo industrial y lo puramente experimental se unen en menos de tres minutos de mathmetal y provocación. Los temas más calmados, llenos de baterías haciendo mágicos trucos, narraciones de art rock y algo de noise/post-rock noventero, añaden más brillo a esta demencial genialidad.

Innegablemente, hay una relación con Imperial Triumphant: Erik Malave, bajista de Pyrrhon, estuvo en los primeros dos discos e EP Inceste. 4,7 de 5. En Spotify.

5. Tabernakulum de Dola: black metal atmosférico con jazz / post-black y progresivo polaco (con trompeta agregada por el bajista/guitarrista). Hay disonancias, extrañas figuras de black progresivo con herencia del death progresivo holandés y gringo de los 90, mucho avantgarde y cambios repentinos de tiempo, tono y atmósfera, con un shriek/grunt cambiante, que acompaña las transformaciones frecuentes. Es un power trío e invitaron a Patryk Rzeszutek de la loca banda de punk/black/experimental Gruzja a cantar en un tema. 

Con un bajo profundo, muy sludge, hay interludios de hábiles momentos progresivos, que se entremezclan con black y música de vanguardia, con un resultado delicioso y estimulante. Cuando es más raro, e incluso jazzista, recuerda a Ephel Duath y a Troldhausen, aunque llega a momentos de noise rock y art rock. Por momentos alcanza niveles de sinfonía con el uso de sasxofón, post-black expansivo y un progresivo espacial, cerrando además con algo de drum n bass, noise rock y shoegaze con jazz/death, e incluso solos de trompetas en escenas de post-metal que me dejaron boquiabierto. Es un discazo, que augura mucho más, 4,9 de 5. En Spotify

6. Where Gods Fear to Speak de Oceans of Slumber: death/doom progresivo de Texas, que combina una voz shriek/gritada y un growl doom masculina con una voz lírica femenina de rock alternativo y a veces bastante operística, irffs pesados y melódicos, buenos solos de guitarra y algunas estructuras y mezcla general de doom / metal alternativo / pop rock con arreglos progresivos, cercano a Katatonia auqnue menos doom y un poco más progresivo.

Los mejores temas están en el que da nombre al disco y Poems Of Ecstasy en que blast beats, doom metal, metal alternativo y rock progresivo se intersectan en una canción diversa, retadora y poderosa. Sin embargo, en algunos temas hay momentos de metal extremo un poco exagerados o fuera de lugar, sobre todo con los guturales y en otras suenan algo caprichosas, un poco rústicas y no demasiado acertadas, como queriendo evadir la mayoría de sonidos alternativos, incluso de indie rock.

Este disco fue grabado en Bogotá, Colombia para que el disco fuese "monumental y orgánico". Trabajaron junto a Joel Hamilton (The Book Of Knots) y quien produjo su disco anterior. Entre los invitados están los vocalistas Mikael Stanne (Dark Tranquillity) y Fernando Ribeiro (Moonspell). Les pongo un 3,9 de 5 aunque los mejores temas están más altos. Cierran con una versión de Wicked Game de Chris Isaak.

7. Como Nunca (2017) de Akapellah: g-funk / boom bap / trap / latin rap venezolano, segundo disco del pana de Paya, Turmero, estado Aragua. Disco regular, aunque tiene temazos como Mamá, Gordo Funky y Hablando Claro. Cierra así su primer trilogía de Como Antes y Como Siempre. Es el más débil de sus primeros trabajos. Quizás muy influenciado por el rap latino. 3,7 de 5. En Spotify.

8. At the Shadow of the Andes All Tomorrows: metal progresivo / djent / post-metal chileno con ganas de ser realmente pesado y complicado, como un Meshuggah con Tool extremo aunque el uso de voces limpias melódicas y un grunt medio gritado, que a veces se acompasa con la voz limpia, recuerda también a Gorodo y Gojira. Los cambios de tiempo, entre electrónicos y matemáticos, que parecen frenarse, girar en sí mismo y retroceder para detenerse otra vez, entre el djent y el jazz/death abre un nicho bastante particular para estos dementes sudamericanos. 

En Time Witness la producción vocal se dispara, con multi-tracks de distintas voces, guitarras post-metaleras algo psicodélicas y un doom progresivo como base para el despegue de un mísil nuclear distorsivo, como un Cult Of Luna tocando black metal. Es realmente muy bueno, 4,8 de 5. En Spotify.

9. Reclamation I y II de Amiensus: disco doble de black progresivo de la banda de Minnesota, con influencias del power metal, del black sinfónico y del death progresivo, aunque hay extractos en que se identifica post-metal y folk metal, que va desde las voces limpias y las voces de canto de garganta hasta los guturales de mucho ataque, el uso de guitarras acústicas, riffs de trémolo con sintetizadores, la batería punzante y opresiva y algunos momentos de aplastante sonido de black atmosférico.

Con la segunda parte ligeramente mejor, es una épica de arreglos originales, complejos y melódicos que oscilan entre el black progresivo y el metal progresivo, mediante orquestaciones o disonancias, interludios o explosiones con shrieks, folk metal en homenaje a los grandes o hermosos momentos vocales en que los instrumentos caen rendidos en sumisión al sonido humano ante un mundo lleno de dioses impávidos.

Momento de gloria es The Distance con Lars Nedland. 4,5 para la primera parte y 4,7 para la segunda. En Spotify, la Pt. 1 y la II.

10. The Grey Eminence (2016) de Warfather, segundo y último disco de esta banda de death metal gringo, que ronda con el doom y el brutal, con el ex-bajista de Morbid Angel. Recurre a todos los repiques, arreglos y riffs esperados del género, con un performance vigoroso y afilado, como si tomara las herramientas del padre para partirle la cabeza a los amigos con golpes letales de artes marciales prohibidas. Es brutal, furioso y con malas intenciones. Es un alumno de Deicide, Krisiun, Sinister e Immolation. 4,3 de 5. Por si fuera poco, entre los invitados están Jack Owan (ex-Cannibal Corpse y ex-Deicide) y Erik Rutan (Hate Eternal).

03 enero 2025

Diario musical: Deathcore / sludge atmosférico, black experimental/chiptune, folk metal avantgarde, nü-metalcore suizo y progresivo holandés

1. Blessing of Despair de Devenial Verdict: otro pelón de Sputnikmusic, este disco de deathcore / death/doom / sludge atmosférico finlandés está definitivamente entre lo mejor del año, con su ferocidad melódica, sus riffs dinámicos y llenos de cadencia que invaden todo el universo conocidos. No estoy de acuerdo en llamarlo plenamente death disonante: sus acordes pueden mostrar algunos destellos de notas divergentes aunque lo que lo identifica es usar la fuerza atómica contenida que se expresa como una amenaza letal más que un disparo. Siempre está balanceándose, en una tensa calma de sludge atmosférico, que basta con su sombra para aterrorizar al planeta.

Sus solos reverberados que se pierden en la noche estrellada con muchísimo reverb en mid-tempos post-metaleros, son esenciales para su sonido compacto. Parece un doom industrial espacial, gracias al bajo denso aunque definido, los riffs arpegiados y una distorsión brillante en contratiempos de djent. Increíblemente, también puede ser demencialmente veloz, con blast beats de ametralladora sobre una delicada capa de guitarras y pianos de rock progresivo sin apuros, asincopando melodías y ritmos, como si el planeta se moviese lentamente en medio del vertiginoso trajinar cósmico.

La voz está compuesta de guturales de fuerza nuclear, a veces con milimétricos pig squeals brutales. 4,8 de 5. En Spotify


2. Obzkure Anekdotez For Maniakal Massez (2014) de Troldhaugen: esta banda de folk metal progresivo avantgarde australiana renovaron mi interés y amor por la música extrema con sus enfoques experimentales, humorísticos y retadores. Y no fue de entrada, porque tengo un amigo que en por allí entre el 2000 y 2001 me mostró Mr Bungle, Phish y King Crimson con pasión aunque me interesé no fue de inmediato, porque le respondí con Björk, que también le gustaba. Poco después me interesé en ElBicho, Diablo Swing Orchestra y muchísimo rock latino. Y así nació mi renovada pasión por la música extraña, sea o no metal, especialmente gracias a disqueras como The End Records y Code666.

En este caso, es dark cabaret, funk metal, dance-metal, death progresivo y mucho más, invocando en su Bandcamp a Frank Zappa y a la banda de Mike Patton. Es como Trollfest y Nekrogoblikon con algo de Alestorm (su bajista Peter Stefanovic escribió una canción para ellos para su disco de 2020), que ha invitado también a su guitarrista Simon Batley a tocar sintetizadores, y varios de Troldhaugen tocan en el proyecto Christopher Bowes and His Plate of Beans. En Spotify. Puntuación: 4,7 de 5.

3. Entranced by the Ice Storm de Gonemage: un par de singles muy buenos, a pesar del presunto chiptune / black experimental suenan potentes, melódicos y metaleros. Me gustó bastante, quiero muchísimo más. 4 de 5.

4. Cursed de Paleface Swiss: aunque por momentos suena demasiado derivativo, porque el cantante en demasiados momentos emula (o imita) a Jonathan Davis y Corey Taylor en sus fraseos de desesperación, también hay mejores momentos de rap metal, con música que varía entre nü-metal / deathcore y downtempo / hip hop. Diría que está bueno, a pesar de la imitación desalentadora, 3,9 de 5. 

Es como un nü-rap-metalcore, que tiene momentos propios como en el tema Don´t You Ever Stop, en que el pasado de slam/brutal death/deathcore aparece, incluso con un rap grunt bastante apreciable. El disco varía luego con temas más o menos logrados, derivativos y otros como de relleno, para terminar con una canción con voz gritada, medio post-grunge que no sé si es ahora imitando a Chat Pile o definitivamente asumiendo el costoso riesgo de una banda que presenta un disco totalmente divorciado de su historial. En Spotify.

5. In This Moment We Are Free - Cities de Vuur: un disco de metal progresivo con la voz de Anneke van Giersbergen de The Gathering dedicado a varias capitales del mundo, incluyendo Santiago de Chile, México DF y Río de Janeiro. Un metal progresivo bastante pesado es acompañado por una angelical, expansiva y muy operática voz que deslumbra, mientras la música hace un trabajo de dibujar grisáceos escenarios urbanos, con muchas guitarras djent y teclados góticos, con algunos coqueteos con el rock progresivo, el hard rock y hasta el thrash, mientras otros temas son power pop y rock sinfónico, con algunas melodías que quedan impregnadas en la mente, a veces pareciendo unas de esas tonadas que has escuchado siempre, conectándote de inmediato como con The Martyr and The Saint - Beirut y otras con inmersiones como Save Me - Istanbul.

Otro disco en el que le llevo la contraria a la opinión general, 4,5 de 5. En Spotify.

02 enero 2025

2 de enero 2025: Grind/mathcore, nu-jazz/synth funk, black/hardcore chileno, black/metal avantgarde suizo, black/doom punk finlandés, doom progresivo sin guitarras, death técnico gringo, death turco, death/doom español, death sueco y melodeath progresivo danés

1. Salt Sermon de Missouri Executive Order 44: debut de la banda de grindcore / mathcore / hardcore de Independence, Missouri, con los riffs más alucinantes que son acompañados por gritos skramz, una batería que es un tractor fuera de control y a pesar de los tiempos lentos, suena como una carga de concreto cayéndote encima lenta y fatalmente. Hay muchísima producción para agregar pistas y samples desde discursos hasta extractos de canciones viejas, aunque con un sonido bastante claro y abonando a terrenos industriales y punk en filosofía.

En su Bandcamp dicen ser false grind, que es una especie de subgénero de mathcore tocando grindcore o una banda de grindcore que produce mucho mejor sus discos, cuidando imagen de la banda para ser más mercadeable. También powerviolence, sasscore y white-belt, son como SeeYourSpaceCowboy con una mezcla mucho más limpia o como The Callous Daoboys más punks. Me gustó, 3,9 de 5. En Spotify.

2. Metrópole EP (2017)de Anomalie: un disco al que llegué creyendo que escucharía alguna banda de metal avantgarde, pero que resultó ser el trabajo del canadiense Nicolas Dupuis, sobre Nu Jazz, Glitch Hop, Synth Funk, Wonky y Acid Jazz, que me resulta gracioso, dulce y divertido. Me gusta, 4 de 5.

3. Atavismo de Invunche, proyecto de hardcore punk / black metal de Ámsterdam, Países Bajos, que detrás de un sonido aparentemente primitivo y rudo esconde canciones complejas, con muchos teclados, influencias diversas que pueden incluir stoner o desert rock, el metal sinfónico con solos psicodélicos espectaculares y una firme sección rítmica que puede alojar escenas psicodélicas dentro de un ruidoso escaparate de punk latino entintado de space rock y algo de dance incluso como en el tema, Últimos Días. 

Sus canciones tienen títulos en español dedicadas al chamanismo y al folclore sudamericano porque es un proyecto del chileno El Invunche (Martin Valenzuela), quien presenta una puesta en escena al estilo de las bandas de black litúrgico y con túnicas, como puede verse en su cuenta de Instagram. Acá lo escuchas en Spotify. Terminó gustándome mucho cuando le presté más atención. 4,3 de 5.

4. The Maldoror Chants: Old Ocean de Schammasch: black/metal avantgarde suizo. Un disco conceptual, a paso lento, que con sonidos ritualistas y experimentales va circulando entre los riffs aparentemente simplistas de post-metal y aquellos cerca del progresivo extremo. Después de un largo inicio de 13 minutos de construcción lenta, hay death/black que varía entre lo melódico y lo disonante. Aunque hay shrieks angustiosos, la mayoría de la producción vocal son unos lamentos góticos en forma de cánticos. Es como un Bastushka sumido en doom y sin folk.

Hay un balance entre las partes de grandiosidad corrosiva del black atmosférico de sonido impecable y las de post-metal progresivo minimalista, como un yin yang de espiritualidad, autoconocimiento y meditación gracias a influencias del doom, dark ambient y goth metal. El disco, que responde a su primer EP de 2017 (The Maldoror Chats: Hermaphrodite) está basado en el libro de poesía francesa Les Chants de Maldoror (The Songs of Maldoror) del Conde de Lautréamont, pseudónimo del francés nacido en Uruguay, Isidore Lucien Ducasse, llena de referencias violentas, llenas de misantropía y misoteísmo (odio a Dios) que influenció sobre los movimientos del surrealismo y el dadaísmo, así como en la literatura gótica.

Su cantante/guitarrista fue un invitado a hacer lo propio en el brillante disco Silk Spiders Underwater de Zatokrev.  A pesar de la profundidad artística y lírica, no es mi disco favorito de ellos, prefiero cuando son más progresivos que ambientales. 4,2 de 5. En Spotify. Conseguí un blog que hace una traducción del extracto del libro dedicado al "Viejo Océano" tratado en las letras de este disco.

5. Lupaus (2017) de Ajattara: black metal / punk / doom de Finlandia: como siempre, pueden hacer lo que quieran con uno de de mis estilos favoritos de la vida, tan único y que va desde Stam1na a Amorphis pasando por Impaled Nazarene. Voces agrias, arrastradas y pseudo-melódicas principalmente gracias al shriek hardcorero e industrial así como melodías siniestras y cadenciosas, en que doom y black melódico hacen de las suyas tanto en el uso de teclados góticos para acompañar a riffs tenebrosos pero melódicos, incluyendo coros limpios vikingos, punketos y semi-operáticos. Hay algo allí de Dimmu Borgir y Borknagar aunque ganan influencias previas de Celtic Frost, el d-beat y el punk hardcore aunque el tono general es gélido y pesado. 

Su cantante Pasi Koskinen, fue el vocalista de Amorphis de 1996 (Elegy) hasta 2003.Un 4,3 de 5. En Spotify.

6. Enkoimeterion de Wrathprayer: black/death metal cavernoso de Chile, con un sonido denso y oscuro, algo opresivo y torturado, con un growl super barítono y guitarras súper gruesas. Es un dúo de Rancagua conformado por God of Torment (Eric Brisso) que se encarga de voz, guitarra, bajo y teclados, junto a Pestifer Fides (Nicolás R. Montoya) en las baterías. Es un buen discípulo del death opresivo, con calidad de grabación para esas guitarras llenas de reverb y distorsión hiper saturada, además de una batería monstruosa con platillos que se escuchan clarísimo. Buenos, 3,8 de 5. En Spotify.

7. Unearthly Litanies of Despair de Engulfed: death de Turquía / Turkiye, punzante, en permanente ataque, con ritmos repetitivos y algo monótonos, batería poderosa, un buen growl algo cavernoso y guitarras que usan armónicos y algo de disonancia con pocas melodías. Bestiales los solos con mucho floy rose y tiene arreglos algo old-school que son un detallazao dentro de lo opresivo. Puntos: 3,7 de 5. Spotify. Aunque los turcos fueron primero, su guitarrista líder es miembro de Hyperdontia. En Spotify.

8. The Collapse EP (2012) de Vimana: proyecto irrepetible de death técnico de Denver, Colorado, conformado por integrantes y exintegrantes de Follow the Reaper, Vale Of Pnath, Nekrogoblikon y Cephalic Carnage, exhiben death técnico, brutal death y metal progresivo en apenas cuatro canciones, desde cortísimas de menos de dos minutos hasta extensas de 7 con todo tipo de trucos de arte extremo, aunque hay que decir que es principalmente una exhibición de virtuosismo percusivo. Buenísimo, 4,5 de 5. En Spotify.

9. Trail de Hollingshead: segunda producción de este extraño doom progresivo sueco basado en teclados, sintetizadores, una batería bastante básica y mucho bajo procesado de distintas formas, sin guitarras. Su cantante es muy bueno, con una voz embriagante, que puede ser temblorosa y gótica por momentos, psicodélica y grunge en otras, guiando el camino entre sombras.

Es el proyecto de Carl Westholm (Avatarium, Candlemass, Carptree, Krux, Dec Burke, Jupiter Society, Leif Edling, The Doomsday Kingdom),el bajista Johan Niemann (Evergrey, Therion, Mind’s Eye, Xorigin, Moonstone Project, Tears of Anger), el baterista Fredrik Haake (Badge, Meldrum, The Vanity Set, God is my co-pilot, MOA, Roger Manning, Andy Summers, Sideburn) y el nuevo vocalista Tony Naima.

Me gustaron más los temas más progresivos, no siendo tan fanático de los temas más doom/stoner. Reconozco que en muchos momentos creía que sonaban guitarras, aunque deben ser las combinaciones de teclados, theremin y melotrón. El tema Room Of The Others me atrapó, con un space rock radiactivo y ruidoso basado, apenas un poco de bajo y voz, sin nada de batería. Aunque no me conquistaron, quiero repetir pronto: 3,9 de 5. En Spotify.

10. A Mother Named Death (2017) de Evadne: si hay algo que puede hacer muy bien una banda de doom son temas hermosos, altamente emotivos y seductores. Eso lo logra esta banda española de death/doom en su tercer disco. Con siete temas entre los 7 y 8 minutos y uno de tan sólo 3, esta banda elabora suaves melodías a base de pianos y arreglos sinfónicos, guitarras acústicas y riffs de melodeath y doom que aunque abrasivas, como el grunt que las acompaña. 

Las canciones entonces oscilan entre el movimiento de las faldas en una noche de vals, la sincronía de campanas de iglesia y el vaivén de una mecedora, y aunque son acompañadas por cellos, cavernosos guturales y góticos shrieks, muestran un vibrante emoción de vida, que modifica el tono de este estilo para producir una alegría taciturna, una fiesta nocturna y una sonrisa lunar amén de la compañía vocal femenina así como las sonoridades animadas usadas por estos valencianos. Me encanta, 4,5 de 5. En Spotify.

11. Kinship de Iotunn, el segundo disco de esta grandiosa banda danesa de death melódico progresivo, ocupa el puesto 12 del año en Sputnikmusic. Voces melódicas extraordinarias y growls poderosos acompañan a un festival grandioso de riffs progresivos que pueden ser rápidos y corrosivos, bellos y espaciales o furiosos y mid-tempo, son siempre material de delirantes complejidades melódicas, con repiques elegantes, solos sublimes y capas de arreglos multi-instrumentales que son como una inyección de adrenalina en el alma que luego es acariciada por las líneas vocales operáticas e inspiradas en el doom / rock alt.

Es fascinante escuchar la aproximación majestuosa y agigantada (como el nombre de la banda en nórdico antiguo) de hacer melodeath progresivo con estructuras orquestales y de power metal, en que parece que se escriben himnos que serán tocados por cientos de músicos, lo que termina siendo la narración épica de un viaje, una batalla o un aventura. 

Y esto se logra gracias a la brillante voz de Jón Aldará, cantante nacido en las Islas Faroe y también cantante principal de Barren Earth y Hamferd e invitado en el disco 2024 de Beyond the Aeons de Octoploid. 

Tienen esa belleza oscura del death progresivo dramático, de sonido compacto, de In Mourning, In Vain e Insomnium, pero que también aprendió de Borknagar y Arcturus para algunas estructuras en que todos los instrumentos se unen a la melodía para trascender la brutalidad extrema, que crearon los suecos a principios de los 90. Ahora pienso en Swallow The Sun también.

El uso de distorsiones alternativas en las guitarras, con mucha influencia del folk metal, el metal sinfónico y el death técnico, así como del rock progresivo, devuelve bellas óperas extremas a lo Enslaved, Borknagar o Ne Obliviscaris. Sus riffs circulares, con distorsiones entrelazadas y presentados como directores de canciones largas y épicas, llenas de arreglos progresivos, con solos de guitarras, teclados omnipresente y una batería poderosa son el marco perfecto para la voz maravillosa de Jón, que vuelve a los shrieks en los dos últimos temas, imprimiéndole diversidad a los temas que también usan arreglos acústicos. Compitiendo a disco del año, con un 4,8 de 5. En Spotify. Es el mejor disco de 2024 de Metal Storm.

12. Night of the Horrid de Revolting: ¿puede una banda de death metal ser reconfortante? Me parece que sí, porque este disco me hace pensar en épocas más fáciles, con menos discos y demasiado futuro. Esta banda me suena a Hypocrisy con algo de hardcore, es dinámica y animada, siendo extrema y malvada. Otra de las bandas de Rogga Johansson, quien en este caso hace las voces, de forma muy parecidas a las de Masse Broberg en Penetralia de Hypocrisy. Es divertido, aunque básico, 3,7 de 5. En Spotify.

01 enero 2025

Felijaño 2025: art post-rock de Oregon, death/black progresivo (In Vain), shoegaze / indie rock, death/black ambient, black/thrash, black disonante industrial

1. The Chilling Alpine Adventure de Falling Up: decimocuarta producción de esta banda de art rock, post-rock y rock alternativo de Albany, Oregon, que por momentos llega a espacios progresivos, a acercarse a la experimentación sónica de Radiohead y en otros parecen abocarse al space rock rivival similar a lo que ha hecho Air en 10 000 Hz Legend,. Me pareció con muy buenas ideas e instrumentación, con orquestaciones geniales y un vocalista realmente armonioso, que me recordó un poco a Sting y unas guitarras que hacían las cortinas necesarias para su concepto, amén de una producción muy cuidadosa aunque le faltó carne en el asador para ser más enganchadores. 3,8 de 5. Pero quiero escuchar más.

2. Currents (2018) de In Vain: me gusta muchísimo esta banda noruega de black/death progresivo y melódico, que construye canciones realmente memorables, épicas y dulces dentro de la inventiva y la potencia del género, con un especial enfoque en la producción vocal, con dos cantantes: Sindre Nedland (hermano menor de Lazare) que además protagoniza líneas y armonizaciones de celebración nórdica y Andreas Frigstad como encargado de los growls perforantes, que hacen intercambios y turnos alrededor de riffs de guitarras melodeath  y atmósferas de sintetizadores y Hammonds.

En Blood We Shed el tema arranca con brutalidad, en voz y guitarras de death old-school con arreglos que armonizan los sonidos de los pioneros con un cambio imposible de tono y color hacia un arreglo de rock progresivo, en otra distinta escala y estructura, que lleva a otras de las líneas vocales de paraíso vikingo. Es como juntar Borknagar, Ulver viejo y Vintersorg con Dark Tranquillity, hermosura malvada.

Por si fuera poco, las majestuosas baterías que acompañan a un universo de riffs en trémolo, polirritmos a mid-tempo y algo de space rock / black metal es Baard Kolstad (Leprous, Rendezvous Point y exBornagar). El saxofón del tema final, primero en una sección con profundas voces barítonas y growls, con un interludio misterioso de guitarras acústicas y más tarde con un solo de guitarra de smooth jazz y una explosión de melodeath sinfónico, los pone en territorio separado de las bandas nombradas, acercándose más al jazz/death progresivo. 4,8 de 5. En Spotify.

3. Raw Blue de Whirr: continuando con la nueva tradición de escuchar los discos aunque no estén en Deezer, y con una muy buena puntuación en Sputnikmusic, me voy a Bandcamp para escuchar esta banda de indie/shoegaze de Oakland, California. Melodías dream pop con guitarras ruidosas y expansivas, voces oníricas que a veces son apenas un susurros tras una muralla de efectos y pedales, capas y ediciones de post-producción para evocar una experiencia casi museística y decadente. Un gran trabajo con sonidos del dream pop, shoegaze y el indie rock de los clásicos que te permite trasladarte de la calma a los explosivos momentos de melodía ensoñadora y ruidosa por lo que parece una nueva mirada al camino que tomas a diario para ir y venir de tu casa. Quiero escuchar más, porque reconozco la labor aunque no el gancho conmigo, 3,8 de 5.

4. Duality de Defacement: banda de Utrecht, Países bajos, que inicia con un intro electrónico de unos dos minutos para luego dispararse un black/death progresivo opresivo, disonante y estrafalario, nacido de hacer chocar black atmosférico y brutal death, porque hay una voz cavernosa y brutal permanente aunque la música va girando desde lo corrosivo y complejo como Ulcerate y Gorguts, lo oscuro y perverso como Deathspell Omega aunque por momentos, y debido a cierta claridad en los riffs de trémolo, la batería que es tan hábil como destructiva, aparecen tintes diversos del jazz/death y el metal progresivo..

En su Bandcamp usan decenas de etiquetas, como electronic, ambient, doomgaze, jazz, progressive, psychedelic y shoegaze, que explican un poco mejor como este death/black progresivo puede arrojarse pinceladas dramáticas fuera del metal, con algunos pigmentos de riffs expansivos, atmósferas con toneladas de producción, microsegundos de intromisiones no extremas y hasta momentos de un space/death con algunas similitudes a Blood Incantation. Para mayor confusión y profundidad, después de cada tema extremo, hay un interludio electrónico, lo que hace honor al nombre del disco. 

El cuarteto alcanza su mayor plenitud en el opus final de 16 minutos, en que combinan riffs arpegiados y de trémolo, batería con toques hardcore y progresivos, la disonancia generada por una voz del submundo y guitarras agudas que cruzan cuevas laberínticas, llenas de armónicas y extravagancias sónicas. En Spotify.

5. Will o' Wisp (2016) de Nekrokraft: black/death/thrash sueco súper furioso, melódico y sinfónico, con unos riffs bien carnosos de thrash y un shriek que nos lleva a la guerra, arreglos de black sinfónico y algunos arpegios de melodeath para culminar la escena bélica. 

Es un festival  de riffs (con dos guitarristas y el cantante/bajista grabando otras adicionales) que están acompañadas de doble bombo y repiques, que se pasean por varios pasillos del metal extremo que además tiene una variedad similar en las voces: guturales que asombran por sus cambios, los coros de alaridos góticos y el permanente ataque. En este disco no hay tiempo que perder, son 7 temas en 23 minutos, aún así el arsenal permite temas más speed, algo de melodeath/black y otros más doom fúnebre / black sinfónico para demostrar sus alcances entre la nieve y los vientos invernales.

Es una banda liderada por Angus Norder (Witchery). En Spotify. 4,5 de 5.

6. Banishment de Theophonos: primer disco de 2025 que escucho, que según es una banda de black metal avantgarde / hardcore, que se presenta con un sonido sucio y lo-fi, algo crudo en la batería aunque con riffs disonantes decentes y buen shriek. Proyecto de one-man-black metal de Jimmy Hamzey de Detroit, Michigan, de muchísima menor calidad que su proyecto Serpent Column, que le puse 4,4 en Halloween. A este proyecto, le daré un 3,9 de 5, con lo mejor en su tema final, en que el hardcore / math rock entra en escena. Lástima por el sonido tan brumoso y con bajísima producción.

7. Apertures de An Axis of Perdition: black metal industrial, progresivo y disonante con riffs realmente brillantes, que combinan la incomodidad melódica, el avant-garde vocal y una batería que invoca demonios con su hit-hat a mid-tempo, permitiendo que los arpegios se deslicen por las cavernas del oído interno hasta impregnarse en las neuronas con su virulento math-core y progresivo de tiempos inescrupulosos y repentinos. Es como un hijo doom y paciente de Hoplites y Defacement con Dillinger Escape Plan. 

Esta banda de North Yorkshire, Inglaterra, es definida como black metal industrial y dark ambient en la Encyclopeadia Metallum que creo que omite el slowcore metalero y el tecnicismo que va produciendo notas dislocadas sin premura y obscuridad neuronal.

Con tiempos realmente lentos, hay ambiente sí y también noise, más como un guiño a bandas de black atmosférico como Blut Aus Nord. Como Defacement, después de cada tema extremo hay otro solo de electrónica. El disco va creciendo en doom/ambiental así como en experimentación: uno podría hablar de post-black progresivo, de ambient metal (esto ya debería existir) y claro, de doom industrial. Las etiquetas acá como los astros, empujan pero no determinan.

Las guitarras se vuelven más pesadas y cortantes, acercándose al industrial y aunque la batería sigue siendo determinada, cede más espacio a ser un acompañante curioso. No siempre hay progresivo entonces, ni una exhibición de dedos artísticos sobre los trastes con acordes que duran milisegundos, lo que no implica que se reduzca la calidad compositiva de la obra, que va mostrando distintas sombras y ángulos. Es realmente bueno, 4,7 de 5. En Spotify.