02 julio 2025

Black sinfónico de Connecticut, metalcore/nü-metal (Tetrach), power pop alterlatino de Texas, power progresivo sueco,

1. Akallabeth (2025) de Anfauglir: Una banda de black sinfónico de Newtown, Connecticut, que me recuerda un poco a Bal Sagoth pero sin nada cósmico sino enfocado en la grandiosidad orquestal, el black melódico y lo épico de las guitarras influenciadas por el power metal. Sí, hablan de Tolkien y suenan un poco como Stormlord y Numenor, combinando power y black. 

Sin embargo, lo orquestal -como forma y fondo- es lo esencial, con temas que van de 12 a 21 minutos, con sopranos, coros, muchos shrieks y momentos guitarreros, pero lo que mandan son las combinaciones atmosféricas de coros con arreglos sinfónicos, pianos y sintetizadores. 3,9 de 5. Quizás a veces es demasiado largo.

2. The Ugly Side of Me (2025) de Tetrarch: Tercer discos de los de Atlanta reubicados en Los Angeles: metalcore / nü-metal con una voz que suena como a Disturbed con shriek, lo que es lo mejor. Referencias electrónicas, momentos pop punk y mucho metal alternativo. Está bien, pueden acompañar un buen viaje por carretera o momentos de cocinar, fregar los platos o lavar el baño. 3,3 de 5.

3. A joy so slow at times I don't think it's coming (2025) de Slow Joy: debut del proyecto de Esteban Flores de Colores, de Dallas, Texas, con power pop y rock alternativo bañado de emo y nostalgia noventera grungera. Es una combinación de guitarras de rock noise y algo stoner, teclados y voces post-punk y mucho emo-pop. 3,5 de 5. Me gusta por sus momentos slacker rock. Los guiños a la cultura latina y el español, incluyendo preguntar cómo se dice Te Amo, son un plus.
4. Explore the Unknown (Ep, 2025) de Binary Creed: muy buen power progresivo sueco, que además de tener tropos de ambos géneros, asoma momentos extremos que enriquecen la propuesta épica, rápida y elegante. 3,9 de 5.

5. Fairyland Codex (2025) de Tropical Fuck Storm: Australianos deliciosamente raros que presentan un disco considerablemente experimental, entre el punk, el blues y el rock, que tiene guitarras de noise rock e incluso metaleras, algo de flamenco aquí y allá, un poco más de blues y mucho de psicodelia e indie nostálgico. Según RYM es art punk, art rock y punk blues. Sus temas son largos, poéticos, extraños y cambiantes. 4,7 de 5.

6. Dead Channel Sky (2025) de clipping.: brutal disco de hip hop industrial y hardcore, noise, glitch, acid techno, brekbeat, glitch hop y big beat del trío de Los Angeles, California. Uniendo casi todo lo que verdaderamente me gusta de la música electrónica. Rapeo oscuro en una densa capa de samples rudos, que incluyen Firestartert de The Prodigy. Muy bueno, reinventando y reempaquetando géneros y estilos de formas creativas e identificables, sin trap, neo-soul ni nostalgia. Genial, 4,7 de 5. Lo escucho de nuevo y me encanta, veo que además sus dos discos anteriores también me gustaron muchísimo.

01 julio 2025

Progresivo/power de Dallas, Texas, harsh noise/death industrial de Australia, Snoop Dogg, deathcore/brutal/slam death, chamber pop folk, oi! y hardcore punk, clásicos de Queen, mathcore progresivo de Filadelfia

1. Nothing Etched in Stone (2025) de Trascendence: metal / power progresivo de Dallas Texas, que también vuelve después de 22 años sin publicar discos. 3,7 de 5.

2. All the Dead Melt Down as Rain (Ep, 2025) de Uboa. La artista australiana que publicó de los mejores discos de 2024, Impossible Light, en que el darkwave, drum n bass, música orquestal y mucho noise y pistas de sonido ambiental se conjugaron. Ahora vuelve con un puñado de temas, de nuevo en el dark ambiente, death industrial, harsh noise. 

Uboa es Xandra Metcalfe, quien hizo un disco menos instrumental y rico en instrumentos. En este caso se encargó de guitarra, piano, ruido, sintetizador y grabaciones de campo. Con Lulu Collard en la percusión y Joanna Fang en la hoja metálica y efectos de sonido. Creo que es menos logrado que los dos discos que he escuchado, a los que les puse 4,5 como el The Origin of My Depression. Ahora me iría por mucho menos, 3,5.

3. Neva Left (2017) de Snoop Dogg. De verdad no sé nada de hip hop, porque este disco me encantó y en RYM le fue horrible. Es la decimoquinta producción del rapero, alrededor del G-Funk, Gangsta Rap y R&B contemporáneo. Para mí, es un disco sabrosísimo, groove, jazzeadito, incluso vintage y digerible más allá de las letras. Ricas esas pistas. 4,3 de 5. 

4. Focus (2025) de Soft Ffog: hermosura de jazz-rock / rock progresivo noruego, absolutamente setentoso, cercanamente psicodélico, con increíbles solos arpegiados de sintetizadores y un baterista de lujo. Instrumental. 4,6 de 5.

5. Chimères (2025) de Cénotaphe: black melódico francés, disonante, sucio y con una batería arrolladora, y un grito como hueco, hundido, fantasmal, que invoca el paganismo desenfado y básico del primer metal extremo. Me gusta la atmósfera obscura y punketa, pero sin caer en lo básico de Darkthrone. 4,2 de 5. 

6. Blood Consumer (2025, EP) de Velvet Cross: impresionante black metal de Nashville, Tennessee, que no esperaba. Furioso, sumamente brumoso y atmosférico. Y más aún, cierra con una balada acústica, con bella voz limpia pero no operática, de menos de tres minutos, sumamente épica. 4,3 de 5. Son los mismos músicos de la extraordinaria propuesta de Saidan. 

7. Extraction (2025, EP) de LARCɆNIA ROɆ: toda regla tiene su excepción, y este EP de deathcore, slam death y brutal death lo es completamente, porque siendo penetrante y absolutamente extremo, bestial, complicado y destructivo, no cae en repeticiones ni en absurdos, ni siquiera en lo vocal. Teniendo pig squeal y shrieks de deathcore, no es como nada de lo que hubiese escuchado.

No sólo es muy audible (para el género) sino que tiene un sonido cristalino y combinando el ruido analógico con una cuidadosísima post-producción digital que permite escuchar cada uno de los riffs en detalle, mientras que las voces guturales son otros instrumento, que se conjuga de una forma que me hace recordar a Slipknot con sus distintas vertientes de nü-metal, metal alternativo, rap metal y hip hop. En este caso el "outsider" es el mathcore, que le da esa precisión rítmica diferencial.

Es como si reinventaramos el grindcore con altísimos estándares de grabación, con un pensamiento deathcore pero un sonido menos amable y al mismo tiempo, más digerible. Es la cosa más subterránea, hardcore y gore pero construida de forma milimétrica que es casi elegante. Bestial, 4,7 de 5. Son de Raleigh, North Carolina.

8. At the Beach, in Every Life (2025) de Gigi Pérez. Disco debut, en clave de chamber pop, indie folk e incluso algo de noise rock y emo rock, de Gianna Brielle Perez, de Hackensack, New Jersey, hija de inmigrantes cubanos y criada en Florida, actualmente residenciada en Nueva York. Un bello disco que se sale de mi algoritmo.

Una voz realmente extraordinaria, muy buena combinación de acústica y arreglos de sintetizadores, con mucha guitarras de bedroom pop y sonidos espaciales, atmosféricos y melancólicos. Algo emo incluso. 3,5 de 5, aunque hay temas que son mucho mejores. Hay que escucharla bastante.

9. Shirts vs. Skins (2025, EP) de Haywire / No Guard: divertido EP/split de oi! y hardcore punk. Mejor la primera que la segunda. 3,7 de 5.

10. Box of Matches and a Fear of Light de Sincerely Yours (Ep, 2025). Segunda entrega de esta caótica banda de metalcore / mathcore / screamo de Las Vegas. Me hace sentir noventero de nuevo. Muy bueno, 4,3 de 5.

11. Riffs (2025 - 2011) de Queen. Tercera entrega de estos compilados, después de Epic y Heavy. Este quizás es el tiene canciones menos emblemáticas, quizás más hard rock. Buenísimo para repasar y conocer más a la gran banda británica.

12. I Want to Go Home. (2025) de Kaonashi. Difícil no disfrutar de la variedad rítmica, caótica y demencial de este disco, que va del mathcore al screamo pasando por el sass y el djent, pasando por el rock progresivo, el post-rock, el post-hardcore e incluso el folk rock, lo que implican matices y variaciones que no solo son gritos desaforados y riffs angulares, e incluso gritos raros que recuerdan un poco a SOAD, Primus y Dead Kennedys, así como a clásicos tipo Saosin y Circa Survive, pero más claramente de Coheed and Cambria. 

Además, hay momentos calmados, con riffs de funk rock, bajos apaciguados en arpegios y guitarras acústicas, e incluso momentos de rock progresivo y piano rock, así que el disco no es ni obvio ni predecible. Me voy a ir con un 4,5 de 5, bastante sólido, sorprendente y estimulante. Son de Filadelfia, Pennsylvania. 

13. Nightsphere (2023) de Heretoir. Banda alemana de post-black atmosférico / blackgaze / ambient / post-rock. Tenía un mejor recuerdo de esta banda, quizás del disco The Circle. El último tema, el más dark ambiente me pareció bastante bueno pero tiene colaboraciones interesantes. Disco regular, 3,6 de 5.

14. Lambent Light (EP, 2025) de City Of Dis. Increíble que esta banda de Boston, Massachusetts no tenga un mayor reconocimiento. Aunque el disco anterior era una mezcla de post-metal progresivo y black melódico, ahora nos encontramos con algo más cercano al post-metal progresivo más cerca del sludge y el stoner metal, con momentos incluso psicodélicos, con mucha melodía, voces limpias muy buenas y mucha creatividad para componer y sorprender en este género, tan lleno de virtuosismo, de excesos, de extremismo, de repetición o de fórmulas, aunque también de todo lo contrario, son temas realmente increíbles, porque son igualmente épicos, pesados, cambiantes, con grandes riffs y armonías, altamente ambientales y minuciosamente técnicos. Brutales, 4,7 de 5.

15. Pruning of the Lower Limbs (2025) de Moving Mountains. Un gran disco de rock alternativo, emo y post-hardcore, muy guitarrero, nostálgico y que bebe ampliamente del folk rock, slacker rock y del indie para hacer algo un poco más experimental por un lado y intimista por otro. Es como si una banda de screamo quisiera bajarle a la intensidad instrumental, manteniendo la actitud. Son de Purchase, Nueva York. Es realmente distinto, porque también suena como un pop punk bañado en estridencias noise. 4,3 de 5.

30 junio 2025

Lo nuevo de Akapellah (hip hop venezolano), metalcore/djent de NY, industrial experimental de Suecia, rock latino uruguayo noventero, mathcore/post-hardcore (Deadguy), black sinfónico polaco, regreso de Fishbone (rock/reggae/metal/funk), deathcore sinfónico

1. SEVEN. (EP, 2025) de Deadlands. De Long Island, NY, combinan metalcore, metal alternativo y djent con una muy buena voz femenina, con grunts y muchas líneas melódicas, a lo Jinjer. Bueno, 3,9 de 5. 

2. Abominations Of The Ageless
(2025) de The Project Hate MCMXCIX:
Este raro proyecto sueco de metal industrial épico, con combinación de voces femeninas (de la noruega Ellinor Asp) y guturales masculinos, con el cantante de Grave, ha sido elusivo para escucharlo en plataformas de streaming. Su disco de 2017 lo reseñé acá como una mezcla de sensualidad, música extrema y experimentación sónica, aunque quizás son demasiado largos los temas y la producción vocal no envía un mensaje claro, porque no es gótico ni sinfónico. 3,8 de 5.

3. Barranca abajo (1995) de El Cuarteto de Nos: 11 años antes del éxito de Yendo a la casa de Damián del disco Raro, los uruguayos ya tenían media vida rockeando. Este es su séptimo disco, una ópera rock, con punk, rock and roll y fusión alternativa (incluyendo murga y cumbia) en que en la clave de humor que los caracteriza, cuentan la vida y genio de José Barrancas y su negocio familiar quebrado.

4. Near-Death Travel Services (2025) de Deadguy: Los de New Brunswick se tomaron 30 años para sacar el sucesor de su debut. Metalcore, mathcore y post-hardcore siguen siendo las armas de destrucción masiva de estos tipos. 4,3 de 5.

5. Under a Twinkle of a Fading Star (2025) de Yog-Sothoth: debut de esta banda polaca de black sinfónico, que me recuerda a Bal Sagoth y el nombre también ayuda, aunque menos cósmico y power metal, sino más enfocado en el black melódico orquestal, quizás porque el músico Mikołaj Kowalik, responsable de todo, tiene otro proyecto aparte de power sinfónico, Enchanted Steel. 4,3 de 5. Tiene buenos momentos orquestales, con muchos vientos y un sonido perverso en el black.

6. Where Only the Truth Is Spoken (2025) de Malevolence. Una banda de groove/metalcore que se convirtió de algo apenas audible a una buena propuesta en que no suena demasiado emuladores de Lamb Of God y/o Pantera, con sus influencias del rap metal y el beatdown hardcore, además de buenos riffs con arpegios. Muy bien por ellos, de los discos más divertidos del año. 4,3 de 5. Las voces limpias son un buen ingrediente, que también los meten en una pelea que Machine Head parece estar perdiendo ahora.

7. Stockholm Syndrome (2025) de Fishbone. 18 años después del último disco y 25 del último decente, esta banda clásica del punk/rock/ska/metal/funk vuelve con muchos altibajos, renuncias y renovación. Regreso al fin. 3,3 de 5.

8. Imperium Delirium (2025) de Shadow Of Intent. Siempre me alegra conseguirme con los discos de esta banda, de deathcore / melodeath técnico y sinfónico, porque juntan estas formas tan disímiles de bestialidad elegante, de técnica elaborada que es tangencial al progresivo pero que demuestra una necesaria habilidad atlética y cerebral. Reclaimer de 2017 es uno discazo tremendo. Este le daré un 4,4 de 5. Son de Hartford, Connecticut. Quizás es su mejor disco hasta ahora, en el que siento que la velocidad, las habilidades instrumentales y la inmensa capacidad de hacer melodía, ritmos corrosivos y sorprendentes cambios de texturas llegan a su punto más alto, incluyendo muy buenos arpegios de guitarras, pianos académicos y hasta un tema con una coqueteo de nintendocore sinfónico y progresivo increíble: Apocalypse Canvas.

9. Pneuma (2025) de Akapellah: lo escuché decir que es su disco favorito como artista, que se escucha a sí mismo por primera vez y que llegó al punto que esperaba para compararse con sus favoritos. Se escucha mucho más maduro y profundo en sus letras, sin dejar de coquetear en invitados y barras con el trap, el pop rap y la fusión rítmica. Es bastante bueno. Le daré un 4,5 de 5.

10. Sword of Vengeance (2025) de Mara: una salvajada de black metal, crudo, lleno de disonancias, blast beats y un raro grito que parece más grind o punk que shriek. 3,9 de 5 por trve y malvado, pero además por sus sonidos tan medievales, ritualistas y poderosos, sin ser demasiado lo-fi, siendo acertadamente desesperados y sucios pero claramente distinguibles. Es difícil combinar sonar tan fríos y veloces, mientras puedes acertadamente disfrutar los riffs, la increíble técnica de la batería y las voces tan poco procesadas, sin que sea innecesariamente ruidoso o mal producido. Grandes suecos.

28 junio 2025

Lo nuevo de Heaven Shall Burn (groove/metalcore) y lo nuevo de Sodom (thrash alemán)

1. Heimat (2025) de Heaven Shall Burn. Groove metal / metalcore melódico que me recuerda al Davidian de Machine Head con guturales más extremos, pero los de Alemania llegan así a su tercer disco distanciado del melodeath / metalcore con deathcore y progresivo de Veto. Ahora, aunque permanecen los guturales, la música tiene base en el groove/metalcore melódico con momentos de melodeath, en lugar de ser al revés. 3,6 de 5. 

2. Corpus I (2017) de Show Me The Body - Un mixtape que tiene de todo, principalmente una combinación de hip hop industrial y noise rock, pero además muchísimo punk, que va desde hardcore hasta synth, pasando por post-punk revival.

3. The Arsonist (2025) de Sodom: No entendí porqué estas leyendas del thrash alemán y del mundo hacen el disco número mil con canciones que claramente emulan, imitan o repiten lo que hicieron Slayer y/o Kreator hace 30 o 40 años. 3,5 de 5.

26 junio 2025

Rock gótico de Vera Farmiga, black/dungeon synth de Chequia, death progresivo instrumental de Rusia, metalcore alternativo, death n roll sueco, djent electrónico de Londres

1. Midnight Minuet (2025) de The Yagas. Buen debut de la banda de la actriz Vera Farmiga, rock gótico  y rock / metal alternativo, con distintas formas y tonos que quizás divagan pero que están centrados en la voz seductora y fantasmal de Vera. Creo que es un inicio interesante, no demasiado innovador, pero cumplen bastante y será bueno verlos en vivo. 3,4 de 5.

2. Cruel World of Dreams and Fears (2025) de Draugveil. La portada más ridícula del black metal, digo del metal, del rock, de la música. Porque además no es, o no parece ser, satírica. La música, black/dungeon synth, es regulara a básica, sin ser mala, ni ruidosa ni lofi. 3 de 5. Es un proyecto de un solo hombre ucraniano que vive en Chequia.

3. New Matter (2025) de Dark Matter Secret. Según RYM ya los escuché, pero no lo recuerdo ni menos porque le puse solo 3,5 a esta banda de death técnico progresivo, con momentos shred. Proyecto de Denis Shvarts, quien es uno de los guitarristas líderes invitados del disco Heresiarch de The Ritual Aura, ha tocado con los Zac Leaser y Cosmic Jaguar, además de ser guitarrista y tecladista de Bestial Invasion. Escuché mal antes: 4,2 de 5.

4. Wasteland (2025) de Wolves At The Gate. Leí mal el nombre, no es post-black metal, sino metalcore. Regular sin ser destrozable. Son de Cedarville, Ohio, y hay post-hardcore y rock alternativo en su propuesta. Regular, duro 3 de 5. 

5. Soulless (1994) de Grave: Me compré este disco siendo un adolescente, pensando que sería el death metal progresivo y cavernoso de los primeros discos, y me sorprendió lo diferente que era pero lo tanto que terminó gustándome. Un disco que guardo entre mis más adorados preferidos de siempre. Los suecos cambiaron todo en este disco. Por allí alguna vez leí que era grunge metal o algo así y quise saber más, pero luego entendí que se trataba de death n roll. 

6. Ungod (2015) de Morgoth: death metal melódico alemán, que siempre es grato escuchar. 4,3 de 5.

7. TSP Vol-2: Symbiosis (2025) de Darknet: mixtape con colaboraciones en cada canción, aunque me ahorré los remixes, son poderosos, sabrosos y densos temas de djent electrónico, con metalcore, nü-metal y breakbeat con atmósferas oscuras, voces desgarradas y siempre guitarras demoledoras aunque tratables al oído. 4,6 de 5, de verdad. Son de Londres.

24 junio 2025

Grindcore/jazz ruso, groove/thrash progresivo gringo, Fantasma de John Zorn (free jazz), post-black progresivo de Minneapolis,

1. Subnormal Dives (2025) de ByoNoiseGenerator: Demencial quinteto ruso, con saxofonista incluido, que hacen brutal death / deathgrind con jazz, mathcore y death técnico, por lo que hay un baterista increíblemente hábil. La combinación es una versión extrema de Mister Bungle, aunque más acotado al metal. En este caso chocan y se combinan los géneros sin fusionarse entre sí, es más como un choque de ambos. Es brutalidad, disonante, feroz y caótica, con interludios para el saxo, arreglos dentro de blastbeats y riffs aritméticos casi indescifrables, y mejor aún, secciones en mid-tempo con ambos. 4,2 de 5.

2. Harbingers (2025) de Byzantine: un disco de groove/thrash metal con muchos altibajos, que van desde sonar demasiado derivativos de Pantera/Lamb Of God a hacer metalcore progresivo en otros mejores momentos, con muy buenas voces limpias y rozar con el post-metal. Así que hay temas regulares y otros espectaculares. 3,6 de 5. Son de Charleston, West Virginia. Hay que repetir para separar la paja del trigo.

3. Fantasma: Illusions From a Surrealist Mirror (2025) de John Zorn. Es raro escuchar un disco de jazz de este tipo que no sea caótico, experimental o muy avant-garde. Son seis temas, los primeros cortos, en que escucho un jazz bien ejecutado pero smooth, sin estridencias, y luego otros tres más largos donde xilófonos, sintetizadores y samples se conjugan pero también en un formato sin metal, ni descargas demenciales de saxofón. Me agradó, 4,3 de 5. RYM me ayuda a entender que es Avant-Garde Jazz, sí, pero también free jazz y modern creative, un género musical que viene de la improvisación jazz y la música académica contemporánea.

4. Spiritual Anguish (2025) de Eudamon: Decir post-black, blackgaze o black atmosférico me parece insuficiente, porque sí hay atmósferas oníricas y expansivas, un shriek afilado y depresivo, arpegios tocados lentamente y guitarras explosivas de post-black, también hay influencias de metal extremo tradicional, que van desde el black disonante al death melódico, así como algunas ideas más cercanas al shoegaze, el post-hardcore o el rock indie.

Son de Minneapolis, y según RYM el screamo y el metal progresivo explican parte de lo que identifiqué. Es una propuesta claramente hipster, en que enraizados en la combinación de black y screamo, se permiten voces limpias que van desde lo fantasmal y vaporoso, hasta lo puramente alternativo. Está interesante, pero deben pulirlo. 4,3 de 5.

5. Black Pines Needles (2025) de Irga. Black metal ruso, con un shriek agrio y un extraordinario baterista, que añade momentos progresivos a una ya combinación alternativa de riffs melódicos y disonantes. Los arreglos sinfónicos le dan un toque avant-garde riquísimo.

22 junio 2025

Lotus de Little Simz (hip hop / post-punk / jazz / afrobeat), Sun Ra (jazz cósmico), black/doom progresivo (Hexvessel), noise pop/shoegaze de Minneapolis (Hotline TNT), Malevolence (metalcore/groove)

1. Lotus (2025) de Little Simz: Un impresionante, elaborado, elegante y potente disco de neo-soul / jazz rap / post-punk / rock progresivo / disco mutante / rap rock / soul progresivo / rock gótico / chamber music / drumless hip hop / afrobeat / funk rock / afro rock / jazz fusión y muchísimo más, que se siente genial porque está tocado y no sampleado.

Una cantante hábil y diligente, que canta sobre hermosas pistas de música africana, orquestaciones occidentales y soul, funk, disco, hip hop británico y lounge. Una belleza increíble de parte de Simbiatu "Simbi" Abisola Abiola Ajikawo aka Little Simz. 4,3 de 5. 

Tiene grandes invitados como Moses Sumney y Yussef Dayes, con Miles Clinton James como productor (sintetizador en Red Moon In Venus de Kali Uchis) y Black Classical Music de Yussef Dayes (guitarra, sintetizador y co-productor), quien grabó gutiarras, batería, bajo y sintetizador. El baterista de black midi se encarga de la batería en una canción. 

Me hizo recordar cuando viajé a Sudáfrica: no sé casi nada de música africana, mucho menos del rock de los 70.

2. Stray Voltage (2025) de Sun Ra. Otro disco del hiper abundante artista estadounidense. Más improvisación de jazz cósmico. 3,5 de 5. 

3. Raspberry Moon (2025) de Hotline TNT: Creí recordar esta banda como de rock and roll vintage, y me han sorprendido -a pesar de haber escuchado tres singles- con una abrasadora combinación de noise pop y shoegaze -expansiva y distorsionada- con tantas guitarras estridentes de jangle pop y slacker rock, que me enamoré y me impactó por su vaporosa melodía ruidosa, que es entre evocadora y rompedora, como una escena furiosa de romanticismo y depresión presentada con valentía y rímel. Fue como una bofetada, tan violenta y dulce, que apenas me recupero. 4,6 de 5. De Minneapolis a Nueva York. Es básicamente Will Anderson el líder del proyecto, que tiene y ha tenido decenas de miembros y colaboradores. 

4. Celestial: Spring / Winter / Summer (EP, 2024-2025) de Mantra. Impresionante banda de metal progresivo de Rennes, Francia. Orquestal, emotiva, pesada, épica y con arreglos que me recuerdan a The Anchoret y al mismo tiempo, quizás demasiado a veces, a Tool, con esa aproximación como de música orquestal tocada en formato de rock, aunque también tiene guitarras disonantes y rarezas que parecen ser djent o experimentaciones sónicas como las de Pain Of Salvation. Son gloriosos, 4,8 de 5. 

Me gusta que tienen momentos sludge/post-metal y guturales, además de una gran riqueza de world musica, incluyendo pianos de jazz, scratches de DJ, instrumentos folclóricos de Medio Oriente y guitarras de blues y flamenco, que también recuerdan a otros francesas geniales, Impureza. 

5. Lateralus (2001) de TOOL. Repasar las puntuaciones que puse en Sputnikmusic me mostró que un aspecto negativo de escuchar tanta música nueva, es que hay demasiada incertidumbre, poco enganche y mucha música mediocre o simplemente regular. Este año empecé a escuchar más música vieja, conocida o que no quiero esperar semanas o meses para repasar. En el pasado habita lo mejor y lo peor, como los recuerdos, las aventuras y las primeras veces, pero de lo viejo hay más conocimiento y relación, y el futuro puede traer ambas pero es incierto. Así me pasó con Deep Purple, así que voy con este mega clásico del progresivo / alternativo / post-metal.

Mi primera impresión es rebajarle el 5.0 a 4.5, reconocer que Schism es un temazo y aunque no soy un fan, me gusta aunque quizás de forma distinta al promedio de sus seguidores, considerando que le puse nota más alta a temas menos apreciados y al revés. Las guitarras pesadas son increíbles.

5. Where Only the Truth Is Spoken (2025) de Malevolence. Esta banda que no me gustaba ha subido en mi ranking con sus singles y disco nuevo. Mayoritariamente metalcore / groove y con momentos de beatdown hardcore, a veces me la baja cuando se ponen sureños o muy groove tipo Lamb Of God / Pantera -lo que quizás es inevitable-, lo prefiero más hacia el hardcore/metalcore, donde brillan y son más interesantes, sobre todo al combinar voces y momentos épicos y melódicos con potentes combinaciones de hardcore bastante neoyorkino con momentos salvajes de metalcore, la cosa es medio rapmetal por momentos. 4,1 de 5. Son británicos. 

Su cantante está en Ashes of the Wake de Lamb of God y Randy Blythe en uno de sus temas. 

6. Mar da deriva (2025) de Vauruvã: Black metal atmosférico desde Río de Janeiro, Brasil, profundamente progresivo y melódico, altamente cósmico y feroz. Con solo tres temas de 9, 11 y 15 minutos, es una bestia negra de múltiples tentáculos que va convirtiendo un tema más o menos bien creado de rabia extrema, aunque meramente de black atmosférico y ambiental en algo poderosamente rico, que inicia con el ingreso de guitarras disonantes, pianos dramáticos y sintetizadores que oscilan entre lo sinfónico, lo espacial y lo psicodélico, para luego abrirse a la música folclórica brasileña y el post-metal, abriéndose camino mágicamente y de forma tangencial a lo creado por Blood Incantation. 

Los responsables son Bruno Augusto Ribeiro, en letra y voces, y Caio Lemos en instrumentos, voz y producción. Pero es que Lemos tiene amplia experiencia en proyectos alternos de synthpop, electrónica progresiva, black metal progresivo, black con música brasileña, ambient, dungeon synth y fusión de metal avantgarde con electrónica de varios géneros. Esta sería entonces su más reciente obra, quizás la más lograda.

7. The Fragile Light of Fireflies (2025) de Evadne. Los de la Comunidad Valenciana, España, hacen una versión acústica de The Pale Light of Fireflies, y creo que fue una malísima apuesta, similar a cuando  2,5.

8. Ananke (2025) de Khora: Por años esperé la continuación de esta banda de black melódico sinfónico, originalmente nacida en Alemania y reubicada en Dublín, Irlanda, que es igualmente melódico como brutal, progresivo por momentos, con un sonido de batería que va entre lo ritualista del género originario de los 90 y un sonido potente, casi deathgrind y al mismo tiempo, pulido como una hojilla dispuesta para matar con afiladas espadas de doble filo.

Hay una variedad vocal interesantísima, con diversos shrieks y growls, y una voz limpia épica muy buena, además de coros vikingos, que acompañan a riffs que construyen una colección de disonancias, ráfagas de war metal y algo de death progresivo atronador, que termina siendo entre post-metal progresivo y lo puramente avant-garde, en que el jazz del bajo y las capas de guitarras, en formas raras y tiempos osados, combinándose de formas inesperadas e intrincadas, así como reveladoras y emocionantes, como si camináramos juntos por un cueva gigantesca saliendo a un bosque fantástico, en medio de la noche gélida y sabiendo que hay seres inimaginables afuera, que enfrentaremos con láseres y espadas. Me gusta muchísimo, 4,8 de 5. 

Por momento me recuerda a un Bal-Sagoth como más bestial e industrialoso, menos orquestal e incluso cercano al cyber metal, o a un Arcturus más sinfónico, quizás incluso Vulture Industries aunque con algo de black/death disonante para equilibrar lo orquestal y las voces circenses. Entra de una vez, con sus múltiples referencias del black progresivo, el death sinfónico y la diversificación de la música extrema, entre mis favoritos del año. Increíblemente bueno y destructivo, operístico y disonante, nuclear y al mismo tiempo, hermoso. 

9. Nocturne (2025) de Hexvessel: es increíble como esta banda finlandesa de folk psicodélico / rock progresivo se transformó en tan buena banda de doom black atmosférico, mientras sigue incorporando su largamente cultivado folk psicodélico, y después del Polar Veil de 2023 presenta obviamente algo que suena como un outsider, un black/doom que es misterioso y tenebroso aunque también esotérico, en que lo extremo es presenta como un vehículo para algo pagano, ocultista y paranormal, sin ser ni fúnebre ni satanista. 

El disco amplios momentos de oscuridad folk, incluso progresivos, mientras el metal es tan expansivo que roza el post-metal, especialmente gracias al trabajo de Kimmo Helén, agregando pianos, cuerdas, teclados y vientos. Los arreglos vocales en coro son magníficos. Un trabajazo, aunque lamentablemente opacado brevemente por los temas que parecen baladas o no demasiado interesantes, incluyendo en el que invitan a Vicotnik. de DHG 

Obviamente porque varios de los músicos han tocado en bandas de black y doom psicodélico, como Waste Space Orchestra o Dark Buddha Rising, hay experiencia en producir estos sonidos entre drone, doom, post-metal y black psicodélico. 

10. Vile (1996) de Cannibal Corpse: primer disco con Corpsegrinder, y de los que menos conozco. Al principio me sonó como demasiado sucio, medio mal producido, pero a la tercera o cuarta canción reconocí el estilo brutal, punzante y al mismo tiempo, con ganchos melódicos en un riff repetitivo pero icónico, de la banda. Incluso algunos sonidos como los de Deicide, porque claro que se han compartido integrantes después de la salida de varios originales de aquí y allá. Bien, bien. 4,1 de 5.