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19 julio 2025

Lo nuevo de Calva Louis (djent/metalcore vene-británico), hip hop australiano, sludge/doom/drone infernal de Oregon, groove/melodeath francés, brostep/hyperpop en homenaje a Mi Pequeño Pony, ambient/post-rock, DnB atmosférico, metal/shoegaze

1. Let the World Burn (2025) de C. Rae (Australia), Crooked Halo y montones de artista de hip hop. Lo había escuchado en marzo. Me gustó mucho Goodbye con una voz similar a la de Kelis de My Milkshake. 3,7 de 5. Hay gangsta, RnB, hardcore y horrorcore.

2. Submersus (2025) de Hell: desde el averno con distorsión, es una bestia de sludge / doom y drone metal, pero mucho más porque el prime tema tiene shrieks de black y el tercero, una especie de interludio, sobrevuela el post-metal para más tarde detenerse mucho más en el drone contemplativo, con riffs lentos y extendidos.

El trabajo solitario de Matthew Scott Williams, desde Salem, Oregon, quien es baterista de Asphalt, cuyo instrumentista y cantante está invitado como vocalista en el primero de los 5 temas llenos de oscuridad, capas de guitarras aserradas, atronadoras y subversivas, en polirritmos con intenciones infernales de socavar el alma del oyente. El tema final une todo lo evocado anteriormente. 4,3 de 5. 

3. Tales of the Black Dawn (2015) de Dagoba. Groove/melodeath de Marsella, Francia pero también tiene otros matices, como en el tema The Loss, con metal alternativo y algo de post-grunge y emo, e incluso algunos arreglos orquestales. Me gusta más que otros compañeros de género porque la voz es un poco más industrial, tipo At The Gates y la música también es más pesada, siendo al mismo tiempo más experimental y por tanto con arreglos menos obvios, como voces limpias en coro y guitarras con distorsiones raras.

4. Love & Ponystep (2025) de Vylet Pony: Música rara pero realmente bien producida, de micronicho de subcultura de Internet. En este Zelda Trixie Lulamoon, hace electropop lleno de brostep, hyperpop, trap, glitch hop, indietronico, trap y dance-pop más locuras como complextro y digicore en que My Little Pony y Counterstrike son recordados y alabados con música electrónica dance dura, rara y poco comercial, con voces de anime. La llamada Brony Music. Por supuesto, prefiero su versión más rockera y transgresora de Monarch Of Monsters (2024). 

5. Todschick (2025) de Nachtblut: estos tipos me agradan demasiado, con su combinación de black metal sinfónico, metal industrial y Nueu Deutsche Harte, que suena a Rammstein con Cradle Of Filth, aunque según Metallum son gothic metal extremo. Este séptimo disco no decepciona en este sentido, no sólo por las voces que suenan a las narraciones góticas y arrastradas de Dani Filth, Till Lindemann y Marilyn Manson, sino además las alegres melodías de folk metal medieval y canciones de piratas, las divagaciones puramente electrónicas totalmente bailables y los momentos duros de black gótico, que finalizan con un increíble tema como de soundtrack apoteósico de cine western, que combinan de forma bizarra con shrieks y guitarras metaleras, pero que revelan las orquestaciones cuidadas e impresionantes que agregaron al disco. 4,5 de 5.

6. Nevertheless (2025) de Hammock. Ambient/post rock muy bien hecho y producido, con bellos arreglos orquestales, pero que apenas emociona. 2,5 por aburrido.

7. motionblur (2025) de Split Chain: después de varios buenos singles, aparece el debut de esta banda de Bristol, Reino Unido, de metal alternativo / shoegaze con momentos de post-hardcore, grunge y emo, de voz melódica, guitarras densas y brumosas, con un gran acento noventero, con momentos cruzados por sonidos similares a Nirvana y Deftones. 4,3 de 5 pero sabroso.

8. Guardian (2025) de TURQUOISEDEATH: Desde Londres, drum n bass atmosférico, progressive breaks, con algo de trance progresivo, Jungle, space ambient y según, Dreampunk, 3,9 de 5. Este disco aparece como el mejor disco de DnB atmosférico y breaks progresivos de la historia, el noveno mejor del 2025. Seguramente eso se va a equilibrar con las semanas. Al final quinto tema, de 30 minutos exactos, hay un poco menos de DnB más de trance e incluso algo de post-rock y psicodelia. 

9. Edge of the Abyss (2025) de Calva Louise: una monstruosidad de metal avantgarde, metalcore, djent, metal alternativo y progresivo, con un cuatro sonando en Aimlesss, liderados por la cantante, tecladista y guitarrista Jess Allanic, que grita increíblemente bien, más los arreglos imposibles, cruzados, con tiempos atravesados y potentísima música, que además de los cambios de tonos y guitarras complejísimas, tiene pianos, voces limpios y sonidos alternativos. Un sólido 4,7 de 5. 

Un disco bilingüe y multicultural. En el tema Lo Que Vale también se escuchan acordes de música venezolana en los riffs y algo de ritmos afrovenezolanos en algunos arreglos de batería. Increíble el tema El Umbral, entre rock alternativo y djent. Aunque la mejor es la genial La Corriente. 

09 julio 2025

Country alternativo / indie rock orquestal de Indiana, samba-rock/post-metal/shoegaze electrónico ecologista, black progresivo sinfónico y disonante, mathcore / black disonante italiano

1. Egg & Dart (2025) de Murder By Death: Muy bello indie rock / alt-country gótico / chamber folk, que podemos traducir en un indie rock orquestal, con "baladas eruditas" como se auto-describen, que me renueva mi interés en la posibilidad de escuchar country alternativo, sin lugares comunes, que puedan ser inspiradoras e instrumentalmente estimulantes. Creo que el secreto acá es el uso de violines y cuerdas para arreglos sinfónicos y no tanto de country.

3,7 de 5 aunque aunque hay un par de temas más altos gracias a lo orquestal. Son de Bloomington, Indiana.

2. Natureza morta (2025) de Antropoceno. Debut de este artista brasileño de Río de Janeiro mudado a Sao Paulo que magistralmente fusiona música autóctona y tradicional con formas contemporáneas y universales, glocalizando la alternativa (y las preocupaciones socio-políticas ante el colapso climático). 

Entonces hay Música Popular Brasileria con dream pop, en que el sabor de la samba y la bossa nova están intermediados por sintetizadores psicodélicos y sutiles guitarras ambientales y oníricas de post-rock y shoegaze, en lo que suena como una hipnótica mezcla que no se queda en lo chill, porque incluso hay shrieks de black metal como en Debaixo da Terra.

Las baterías rockeras y metaleras, a veces frenéticas y extremas, aunque en segundo plano, acompañan a guitarras acústicas a la orilla del mar en Ipanema y Copacabana, por lo que hay rock brasileño, funk brasileño y mucha más samba, a medio camino entre Santana y Asian Glow, con Parannoul de invitado. Es una locura vanguardista que yuxtapone sonidos disímiles a punta de laptops y edición de estudio. 

Es el nuevo proyecto de Lua Viana, más conocido por su proyecto Sonhos Tomam Conta. Conceptualmente el disco tiene letras pesimistas, como en el tema Samba do Fim do Mundo, lo que se refleja musicalmente en el sonido shoegaze. 4,6 de 5.
3. Apex Violator (Ep, 2025) de Valdrin, me gustó muchísimo este violento, virulento y oscuro black progresivo sinfónico, altamente disonante y ambiental, de Cincinnati, Ohio. Había escuchado un disco de 2023 que en su momento no me encantó, pero las formas enredadas, caóticas y perversas de estas cinco canciones me conquistaron. 4,3 de 5.

4. Tutta la morte in un solo punto (2025) de Noise Trail Immersion: Desengáñate, nunca habías escuchado metal disonante hasta ahora con estos italianos dementes que hacen algo como mathcore (muy extremo), post-black metal y death disonante en uno. Según RYM es black disonante y avant-garde metal. 

Más allá de etiquetas, es un enjambre de riffs disonantes, enrevesados, circulares y en espiral, que se complejizan en formas angulares imposibles, con un doble bombo poderoso, un bajo altamente progresivo y un duro grunt de death metal. Los claroscuros, armónicos y progresiones de acordes imposibles se juntan, una y otra vez, en formas opresivas y demenciales, esclavizando la mente a fórmulas algebraicas que despiertan nuevas neuronas con brutalidad y penumbras. 4,7 de 5.

5. Across the Aeons (2023) de Astralborne. Excitante y brutal metal melódico de Toledo, Ohio, Estados Unidos, que combina increíbles arreglos de guitarras acústicas y eléctricas, solos espaciales, un sonido atmosférico, riffs de melodeath con inspiración espacial y buenísimos arreglos de folk metla progresivo, orquestaciones y capas de solos para provocar un viaje de sensaciones y galaxias. Me gustó demasiado la segunda vez que lo escuché. 4,6 de 5.

6. Guía para la acción (2010, mixtape) de Canserbero: siempre increíble, desde Palo Negro, estado Aragua, Venezuela, para la historia, con su boom bap, jazz rap y hip hop consciente. 4,7 de 5. Qué increíble el tema Perdón. Me recordó al Mamá de Akapellah. Realmente un poeta social, callejero, existencial y venezolanísimo. 

7. III (2025, EP) de La Dispute: Post-Hardcore, Screamo y Spoken Word, incluso poesía en esta propuesta de Grand Rapids, Michigan. Aunque comenzó lento, luego los otros temas se pusieron más emocionales, musicalmente elaborados y sobre todo, intrigantes y desesperados. 3,9 de 5.

8. The Devils of Vulture Valley (2025, EP) de The Grand Myth: una vaina rarísima, que según la Enciclopedia Metálica es death metal progresivo, pero yo escucho es una combinación de gritos y shrieks entre screamo y black depresivo, más un aullido que un gutural, con riffs y ritmos de melodeath, black disonante y una batería poderosísima de death progresivo, con una aproximación avant-garde, de experimentación que incluyen solos de shred, cambios de tiempo y variantes que van del power metal al djent/metalcore. 4,3 de 5.

9. GDLU (Preluxe - EP, 2025) de J.I.D. Trap y hip hop sureño. Bueno pero normal. 3 de 5 aunque el tema Animals Pt 1 con Eminem es brutal. 

08 julio 2025

Death revival de Florida, indie pop folk rock de Manhattan, horrorcore transoceánico, death disonante progresivo de NY (Imperial Triumphant), rock/metal progresivo italiano/suizo, blackgaze atmosférico (Trhä), sound collage/drone

1. Mind Trap (2025) de Inhuman Condition. La vieja confiable del death metal en revival. Tercer disco de este power trío de Florida que revive el género con su logo hecho con la misma tipografía de Massacre. Claro, tienen permiso ya que los tres tocaron en la banda y dos de ellos en su primer EP. Además, el bajista también en Obituary y Death.

Ciencia ficción terrorífica y riffs clásicos de finales de los 80 y principio de los 90, con una voz también característica. Aunque debo decir que hay pequeños momentos de death n roll y similares. 3,5 de 5. El tema final me encantó, con unos tiempos raros en el riff.

2. Late Great (2025) de Laura Stevenson: se agradece el indie pop / indie rock / indie folk (con algunas guitarras de power pop / noise pop) tan bien hecho, hermoso y musicalmente rico y no sólo con guitarras Dobro sino con cuerdas, guitarras de noise pop y una cuidadísima producción. 3,8 de 5. El tema Honey lo tiene todo, guitarras shoegaze, folk alternativo y voz hermosa. 3,8 de 5. La cantautora es de Manhattan, Nueva York. 

3. Trapped in a Pocket Dimension (2025) de Bello & Shem: Me pierdo las razones detrás de las alabanzas que leo en Sputnikmusic. No noto tanto la diferencia entre los acentos británico y australiano de los raperos, y la etiqueta de música generada por Inteligencia Artificial me alertó. Es horrorcore elegante, con pistas bien producidas y claramente audibles, aunque no me enganchó. 3 de 5. 
4. Goldstar (2025) de Imperial Triumphant: death progresivo y disonante, con algunos elementos de jazz y black disonante, pero donde domina un avanzadísimo concepto de metal avant-garde, que alcanza niveles increíbles, con un enfoque en las disonancias progresivas, el death metal experimental y algunos arreglos extraños que son más adornos que la idea central. 4,8 de 5.

5. Veils of Illumination (Dic, 2024) de Virtual Symmetry. Me alegra tanto este maravilloso disco de metal progresivo / power metal italiano/suizo, que me había perdido por meses, que tiene grandes riffs pesados y arpegiados, que danzan con sintetizadores inteligentísimos y seductores, que son acompañados con bellas voces operísticas, pero también con un sentido como AOR / hard rock, que combinan idealmente con orquestaciones y pianos, junto a asombrosas combinaciones técnicas de batería y guitarras que suenan casi djent y metalcore, que le dan un sentido muy propio. Es como Syncatto con Yes. Realmente elegante, estimulante y maravilloso. 4,8 de 5. Su tema final, de 20 minutos, es una suite increíble de progresivo/power fusión. Cambiaron saxofón por teclados, pasando de la fusión prog/jazz al metal sinfónico.

6. Ayanami! (EP, 2024) de Lua Trilogy! -- regular, como su anterior disco dedicado a My Little Pony. En este caso se trataría de diversos géneros electrónicos niche, ligados a subculturas de Internet: PluggnB, Cloud Rap, Digicore, con algo de Pop Rap, Experimental Hip Hop, Jerk, Lowend. 3 de 5 a pesar de la curiosidad y la calidad del sonido.

7. DI Nido Jad - ◊untwan Law¶ur Dëhajt◊ejn - A∫ëtana Lín Bë (2025) de Trhä. Damián Antón Ojeda, Thét Älëf, lo vuelve a hacer. Esta vez con un discazo, en dos partes de 14-15 minutos, con black metal atmosférico, melódico y lleno de shoegaze, guitarras hermosas que van desde lo siniestro a lo emocional, rozando lo existencial y lo depresivo, quizás más, pero también con aires y luces tan brillantes, entusiastas y poderosos, gracias a una batería tan optimista, hábil y cambiante, así como riffs circulantes e insistentes, que lo logra en grande, especialmente considerando que es su cuarto disco del 2025. Cierto: 4,7 de 5.

8. Singles de Faun y Supersonic Dragon Wagon.

9. Mnemonic: Ambient Mosaic (2025) de Mizmor. Drone / ambient / sound collage de Portland, Ohio. Usualmente este tipo de discos no musicales me fastidian, pero este lo siento muy logrado, cuidadoso sin ruidos ni estridencias innecesarias o intencionalmente excesivas. Acá hay misterio, exploración, es una especie de búsqueda que quedó documentada. Y aunque no es tan bueno como anteriores producciones, marca un camino interesante. Yo le doy un 3,8 de 5. Otra grata sorpresa, porque no esperaba que me gustara nada y me agradó bastante. 

20 junio 2025

Lo nuevo de Helheim (black vikingo noruego), jazz/metal avantgarde noruego, metalcore/post-metal con vaporwave (fromjoy), slam death de Florida, emoviolence de Chicago, jazz rock stoner noruego

1. Hard Anger (2025) de Agabas: empieza demasiado bueno este viernes con esta banda de jazz/metal avant-garde noruego que presenta su tercer disco: saxofones (porque hay más que solos de un instrumento, sino arreglos gruesos de vientos), shrieks, guitarras de metalcore y de black melódico se mezclan con dementes baterías de hardcore y death metal. Tienen a Shining (blackjazz) de invitados en un tema. A veces suenan como las bandas de black/punk finlandesas, lo que me encanta. 4,7 de 5.
2. Ataraxia 19.13.8.1.19 (2025, EP) de fromjoy. Maravilloso EP de esta banda de Houston, combinando la bestialidad del metalcore y el metal alternativo con extraordinarias bases electrónicas  de vaporwave. Además la combinación da para momentos oníricos, calmados e intimistas de cuidadosos arreglos de post-metal y shoegsze. Bello, destructivo e innovador, muy refrescante. 4,3 de 5.

3. 3 (2025) de Bodybox. Divertido y sucio slam death metal / beatdown hardcore. A veces se escuchan unos ritmos latinosos, quizás porque son de Florida. 3,5 de 5. 

4. Have You Heard of the High Elves (2025) de Lord Snow: increíble emoviolence (que me encanta porque al revés del blackgaze es como una banda emo que se pone muy metalera) y math rock, por lo que hay un orden caotizado, con guitarras angulares y alternativas, más el desenfado juvenil del screamo y momentos en que parece más black metal que emocore. Me gustó muchísimo, porque aunque no llega a la originalidad ni desempeño de Ostraca, por ejemplo, me encantan los guiños lo-fi e indie. 4,3 de 5. Son de Chigago, Illinois.

5. Bees in the Bonnet (2025) de Hedvig Mollestad Trio. Otra dulce sorpresa de viernes con jazz rock noruego. No la conocía pero ya la adoro. Hay guitarras distorsionadas, estridentes y arpegiadas a alta velocidad como si fuese metal progresivo, pero también tiene momentos de reflexión cósmica, psicodelia, bravuconada rockera y experimentación, entre el stoner, el post-rock y el noise, con algo de funk rock y space rock. Ella, Hedvig, es invitada en un disco extraordinario de heavy psicodelia: Downpour de Kanaan.

6. HrabnaR / Ad vesa (2025) de Helheim. Viva Noruega. Ahora, menos progresivos y más enfocados en un black metal vikingo pero repensado desde lo gótico, lo disonante y al mismo tiempo melódico/sinfónico, aunque con unas influencias distintivas del metal industrial que enriquecen un sonido directo, con voces operísticas y ritualistas, hay un gran enfoque en el trabajo guitarrístico, a veces entrando en un terreno experimental, con capas de efectos, interludios y riffs hiper-expansivos, que puede ser post-rock o simple black disonante a mid-tempo mientras en otros se vuelvan a formas espirales de notas, casi frenéticos, en que van construyendo un repaso de influencias y épocas, como un guiño perverso a muchas voces históricas. Así a veces suenan atmosféricos, otros cavernosos, otros psicodélicos, otros salvajemente crudos y originarios y en otros vuelvan ser espaciales y avant-garde. Fylgia es un tema extraordinario de verdad. 4,3 de 5.

7. An Insatiable Violence (2025) de Cryptosy. Brutal death técnico de Canadá para el mundo. Vuelven a ser bestiales, rapidísimos, cercanos al grindcore y con muchas voces guturales y shrieks para esparcir en el universo como agujas afiladísimas. Con buenas guitarras, que a veces suenan como deathcore, la batería es lo más increíble, pero claro, Flo Mounier. Lástima que el sonido sea un poco brumoso. 4,3 de 5. 

8. Faster Than Death (2025) de Hirax: Banda de thrash crossover y speed de California. Estará en el primer día del Rock Al Parque 2025. Regular, aunque en vivo podría ser divertida. 3,2 de 5.

9. Necessary Fictions (2025) de GoGo Penguin. Nu Jazz / Jazz fusión / Post-minimalismo, para hacer música dance con un trío analógico / sintético conformado por Chris Illingworth (piano), Nick Blacka (bajo) y Jon Scott (drums). Me recuerda a Red Snapper. 4,5 de 5.

27 mayo 2025

Lo nuevo de Death SS (glam/hard rock gótico), Chuck D (hip hop político), black / jazz/ folk metal avantgarde húngaro, black punk austríaco, heavy power progresivo de Utah, black finés

 1. The Entity (2025) de Death SS: banda mítica italiana del heavy doom, presenta un disco que obviamente suena a una forma industrial de Ghost, que no le quita valor propio, aunque es inevitable la remembranza. Su debut fue en 1988, y se nota cómo influyó en las bandas góticas de todo tipo, incluyendo a las extremas. La combinación es la misma, hard rock, glam metal y gótico, aunque muchas veces vuelve a ser esa banda de thrash y speed del pasado, así que el disco es algo inconsistente. 3,3 de 5.

2. Chuck D Presents Enemy Radio: Radio Armageddon (2025) de Chuck D. El famoso MC de Public Enemy y Prophets Of Rage saca un discazo de hip hop experimental, boom bap, turntablism y rap rock que lo tiene todo. Letras políticas, arreglos con guitarras, algo de drum n bass, jazz y sonidos vintage, aunque con una atmósfera oscura, jazzista y con una gran post-producción. 

Esto incluye a dos productores clásicos, Schoolly D (pre-hip hop) y Jazzy Jay (Fresh Prince / Will Smith).

Brutal, 4,3 de 5. 

3. XII: A Gy​ö​ny​ö​rü Álmok Ezut​á​n J​ö​nnek de Thy Catafalque: de lo más logrado del metal progresivo y avantgarde. Con su decimosegundo disco, que en español se llama "Los hermosos sueños vienen de aquí en adelante" se fusionan varias tendencias que más o menos han luchado en esta banda desde que los conocí en 2020 con el Naiv: black metal, el trip hop y el folk húngaro.

La obra de Tamás Katai, que incluye también proyectos electrónicos, de música académica y metal, convergen acá con la furia extrema del black metal de avanzada, la música autóctona de su tierra natal, su gusto por la música folclórica mediterránea y de Europa del Este y el metal progresivo (con saxofón), los arreglos electrónicos e incluso secciones de pop rock folk, casi siempre acompañado de una cantante.

Aunque hay que decir que este disco, que ahora incluye un par de temas y varios momentos en otras canciones, dentro de la estructura tradicional del metal extremo, lo que escapa a la constante fusión avant-garde que suele hacer, está mucho más cercano de lo meramente experimental, combinando de forma coherente instrumentos folclóricos, académicos, electrónicos y de banda de rock con el interés de producir algo que intermedia entre el darkwave neoclásico, la música académica contemporánea y el metal progresivo, quizás con la intención de superar cualquier barrera para presentarlo como un nuevo estándar de novedad del avantgarde

El proyecto obviamente tiene como fundamento, y necesidad, una cantidad de ingente de invitados y músicos de sesión, de discos muy anteriores al Naiv y otros de reciente colaboración. Se repite la de la cantante Martina Veronika Horváth, que lo acompaña desde Geometria (2018) y con quién colaboró en su proyecto de doom atmosférico The Answer Lies in the Black Void. 

En una segunda escuchada encuentro este disco aún mejor, más orgánico y basado en la música rock/metal, en que entra la fusión pero tiene base en las guitarras, el canto épico pero metalero y arreglos jazz, folk y orquestales que enriquecen la idea de hacer metal extremo de forma alternativo. Lo elevo a 4,7 de 5. 

4. Ruass (2025) de Nekrodeus: black metal / punk, con un gran sonido y temas que varían en velocidad y duración, algunos son casi grindcore / d-beat y otros son de cocción lenta, entre industriales y doom. De Austria, con varios invitados infames que revelan la calidad y la perversión de esta propuesta además de compartir a Paul Färber, como baterista, también en Karg. Entre los invitados está Lukas Gosch, cantante de Ellende y V. Wahntraum, cantante de Karg y Harakiri For The Sky, un tipo muy ocupado y con una voz única. 

Además en el tema Körperstrafe hay más de una decena de amigos invitados para hacer coros. Le puse 4,3 pero lo subo a 4,6 porque es genialísimo este estilo.

5. Dark Rainbow (2025) de Root Zero. Debut de esta banda de gothic metal progresivo de Cardiff, Inglaterra. Muy  buen sonido, con guitarras y teclados fúnebres, voz femenina soprano, ambientes oscuros, guturales bestiales aunque mucho menos frecuentes y un gran sección rítmica, aunque un poco genéricos y no demasiado excitantes a la primera escucha. Se tardan mucho en llegar a puerto. 3,8 de 5. 

6. Awaken a New Age of Chaos (2025) de Katagory V: heavy power progresivo de Utah, con un sonido poderoso y detallista, aunque algo opaco pero con arreglos progresivos y puntillistas de batería, con un extraordinario trabajo de doble bombo. Su cantante, Albert Rybka, está también en Empyrean Sanctum, una banda progresiva de Chicagao con Alex Weber y Hannes Grossmann (ex-Obscura). Algo inconstante, tiene temas destacados como Blood Siphon. Aunque se quedan a veces es ser repetitivos, tienen momentos interesantes. Diría que 3,3 de 5.

7. Dimsvall (2025) de Ondfødt: black metal finés, con un sonido pulido, tiene momentos de expansión sinfónica, casi espacial, una batería de sonido realmente muy bien producido, varias capas de shrieks y una elegante distorsión de guitarra, que no le quita ferocidad pero lo acerca al formato de súper producción de Dimmu Borgir, aunque muchísimo menos orquestal, sí tiene esa grandilocuencia progresiva en la batería y en fusionar los instrumentos de forma atmosférica.

Se crece una banda que hasta ahora había sido más o menos regular. 4,2 de 5. Proyecto alterno de Joel Notkonen, cantante de Aeonian Sorrow, que acá se encarga de guitarras. 

Mathias Lillmåns, nuevo vocalista de And Oceans (desde 2020) está invitado como vocalista en un tema, mientras que Alexander Kuoppala, segundo guitarrista de Children Of Bodom como guitarrista en otra más. 

19 mayo 2025

Lo nuevo de Behemoth (black/death sinfónico), The Kooks (pop rock alternativo) y Counting Crows (folk pop / rock alternativo), black avantgarde circense suizo, indie pop/rock femenino de NY, metalcore industrial (Poppy), black atmosférico francés, IDM/drum n bass/clásica moderna,

 1. Thirteen Urban Ways 4 Groovy Bohemian Days (2010) de Blutmond: aunque aún no llegaban a usar el saxofón ni el metal alternativo como lo hicieron dos años más tarde en Revolution Is Dead!, sino que estaban aún en algo como un death/black avantgarde, con mucha experimentación pero usando todos los tropos metal extremo con algo de jazz/cabaret, es un disco totalmente experimental, osado y combinando sonidos, géneros y formas inusuales, como puede verse también en los títulos de las canciones, letras y el nombre del disco. Para mí es otra joya muy poco conocida. 4,7 de 5. Eran aún un power trío.

2. The Shit Ov God (2025) de Behemoth: estos polacos que jamás me han conquistado me asombran gratamente con este disco de black melódico y sinfónico totalmente furioso, operático, bestial y corrosivo. Es totalmente extremo, pero la conformación de los arreglos orquestales (incluyendo algunas guitarras españolas al principio y final del álbum), vocales agrios pero muy bien compuestas y ejecutadas, además de las capas de guitarras lo hacen realmente elegante, además de sonar muy potente y pesado. Una producción brillante. Los temas son bastante parecidos entre sí, eso sí. 4,3 de 5. 

3. Never/Know (2025) de The Kooks: Nos fuimos al otro lado, con este suave y delicado disco de pop rock, rock alternativo, indie y soft desde Reino Unido. Es un disco aséptico, sin demasiados riesgos y totalmente vintage. Hay reggae blanco, pop rock y un poco de guitarras pero sobre todo producción impecable, buenas baterías y muchas melodías vocales. Me gustó bastante, es un buen rock comercial y radial, sin ser obvio ni AOR ni simplón. 3,4 de 5.

4. Natural Causes (2025) de Adult Mom: divertida banda de indie pop con momentos de chamber folk (en la que suenan violines, banjos y mandolinas), algo de alt-country e indie rock que hacen que los temas sean optimistas, alegres y bellos, sin perder momentos de guitarras rockeras vintage, aunque ciertamente se nota el foco en la melodía vocal y la música de autor, además de canciones embellecidas por cuerdas y atmósferas evocadoras. Son de Nueva York, con Stevie Knipe (vocales, guitarra), Allegra Eidinger (guitarra), Olivia Battell (batería) y Lily Mastrodimos (bajo, producción). 3,7 de 5.

5. Negative Spaces (Nov, 2024) de Poppy. De lejos el mejor disco de la cantante, que pasó del pop de Youtuber a la estridencia exuberante de ser una outsider del black metal / phonk a un disco muy maduro de metal alternativo, metalcore, nü metal y metal industrial, en que se combina su excelente vocalización, desde las líneas de RnB y pop a sus gritos increíbles, buenas guitarras, estructuras de metal moderno e influencias electrónicas de forma equilibrada pero también atractiva, seductora y potente. 4,5 de 5 sin dudas.

Para este disco Poppy contó con el compositor Jordan Fish (Bring Me The Horizon) que ha escrito y producido para Machine Head, Babymetal, Architects y Parkway Drive, entre otros. 

6. E.O.D. (A Tale of Dark Legacy) (2017) de The Great Old Ones: esta banda francesa que en 2025 publicó un extraordinario trabajo en que al brillante y audaz post-black atmosférico progresivo le sumaban cortes sonidos de black melódico, sludge y no metaleros provenientes del shoegaze y del post-hardcore (Kadath, reseñado acá), en el 2017 hacían un black atmosférico, teñido de sludge, aunque en lugar de un sonido brumoso, expansivo, subterráneo y casi psicodélico, apostaban por una propuesta de sonido transparente que permitiera apreciar los matices de riffs y arreglos a velocidad peligrosísima y tonos muy corrosivoss, en que la furiosa ráfaga de guitarras y los shrieks, así como las capas de trémolo picking con un fuzz profundo, eran intercaladas con mid-tempos de post-metal, con interludios y narraciones, en que se iba acumulando una tensión provocada por los gritos de víctimas que huían de las fauces de perros infernales hasta un clímax tan desesperante y lentamente provocado, que era un alivio que se transformara en una explosiva difusión atómica de blast beats. Y aún así ser elegantes, con cuidadosa composición y oscurísimos, con una gran calidad de sonido. 4,7 de 5.

7. Under Tangled Silence (2025) de Djrum: Félix Manuel, Dj Rum, produce esta tercera placa, con IDM (música electrónica inteligente) llena de UK Bass y música clásica moderna (principalmente piezas de piano académico), según RYM. Aunque inicia más electrónica, casi ambiental y new age, algo bailable, luego se convierte en academia contemporánea. Hay momentos con dancehall y mucha música africana, así como algo de house y techno, pero lo que manda es música electrónica más cerebral, tipo Autechre y Aphex Twin, aunque recorriendo muchos géneros distintos del drum n bass y derivados, siempre con muchísima percusión. 

Mi favorita: Let Me, con más drum n bass que las demás. 4,2 de 5.

8. Butter Miracle, the Complete Sweets! (2025) de Counting Crows. ¿Qué sé de esta banda además de Mr. Jones? Sinceramente, absolutamente nada. Y me cae bien este disco, de pop rock alternativo, más roots rock y folk rock según RYM. La verdad es que además de la conocidísima y buena voz de su cantante, las guitarras son realmente buenas, además de los arreglos que varían en los distintos géneros ya citados. Entre tanto pop facilón, electrónica ruidosa y fusiones no siempre acertadas, esto me parece tan refrescante como The Kooks, aunque más animado y divertido, menos vintage y más pensado en los conciertos de grandes arenas. 3,7 de 5.

9. Motherfucker, I Am Both: "Amen" and "Hallelujah"... (2025) de Shearling: la forma en que se me ocurre describir este disco es como dos autobuses chocaran cuánticamente, uno con Sprain y otro con Chat Pile, para que se combinaran de tal forma el folk, el noise y el rock experimental. Dos guitarristas de Sprain se unen con este proyecto, desde Los Angeles, California, llena de gritos desesperados y narrados de forma cáustica y demencial, como poesía slam, con un fondo que va entre el post-rock, el noise y arreglos folk rock, lo que por momentos implica escuchar melodías litúrgicas bañadas de toneladas de ruidos de guitarras, feedback y laptops, con una voz tan espectacular, operática y psicótica, que muestra un alma partida en pedazos y luego nos lleva a un dulce paseo de glockenspiel, solo preparándonos para una sórdida forma de ambient, con una tensa calma electrónica y terrorífica.

En el único tema, de 62 minutos, hay de todo, según RYM además de lo nombrado tenemos noise experimental, sound collage, post-hardcore, totalismo, glitch, folk avantgarde (hay arreglos estremecedores de trumpeta jazz) y sludge metal.

Máté Tulipán y Ian Thompson agregaron saxo tenor, saxo alto y trombón, mientras que Sylvie Simmons se encargó de órgano, sintetizador, samples y guitarras, Wesley Nelson de los bajos y Andrew Chanover de la batería, además de voces de Rachel Kennedy.

Por su parte, Alexander Gregory Kent, líder, vocalista y compositor en Sprain y Shearling, hace muchísimo, otra vez: Voz, ingeniería, producción, diseño de portada, guitarra, sintetizador, trombón, samples, dulcémele, banjo, armonio, acordeón, sierra musical, percusión, taishogoto (instrumento de cuerda japonés), órgano, glockenspiel, mellotrón, mandolina, autoarpa y campanas. Grandioso, aunque no necesariamente mejor o muy distinto a Sprain, aún siendo su natural continuación. 4,3 de 5.

17 mayo 2025

Lo nuevo de Wednesday 13 (hard rock / horror punk), Pelican (post-metal), cyber black metal atmosférico ucraniano, art pop noruego, djent/thall sueco, synthwave noruego (Ulver), metal avant-garde francés, metalcore melódico durísimo

 1. Rift In Relaity (2025) de Labyrinthus Stellarum: Después de sorprender con el Vortex of the Worlds, con black metal atmosférico sideral, que siempre estuvo acompañado de extraños samplers de world music, pop y sonidos disímiles, ahora los ucranianos presentan una nueva producción que ya no tiene al cyber / trance metal como complemento atmosférico sino parte fundamental de su propuesta musical, lo que me parece un salto cuántico maravilloso. 

Sigue siendo furioso y cósmico pero ahora las voces limpias con reverb, los shrieks, los sintetizadores y los samplers orbitan en la misma capa atmosférica, y ya no es un fondo, una segunda capa o un choque: es ahora un un extraterrestre con corpse paint retro-futurista. 4,6 de 5.

2. Mid Death Crisis (2025) de Wednesday 13. Lo que más me gusta de la música es descubrir y re-descubrir, bien sean algunas que siempre estuvieron allí u otras que jamás escuché realmente. Y esta es una de esas. ¿A qué suena? Pues a Marilyn Manson más rockero y no tan industrial, además de mucho más hard rock. Es un disco de metal alternativo y horror punk, nada gótico y más tirado hacia White Zombie que a Nine Inch Nails. Como dice el nombre del álbum y del artista, las canciones giran alrededor de juegos de palabras, recurriendo a frases y dichos conocidos sobre la muerte, el terror y lo siniestro, con humor negro e ingenio. 

El líder es Joseph Poole, Wednesday 13, vocalista y quien también cantaba en Murderdolls, la banda de rock gótico de Joey Jordison, en la que cantaba y tocaba guitarra. Además, Poole es invitado al I Worship Chaos de Children Of Bodom, por su mayor relación con el rock/metal que Manson. Es como un GNR tirando más al glam/shock rock de Alice Cooper. 3,7 de 5. Sin embargo, acá hay de todo, desde algo casi pop punk hasta garage rock.

3. Flickering Resonance (2025) de Pelican: Post-rock / post-metal y sludge atmosférico, que nunca ha tenido demasiado buena suerte con la crítica y parece ser lo mismo en este disco, pero ahora con su guitarrista original, Laurent Schroeder-Lebec. La banda de Illinois hace un discazo instrumental. Me gusta, 4,3 de 5. Me gustó especialmente Specific Resonance, con riffs psicodélicos, capas de guitarras ruidosas y ambivalencia sónica entre el rock y el metal, trascendental. En el caso de Pinning For Ever hay mucho más post-rock bañado de noise, estridencia y shoegaze, haciéndola una experiencia abrumadora y al mismo tiempo intimista, casi como una versión brutal de una meditación, una forma violenta de auto-reflexión. 

4. The Puppeteers (2EP, 2025) de Anubis. Power/thrash gringo, realmente épico, veloz y feroz. Me gusta, quiero más pronto.

5. Iris Silver Mist (2025) de Jenny Hval: la noruega llega a su octava producción con un disco cuidadoso y elegante, de Art / Ambient, con arreglos orquestales, percusivos y electro-acústicos, que lo elevan de la simple cantautora, llegando a niveles de refinación cercanos al jazz o al chamber folk. Sin embargo, a la mitad del disco suena muy derivativo de Kate Bush y Björk, tanto musical como vocalmente. Lástima, iba bastante bien y tiene mucho potencial propio. To Be A Rose es su mejor tema, merece un 4 de 5 aunque el disco en general, por esa emulaciones a veces demasiado obvias: 3 de 5. 

6. A6 (2025) de Lights: undécimo disco de la artista canadiense nacida Valerie Anne Poxleitner, casada con  Beau Bokan, vocalista/tecladista de la banda de metalcore melódico Blessthefall. Ella se dedica a diversas variantes del pop electrónico, alternativo e independiente. En este caso, hay un cambio de estilos musicales y estética, dándole mayor peso al Synthpop, por medio de new wave, post-punk y coldwave. Así que suena ochentero pero optimista, bastante sintético pero con muchas voces orgánicas y más luminoso que sombrío. Bastante entretenido, 2,5 de 5. No es mi tipo de música, corté el disco.

7. Thousands Of Evils (Ep, 2013) de Vildhjarta: Djent, thall y metal progresivo en conjunto, produciendo una forma atmosférica, sucia y directa de música compleja contemporánea desde Suecia. El sonido es un poco rústico, aunque tiene samples y atmósferas electrónicas, lo que le quita un poquito de belleza bestial. 4,3 de 5.

8. Liminal Animals (2024) de Ulver: Los lobos noruegos presentan su disco de synthpop / synthwave como su reencarnación más cerca del pop. He escuchado decenas de veces estas canciones, que me parecen tan bailables como oscuras, pero especialmente sensuales. Una forma de art pop/art rock con dance music de forma perversa y alternante. Un tránsfuga de los géneros, una vez más. La portada del disco es de un cuadro de Francisco Goya y el tema final se basa en un poema del austríaco Georg Trakl. 

Increíble el tema Forgive Us con el trompetista noruego Nils Petter Molvær y no dice demasiado el tema final, de 11 minutos, salvo los pocos momentos de jazz fusión y post-rock, pero la mayoría es música derivativa o sobrante del álbum más narración de Rygg.

9. Nämïdäë (2015) de Öxxö Xööx: Este es uno de mis discos favoritos: una fusión de metal, música experimental, electrónica, clásica y con brutalidad, melodía y belleza oscura, en que predomina el trabajo de post-producción y el ensamble electro-acústico, que combina lo orquestal con extrañas formas de metal extremo y técnicas de grabación. El resultado es metal avant-garde y progresivo, mis dos favoritos, sin perder esencias lúgubres de black, doom y death sinfónico. 

Los responsables: Laurent Lunoir (Öxxö Xööx): Música, voz principal y diseño. Laure Le Prunenec (Rïcïnn): Voz. Isarnos (Thomas Jacquelin): Batería y claro, Igorrr (Gautier Serre) como ingeniero de grabación, mezcla y masterización. Viva La France. Suena a lo que yo quisiera hacer si fuese DJ de metal extremo.

10. A Pale Glimmer of Light (2025, EP) de Even If The Sky Is Falling Down: un metalcore melódico / melodeath francés bastante raw y algo crudo. 3 de 5.

11. My Gnawing Pains Will Never Rest (2025) de Your Spirit Dies: debut de esta ruda banda de metalcore melódico de Columbia, South Carolina. Tienen de invitados a los vocalistas de ZAO, The Callous Daoboys y No Cure, así que se toman en serio esto de ponerle agresividad moderna a un estilo que aprendió de los maestros suecos. Muy bueno, potente, corrosivo. 4,3 de 5. Auguro un gran futuro en la escena a esta banda, porque a sus breakdowns inmensos y las influencias hardcore le añaden riffs de melodeath y de metalcore durísimo. En el tema Born Forsaken el sonido de las guitarras es casi deathcore y algo de djent tipo Polyphia incluso, con armónicos arpegiados, en Ritual Sacrament. 

12. Counterfeit Recollections (2025) de fallfiftyfeet: banda de metalcore / metal alternativo de Wheeling, West Virginia. Tiene combinación de voces limpias y gritos, que van desde el metal alternativo al post-hardcore, pasando por momentos bastante poperos y con las guitarras en tonos obesos y ampliamente rítmicos, en que el mathcore predomina.

Hay claramente una base en el metalcore pero con mayores influencias, más o menos distantes, por lo que por momentos hay algo de Converge y Dillinger Escape Plan pero también algo de nü-metal o post-grunge, por lo que por momentos suenan a The Callous Daoboys también. Bastante bueno, no excelentes, pero suficientemente buenos para querer repetir y verlos en vivo. 3,7 de 5. Entre los invitados están Princess (hardcore punk), 156/silence (metalcore/mathcore) y buriedbutstillalive. 

13. F*ck U Skrillex You Think Ur Andy Warhol But Ur Not!! <3 (2025) de Skrillex. Así es mi primera vez con el artista que presuntamente fue pionero o que hizo explotar el dubstep. Lo primero que me sorprende es el uso de esas voces gruesas de miniteca como Waldemaro Martínez, más conocido por su uso en mezclas de autobús y en raptor house.

Este disco es, según RYM, de Hybrid Trap y Brostep principalmente, además de Future Riddim y Future Bass. Aunque no lo entiendo completamente, entiendo que no es nada parecido al trap más simple pero tampoco al techno ni el house, sino es música enfocada en bajos y ritmos diversos. Entiendo que los temas son también Funk mandelão, Wonky (que también hace Flying Lotus), Dubstep (para mí el Untrue de Burial), Brostep, Dubstep melódico, Briddim, Future Bass, Chillstep, Bubblegum Bass, Hardgroove Techno, Jump-Up y Drumstep.

Es un disco discotequero, claramente bailable aunque con mucha elaboración, así que no es simplón aunque claramente no es algo para escuchar en el día a día para mí. Me entero que Skrillex es el cantante de From First to Last. Y que parte de la prensa ubica este disco más en el hyperpop y UK garage. La verdad apenas puedo diferenciar los géneros electrónicos. 

Los temas con los que más me identifico son los que me suenan a hard techno, breakbeat, drum n bass y hardcore electrónico como DnB Ting. 

14. Thee Black Boltz (2025) de Tunde Adebimbe: De St. Louis, Misuri y reubicado en Brooklyn, Nueva York, nació con el nombre de Babatunde Omoroga Adebimpe. Es el debut del artista en clave de art pop e indie rock, cuidadosamente producido, con muy bien trabajados arreglos instrumentales y diversas capas melódicas de voces y samplers. RYM dice que también hay art rock, indietronica y dance alternativo. Y es genial porque es al mismo tiempo guitarrero y bailable, es electrónico y orgánico, es divertido y profundo. 

Antes era el cantante y sampleador de la banda indie TV On The Radio. Su voz me recuerda de alguna manera a la de Phil Collins. Comparte créditos de producción, composición y grabación con Jaleel Bunton (también de TVOTR), Pat Lukens y Wilder Zoby. Interesante y muy bien creado, me gusta la voz, mientras que la música me retrotrae a algunos sonidos menos comerciales de la electrónica noventera. 3,3 de 5. 

15. In the Temple of the Tyrant (2025) de Behölder: hipnótico epic doom / power estadounidense de Filadelfia, que presenta su debut, con elegante, guitarras poderosas, una batería atronadora, buenas voces limpias y la estilística particular de combinar power europeo y gringo, con algunas guitarras thrashosas como en el tema Into The Underdark. Son misteriosos sin ser góticos y épicos sin dragones ni hadas. 

Tomi Joutsen, vocalsita de Amorphis, está invitado en el tema Eyes Of The Deep. Una gente seria. 4,3 de 5. 

14 mayo 2025

Lo nuevo de Sleep Token (alt-pop/reggeatón/metal alternativo), Wu-Tang Clan & Mathematics (boom bap hip hop), black/folk metal lo-fi medieval, emoviolence canadiense, deathcore/brutal death belga, ópera rock indie folk sorprendente, blackgaze gringo indefinido, maravilloso black/death progresivo, técnico y sinfónico de Australia/Noruega, metal gótico progresivo finés

1. Georgie and the Dragon (2025) de Curta'n Wall: difícil empezar este día de forma más extraña, ruda, ridícula y genial. Un disco del black metal con peor sonido del mundo, a propósito, porque también es creativamente bueno: es una aventura fantástica, bélica, épica, vikinga y con voces geniales, limpias y shrieks, narradas y góticas, con un bajista realmente hábiles, grabadas con un sonido tan patético, de mazmorra y humedad que da risa e inspiración al mismo tiempo.

Así que aunque suena intencionadamente horrible, es una propuesta que podríamos llamar "kitsch", porque aunque sí tienen intención de ser ridículos también por otro lado, se toman muy serio en la producción vocal y la atmósfera medieval, mediante el folk, el black y el war metal. Aunque hay que decirlo, la propuesta es súper interesante pero la mezcla tan lo-fi no permite darle un buen puntaje. 3,8de 5.

Según RYM la banda es del género Sequencer & Tracker, es decir, que usó consolas de videojuegos de los 80 y 90 para programar los temas, lo que explica la aún más baja calidad de la batería. Son de California. 


2. All you are is we (2025) de Emma Goldman. Por la portada y el nombre de la banda pensé que era algo folk o indie, y no está lluvia ácida de mathcore, black metal, nü-metal y girl rrrriot que me cayó encima. Según RYM es emoviolence y metalcore aunque las voces gritadas van del screamo al shriek, de los alaridos nü-metal tipo Slipknot a gritos punketos. Gritan desde Vancouver, Canadá. 

Lo que más me gusta es que los temas no son tan cortos, de 2:30 a 4 minutos, con guitarras sucias y momentos explosivos, narraciones y gritos, que resumen mucho del noise, el grind, el grunge, pero también hay momentos calmados, como de emo, post-rock o shoegaze, y las canciones son en sí mismas simples pero bien producidas. Entonces hay para pogear, reflexionar y calmarse, con una gran riqueza rítmica. Incluyendo inesperadamente canciones exclusivamente dedicadas al hardcore techno y de drum n bass. 

Es lo que obtienes si le pones el nombre de una anarquista rusa a tu banda. Según su Bandcamp son emo-hardcore o sasscore. 

Les doy un sóilido 4,3 de 5.

La bandaGuitar, Vocals – Felix Ruiz de la Orden
Mixed By – Jesse Cramer (pistas: A5)
Mixed By, Drums – Pavel Ganapolsky (pistas: A1, A5, B2, B5)
Mixed By, Mastered By – Will Killingsworth
Recorded By – Mariessa McLeod
Vocals – Victoria Brindise

3. Big Trouble (2025) de Coffin Feeder: debut de esta banda de deathcore / brutal death (+grind) belga, un poco ridículo como sería el grindcore de humor negro y el thrash satírico, y al mismo tiempo brutal, hiper-veloz y radicalmente extremo. Liderados por Sven de Caluwé, cantante de Aborted, tienen sus letras y concepto en base a las películas de acción de Hollywood de los 80 y los 90. Ridículos pero violentos, con un sonido bastante atmosférico, basado en guitarras inmensas y expansivas, teclados de deathcore, una batería bestial y la voz más corrosiva que imagines sin hacer pig squeals sino shrieks y growls de death metal furioso. Es original esto.

4,3 de 5. Hay canciones que suenan algo nü-metal (el cantante de Chimaira está invitado) y otra algo groove o metalcore, aunque predomina lo más extremo y perverso, hay también diversidad rítmica dentro de esta vorágine de armas, patadas y explosiones gigantescas.

4. Your Neighborhood (2025) de The Toxhards: otro debut extraño, una banda de Los Ángeles, California, que hacen una combinación entre Weezer, Wilco y Mr Bungle, entonces es rock indie, power pop, pop progresivo, art rock y claro, geek rock, que puede tomar el indie folk, el rock alternativo, el pop rock o el rock country para llevarlo a capas y formas avant-garde y experimentales, para hacer una larguísima colección de canciones divertidas, extrañas y pulidísimas, con mínimas estridencias. Se destacan canciones como la que da título al disco, un pop barroco en que satirizan un poco el uso de lo orquestal, sin dejar de hacer una genialidad hermosísima. 

En 2020 sacaron sus primeros singles. Este disco conceptual, que es casi una ópera rock, tiene clarísimas influencias de Queen y The Who para su conceptualización, Ziggy Stardust, por supuesto, pero con la idea de algo aterrizado y contemporáneo a sus influencias estadounidenses más recientes. 4,3 de 5. Hay que escucharlo de nuevo porque hay más, desde ska punk hasta garage rock, glam y art punk.

5. Even In Arcadia (2025) de Sleep Token: la banda polarizante del momento después de Ghost. Confieso que me gustaron muchísimo más sus dos primeros discos, más djent y cuando el alt-pop y alt-RnB se asomaba como complemento, este disco tiene un sonido increíble, combinando muy bien el sonido de las guitarras djent con las voces que van más hacia los géneros más electrónicos/comerciales. 

Según RYM el disco es de básicamente una banda que es al mismo tiempo, de metal alternativo y de pop alternativo, estamos de acuerdo, sin embargo, para lograr eso hay afrobeats y reggeatón, pero también blackgaze y djent (como en el tema Caramel, mi favorita del disco), así mismo RnB alternativo, trap y pop rock. Sin embargo, el disco es muy irregular. Con temazos como Gethsemane, Infinite Baths y Emergence, también tiene otros muy irregulares o que son más alt-pop que lo esperado, con pocos arreglos innovadores o retadores, y para eso escucho otro tipo de artistas. Diría que 3,2 de 5.

6. Rose Thorn Necklace (2025) de Ghost Bath: desde Dakota del Norte, blackgaze depresivo, atmosférico y post-metalero, aunque lo siento como un disco que en lugar de ser muy serio, está indefinido entre hacer metal extremo influenciado por el shoegaze y sonidos contemporáneos pero también algo que pareciera lo-fi, atmosférico y al mismo tiempo sumamente básico. No me terminó de enterar si la idea es sonar sucio y de baja calidad, si es una idea atmosférica con algo de sátira o si es una banda de juguete que pretende hacer música extrema sin ser parte de la escena. Son sólo torpes.

El tema Dandelion Tea es realmente confuso, por no decir malo, porque usa unas guitarras básicas, que parecen un jam session de una banda de thrash/death de principiantes, una batería densa y electrónica, más growls profundos. Luego las guitarras se hacen profesionales, expansivas y en polifonía, lo que da una extraña sensación de insensatez. Lo mismo pasa con Vodka Butterfly, su uso de drum n bass lo-fi, sus gritos vampíricos, sus guitarras melódicas y sus voces femeninas, no te enteras del concepto: ¿es fusión, es ironía, es una burla, es un homenaje muy mal hecho? Difícil de entender, porque sí hay temas buenos, serios, que parecen tener claro la intención, pero se pierde en un mar de incertidumbre conceptual. 2,5 de 5.

Trabajo en solitario de Dennis Mikula, quien combina sintetizadores, teclados, guitarras, bajo y voz. Vale decir que tiene otros proyectos, desde una disquera a otras bandas, más ligadas a la electrónica tipo vaporwave. Lo acompaña el extraordinario baterista Mike Heller (Black Hole Deity, Raven). 

7. Otherlike Darkness (2025) de Felgrave. En las antípodas está este proyecto, de tres extensísimas canciones, de death progresivo intercalado con shrieks, complejísimas estructuras de bajo jazzeado, batería extremísima, voces femeninas fantasmales, riffs arpegiados de matemáticas absurdas y capas varias de solos, arreglos asincopados, polirrítmicos, atmósferas siniestras y muchos más arpegios de bajo, que se envuelven, giran en torno en sentido contrario y se transforman de nuevo en maquiavélicos cambios de velocidad, tono y forma para generar confusas, deliciosas y extraordinarias formas de black opresivo, death disonante y progresivo extremo sinfónico. ¿Puedo decir de nuevo que tiene arreglos de bajo alucinantes y permanentes?

En este caso el solitario australiano M. L. Jupe, aunque está en Noruega, acompañado de otro baterista súper ocupado y productivo, Robin Stone, es responsable de esta majestuosa bestia gótica, oscura, serpenteando, confusa, poliédrica y asesina. Es básicamente una combinación de black y death metal en forma progresiva, técnica y avant-garde. 4,8 de 5.

8. Godtopsy (Ep, 2025) de Defigurement: dos temas de grindcore técnico hiper furioso con el cantante de Rottenness y músicos invitados de Gridlink y Cephalic Carnage. Una delicatessen del grindcore.

9. Night Verses (2025) de The Man-Eating Tree: cuarto disco de esta banda finlandesa de metal gótico / death doom que me hace recordar a In The Woods... combinando sensibilidades y estructuras del metal sinfónico y gótico con aproximaciones progresivas, con arreglos variados que van de lo orquestal, lo vikingo, lo electrónico y lo avant-garde para hacer algo que es tan operático como brutal, tan melódico como emocional, sin ser fúnebre ni patético sino más bien con un espíritu épico, excitante y existencial pero también luminoso, dentro de lo que cabe en el doom, y enfocado en presentar una fusión tan bien producida como intrincada. 

Eso incluye hacer algo de goth metal progresivo y vking/folk combinado con metal alternativo como hace ahora Katatonia. Fascinante, 4,8 de 5. Me enganché con la voz de Manne Ikonen (ex-Ghost Brigade). 

10. Black Samson, the Bastard Swordsman: From the Wu-Tang, the Saga Continues Collection (2025) de Wu-Tang Clan & Mathematics. Lo he dicho, es de lo que menos sé, pero este disco de verdad me gustó, resuena conmigo. El boom bap tiene ese poder aún en inglés. Según RYM es Boom Bap, Hardcore Hip Hop, Conscious Hip Hop y Neo-Soul, parte del movimiento de la Costa Este (es decir, Nueva York). Para mí es un 4,3 tirando a más, quiero escuchar de nuevo pronto. 

11 mayo 2025

Metalcore/beatdown hardcore brasileño, blackened crust alemán, art rock / progresivo londinense, nuevo súper grupo de metalcore/grind, black industrial sinfónico alemán, black medieval finés, black danés

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1. Monopoly of Violence (2025) de Desalmado: metalcore / beatdown hardcore brasileño, con un sonido potente, guitarras gigantescas y ruidosas, más una batería hábil que pasa de los repiques violentos al blast beats por segundos. Eran una banda de deathgrind que fue cambiando de género, incluso antes cantaban en español, según los títulos de las canciones. El growl es también agrio e industrialoso. Me gustó, sin nada típico. De Sao Paulo. Los momentos de thrash y melodeath son geniales de verdad. Temazos. 4,3 de 5. 

2. Dominion (2025) de Ancst:  metalcore melódico / black / crust furioso, por momentos entre grindcore y otros entre black melódico veloz. Son de Alemania. Es como una versión más nórdica y más hardcore punk del sonido de Goteburgo, es decir, que aunque es muy melódica, abre el compás para ser más salvaje y corrosivo por un lado y más hardcore punk por otro. 


3. Show Me Heaven (2025, EP) de Archive. Covers de Patreon de la banda de art rock / trip hop / rock progresivo londinense. Su bajista, Jonathan Noyce, tocó en Jethro Tull. Tres versiones que desconozco totalmente. 4,3 de 5, especialmente para el tercer tema.

4. Demo 2025 de Stolen Gun. Súper grupo de metalcore, grindcore y beatdown hardcore con Vincent Bennett, cantante de The Acacia Strain, con músicos de No Cure, Thus Spoke Zarathustra y Pure Bliss. 4,3 de 5. 

5. Oracle By Severed Head es el nuevo single de Kayo Dot, que vuelve a ser raro, jazzero, progresivo y rockero, así como también post-rock y con música académica. Buenísimas noticias. 

6. Black Star (2025, EP) de Candlemass. Estoy en mi momento doom, así que amé el tema inicial, además de las versiones de Sabbath Bloody Sabbath (que tanto heredó Iron Maiden) y Pentagram. Creo que después del éxito de esta última, hay un súper resurgimiento. 

7. Art Supplies and Pain (2025) de Joey Frevola: Extraordinario disco de art rock, progresivo y orquestal, que sólo está completico en Bandcamp. Es una obra maestra que junta las complejidades musicales del progresivo, los coros barrocos y las arias de ópera con la belleza del post-hardcore y el power pop más pulido, así como la sátira musical, una especie de Frank Zappa del metal contemporáneo. 

Joey Frevola: Guitarras, bajo, teclados, instrumentos varios y voces. Robin Johnson: Batería, Percusión 

Sección de cuerdas: Connor Vance, corno francés: Grace Hayhurst, trompeta: Emmanuel Echem, instrumentos de viento-madera: Dustin Texás, Contrabajo y cítara: Charlie Cawood, cuarteto de cuerdas: Patrick Riley, violines: John Sinclaire, teclado: Zach Kamins. Órgano y sintetizador: Ryo Okumoto. Cantantes: Jesse Peck, Hayley Boggs, Christian Correa, Andy Robison, Bryan Segraves, Erika Amarela y Max Mobarry.

8. The Profane Era (2025) de Aeonyzhar: en principio se podría hablar de black sinfónico, pero hay algo muy distinto en su growl profundo de death industrial, guitarras más parecidas a las del thrash e incluso del groove metal, y una combinación bizarra entre orquestaciones y un denso sonido atmosférico. La segunda parte del disco es más sinfónico, con coros femeninos y muchos más violínes, aunque persiste la atmósfera entre industrial y death metal. 4,3 de 5.

9. Routaa ja rautaa (2025) de Kaikkavaltias. Un caótico black metal melódico, medieval y folk de Finlandia, en la nota del nuevo black medieval, que a veces suena demasiado ritualista o originario, algo salvaje, en otros momentos algo cerca del crust/hardcore y muy claramente de las raíces del black. 3,6 de 5. El tema final, una larga suite de dungeon synth, con unas guitarras estridentes, es realmente bueno, quizás mejor que su música metalera.

10. Hvor Lys Ej Når (2025) de martre: black metal danés, experimental, bastante noise aunque no tanto como el insoportable harsh noise y con muchos trémolos, como el black más crudo, pero en la que suenan dos tipos de percusiones, primero con una batería furioso y potente en blast beat mientras en la otra capa rítmica hay platillos brillantes en polirrítmos, dejando una rara sensación de combinar herencias electrónicas, hardcore punk, disonantes y un sonido subterráneo originario, que varía en calidad en cada canción. Siguiente parte de la escuela danesa, hay también trazas de black atmosférico, grindcore y algo de d-beat. 3,7 de 5.

11. The Age Of Ephemerality (2025) de BRUIT ≤, otro disco exclusivamente en Bandcamp, de post-rock, experimental y música académica contemporánea de Toulouse, Francia. Los temas, extensos y profundos, se construyen en varias capas de sonidos electrónicos y analógicos, usando cintas de cassetes, instrumentos académicos melancólicos y módulos electrónicos, guitarras y bajos con afinaciones alternas que explotan en el universo, que permiten trascender e intercalar sonoridades para un post-rock que puede ser basado en música de cámara, guitarras ruidosas y emocionales y raras interpretaciones digitales de sonidos de ambiente.

Según RYM, hay también drone y noise rock.

Theophile Antolinos: Guitarras, banjo, paisaje sonoro de cinta. Julien Aoufi: Batería. Luc Blanchot: Violonchelo, programación, sintetizador. Clément Libes: Bajo, guitarras barítonas, bajo VI, violín, viola, órgano, piano, sintetizador modular, programación. 

Además, trompeta de Guillaume Horgue, corno francés de Benoit Hui, Trombón de Igor Ławrynowicz y Trombón bajo de Erwan Maureau.

Un detalle es que revelan que el "ensamble de guitarras eléctricas" fue grabado en directo en el espacio resonante de la Iglesia del Gesu por nuestros amigos Jean Fossat, Rémi Fossat, Simon Chaubard, Olivier Lolmède, Florian Soulier y Mathieu Félix. Coro masculino interpretado por la banda con los amables refuerzos de Léo Faubert y Patrice Libes. 4,7 de 5.

04 mayo 2025

Lo nuevo de Cancer (death metal) y Sumac (post-metal /drone / poesía rap / sludge), sludge/groove progresivo griego, metal alternativo cristiano, melodeath alemán, power sinfónico italiano, drumless de Bahamas

1. Inverted World (2025) de Cancer. Mito viviente del death metal, hacen un nuevo disco refrescante, con un buen sonido y producción, que incluye unas guitarras aserradas y algo agudas, que construyen canciones en mid-tempo, que se enfocan en hacer atmósferas frías y oscuras por medio de guitarras disonantes que se entrelazan con mucha técnica con la batería, que es densa y con muchos repiques, por momentos ritualista y en muchos otros un acompañante versátil y poderoso, marcando ritmos mientras añade fills estimulantes. 

La voz, perversa y afilada, no tiene gritos largos ni un despliegue asombroso sino que narra cadavéricamente las historias de destrucción, muerte y satanismo, apelando al death doom sin exageraciones. Lo que mandan son los riffs con forma de brutal death, tocados a ritmo y sonido de doom y apelando a la vieja escuela para sus armónicos y estructuras. En lugar de deslumbrar con velocidad o cambios raros, lo hacen con un sólido disco de buenas canciones e instrumentación minuciosa y un sonido fúnebre. Se tomaron muy bien los últimos 7 años desde el disco anterior. 

Es importante señalar que esta banda está residenciada ahora en Madrid, España, donde John Walker con su esposa Raquel fundaron la banda Liquid Graveyard (con su disco más reciente en 2016). Desde 2023 su baterista es Gabriel Valcázar (Wormed) y Robert Navajas es su segundo guitarrista. 4,2 de 5. 

2. This Future Wants Us Dead (2025) de ORIA: groove/sludge progresivo de Grecia, con mucha influencias de Meshuggah en ritmos y tiempos cortantes, asincopados y atravesados, así como un sonido similar al metalcore aunque con más baterías atronadoras de sludge, riffs melódicos que puedan tener cadencia del groove y más, gritos potentes y arreglos que permitan escuchar sonidos stoner y slugde serpenteando en el desierto con una fortaleza de concreto y mármol. 4,3 de 5. 

En el tema Terragenics se muestran las influencias que vienen de Borknagar, con black metal furioso, que más tarde se escuchan en épicos coros de voces vikingas, lo que es sorprendente en combinación con su trípode hecho de Mastodon, Messhugah y Lamb Of God, aunque con muchas mejores voces limpias, guitarras más claras, alimentadas de influencias de desert rock.

Obra majestuosa de Leónidas Plataniotis en voz y guitarra; Thanasis Kostopoulos en guitarra; Stefanos Papadopoulos en el bajo y Jordania Tsantsanoglou en la batería.
3. Singles de Kutless, banda de rock alternativo cristiano de Portland, muy buenas, usando post-grunge, industrial y metal alternativo, hasta algunos riffs entre groove y djent. Me gustan, quiero más.

4. Veins Of Fire (2025) de Deserted Fear: Desde Alemania llega esta interesantísima propuesta en la que el melodeath es presentando en una divina paradoja en que lo ambiental y lo luminoso de su parte melódica se junta con la bestialidad de una voz que aprende de los suecos y agrega algo más duro, entre el brutal death y el death doom, sin perder gracia, mientras las guitarras hacen un claroscuro en que lo melódico y brillante, con un sonido entre el gótico y el groove, hacen riffs de lo que puede ser una especie de death doom / metalcore melódico, entonces suena como un Pantera bastante lento versionando a Entombed o al revés, Katatonia haciendo lo que haría Killswitch Engage, o mejor, como si In Flames hubiese hecho mejor su incursión en el metal alternativo. 

Me gusta esta tendencia de hacer música más alternativa dejando las voces guturales iguales, que bandas de death se atrevan con el metalcore melódico e incluso que incorporen otras formas de rock y metal. Este disco es encantador y al mismo tiempo brutal, todo lo que debe ser este género. 4,3 de 5. 

5. Violence Dimension (2025) de Conan: Sludge / stoner / doom, bastante agresivo en su distorsión y shrieks, con guitarras ruidosas, llenas de feedbacks y con un sonido portentoso, como un martillo hidráulico abriendo el suelo rocoso. Gritos agudos, ferocidad, dureza, que van hasta el d-beat y el neocrust, en que lo psicodélico da paso a lo extremo y lo punketo, hasta un tema extra, Vortexxion, lleno de feedbacks y sonidos drone, son formas diversas de la locura especial existencialista. Un discazo, 4,4 de 5.

6. The Film (2025) de Sumac y Moor Mother: genial disco de drone / atmosferic sludge / metal avantgarde, pero también rap metal por la colaboración con el artista de hip hop experimental Moor Mother, residenciado en Filadelfia. El resultado es un disco tan experimental, lleno de ruido, densidades y potentes momentos de metal extremo con mucha manipulación de guitarras, bajos y samplers que dan paso a diversas narraciones poéticas, voces femeninas y rapeos, lo que crea una atmósfera tan opresiva, demencial y llena de estridencias, como artística y avant-garde. 

El metal a veces es una base de potencia industrial, noise y poco variable, bastante drone pero en otras tiene arreglos cuasi-progresivos y llenos de baterías sludge, que van de lo psicodélico al mero noise, pero siempre de forma analógica, especialmente gracias a una batería muy creativa. Por momentos es como un Rage Agains The Machine combinado con Isis e incluso con Intronaut, gracias a momentos de máxima inventiva instrumental.

Un trío imposible formado por Brian Cook (Russian Circles, Botch), Nick Yacyshyn (Genghis Tron) y Aaron Turner (Old Man Gloom). Las voces femeninas: Kyle Kidd, Sovie y Candice Hoyes. 4,7 de 5. Altísima originalidad y me alegra que lleven su durísima y difícil propuesta a lugares inimaginables.

7. Artifex (2025) de Ancient Bards: power metal italiano progresivo y sinfónico, con grandes coros protagonistas y un sonido gigantesco, tanto en arreglos orquestales como en guitarras, que se pasean por densas tonalidades al hacer progresivo y también por reverberados solos, así como una voz femenina principal que no es tan épica ni operística sino más bien narrativa y casi alternativa, aunque hace muy bien el trabajo de guiar la grandilocuencia compositiva. 

El bajista es Martino Garattoni (Ne Obliviscaris) y Sara Squadrani en las voces (invitada en Ayreon, Trick Or Treat).

The Vessel, Soulbound Symphony o Ministers Of Light, que combina la casual vocalización de Sara con grandes coros, e incluso voces guturales, incluyendo a Mark Jansen de Épica y After Forever, más excelentes orquestaciones, con vientos y cuerdas, de Daniele Mazza en los intros o interludios, que a veces me recuerda a los cánticos olímpicos o de grandes competencias deportivas, junto a unos riffs circulares que a veces pasan al trash o al groove, hacen una combinación diferente al rock/metal gótico por un lado y al death sinfónico por otro. El hard rock sigue siendo más importante que lo extremo, así que terminan siendo una especie de metal sinfónico épico sin apelar a lo bélico ni a lo fantástico sino a un punto medio entre el metal que puede ser accesible y radial, así como las complejas estructuras de música académica y progresiva, a veces demasiado agresivas. Me gusta, 4,7 de 5. 

8. Memento Mori (2025) de Stential. Post-hardcore / screamo que es apenas decente. 2 de 5.

9. New Blood (2025) de Obijuan: el rapero de Bahamas hace un disco Drumless y hip hop abstracto, hardcore y consciente, añadiendo momentos de música caribeña como Junkanoo (folclórica de Bahamas) y Dancehall, con un sentido subterráneo, callejero y migrante, bastante oscuro y airado. Sin embargo, no es mi favorito. Pondré un 2,9 de 5.

23 abril 2025

Lo nuevo de Aterciopelados y The Birthday Massacre (rock gótico / synthpop), death noventero, doom en su momento de gloria (Pentagram) y lo nuevo de Cytotoxin (brutal death técnico) y Flummox (rock psicodélico / dark cabaret /death metal avant-garde), metalcore melódico, neocrust mexicano

1. Stillborn (1993) de Malevolent Creation: clásico del death metal, bastante primigenio, con influencias del hardcore punk y básico, las raíces de género. Desde Buffalo, NY, Estados Unidos. No es su mejor disco, pero siempre es genial volver a él. 3,8 de 5.

2. Lightning in a Bottle (2025) de Pentagram: disco del momento de los de Arlington, Virginia, y estandarte del doom / hard rock / stoner. Le psue 4,7 en la primera escuchada, sorprendido gratamente, pero sinceramente el disco no es tan bueno aunque sí bastante. Lo bajo a 4,2 después de la sorpresa inicial.

3. Biographyte (2025) de Cytotoxin: brutal death metal técnico alemán, veloz, hiper-sónico y conceptual, que ellos llama "Chernobyl death metal". Sin embargo, es un disco poco innovador aunque bien tocado, especialmente con calidad en el bajo. 3,7 de 5.
4. Southern Progress (2025) de Flummox: quinta placa de los locos del metal avant-garde de Tennessee, que con críticas ideas políticas y sociales, transexualidad y rock psicodélico progresivo con doom/stoner/avant-garde metal presentan el disco más osado del año. Los temas pueden pasar del hard rock / heavy blues tipo GnR con blast beats, coros setentosos y riffs progresivos, a black sinfónico melódico con voces de ópera, shrieks demenciales y luego dark cabaret, para más tarde convertirse en riffs de djent y death melódico. 

Es como una mezcla de Sigh y Orgone, pasando por Mr Bungle, Devin Townsend y Paracrona (con su black metal furioso y look de banda de pop rock gótico), en que decenas de géneros del rock y el metal se entremezclan de forma digital y analógica con ritmos, tonos y formas melódicas diversas, que se entretejen e intercambian. Son alt-country y death metal progresivo, pero también son funk metal, son como combinar Primus y Zappa con Marduk, resultando en un humor negrísimo y satírico que va perfectamente con laptops y habilidades técnicas impresionantes. Aunque el sonido es algo brumoso, para la cantidad de instrumentos.

Liderados por Alyson Blake Dellinger, cantante principal, bajista, guitarra, percusión, theremín, campana, diseño de sonido y producción, se completa con Chase McCutcheon, quien se encarga de guitarras, voces de apoyo, programación MIDI, diseño de sonido, ingeniería de sonido, producción, edición y mezcla. Max Mobarry, guitarras, vocales, bajo sin trastes, teclados, programación MIDI; percusión, trompeta, diseño de sonido, preparación de partituras, producción y edición; Jesse Peck en teclados, programación MIDI; vocales, diseño de sonido, percusión, edición y producción, y finalmente, Alan Pfeifer en batería, percusión, arreglos de batería y programación MIDI.

Invitados, Jo Cleary en violín,  Melody Ryan en flauta, Braxton Nicholas en saxofón tenor, Eric McMyermick en acordión, Angela Lese en flauta, Jason Marsden en actuación de voz, Drew Jones en voces de apoyo, guitarra y percusión, Parker Lampley, en voces de apoyo, percusión y theremín, y Jody Lester en voces de apoyo y percusión. Le voy a dar un 4,6 de 5 porque me gusta muchísimo el estilo, pero ciertamente el sonido y la producción no son los mejores, ni llegan a la calidad interpretativa ni conceptual de colegas como Finntroll, Nekrogoblikon o Troldhaugen, aunque le concedo las ideas más estadounidenses y los temas calmados, en que no todo es death metal.

5. Rain City Sessions +1 (Ep, en vivo, 2015) de Comeback Kid. Buenísima presentación de la banda de hardcore punk melódico de Winnipeg, Manitoba, Canadá. 4 de 5.

6. Antifragile (2025) de All That Remains. Un disco chévere, muy bien tocado y con algunos riffs increíbles, más una batería alucinante, con momentos más metalcore con voces limpias de metal alternativo, pianos y arreglos electrónicos, además de unos buenos gritos, y otros más melodeath con blast beats y arreglos percusivos rápidos y detallsitas, pero me parece demasiado a Lamb Of God. Está bueno, pero es más bien regular, algo genérico. Le puse 4,1 y voy a bajarlo a 3,9.

7. Mil orquídeas en medio del desierto (2025) de Habak, banda de neo-crust (según RYM) de Tijuana, México, aunque en sus perfiles de Bandcamp e Instagram se describen como DIY punk y crust melódico. El neocrust sería básicamente unir Sludge Metal, Post-Metal, Black Metal y Screamo, aunque en este caso escucho un bajo fangoso e interludios post-rock, la mayoría de las canciones están basadas en riffs melódicos alrededor del emo, hardcore y shoegaze, quizás post-black y unos gritos bastante hardcore aunque también modificados, en momentos acercándose al noise o el grindcore. 

Es una banda de contrastes melódicos, con melodías dulces, casi dream pop, en las guitarras en trémolo y una voz cadavérica y distorsionada, aunque creo que con muy poco aporte. Me pareció monótono y repetitivo, algo muy visto antes. 2,8 de 5.

8. Genes Rebeldes (2025) de Aterciopelados: lo nuevo de mis colombianos favoritos, este disco es una apelación a sus raíces y su esencia, aunque ya no suenen como sus primeros discos sino con una renovación de su mejor pasado en una nueva clave de producción, que ya habían asomado en Tropiplop y Claroscura con más o menos éxito y madurez.

Así como recurren al blues y al hard rock, a la vals y a la cumbia, al folk andino y la fusión experimental, entre la electrónica y el rock latino, me suenan mucho más conceptuales y menos punk, como si fuese una especie de ópera rock latina, pero también dejando de lado las experimentaciones electrónicas.

Y aunque conservan esa actitud combinada de ser rebelde y contemporáneo, rescatando sonoridades y empujando a probar lo más innovador, con letras que apelan a la poesía urbana, filosofía social de protesta y reflexión personal para las letras, como también al latinoamericanismo y al feminismo desenfadado, e incluso un poco a la mirada nostálgica del artista que insiste y persiste aunque "no logre likes", a veces también pueden sonar auto-referenciales y repetitivos en temas como Ruana versus Bikini y Mi Nicho. Aunque de eso se refiere tener "genes rebeldes", señalar que nacieron para ser así. 

Quizás para ponerse en contraste con el anterior Tropiplop, en que rescatando también ese amor-odio con el tropipop colombiano, quisieron añadirle la reflexión actual.

El tema Agradecida (producida por Gustavo Santaolalla) me encanta, de lo mejor de lo más nuevo. Perú es realmente divina también. Creo que lo mejor es que Andrea usa mucho más la voz de vallenato para sus temas de resistencia, crítica y humor, mientras que Héctor hace cumbia psicodélica en Rompan Todo. La verdad es que está muy bueno, y en vivo seguramente serán clásicos para cantar y suenan como canciones que puedan romperla en la radio, si es que eso aún existe o importa. MOR, con guitarras pesadas y casi industriales, es probablemente la mejor del disco. Mamíferas es una joya total, puro punk latino con bambuco, mientras que Primero estaba el mar suena a Pacífico y afrocolombianidad. Y cierra con Eterno, dedicada a Gustavo Cerati, a quien llama amor platónico, primer amor y héroe musical. 4,7 de 5. 

9. Pathways (2025) de The Birthday Massacre: rock electrónico, alternativo, gótico y algo industrial de Ontario, Canadá, con mayoría de las canciones basadas en guitarras y sintetizadores atmosféricos, una batería muy presente pero programada y melodías bastante digeribles, y la voz delicada de Sara 'Chibi' Taylor, aunque hay momentos con arreglos más complejos y profundos, e incluso el tema inicial Sleep Tonight tiene guitarras más pesadas y un toque de nümetal, e incluso algo de shriek femenino en el tema Whisper, que era más darkwave. Según RYM es synthpop y darkwave. A veces parece una banda muy oscura para ser pop, sin llegar al post-punk o demasiado comercial para ser power pop o incluso rock gótico. Es un híbrido que hace canciones penumbrosas sin ser fúnebre ni depresiva, sin ser demasiado electrónicas ni comerciales, con un gran balance. Me encantará volver a escucharlos. 3,8 de 5.

10. Singles de Liv Kristine: poderosos temas entre el metal sinfónico y el poo gótico atmosférico, con temas épicos, sentidos y profundos. Muy buenos.

22 abril 2025

Death n roll sueco, groove progresivo / djent ucraniano (Jinjer) y rock sureño del guitarrista de Lamb Of God, pop neo-psicodélico / slacker rock, rock experimental (Buckethead) y drone metal tribal y psicodélico de Bélgica

1. Back To The Front (2014) de Entombed A.D. Debut obligatorio de la banda de death n roll (con riffs sonando como los primeros discos de Entombed) de ex-miembros de la mítica banda de death metal sueco, porque una pelea por el nombre y salida de miembros hizo imposible que saliera como un disco de Entombed, que desde entonces no publicada nada nuevo. Es simpático y bien tocado, le doy un 3,9 de 5.

2. Duél (2025) de Jinjer: su groove progresivo / metalcore / jazz / djent es siempre genial, la voz de Tatyana está en forma en ambas formas, las guitarras suenan potente y la combinación rítmica sigue siendo alucinante. Las influencias del ska, dub y jazz incorporadas con guitarras disonantes, enrevesadas y arpegiadas son la firma genial de estos ucranianos. Le puse 4,3 pero es un disco que va a escucharse muchísimo. Tumbleweed es un temazo.

3. Without the Pain (2025) es Mark Morton, es un extraordinario disco de rock sureño (southern rock) con country rock , blues rock y hard rock con guitarras brillantes, duras y con mucho sabor. No es tan folclórico ni tan tradicional, y las partes rockeras son brillantes. Me encantó, 4,4 de 5. Algo que no suelo apreciar igual en Lamb Of God. Tiene invitados en todos los temas, se destaca Troy Sanders (ex-Mastodon) en Nocturnal Sun y a la maravillosa Grace Bowers. 
4. Chaos Practitioner (2025) de fantasy of a broken heart. Bizarro dúo de Brooklyn, conformado por Al Nardo y Bailey Wollowitz haciendo algo que va desde el pop psicodélico al noise pop, pasando por el dream pop, endureciéndose a veces con slacker rock pero con una estética de ternura y anime, así como una neo-psicodelia que toma los coros más espaciales y setentosos para renovarlos digitalmente. 

Para eso usan instrumentos de reciente invención como la cónsola Fairlight, el clavicordio eléctrico Clavinet, un sintetizador de bajo, piano eléctrico Wurlitzer y Mellotron, además de bajo, guitarra, batería y piano. Es un producción realmente brillante e interesante. 4,2 de 5. 

5. Castello Dwellers (EP, 2024) de Buckethead. Creo que produce demasiado y escuché el 500 Alchemical Experiments y me pareció cualquier improvisación sin sentido, pero este EP mucho más producido y realmente bueno. Pendiente del EP de ellos de 2025. 3 de 5. 

6. Le sacre du soleil invaincu (2025) de Neptunian Maximalism. Tercer disco de esta agrupación belga, sí, como Amenra, que según Rate Your Music hace drone metal y metal de vanguardia, en la que también hay raga rock, ambiente tribal y rock psicodélico. Es un álbum extenso, de una hora y 38 minutos, con canciones que van de los 5 a los 17 minutos, en que podemos escuchar atmósferas opresivas pero no asfixiantes, expansivas pero no espaciales ni stoner, sino casi íntimas y bastante oscuras aunque sin llegar al doom. Es como un dark jazz con guitarras potentes y altamente analógico. Las trompetas del tema At Dusk: Raag Mara: Unisson Composition se unen a solos de wah wah que se adentran en el alma en conexión con el cosmos, en un bar hindú en el medio de una capital europea. 4,3 de 5. 

La banda: Guillaume Cazalet (guitarra, bajo, sitar, flauta, arpa de arco, voz), Jean-Jacques Duerinckx (saxofón), Sébastien Schmit (batería, percusión, gong, voz), Pierre Arese (batería, percusión), Reshma Goolamy (bajo, 2019-present), Romain Martini (guitarra), Didié Nietzsche (efectos de sonido), Joaquín Bermúdez (saz eléctrico, setar), Alice Thiel (guitarra, sintetizador), Lukas Bouchenot (batería, percusión), Stéphane Fedèle (batería, percusión). Me recuerda a GOAT pero más oscuro y meditativo, nada festivo. 
La segunda mitad del disco está más cerca del post-metal psicodélico, drone y progresivo, tipo Amenra, y me gustó muchísimo más. Los primeros son más drone, tribales, jazz fusión y folk orientalista, que son demasiado experimentales por momentos. Esta segunda mitad, aunque más revisada, es mucho mejor.

10 abril 2025

Black melódico británico, folk indie gringo, art pop / indie rock canadiense-estadounidense (con el cantante y guitarrista de Rush), big beat / post-punk londinense, art pop / power pop californiano y indie folk alternativo de Seattle, black avant-garde de Países Bajos

1. The Black Swords Of Winter (EP, 2025) de Ninkharsag: buen black melódico, furioso y perverso, con temas largos y en la escuela de los suecos, pero son de Liverpool, Reino Unido. Hay que escuchar más para ver qué hay de diferente, aunque es brutal, bien arreglado y producido, pero no basta. 3,8 de 5. 


2. Every Dawn's a Mountain (2025) de Tamino: indie folk muy bello, sin country, pero no es lo mío. 2,5 de 5. Muchas orquestaciones.

3. Stygian Waves (2025) de Envy Of None. Maravilloso disco de art rock, indie pop y rock alternativo canadiense-estadounidense. Rock suntuoso con bases electrónicas, que va del techno al funk, muchas melodías poperas presentadas con algo de distorsión en formatos de rock electrónico, pulido con elegancia, detallismo samplero y maravillosa producción. Hay guitarras densas y wall-of-sound, seductoras líneas vocales de la cantante y temas profundos, bien arreglados y complejos con psicodelia, algo de dream pop ligero y hasta downtempo, aunque jamás se van las guitarras (y no hay baterista).

La banda es Alex Lifeson (guitarra, mandolina, banjo, oud y programación - además de miembro fundador de Rush), Andy Curran (bajo, sintetizador, programación, guitarra, coros y estilófono), Alfio Annibalini (guitarra, teclados, programación, coros) y Maiah Wynne (vocales, teclados, sintetizador y programación). Las capas de voces, guitarras y sinterizadores están tejidas cuidadosamente para incorporar influencias de las más rítmicas y cadenciosas formas musicales, desde el bossa nova al RnB. Muy noventero sin sonar repetitivo ni obvio. Delicioso, de principio a fin. 4,7 de 5.

4. Hard Times Furious Dancing (2025) de Snapped Ankles: no esperaba nada y mucho menos está buena dosis de electrónica que parece resumir Faithless, The Chemical Brothers, The Prodigy y Asian Dub Foundation, leno de big beat y breakbeat pero como Red Snapper, tocado por una banda. 

En Sputnikmusic los describen como banda experimental de post-punk de Reino Unido, así como indie rock y psicodélico, pero no escucho nada ni parecido. En RYM Synth Punk y Dance-Punk Revival, pero yo no le agarro la caída, mucho menos viendo cuáles son las bandas más representativas. De todas maneras, 4,6 de 5.

La banda está conformada por Patrick "Paddy" Austin [aka Peter Ashtray] (vocales, guitarra), Giorgio Zampirolo (batería), Saul Ham [aka Sol Haim], Mike Chestnutt (teclados) y Clémentine March (bajo).

5. Los singles de Joviac son alucinantes. Es como un Voyager súper envenenado, más progresivo e increíble. También suena como un Haken con más energía de arena rock. Por momentos suena a A-Ha en progresivo.

6. Portrait Of My Heart (2025) de Spelling: la artista de Sacramento, California, llamada Chrystia Cabral, llega a su quinto disco alrededor de una combinación de guitarras, semi-acústicas y eléctricas, frecuentes arreglos orquestales y varias capas de densidades electrónicas, que RYM dice que es pop rock y rock alternativo, así como también pop progresivo, art rock, revival de post-punk y power pop, que siento que es el género más cercano de verdad, aunque las partes más art y progresivas son increíbles.

Yo lo siento como una reinterpretación, con guitarras un poco más duras que las usadas en el pop rock y muchas cuerdas, del pop de los ochenta, un poco disco y bastante vocal, incluso algo de big music, por medio de una combinación de instrumentos analógicos y electrónicos, que le dan elegancia, brillo y angularidad a lo que no es ni synth-pop ni pop alternativo pero tampoco entra al terreno del rock propiamente.

No por nada el guitarrista es Patrick McCrory, de Turnstile, entonces las guitarras por momentos suenan bastante más pesadas y en otras ornamentales, pero la línea vocal y melódica es más cercana al pop sin ser su base lo electro. 3,8 de 5. Habrá que ver si puede subir más con sucesivas escuchadas.

7. Patience, Moonbeam (2025) de Great Grandpa: otra genial sorpresa de una banda de rock, alt-country y folk indie, que raya entre la música de cámara y el post-rock. En este caso a las suaves melodías de cuerdas se le suman algunas guitarras densas del noise pop y la genialidad melódica de Radiohead, reinterpretadas de forma acústica, que además tienen una vocalización coral y con sentimiento, que no le quita protagonismo a esta rara forma de country / folk rock, en que caben las rarezas eléctricas y los arreglos progresivos. Son de Seattle, así que por momentos se puede rescatar algo de grunge y rock alternativo aquí y allá.

La banda: Al Menne (vocales principales), Pat Goodwin (guitarra, vocales), Carrie Goodwin (bajo, vocales), Dylan Hanwright [aka Slothfella] (guitarra, vocales) y Cam LaFlam (batería, vocales). 

8. Zwart Vierkant: Slotstuk [Cuadrado negro: pieza final] (2025) de Grey Aura: black metal avant-garde, algo como un black melódico con muchos arreglos de thrash progresivo, gracias a una combinación rítmica de batería hiper-detallista que va del mathcore al grind y un bajo jazzeado, además de blast beats, voces semi-gritadas entre operísticas y demenciales, en un torbellino de capas de guitarras haciendo distintas formas concéntricas. Tercer disco en 10 años de estos dementes holandeses.

Aunque hay mucho de black furioso e infernal, baterías de hardcore punk y permanentes arreglos complicados de bajo, con una batería que suena fenomenal para la rapidez y potencia que le imprimen, siempre hay esa sensación atmosférica y progresiva al mismo tiempo, que se permite interludios de jazz-rock y ambient, además de variantes que van del folk rock al grindcore en la batería, lo que enriquece la ráfaga de azufre y fuego del resto de la música.

La banda es Ruben Wijlacker en voces, guitarras acústicas y eléctricas, y sintetizador. Tjebbe Broek también en guitarras, Sylwin Cornielje en bajo y Seth van de Loo (ex-Severe Torture) en batería y percusión. Los invitados agregan tuba, trombone y cello, en el tema Nachten zonder dagen, dándole una nueva dimensión con sonidos latinos y académicos. 

Es toda una obra conceptual, llena de distintos sonidos y texturas, se nota una altísima investigación, producción y experimentación, que terminó en arreglos orquestales que apelan a la música del mundo, puede sonar folclórico balcánico, post-rock, música de cámara contemporánea, experimental, diseño de sonido y hasta pruebas con las distorsión de las guitarras para no sonar repetitivos, obvios ni predecibles. 4,8 de 5.