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Hoplita griego |
01 mayo 2023
Música Rara: Cosmic Jaguar, banda ucraniana que mezcla el thrash progresivo de Sadist y Atheist con la cultura y folclore mesoamericanos
El metal es realmente universal, global y transversal. Puede ser pagano o vikingo, usando noruego antiguo, instrumentos folclóricos del Medio Oriente, de Europa del Este o japoneses, pero también tiene jazz, pistas electrónicas similares al trap o volver a raíces como el crust, el hardcore o el speed metal, tener combinaciones de power metal con black de thrash con progresivo o de synth-pop con death metal.
Y tenemos a Cosmic Jaguar, de Ucrania, con un thrash progresivo que parece la combinación de Acrania con su death metal jazz latino desde México y el thrash progresivo experimental de Voivod desde Canadá pero con una temática totalmente enfocada en la mitología azteca. Allí podemos agregar Atheist, Cynic, Sadist y Death pero también Santana. El resultado es en algo como un Obscura con obsesión por la cultura mesoamericana. El power trío etiqueta su estilo como avantgarde technical thrash, con el que estoy totalmente absorto.
Conformado por Денис Фурсов (Denys Fursov / Denis Tornillo) en la batería, percusión e increíblemente en instrumentos folclóricos como conchas de mar; Євген Васил'єв (Evgen Vasilyev - Juan Maestro) en las guitarras y Сергій Бондар (Sergiy Bondar / Sergio Lunático) en el bajo y voces, todos de la banda de thrash técnico (power/heavy/progresivo) Bestial Invasion pero sin su cantante, debutan con el disco The Legacy of the Aztecs (El Legado de los aztecas) con un disco conceptual basado en la mitología azteca con letras y producción de Sergio Lunático.
¿Estaremos hablando de apropiación cultural, de universalidad o de homenaje? Pues hay bandas latinas de metal que hacen metal con inspiración o música gótica, medieval, vikinga y neoclásica, pero puede ser un debate abierto sobre colonialismo o de globalización.
En mi opinión, un discazo, sin discusión, que mezcla guitarras rudas, un bajo intrincado, voces desgarradas y mucha atmósfera étnica / folk / metalera, que hace el trabajo contrario, de agregar estas técnicas y estilos metaleros venidos del llamado Norte Global con sonoridades, estética e historias indígenas de Mesoamérica, lo que me parece una maravilla.
Bestial Invasion ya había hecho algo similar. Obsesionados con el metal y la cultura de Italia, es una banda que mezcla el power/heavy metal épico con toques de progresivo a la Cynic y Death, algo de thrash americano con letras y conceptos del país europeo, como su disco The Divine Comedy: Inferno, inspirado en la obra literaria de Dante Alighieri.
Sobre Cosmic Jaguar, lo puedes escuchar en Bandcamp acá: https://cosmicjaguar.bandcamp.com/album/the-legacy-of-the-aztecs
10 enero 2020
Sin vocalista, agregando doom, wah-wah y oscuridad, Apocalyptica le hace un tributo al cello repasando sus sonoridades

Para mí el primer acierto fue volver a ser instrumentales, por más que me gustasen algunos invitados, creo que el protagonismo -incluyendo la capacidad que han demostrado de también emular líneas vocales con las cuerdas del cello- deben ser la inusual instrumentación. Y el segundo esa atmósfera fría, profunda y oscura, sin la obviedad de sonar como una versión orquestal de alguna banda de metal o una rara vanguardia académica, sino un repaso desde su historia hasta probar nuevas cosas, con el cello como medio pero también como fin.
El disco, sin invitados y con el baterista Mikko Siren encargado además de usar por primera vez teclados y agregar un contrabajo, el cual no usaban desde su disco homónimo de 2005, recupera ese espíritu misterioso que alcanzaron cuando dejaron de emular las estructuras y sonidos de las guitarras eléctricas para cautivar al público con los sonidos propios de los cellos, agregar texturas electrónicas, distorsiones y solos de sus instrumentos.
El disco arranca con misterio, atmósferas y muchos sonidos académicos en una estructura que casi llega al post-metal o experimental con Ashes of the Modern World. Y continúa con una canción dinámica en Cell-0, aunque tiene parte que de nuevo asemejan a esas canciones "basadas en Metallica" con emulación de guitarras rockeras, también hay imponentes momentos de cellos acústicos que van desde los momentos sinfónicos hasta puentes con sonidos graves que se apoderan de la atmósfera al emular poderosos vientos wagnerianos o manipulaciones sónicas que se acercan a lo industrial y el lo-fi.
Se escucha refrescante e inspirador, pero apenas estamos comenzando. Hay que decir que para lograr el trío identificó el papel de cada uno durante todo el disco. Paavo se encargaría del "bajo" mientras Perttu y Eicca de la "guitarra líder y rítmica". Este último además también con teclados. Y se acercaron a géneros como el doom o el rock psicodélico, agregaron marchas militares, sonidos atmosféricos y wah-wah. Muchas veces pensé, otra vez, después de tantos años, veinte desde su début: eso no puede ser un violonchelo.
Añadir contrabajo y sonidos sintetizados ha sido acertadísimo. Al poder de la acústica de los magníficos cellos ahora se le añaden otras capas. Un sincretismo que percibo mejor que añadir una poderosa batería o mucha distorsión a los cellos.
En el tema "Rise" hay drama, belleza y delicadeza. Los finlandeses se liberan entonces de varios paradigmas, en este caso, que habían creado sobre sí mismos.
A la mitad del disco llega su tema promocional "En route to mayhem", el cual hace honor a su nombre progresando desde su enfoque original de tributo metalero a la descarga rockera simulando ser guitarras más estridente, propio de su disco "Cult" para un final que combina el fondo electrónico con sonidos alterados del cello.
El tributo es ahora al instrumento de su pasión, bien sea el eléctrico o el acústico. En cada canción, durante todo el disco, el trío muestra con sus interpretaciones más clásicas, sus devaneos por la experimentación que podría recordar ligeramente a Ellend, sus partes orquestales de metal sinfónico y sus distorsiones a toda velocidad con solos y ráfagas de batería, lo que les ha permitido interpretar Slayer, Pantera Sepultura, que su enfoque es justamente sacar lo máximo de las cuerdas, reinterpretar sus sonidos y alimentarlas.
Mi tema favorito es "Fire & Ice" con una batería poderosa y bien presente por momentos, un crudo sonido acústico de los cellos, con pizzicatos y vibratos de los primeros discos pero para tocar al estilo de sus composiciones propias más maduras, como un imposible viaje en el tiempo, que luego rematan con sus electrizantes ráfagas de solos y distorsión thrashosa.
Por cierto, aquí los dejo con una entrevista que le hicieron hace algunos años para comprender sus técnicas de interpretación en Cello.org, en la que comentan los cambios en mano izquierda y derecha para tocar tan rápido y fuerte durante una hora y media, los arcos y resinas de contrabajo que usan y otros temas desde la curiosidad de los músicos clásicos.
Su tema final "Beyond the stars" incluye una narración un minuto antes de terminar después de una épica con pianos cósmicos, baterías modificadas, combinando de nuevo la vanguardia sónica con las técnicas más inusuales para distorsionar el sonido original de un cello, lo que lo hace un final perfecto.
Aquí lo escuchas en Deezer https://www.deezer.com/es/album/125662642
05 junio 2019
Stormlord reaparece con el nuevo black / power metal en “Far”

Con títulos de canciones evocadores de la Roma antigua como Invictus, Romulus o Mediterránea, “Far” combina los teclados grandilocuentes y wagnerianos, así como los coros sinfónicos, propios del power sinfónico, con los agudos alaridos extremos y los monstruosos guturales, así como doble bombos furiosos y blastbeats del metal extremo.
Las guitarras no son plenas protagonistas, cediendo muchísimo espacio a los teclados. Sin embargo, tienen algunos buenos solos, tremolos picking –con coros o teclados acompañándolos- así como algunos momentos en que la mezcla las destaca, pero trabajan mucho más como sección rítmica. Los riffs son usados de forma repetitiva, como soporte, salvo contadas excepciones.
En el tema “Crimson” se aclara mucho más su propuesta: un tema rápido con gritos infernales por doquier, con un fondo de guitarra-bajo-batería de power metal acelerado y teclados bombásticos que gobiernan como tiranos. Las guitarras vuelven a explorar, como en “Far” los tempos del deathcore, siendo secundarios.
Estas parecen ser las semillas de un posible nuevo género, un reino con pocos habitantes. Veo claro a precursores en Bal-Sagoth, Graveworm y Ex Deo entre ellos.
Vale referirse especialmente al baterista David Folchitto, quien ha tocado con gran cantidad de bandas y en vivo con Fleshgod Apocalypse, uno de los precursores de este posible nuevo género, mientras que Gianpaolo Caprino se encarga de guitarra, teclados, efectos y voz limpia. El sexteto se completa con el extraordinario cantante Cristiano Borchi, el bajista Francesco Bucci, Andrea Angelini en la segunda guitarra y el tecladista Riccardo Studer.
En “Cimmeria” para darle un tono un poco más épico hay un par de solos de guitarras, así como riffs melódicos que sustituyen solo parcialmente la omnipresente orquestación. Algunos arpegios, con una melodía básica que se repite, hacen de marco para las voces extremas, que ocupan muchísimo espacio en cada canción.
Vale decir que la banda espero seis años para producir este disco, que tiene una gran producción y sonido, especialmente en los coros e instrumentos de viento sintetizados que recuerdan a los primeros discos de Rhapsody. Pero al contrario de Paladin no es oscurecer el power metal sino llevar aún más lejos los arreglos orquestales y sinfónicos al black metal.
“Romulus” rompe la dinámica: empieza con una melodía de guitarra, que luego es seguida por teclados que luego casi desaparecen, así que el tema evoluciona hacia riffs de tremolo picking y llegan los arreglos corales, pero persisten las guitarras por medio de solos. Me hizo recordar a los temas más rockeros de Therion.
En “Vacuna” se aprecian tiempos veloces, con baterías a todo poder, en que el intercambio de voces agudas y graves, así como narraciones dramáticas, para dibujar el hilo conductor de las letras con un fondo sinfónico parece hacer homenaje –incluyendo solo de violín- a las corrientes más góticas-vampirescas del black, del que realmente lo que más toman son las voces. Quizás porque un par de sus miembros tocaron en Theatre of Vampires.
Y se despide con “Levante”, una especie de versión extrema de las baladas power metal de derrota y renacimiento. Mucho más lenta que las demás, incluye un interludio con coros gregorianos, cantos de pájaros y baterías marciales, funcionando de “finale” majestuoso.
Lo escuchas aquí https://scarletrecords.bandcamp.com/album/far
Lee también mi reseña sobre Wheeping Chorus de Full Of Hell y el debut de Paladin, que hacen también power / black metal.
03 junio 2019
Debut de Paladin: conciliando el power metal europeo con el thrash estadounidense magistralmente y sin invitados

Y lo hacen en grande. Es death melódico, melodías para destruir ejércitos con sus dragones, riffs thrashosos para prevenir la guerra nuclear y denunciar ecocidios, arreglos neoclásicos, voces líricas para llamar a la batalla y rasposos gritos para narrar historias de misteriosas leyendas nórdicas que se combinan, se entremezclan e intercambian, produciendo extraordinarias dinámicas.
Esto es logrado por las guitarras de Alex Parra (con experiencia tocando power metal con Cauldron Born y thrash con Sadistic Ritual) y Taylor Washington (quien también canta), quien tiene experiencia tocando en vivo con Necromancing The Stone, quienes combinan melodeath, thrash y power; Theocracy, que hacen power metal progresivo, y Arsis, banda de melodeath técnico.
Además, juntos tocaron en la banda de thrash Sybaritic y en la de heavy metal The Fury hasta 2015, justo antes de formar Paladin. Todo ese bagaje les ha permitido esta combinación de forma natural.
Los acompaña Nathan McKinney en la batería y Andy McGraw en el bajo, quien también canta, quienes hacen un trabajo brillante en los arreglos así como en los cambios sucesivos y combinados de géneros. El primero con experiencia en heavy progresivo y el segundo en thrash.
De lo mejor del disco es que es difícil reconocer cuando un riffs es más death melódico que heavy progresivo, lo que le añade un atractivo irresistible, mientras es admirable la amplitud vocal interpretativa de Washington, que tiene en su tráquea el poder del cantante épico tradicional junto a una muy avezada capacidad para detonar bombas nucleares nórdicas.
En temas como “Divine Providence” se escucha power metal italiano con sucio thrash de San Francisco para después en “Carpe Diem” apelar a las melodías agresivas a lo Children Of Bodom con solos que cabalgan en shred, coros sinfónicos y arreglos de power épico. Así se van media docena de temas muy bien producidos, con mayor preponderancia de la música extrema.
El disco pasa a ser mucho más heavy metal tradicional a partir de entonces. Desde el séptimo tema, “Bury the light”, que arranca con un hechizante riff, potente batería y un solo extraordinario que se abre para un intercambio de voces y sonidos, para que el melodeath cuente con una voz lírica extraordinaria mientras los agrios gritos acompañen a los riffs más power metal.
En “Shoot for the sun” suenan mucho más cercanos al heavy metal callejero inglés mientras que en “Vagrant” se acercan a una versión progresiva pero donde de nuevo combinan con vocales extremas sin abandonar el género. Más metal tradicional en “Dawn of Rebirth” y el disco finaliza con la larga “Genesis” que superando los 6 minutos pasa del power metal a un poderoso thrash/death, acompañado de carrasposas líneas vocales, así como coros sinfónicos propios del black sinfónico.
Lo escuchas aquí https://paladinatl.bandcamp.com/album/ascension
24 mayo 2017
Hellcannon, un cañón infernal de thrash tan poderoso que Brett Hoffmann está de invitado en su disco 2017
Sus orígenes los ayudan, sus guitarristas, cantante y bajista vienen de la escena del death metal, algunos con experiencia en el técnico, y uno de ellos estuvo en los primeros demos de Malevolent Creation. Sin embargo, no dudan en echar mano de algunos riffs que claramente recuerdan a escenas cercanas como el hardcore-punk y el crossover. Pero aquí no hay espacios para versiones estilizadas y sin embargo, entre sus invitados incluyen a un músico que se encarga del teclado Hammond, que le añade ciertamente un toque extraño y bizarro, sin llegar a la vanguardia.
Un baterista de nueva escuela les ayuda a que ese sonido ochentoso de las distorsiones de la guitarra no suene viejo, sino una especie de revival con añadidos perversos. Debe destacarse el sonido del bajo, al estilo Cannibal Corpse, que los hace sonar como un Iron Maiden thrasheros.
Con influencias claras del death metal de Florida y San Francisco, un cantante corrosivo le suma un aspecto crudo, como intentó Testament en Low, pero aquí no hay refinamientos ni ganas de agradar con toques metalcore. Esto es directo, rítmico y queriendo sonar primitivo, aunque los sonidos están especialmente elegidos para reconocer lo que se hacía antes pero con una grabación más pulida.
Para mí, refrescan, añaden y agregan a la escena, que no tiene porqué ser progresiva ni virtuosa todo el tiempo. Y claro, de extra, el pana Brett Hoffmann de invitado en el tema cinco. Son 36 minutos sin tregua.
Escúchalo aquí
08 marzo 2017
Activismo thrashero español: Soziedad Alkohólika suena cañero y afilado en "Sistema antisocial"
Tener de invitado a Barney de Napalm Death da una idea de lo que puedes escuchar en este disco: nuevos himnos de inspiración izquierdosa y activista contra el fascismo y la represión policial, una crítica del otro lado de la acera sobre los abusos en la guerra contra el terrorismo internacional, sobre el tratamiento europeo hacia los refugiados, y por supuesto, en apoyo a la libertad de expresión como un derecho que debe superar censuras y posiciones "políticamente correctas" sobre qué se debe decir, que en España ha implicado que tuiteros hayan sido condenados en conjunto a 10 años de condenas por ser señalados de "apología al delito" por chistes, de mal o buen gusto, sobre un atentado de ETA contra Carrero Blanco, quien sucedió a Franco para el final de la cruenta y larga dictadura militar española de corte fascista, anticomunista y conservadora. El caso más conocido en la escena musical es el año de prisión que deberá cumplir el cantante de Def Con Dos.
Apartar política y música es imposible en esta banda que también ha denunciado el sexismo, el racismo así como la experimentación con animales. Y no apoyan ni a ETA ni sus actividades, aunque defienden el derecho del pueblo vasco a la autodeterminación. En este disco se apartan de las críticas polémicas que tienen que ver con Medio Oriente. Sin embargo, el disco tiene letras poderosas e ideales para corear, que son liberadas con una voz que le da la energía justa para levantar las banderas de la lucha por un mundo mejor, y estás están acompañadas por guitarras afiladas, con sonidos cerrados y pulidos, un bajo que hace su trabajo justo y una baterista que con la experiencia en el death metal le añade una fuerza nueva y contundente.
Hay que destacar, de nuevo, el trabajo guitarrero en el disco, que destaca con arreglos, atmósferas que van llenando los puentes en las canciones. 47 minutos sin desperdicios ni sobras, nada extra ni adornos innecesarios, sino arreglos que ayudan a enviar un mensaje: se tardan varios años entre discos pero entregan calidad en cada detalle.
27 enero 2017
Terminal Redux de Vektor, una locura espacial de thrash metal progresivo a la velocidad de la luz
Con apenas tres discos, el primero apenas en 2009, desde Filadelfia emerge esta banda cuyo eje central es David DiSanto, actual único miembro de la banda, para construir un entramada de thrash progresivo emitido a velocidad de la luz, con arreglos percusivos alucinantes y complejos, solos -de batería y guitarra- que desafían las leyes físicas y unas voces agudas que parece como si nórdicos y americanos hicieran un jam-session para turnarse jugando a que son Gorguts. Sus temas aunque bastante largos -73 minutos en diez canciones- jamás son repetitivos ni se pierden en las variaciones aburridas de algunas bandas de sludge/doom, sino que son una obra completa en sí mismos.
Tantas referencias musicales solo tratan de explicar lo brutalmente hechizante de este disco, que trata de un cosmonauta que perdido en la inmensidad del espacio hace experimentos para convertirse en inmortal y gobernar para siempre, pero luego es capaz de hacer la transición de vuelta para morir sacrificado por los suyos. Esto, aunque no es demasiado original y es mucho mejor logrado por bandas como Coheed and Cambria y The Book of Knots, es esencial para la propuesta artística de Vektor.
El resultado es una especie de nieto del thrash metal que se funde con la precisión, el virtuosismo, la experimentación del metal progresivo junto a pinceladas de las vertientes más novedosas del black atmosférico y el post-black metal de Deafheaven o Krallice, esto últimos especialmente gracias a la colaboración en samplers de Alex Poole.
Así mismo se incluyen interludios acústicos, con voces de dos cantantes afroamericanas de soul de Filadelfia: Naeemah Z. Maddox y RoseMary Fiki, lo que también es un tributo a pioneros del space-rock, Hawkind. Quizás aquí puede haber divergencias para algunos puristas, pero creo que es el plus de la banda el hacer una transversalización de géneros por medio de invitados inusuales, algo que hizo en 2023 la banda progresiva Earthside, formada por compositores experimentados.
Tapping, shreds y riffs imposibles son la columna vertebral de lo que quizás fue uno de los mejores discos de metal de todo el 2016, que no sólo los colocará en el difícil reto de superarse o cambiar sin aburrir, sino como obligación repasar sus anteriores discos.
23 enero 2017
Gods of Violence (Kreator): otro regreso glorioso del thrash después de malos experimentos
Sin recurrir demasiado a revivals de sus primeros discos, los teutónicos sí apelan a la altísima velocidad así como elaborados arreglos de thrash europeo sacando de su sombrero los mejores trucos. Pero además los han envuelto con nuevos matices de sonido que no sólo le brinden un nuevo protagonismo a los riffs de guitarras sino que otorguen un papel particular a los arreglos vocales, con reverbs y coros que los acerquen a nuevas audiencias sin perder un ápice de quienes nos criamos con Extreme Aggresion y Coma of souls.
Una mezcla de himnos de batalla de épica con los sing-along que han traído los breakdowns del metalcore, pero sin acercarse a este género sino incorporando una reinterpretación de los primeros. Enganche pero con speed metal.
Es indiscutible que la presencia de Sirniö, quien viene de Barren Earth, haya sido el puente para hacer la transición pero sin repetir poco memorables momentos de cambio de década que Kreator trató de liderar para luego entender que era mejor adaptarse siendo fiel a sí mismos que tratar de convertir en lo que no eran. Algo de crisis de mediana edad que Petrozza ya superó.
Actualización: ahora que salió el disco completo, vale agregar dos cosas: estos singles son los temás más destacables de un disco que se completa con temas coherentes a esta nueva onda, con vocales que me recordaron incluso a Tom Araya y algunos retazos del Kreator "viejo" de los primeros discos. Una alegría thrashosa como lo es también Machine Messiah de Sepultura.
Además, ellos lo han dejado claro: Satán existe.