24 julio 2019

Con "Calígula" la cantante Kristin Hayter (Lingua Ignota) ingresa al mundo de la ópera acústica, alternativa, sucia y mística


La artista experimental, punketa convertida en compositora outsider de ópera, Kristin Hayter, presenta su segundo disco "Calígula" como una continuación de su duro début "All bitches die". Y aunque profundiza en la visión catártica, ruda y desenfada, a veces ruidosa y agria, óptica de la sobreviviente de abuso doméstico y sexual, que pasa de víctima a poderosa denunciante, la música ha cambiado.
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Dejando atrás la electrónica industrial así como los órganos devocionales católicos, ahora Hayter eleva sus composiciones a la ópera contemporánea y su estilo de grabación se acerca más a las presentaciones en vivo, mezclando fuentes analógicas y digitales con instrumentación en vivo.

Su rango vocal se hace más grandioso, épico, reflexico y expansivo. Puede gemir, elevar su voz en un coro celestial, ensayar ópera místca o cánticos orientales, aturdir con shrieks agudos y hasta susurrar. Esto es especialmente patente en la canción "Fragant is my many flower flowered crown". Usando incluso canto de garganta, la artista ahora evoluciona mucho más hacia la revelación, aunque eso implique hablar de momentos en que ha sentido odio, miedo y desprecio por sí misma.

Justo después del tema más limpio y hermoso, vienen dos más donde vuelve a mezclar los gritos agudos a lo Diamanda Galas o cantantes de black metal con paredes de noise sucio, en los que varía entre lo místico y lo pagano, de soprano a punketa gótica, luz y sombra, demonios y ángeles. Guitarras distorsionadas, blast beasts de death metal y caos se entremezclan con sus cantos operásticos y órganos de iglesia.

En los claroscuros del disco también permanece la influencia del metal y el noise, así como la venganza violenta, el abuso de poder y el sadismo que hicieron famoso al sanguinario Calígula. Para esto ha invitado al maestro de noise, Sam McKinlay; al cantante Dylan Walker (de la banda de powerviolence Full of Hell), con quienes colaboró en su disco 2019, Weeping Choir; al baterista Lee Bufford de The Body (noise-metal experimental) y al cantante Mike Berdan de Uniform (industrial rock) para mostrar las horribles y caústicas voces de la maldad.

En "Sorrow! Sorrow! Sorrow!" vuelve a lo que hace girar la mayoría de los temas del disco: ópera contemporánea alternativa, una mezcla de voces líricas, trip hop, cánticos místicos -ya no sólo católicos u occidentales- y giros experimentales llenos de florituras y susurros con piano, cello y violín de acompañantes íntimos.

Casi al final del disco, junto a la vocalista Noraa Kaplan, se sumerge en un tema que mezcla ambas caras del disco, desde la suciedad distorsionada hasta las reflexiones acústicas, en que hay tiempo para meditar, cantar suavemente y odiarse sin estridencias. En "Spite Alone Holds Me Aloft" hay un juego casi perverso, un Yin Yang tan histriónico como hiriente, un reflejo de su propuesta musical.

Y así se despide. Con "I am the beast" (Yo soy la bestia). Con una feminismo cautivante, reberverado y monástico, arropado por las teclas y las cuerdas, que se deslizan minimalistas y detallistas, dejando escuchar incluso el rasgado de los dedos, para voltear los signficados. Ella ha dejado de ser una víctima, ha encarnado al victimario, se ha desnudado para aflorar oscuros pensamientos, ha viajado en el tiempo por medio de su voz y encontrado una nueva fe, donde sufrir, morir y llorar están bien vistos.

Escúchala aquí https://linguaignota.bandcamp.com/album/caligula

16 julio 2019

Desde Chile con deathgrind progresivo aparecen In Asymmetry junto a miembros de The Ritual Aura y Serpent of Gnosis

El EP debut de los chilenos In Asymmetry, “Edge of Divergence” es extraordinario. Con casi 12 minutos en tan solo dos canciones, afincados en el terreno del death metal técnico pero con influencias neoclásicas, la banda mezcla la brutalidad del género con toques progresivos, arpegios, largos solos de guitarra e interludio atmosféricos de batería y bajo en tiempos lentos y orquestaciones cinemáticas.
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Así se superponen e intercambian intrincados arpegios de power metal con gallops y blastbeats siempre acompañados de cavernosas líneas de voz gutural. El híbrido recuerda a bandas como ExDeo, aunque con una aproximación menos épica sino más enfocada en el virtuosismo de las guitarras y la velocidad percusiva. Habrá que ver si la banda se inclina a la nueva tendencia del power extremo, pero por ahora muestra una versión ultra rápida y extrema del shred, con doble bombo y ráfagas de deathgrind.

Gran sabor de boca dejan estos temas en que sentí que volví a los maestros del mástil de los 80 sin abandonar mi gusto por lo extremo.

Vale destacar que al trío de chilenos liderado desde 2017 por Víctor Araneda en las guitarras es completado por Francisco Terán en la segunda guitarra y Richard Aguayo en las voces, pero cuenta además con el bajista Darren Joy de

The Ritual Aura y el baterista Darren Cesca, actualmente en Serpent of Gnosis y antes en Deeds of Flesh y Arsis, entre muchas otras.

Escúchalo aquí https://inasymmetry.bandcamp.com/releases

15 julio 2019

Les Funktionnaries se van al futuro con "2034", un combo de jazz-funk-psicodelia-rock progresivo-stoner desde Montreal, en homenaje a la cultura de Québec

Visitando el blog Can This Even Be Called Music? (Puede esto incluso llamarse música), dedicado a reseñar artistas experimentales y extraños que por su mezcla de géneros, rareza o poco alcance en medios comerciales podrían nunca obtener una crítica periodística, encontré a Les Funktionnaires, una banda de Montreal, en Québec, la zona francófona de Canadá.
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La primera certeza es que hacen funk, pero creer que están en este género sería insuficiente. El septeto que incluye trompeta, saxo, trombón, flauta y harmónica, echa mano de la psicodelia, el jazz y el blues para sus seis canciones que son una especie de alfombra voladora para la cultura stoner.
Y el título 2034 quizás le queda perfecto: es un viaje al futuro de la música cuyos instrumentos, músicos e influencias se entremezclan sin orígenes ni obligaciones con estilos o formas.

La banda puede sonar afrocubana y caribeña por momentos, como jazz de Nueva Órleans en otras y más allá es rock progresivo mestizo. Puede pasar del mid-tempo propio de la psicodelia a acelerar ritmos, engrosar bajos y ponerse acid jazz. Una buena lista de invitados ayudan a variar el menú: bongos, congas, pianos, órganos e incluso una lapsteel, guitarra de cuerdas de acero que se toca recostada.

Al final del disco, los últimos dos temas tienen incluso guitarras distorsionadas y algunos solos rockeros, con una aproximación mucho más progresiva, menos funk y jazz, sino de fusión, lo que la hace más difícil de describir. Hay un crisol donde los wah wah juegan con los vientos mientras todo está bajo una atmósfera de desert rock.

Los escuchas aquí https://lesfunktionnaires.bandcamp.com/album/2034

12 julio 2019

Kihalás: death / doom triturado por un grindcore industrial y experimental

El músico Daniel Pearson Sides (guitarra y voces) produce su primer EP homónimo, después de unos demos que publicara juntos en diciembre de 2016, bajo la pretendida idea de una banda de black / death metal pero con un enfoque más noise, industrial y vanguardista bajo el nombre de Kihalás, la palabra polaca para extinción, aunque es de Seattle, Estados Unidos.
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Sin bajo involucrado, los temas se basan en una muy ruidosa e intervenida distorsión que abarca por igual a la guitarra y la batería produciendo una amalgama que parece nacer en el metal pero en el primer tema termina en un grindcore infernal que luego presenta una melodía subyacente con una segunda guitarra con un sonido más cuidado.

En “Antropocene Error”, de 8 minutos exactos de duración, lo que inicia como un doom ritualista que evoluciona a un rápido raw black metal que reproduce esa sucia dupla de guitarra y batería igualmente distorsionados. Más tarde, porque da tiempo para todo, parece ser una versión muy grindcore de lo que sería metal industrial.

En una onda muy DIY y apocalíptica, en Kihalás no hay ningún respeto por normas o estándares de géneros. Lo que quieren es mostrar un mundo sin vestigios de pureza. Así que bien se pueden escuchar desesperados shrieks o profundos growls pero que son usados como un instrumento rítmico más, guitarras noise que parecen una pesadilla japonesa de Ministry, una mezcla que recuerda a los experimentos analógicos de los artistas electrónicos Autechre, llenas de virutas e imperfecciones voluntarias, y una batería directa, cruda, tocada con una rabia absolutamente punketa.

Como Void Omnia, lo que significa el metal para este artista –sin llega a ser post ni experimental- se desdibuja para colocar en el mismo recipiente lo viejo y lo nuevo, lo conocido y lo vanguardista, para hacer uso de diversos colores para un collage que sea fiel a los requerimientos artísticos de un outsider.

En el tercer tema se escucha más claramente una vocalización que bien se sostiene en el gutural propio del metal extremo posee fraseos oscilantes propios de la música experimental. A Daniel lo acompaña Adam El-Khatib en la batería en los primeros tres temas y Marisa Kaye Janke (violista y cantante de Isenordal) en voz y batería de la última canción, también de ocho minutos, quizás la más punketa de todas, en que las reminiscencias al post-black metal se difuminan con lo meramente experimental.

Este desafiante disco, poderoso e interesante, lo escuchas aquí https://kihalas.bandcamp.com/

08 julio 2019

Sopa de costilla para el alma, corazón y mente de 300 niños de la escuela más bonita del mundo

Desde que asumimos el compromiso de llevar almuerzos divertidos a los 300 estudiantes de la UE Padre Juan José Zugarramurdi II en San Vicente, al sur de Maracay, siempre quise llevar comidas completas.
Aprendimos en una charla de Susana Raffali, experta en crisis alimentarias de Cáritas, que en los sectores populares era común el consumo de carbohidratos como pasta, arroz y harina de maíz, siendo muy escaso el consumo de proteína animal mientras el consumo de hortalizas y vegetales se restringía a yuca, papa y esas bolsitas de aliños que venden al detal.
Así que cuando decidimos hacerles una sopa de costilla -con papelón con limón- lo que hicimos fue comprar 40 kilos de verduras, 30 kilos de carne y muchísimos aliños diversos. Las mamás colaboradoras montaron un olla descomunal sobre las brasas, revolviendo con alegría una sopa a la que le sobraban ingredientes, quedando bien espesa. La receta funcionó a la perfección: olía y sabía sabroso, llenó pancitas y quedó sumamente nutritiva
Y aunque 60% de la matrícula de la escuela son niñas, no hubo Mafaldas. Ningún chamo le hizo malos ojos a la sopa, al contrario, pedían repetir, se comieron todas las verduras y dejaron la carne de último, sorbiendo los nutrientes en medio de risas y juegos. Y claro que recuerdan la pizza, el pollo, el pabellón y las amadas hamburguesas pero este caldo les calentó el alma, el cuerpo y el espíritu.
¡Vivan las buenas sopas!







Sin agua no hay vida y casi no hubo sopa. Después de varios días en que Aruska dedicó a comprar y transportar los alimentos, así como las mamás colaboradoras en picar y dejar listo los aliños y la carne, supimos un día antes de su elaboración que la aguda escasez de agua había acabado con todas las reservas de la escuela, así que no había una sola gota. La sopa no podría realizarse.
La decisión implicaba además tener que buscar todos los alimentos para que no permanecieran el fin de semana en las neveras de la escuela, bajo la amenaza de los apagones eléctricos así como un posible hurto. Era mejor cubrir todas las posibilidades.
Una llamada de último minuto salvó el día después que supimos que una cisterna de agua cobraría 40 dólares por llenar el tanque subterráneo de la escuela.
La directora dijo que ella movería en su carro todos los botellones de agua necesarios para hacer la sopa, así como atender los baños e incluso hacernos un café.
Los platos rebosantes fueron servidos por la señora Carmen y las otras mamás colaboradoras, así como por Aruska Hernández y Araibel Muñoz, desde los pequeñitos de preescolar hasta los más grandes. Pudimos servirles a todos los trabajadores de la escuela, a nuestros becados –quienes cada lapso han traído mejores notas- e incluso a algunos exalumnos que siempre nos visitan.
Cada niño tuvo su trozo grande de proteína animal, muchísimas verduras y el cariño de las mamás y maestras que los guían para bajar de sus salones, lavarse las manos, rezar y agradecer antes de comer. Aquí estamos haciendo país, desde los chiquiticos, un plato a la vez.
Los niños también estaban practicando una obra para el Día Mundial del Ambiente, que se celebra el 5 de junio. Con sus disfraces de cartón hacían muecas mientras me repetían sus líneas.
De nuevo surgió otro tema de género. Después de la pelea porque actuar juntos en una obra de la escuela no significaba tener una relación amorosa, ahora una niña le cayó a golpes a un niño, quien se rehusó a defenderse o pegarle. Eso trajo burlas: "te dejaste joder por una niña". Lo aparté, lo consolé y le dije que había estado muy bien no pegarle, mientras le dije a la niña delante de todos que a violencia jamás resolvía los problemas porque nacían unos nuevos, que eran las peleas a gritos que habían ahora sobre si un niño podía o no defenderse a golpes contra una niña. Ellos dicen varón y hembra, claro. Y subrayé que eso aplicaba en todos los casos, sin que importar el género.
También continúan las obras para los baños, nuevo comedor y próximo huerto gracias a Luis CatañoDiomar Castellanos y Enrique Garcia.
En la primera foto, los niños modelan los postres enviados por Karla Alzuro de SOS Niños de Venezuela 
¿Quieres colaborar con la escuela más bonita del mundo, ubicada en Aragua, Venezuela? Tenemos paypal.me/invitaloacomer, aceptamos Bitcoins en Localbitcoins. Así como Zelle y BofA y crowdfunding de Facebook que administran Jesus Chuchin Loreto.

04 julio 2019

Vale, de Oakland, debutan con un black / crust de altísima factura de la mano de su cantante, Kate Coysh

Desde Oakland, California, el quinteto Vale trae su ópera prima “Burden of sight” bajo la premisa de blackened crust. Y las etiquetas no son realmente precisas ahora. La vocalista Kate Coysh apela definitivamente al black metal para inspirar sus shrieks pero también se escucha, como en la música, que el death metal old school fluye poderoso dentro de sus venas.
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Así que con ritmos y sonoridades propios de la segunda generación de black metal escandinavo, se presentan crudos en ejecución pero con una calidad de sonido superior a la existente entonces. Junto a los riffs que bien pudieron haber compuesto Satyr o Ihsahn hay arreglos de bajo/batería más propios de Unleashed u Obituary.

Y eso va tejido con una estética envolvente de transiciones mediante extraordinarios cambios de ritmos mediante arreglos de batería, por lo que sus canciones pasan del blast beat al doom más lento, del black / death furioso al grindcore con beats punketos.

Hay una cohesión en la salvaje y violenta presentación de sus temas, que los hacen sonar tan apeteciblemente originales. Ejecutan de manera magistral las afiladas dobles armonías que llevan a repentinos ritmos vertiginosos, algo muy black metal con un desenfado para combinaciones que parecerían disímiles.

El quinteto se presenta entonces como innovadores en el black crust que, similarmente a como sucede con el brutal slam death, tiene dificultades para diferenciarse. La voz de Kate, que refleja la angustia de la existencia humana, combina perfectamente con este collage, exorbitante alquimia de música extrema que puede ser tan melódica como punitiva, llevándonos a desolados parajes con un sorprende cohesionado hilo narrativo llevado por las permanentes alteraciones rítmicas. Un logro que me recordó a lo que hizo Slayer al unir a punks y metaleros en sus audiencias.

Mis temas favoritos son “The Guilded Path”, el más homogéneo de los temas, el más sólido en la propuesta de un black metal alimentado de crust, y “Beyond the Pale”, un death metal de vieja escuela con riffs de tremolo picking, que lo hace sonar tan melódico como algo progresivo. Con un puente de golpes guitarra y platillos, parece el temas más experimental. El disco es devastador, punzante y agresivo, pero esta dureza es un medio en lugar de un fin, por lo que entregan una propuesta compacta, sólida, original.

Por eso hay que destacar especialmente el trabajo del baterista, quien es el sastre que une las distintas telas sónicas emanadas de las guitarras. Justin Ennis, quien tocó en Mutilation Rites y Tombs y ahora lo hace en Void Omnia, Ulthar y Ruine, parece central para la propuesta de Vale.

Puedes deleitarte con esta maldad aquí https://valeoakland.bandcamp.com/album/burden-of-sight

01 julio 2019

Panthematic: exhuberante black metal atmosférico de Maracay, Venezuela

Los tesoros escondidos pueden estar muy cerca. Después de disfrutar del black nacionalista, naturalista y radical de Gutiroth, ahora me encuentro no una sino dos producciones de Panthematic, una banda de black metal atmosférico de mi ciudad, Maracay, que me ha complacido muchísimo.
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Con una muy buena calidad de sonido, el EP Segmentos de Angustia así como el disco Laberinto Externo, muestra un extraordinario despliegue compositivo e interpretativo de parte del músico Oswell Albarrán mientras que el cantante y letrista Isaac Sivira se luce al varias desde los shrieks hasta los guturales con un desempeño preciso, potente e ilustrado.

El dúo se luce paseándose por diversos enfoques del black metal, con interludios folk y ambient, blast beats, heavy gallops de alta velocidad, así como influencias death y doom de vieja escuela en sus largas interpretaciones. Con un impronta muy personal, Panthematic entra en el género de forma auténtica, con exhuberantes riffs y cambios sorpresivos.

Lo que llamo exhuberante se refiere a la riqueza de sonidos, combinados con las atmósferas creadas con los teclados, los arreglos de bajo -que por momentos emula arreglos de cello- y la diversidad de los mismos. Desde lo melancólico hasta la introspección pasando a densos momentos de death/doom.

Por su parte, los cambios vocales, que demuestran una dinamismo refrescante, son esenciales para este hilo conductor: hay una narrativa que no se detiene en gritar angustia y desesperación, también hay una claro repaso por el metal extremo como género musical, en que como un gran exhibición artística, sobre diversas escuelas, influencias y matices. Allí hace un gran papel la producción, grabando varias capas de voces y guitarras, especialmente electroacústicas.

Los temas varían desde el doom épico y el black atmosférico a derivaciones más melódicas y rápidas. Es una especie de mezcla de Dawn con Wolves In The Throne, salvando las diferencias, en que las partes lentas, con arreglos cuidados de  guitarras y batería se entrelanzan con influencias más cercanas a los maestros noruegos de los 90.

Las letras de las canciones están enfocadas en la gravísima situación de violación de derechos humanos en Venezuela, así como sus

Les auguro un destacado espacio en el underground mundial, con un profundo orgullo local

Los escuchas aquí https://panthematicoficial.bandcamp.com/album/laberinto-externo