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01 agosto 2019

Congri recargado para cerrar el 2018-2019 en la escuela más bonita del mundo

"Me sorprenden siempre los niños de preescolar, se comen todo con demasiado gusto", fue lo primero que me contó @Aruska cuando quise saber del último almuerzo formal del 2018-2019 en la esciela más bonita del mundo, ubicada en la UE Padre Juan José Zugarramurdi II de Fe y Alegría de El Viñedo, en San Vicente, al sur de Maracay.

A la receta cubana le pusimos más proteína: 20 kilos de arroz, 20 kilos de caraotas -el doble de lo indicado- y 20 kilos de carne de cerdo para hacer un mega hiper súper almuerzo que compensara parte de las falencias nutritivas que tienen los niños. Según el informe de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, el útlimo año murieron 20 mil niños por desnutrición en nuestro país.
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El almuerzo sorprendió a los estudiantes de todas las edades, dibujó inmensas sonrisas en las maestras y agregó variedad al menú de las comidas divertidas" que Invítalo a comer les ha llevado durante dos años a los 300 niños. Y junto a las galletas de postres que nos hacen llegan desde España gracias a SOS Niños de Venezuela (Karla Alzuro), el apoyo incondicional de Anahi Brown y Andreína Márquez (marquezandreina en IG) y el trabajo generoso de tantos voluntarios y todo el equipo: Diomar Castellanos, Enrique Garcia, Luis Cataño, Araibel Muñoz, Milipza Meneses, Carlos Contreras, Mariangel Gómez y María Alejandra Gómez, así como decenas de aportes desde todas partes del mundo.

Ese día además entregamos uniformes escolares, siempre insistiendo, en medio del "duelo migratorio" que ha sumido a cientos de miles de niños a vivir sin sus padres por la diaspora, la huida de cinco profesores diarios en el país y la destrucción del poder adquisitivo de las familias.
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Adelanto: ahora que ya se graduaron 25 chamos más de 6to grado -que llevamos a un paseo educativo que pronto les mostraremos- estamos buscando nuevos padrinos y nuevas madrinas para ayudarlos a seguir sus estudios de bachillerato con un aporte mensual.

Y en vacaciones no nos detenemos: seguimos construyendo el nuevo comedor y baños, planeamos la compra de las primeras computadoras para la clase de informática y la visita de una escuela de gastronomía para inicio del nuevo año escolar para inspirarlos a formarse para el futuro.

Así se construye la escuela más bonita del mundo. ¿Quieres colaborar? Tenemos BofA, Zelle, cartera de bitcoins en Localbitcoins, un crowdfunding de Facebook administrado por Jesus Chuchin Loreto y una cuenta www.paypal.me/invitaloacomer. Pregunte sin compromiso

08 julio 2019

Sopa de costilla para el alma, corazón y mente de 300 niños de la escuela más bonita del mundo

Desde que asumimos el compromiso de llevar almuerzos divertidos a los 300 estudiantes de la UE Padre Juan José Zugarramurdi II en San Vicente, al sur de Maracay, siempre quise llevar comidas completas.
Aprendimos en una charla de Susana Raffali, experta en crisis alimentarias de Cáritas, que en los sectores populares era común el consumo de carbohidratos como pasta, arroz y harina de maíz, siendo muy escaso el consumo de proteína animal mientras el consumo de hortalizas y vegetales se restringía a yuca, papa y esas bolsitas de aliños que venden al detal.
Así que cuando decidimos hacerles una sopa de costilla -con papelón con limón- lo que hicimos fue comprar 40 kilos de verduras, 30 kilos de carne y muchísimos aliños diversos. Las mamás colaboradoras montaron un olla descomunal sobre las brasas, revolviendo con alegría una sopa a la que le sobraban ingredientes, quedando bien espesa. La receta funcionó a la perfección: olía y sabía sabroso, llenó pancitas y quedó sumamente nutritiva
Y aunque 60% de la matrícula de la escuela son niñas, no hubo Mafaldas. Ningún chamo le hizo malos ojos a la sopa, al contrario, pedían repetir, se comieron todas las verduras y dejaron la carne de último, sorbiendo los nutrientes en medio de risas y juegos. Y claro que recuerdan la pizza, el pollo, el pabellón y las amadas hamburguesas pero este caldo les calentó el alma, el cuerpo y el espíritu.
¡Vivan las buenas sopas!







Sin agua no hay vida y casi no hubo sopa. Después de varios días en que Aruska dedicó a comprar y transportar los alimentos, así como las mamás colaboradoras en picar y dejar listo los aliños y la carne, supimos un día antes de su elaboración que la aguda escasez de agua había acabado con todas las reservas de la escuela, así que no había una sola gota. La sopa no podría realizarse.
La decisión implicaba además tener que buscar todos los alimentos para que no permanecieran el fin de semana en las neveras de la escuela, bajo la amenaza de los apagones eléctricos así como un posible hurto. Era mejor cubrir todas las posibilidades.
Una llamada de último minuto salvó el día después que supimos que una cisterna de agua cobraría 40 dólares por llenar el tanque subterráneo de la escuela.
La directora dijo que ella movería en su carro todos los botellones de agua necesarios para hacer la sopa, así como atender los baños e incluso hacernos un café.
Los platos rebosantes fueron servidos por la señora Carmen y las otras mamás colaboradoras, así como por Aruska Hernández y Araibel Muñoz, desde los pequeñitos de preescolar hasta los más grandes. Pudimos servirles a todos los trabajadores de la escuela, a nuestros becados –quienes cada lapso han traído mejores notas- e incluso a algunos exalumnos que siempre nos visitan.
Cada niño tuvo su trozo grande de proteína animal, muchísimas verduras y el cariño de las mamás y maestras que los guían para bajar de sus salones, lavarse las manos, rezar y agradecer antes de comer. Aquí estamos haciendo país, desde los chiquiticos, un plato a la vez.
Los niños también estaban practicando una obra para el Día Mundial del Ambiente, que se celebra el 5 de junio. Con sus disfraces de cartón hacían muecas mientras me repetían sus líneas.
De nuevo surgió otro tema de género. Después de la pelea porque actuar juntos en una obra de la escuela no significaba tener una relación amorosa, ahora una niña le cayó a golpes a un niño, quien se rehusó a defenderse o pegarle. Eso trajo burlas: "te dejaste joder por una niña". Lo aparté, lo consolé y le dije que había estado muy bien no pegarle, mientras le dije a la niña delante de todos que a violencia jamás resolvía los problemas porque nacían unos nuevos, que eran las peleas a gritos que habían ahora sobre si un niño podía o no defenderse a golpes contra una niña. Ellos dicen varón y hembra, claro. Y subrayé que eso aplicaba en todos los casos, sin que importar el género.
También continúan las obras para los baños, nuevo comedor y próximo huerto gracias a Luis CatañoDiomar Castellanos y Enrique Garcia.
En la primera foto, los niños modelan los postres enviados por Karla Alzuro de SOS Niños de Venezuela 
¿Quieres colaborar con la escuela más bonita del mundo, ubicada en Aragua, Venezuela? Tenemos paypal.me/invitaloacomer, aceptamos Bitcoins en Localbitcoins. Así como Zelle y BofA y crowdfunding de Facebook que administran Jesus Chuchin Loreto.

28 junio 2019

Lámparas, zapatos, cereales, ¡pabellón! para la escuela más bonita del mundo


La jornada del 16 de mayo fue recargada. Fuimos con muchísimas cosas para llevar, regresando recargados.

Además de entregar una docena de zapatos nuevos por la colaboración de Amanda Rezende, también llevamos varias cajas de cereales para los desayunos de los pequeños que llegaron desde Bilbao gracias a la labor de SOS Niños Venezuela (Karla Alzuro) y se instalaron nuevas lámparas LED en cocina, comedor, sala común, oficinas y en cuatro aulas, tres de ellas de preescolar. Uno de ellos no era usado por la falta de visibilidad.

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Y a ese salón además se les arregló el aire acondicionado, lo que causó emocionados agradecimientos de las maestras así como una gran alegría en las madres y sus hijos. Los niños de segundo nivel de Preescolar ya no tendrán que dibujar y jugar en las mesitas de comer que están en el pasillo. Gracias al trabajo del señor Félix de mantenimiento que cambió varios cables dañados, decidido a colaborar, así como a los materiales eléctricos que llevó Diomar Castellanos y Luis Cataño.

La escuelita más bonita del mundo, la UE Padre Juan José Zugarramurdi II de El Viñedo en San Vicente, Maracay, no se duerme en los laureles. La mística que poseen, inspirada en la filosofía de Fe y Alegría se nota en la inventiva de los maestros. Siempre hay algún juego educativo, estrategia pedagógica, alguna actividad escolar que los ayude a aprender en medio de las dificultades.

Al subir a la segunda planta, vimos que habían llevado las estanterías de la sala común a la planta de arriba, por unas escaleras estrechas y no demasiado seguras, llenándolas de libros de texto y consulta para que estén mucho más cerca de las aulas, a la mano de los niños.
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Vimos el papel protagónico de las niñas en la patrulla escolar así como la costumbre de cantar el himno del estado Aragua al salir de clases. Costumbres cívicas que muchas veces creemos perdidas, están bien sembradas en esta escuelita, un oasis educativo en medio de la invasión Juana La Avanzadora, con calles de tierra, postes eléctricos improvisados y casas improvisadas con latón y madera.

Avanza la construcción de los baños nuevos, así como el nuevo comedor, con aportes desde Fe y Alegría, otros conseguidos por la directiva de la escuela y más colaboración de la Cámara de Comercio de Maracay.

Hay que decirlo, no estuvimos exentos de dificultades, como unas caraotas que pasaron dos días llevando fuego con leña pero que no se ablandaron sino después del mediodía o los niños que no fueron porque no tienen zapatos, uniformes o desayuno. O las historias de mamás y papás que emigran, dejando a sus hijos con abuelas, tías e incluso vecinas.

Pero en nuestro balance, hay más esperanzas y sueños que tristezas o molestias.
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Desde todas partes del mundo, desde el barrio y de nuestros voluntarios, seguimos acumulando buenas noticias. Esto solo es posible por el trabajo arduo y amoroso de Aruska Hernández en logística y organización, compras y cocina, así como el voluntariado de tanta gente bella como Milipza Meneses y su novio Orlando, Enrique Garcia, Araibel Muñoz, Carmen Muñoz, Carmencita Rodriguez, Jesus Chuchin Loreto, Carlos Contreras; Mariangel Gómez, María Alejandra Gómez y muchísimos más que portan, difunden, comparten, colaboran y apoyan a Invítalo a comer.

28 mayo 2019

Adiós, zapatico cochinito, en Invítalo a comer

Todo empezó con un tuit de @alexval diciendo que tenía como dos años que no se compraba zapatos nuevos. Y el ofrecimiento amable de Amanda Rezende, una venezolana en Nueva York, de comprárselos. Y entonces inició la magia,co un gesto generosa de total desprendimiento.

Alex -a quien conocí en Valencia hace muchísimo, cuando éramos blogueros frenéticos y mantenemos contacto por Twitter- le dijo que mucho mejor sería comprarle ese par a uno de los niños que ayudábamos con "InvítaloAComer". Amanda aceptó el reto, me contactó, leyó sobre lo que hacíamos y se contagió de las sonrisas de los niños de "la escuela más bonita del mundo" junto a su esposo y su mamá.

Así el primer par se convirtió en dos, se multiplicaron en cuatro y llegaron hasta una docena. El corazón y los ojos se me salían con cada mensaje diciéndome que habían comprado más, que 6, 8, ¡12 niños! de San Vicente iban a estrenar zapatos nuevos. En marzo les habíamos podido cambiar los súper dañados zapatos de varios por unos usados en buen estado gracias a donaciones recolectadas por Silvia Garcia, causando alegrías y alivio.

Ahora eran seis niñas y seis niños a quienes les daríamos una alegría escasa en la comunidad Juana La Avanzadora, una invasión de viviendas de madera, zinc y latón, sin asfaltado, donde se encuentra el oasis llamado UE Padre Juan José Zugarramurdi de Fe y Alegría, en el Viñedo II.

El difícil rol de elegir a quienes les probaríamos los zapatos se los dejamos a las maestras de sexto, quinto y cuarto grado, quienes nos enviarían a los 12 con mayores necesidades. Unas segundas madres quienes los conocen mejor, los aconsejan y los forman.

Solo elegí a una, la niña que verán en ropa civil y unas muy gastadas sandalias, que había faltado ese día a clases porque su mamá no había podido lavarle el uniforme por falta de jabón y agua en la comunidad.

Bajaron de sus aulas sin saber qué esperar, frente a la puerta de la dirección le decíamos que habían sido seleccionado para una vacuna inyectada. Sus sus rostros pasaban del miedo nervioso por la inesperada medida médica a una alegría sorpresiva, que los dejaba sin palabras, abrazándonos con ternura.

Estaban tan emocionados que hubo que explicarles que la idea era que se los llevaran puestos. Que debían explicarle a sus mamás que se los habían dado en la escuela. Que explicaran su origen. Salían agradecidos y alegres, las maestras y sus compañeros les gritaban: "eeeeeeeso" y los abrazaban, felicitándolos. Tener algo nuevo es realmente poco común. En la escuela regalamos decenas de cepillos dentales a niños de 5to y 6to grados que siempre lo habían compartido con su mamá.

Un poco más difícil fue ver el rostro de niñas y niños a quienes los zapatos les apretaban o les quedaban demasiado grandes. Y eso que hacíamos concesiones para el crecimiento. Se quedaban viendo los zapatos, preguntando si volveríamos pronto con más. Otros más nos preguntaron luego si no habían quedado uno para él o ella. Niños siendo niños, pero a quienes les tuvimos que tratar de responder con la mayor amabilidad y comprensión que cada vez lográbamos ayudar a unos, tratando de abarcarlos a todos.

Hubo un compromiso colectivo: los zapatos son para ir a la escuela, jamás para dejarlos en casa. Y los compañeros estarían vigilantes.
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21 mayo 2019

Perrocalientes "con aliños", así complacimos a los niños de Invítalo a comer en San Vicente

Después de complacer la petición de las mamás de servirles pollo guisado con ensalada, que los niños se comieron con un gusto enorme, queríamos ahora dibujarles una sonrisa gigante mientras combatimos la deserción escolar y la desnutrición. Así que el 29 de abril les llevamos perros calientes de salchicha de pollo con ensalada rayada y papelón con limón a los 300 niños de la UE Padre Juan José Zugarramurdi II de San Vicente, al sur de Maracay.
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Junto a Milipza Meneses y su novio Orlando, Araibel Muñoz, Diomar Castellanos, Enrique Garcia, bajo el liderazgo de Aruska Hernández y el amor de la señora Carmen, de las mamás colaboradoras, llenamos las caritas de salsa rosada y sorpresa porque habíamos hecho caso de sus deseos.
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"¡Perro caliente, trajeron perrocalientes!", decían los niños que se asomaban a la puerta de la cocina para saber qué habíamos traído con "Invítalo a comer" en esta ocasión.
Los más pequeñitos requirieron aydua de nosotros y las maestras para poder comerse el perro que lucía inmenso y difícil ante ellos, los más grandes se reían porque "el perrocaliente tiene aliños" para referirse a la ensalada rayada que les pusimos a todos, con el requisito de comérselo completo.
Vimos a niños que se comieron primero la salchicha, otros que la dejaron de último y siempre el recuerdo agridulce: "no recuerdo cuándo fue la última vez que me comí uno", contaron los más grandes.
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Recuerdo cuando se cobró la primera beca de los cuatro estudiantes que salieron de la escuelita de Fe y Alegría a liceos públicos en San Vicente. Además de comprarles útiles y ropa interior las mamás contaban que pidieron comerse un raspado o un perrocaliente.

Una de las becas se acercó con su hermana, de 15 años, a punto de graduarse y con una bebé pequeña. Ninguna de las dos había desayunado. Devoraron dos perrocalientes con devoción.
Pero lo más emocionante fue recibir los boltines de notas de nuestros becados, ubicados entre el décimo y cuarto puesto de su salón. Parece que las pizzas educativas, el pabellón maternal y el pollo adorado están dando resultados. Las mamas orgullosas aspiran a más: "ya le dije que tiene que ser el primero", dijo la mamá de Jorge, quien acaba de traer al mundo a sus morochos, séptimo y octavo hijos de la familia.

Lo menos agradable fue saber que el turno de la tarde está a punto de desaparecer. Los niños van ahora casi todos en la mañana porque las maestras no pueden trasladarse.

Ayúdanos a seguir ayudando a estos chamos. Tenemos paypal.me/invitaloacomer, recibimos también BTC en Localbitcoins, Zelle, alimentos, ropa, calzado y juguetes (estamos preparando los combos del Día del Niño).

01 mayo 2019

Invítalo a comer: Niños que comen ensalada (con gusto) y estrenan zapatos usados

Tenemos puntería con las fechas, sin planificarlas. El 10 de abril volvimos a la escuela más bonita del mundo para esta vez complacer a las mamás procesadoras. Hicimos yuca con pollo esmechado en salsa de tomate y ensalada rallada a petición de ellas, quienes nos dijeron que los niños de la comunidad Juana La Avanzadora tienen mucho tiempo sin comer así en lugar de arroz solo.
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Los obstáculos también tienen buena puntería, lo que nos reta a cumplir con nuestros chamos de la UE Padre Juan José Zugarramurdi II en El Viñedo, en el barrio San Vicente de Maracay. Falta de gas doméstico, uso de leña para cocinar y retrasos propios de las vicisitudes diarias de las familias nos pusieron a correr para entregar la comida a tiempo.

Y los niños siempre nos sorprenden. Después de comer, tomar su jugo natural y hasta su galleta de postre (¡gracias, Karla Alzuro, mira todo lo que hemos hecho con tu envío!), me gusta esperarlos afuera para preguntarles qué les pareció la comida, como si la boca llena de jugo y la cara sonriente no bastara.
  • ¿Qué comiste?
  • Ensalada y yuca
  • ¿¡Y el pollo!?
  • Ah, también, estaba rico
Las mamás luego explicaron que los niños no reconocían el pollo porque pocas veces lo comen... por lo que algunos no conocen bien su sabor... Aunque los chamos adoraron comer zanahoria y repollo con mayonesa casera, era lo que más recordaban, es inevitable tener el corazón arrugado por la anecdóta maternal.
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Ese día llevamos a un reportero de El Periodiquito, que resultó ser mi exalumno Yirvis Vásquez, a quien le di clases de periodismo en la UBA. Conoció el candor y la alegría de los niños, sus frecuentes abrazos, sus zapatos heredados de primos, hermanas y madres, los cepillos dentales que por primera vez tenían, la alegría de vernos y su curiosidad gigantesca. Quiere volver, ahora con sus amigos animadores, para alegrar a los pequeños.

Ese día también donamos un fogón ecológico, antiquemaduras, gracias a una alianza con un empresario local, amigo de Diomar Castellanos, quien también tiene la idea de hacer baños secos de permacultura en el lugar.

La jornada fue familiar, porque nos acompañó mi cuñada Veruska, mi suegra Carmen Muñoz y Araibel Muñoz, tía de Aruska Hernández, jefa de logística de Invítalo a comer. De nuevo Luis Cataño fue el más querido por los niños, al encargarse de servir los jugos y Enrique Garcia animándolos, haciendo fotografía y acompañamiento. Un equipo engranado que hace posible esta labor desde septiembre de 2017.
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Nos quedamos hasta el turno de la tarde para que las donaciones de ropa y zapatos que nos consiguieron muchas personas, incluida Yumaira Muzaly llegaran por igual a los más necesitados. Lo que implica observar y elegir, medir zapatos y preguntar tallas, verlos ansiosos porque les sirvan, alegres cuando se los llevan puestos y corriendo para estrenarlos en el patio.

Ese día unos niños me pidieron además intervenir en una discusión. Habían hecho una obra de teatro en que una pareja de alumnos hizo de esposos, por lo que los fastidiaban con que eran novios. "¿Verdad que eso no tiene nada que ver?", me preguntó una niña. "Él me quiso robar un beso", inquirió otra en un tono que ya parecía preocupante. "Bueno, tú no eres un ocumo a pesar que representaste uno en el Día de la Alimentación", dije a uno. "Y tú no eres una oveja a pesar que te disfrazaste como una para el acto de Navidad", tercié con otro. Risas y se apaciguaron, momentáneamente, pero el tema de la sexualidad ya se asoma prematuramente entre los chamos de 5to grado.

Así que debemos prepararnos, porque no solo de pan vive el hombre, la mujer ni los niños.


¿Quieres ayudarnos? Tenemos una cuenta en Paypal.me/invitaloacomer.

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08 abril 2019

Pediatría para una dieta diaria de 300 niños en Maracay

Sólo ocho días de clases tuvieron los niños de Venezuela durante marzo. Al menos en los colegios públicos, entre apagones y órdenes ministeriales. Al cierre de la única semana completa de clases, el sábado 23 de marzo, llevamos a ocho médicos a la UE Padre Juan José Zugarramurdi II de El Viñedo para una evaluación médica completa de nuestros 300 niños de "Invítalo a comer", a quienes llevamos almuerzos desde septiembre de 2017.
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Gracias al trabajo coordinado de Médicos Unidos, Alimenta La Solidaridad y José Ramón Arias, no sólo atendimos a los niños de la escuela sino también a sus hermanitos pequeños en una mañana en que mi admiración por los médicos se hizo aún más grande. Siempre consideré esta profesión como una especie de extraordinaria unión de conocimiento técnico-científico y humanismo, pero verlos trabajar durante toda la mañana y el mediodía, sin parar para ir al baño o comer, fue realmente una experiencia.

Así que se hicieron historias médicas de cada bebé y niño, se pesaron, midieron y examinaron, para establecer una base de datos específica que permita establecer no sólo grados de desnutrición, subnutrición y malnutrición, retraso de crecimiento y otras dolencias asociadas, sino también patologías que podrían ser consultadas luego en clínicas de forma gratuita.

Ese mismo día se dieron recetas y diagnósticos que habían sido de otra forma inaccesible para muchas de las familias en extrema pobreza que habitan en la comunidad Juana La Avanzadora, al final de San Vicente y donde se ubica la "escuela más bonita del mundo".

Cada niño además se llevaba su merienda, gracias al envío de Karla Alzuro, el apoyo de Good Vibes Venezuela por Rosa Paroczi y de tantos donantes por todo el mundo. Además, el voluntariado impecable, alegre y dispuestos de Carlos Contreras, Andrés Mogollón, Gómez y Gómez, bajo el liderazgo de Aruska Hernández. Además de todo el equipo de Invítalo a comer, completado por Diomar, Enrique García y Luis Cataño.

¿Y cuál es el objetivo final? Diseñar un menú de dos comidas diarias, su presupuesto y presentarlo a posibles donantes bajo la filosofía de Alimenta La Solidaridad: rotación de madres colaboradora, ingesta de proteína diaria para desarrollo cerebral e integral, mínimo de 500 calorias por cada niño y diseño de menú semanal.

Nos interrumpieron pero ya estamos listos para volver, empezar nuestros almuerzos semanales y seguir esta metodología para establecer un comedor diario. ¡Es posible!

Puedes ver varias fotos aquí: https://www.instagram.com/p/BvX0711HeZ_/

21 marzo 2019

Todo está iluminado: lo más bello para los más pobres

El jueves 7 de marzo fuimos a "la escuela más bonita del mundo" a llevar alimentos y alegría. Volvimos a recurrir a las madres colaboradoras para hacer un inmenso almuerzo de pasta con salsa de carne molida ¡y ahora sí las tajadas! que brindara porciones mucho más grandes a los niños.
Nadie sospechaba que desde esa misma tarde pasaríamos 60 horas sin luz y casi una semana sin agua en Maracay. En la UE Padre Juan José Zugarramurdi II de San Vicente, como en el resto del país, fue un día normal. Alegres por la jornada de alimentos, los niños de primer grado tenían una exposición sobre los animales en peligro de extinción, en la que me coleé emocionado para escucharlos habalr de tortugas, tigres y aves.
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Gracias a la colaboración de muchísima gente dentro del país, ese día pudimos entregar personalmente franelas, pantalones, uniformes y zapatos para los niños más vulnerables. "Yo también necesito", nos dijeron unos pocos más osados. Y es cierto, por eso vamos entregando a quienes parecen más urgentes. Eso incluía a una niña de 2do grado, hija de una las señoras de limpieza, que ese día se había quedado fuera del salón por no tener zapatos.
Sueño con cumplir la frase de Sergio Fajardo: "lo más bello para los más pobres". Por ahora en sus ojos vemos la fascinación de obtener donaciones de segunda mano que los ayudan mucho. "Ya no voy a tener que traer esta franela que no me queda", dijo otro niño que ya no podía meterla por su pantalón.
Todos quieren, todos necesitan. Pero también hay cosas para todos: desde las nutritivas galletas que nos envió Karla Alzuro hasta el nuevo tablero y piezas de ajedrez que entusiasmaron a los alumnos del profesor Jesús, que retomarán su club. Y está lo inmenso, lo intangible: la sonrisa, la esperanza, el cariño.
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Los abrazos son para todos, para Diomar Castellanos, Luis Cataño, Enrique Garcia y Aruska Hernández, quien manda en la cocina y pone orden con amor. "Casi todos repitieron", nos cuenta sobre los niños que pudieron comer hasta saciarse. También hubo besitos y cariño para Alejandro Ledezma y su esposa Reina.
Ahora que hemos incrementado la frecuencia de las visitas, en nuestra vía a
asistir semanalmente, también nos quedamos para el turno de la tarde. Son unos 75 niños, más vulnerables que los de la tarde. Para ellos también hay ropa, galletas, ganas de escucharlos decir qué quieren ser cuando sean grandes y chistes. "¿Qué se pone Superman antes de salir?", les pregunto. "Su-perfume" les arranca risotadas.
Todo está iluminado en esa escuela, la más bonita del mundo, en El Viñedo de San Vicente. Porque los sueños están intactos.
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¿Quieres ayudarnos a seguir brindándoles almuerzos estos 300 niños del futuro?
Tenemos un crowdfunding aquí https://www.facebook.com/donate/376123683223900/378704802965788/, pero también https://paypal.me/invitaloacomer y cuenta Zelle(BofA).

28 febrero 2019

Corazones de pizza en la escuela más bonita del mundo

Una avalancha de bracitos, algunos con muñecas y peluches, montones de dienticos sonrientes y ojitos que saludaban eufóricos. A los nuevos voluntarios, Orlando, Mili y Emely los arroparon igual que a nosotros, con caritas de felicidad. "Les trajimos pizza". La emoción se multiplicó, si eso es posible. "Yo la he comido antes", me dijo uno de los niños. "En el cine", dice uno. "En la piscina", otro más. "Yo aquí", cuenta otro. Nos enseñan sus muñecas, sus peluches que llevan a la escuela. Hemos llegado a "la escuela más bonita del mundo".
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Aunque recordaban el pabellón criollo saboréandose, la pizza funcionó para volver muy pronto y cumplirles la petición, mientras les damos proteínas y una buena cantidad de calorías para combatir en un mismo bocado deserción escolar y escaso acceso a este tipo de alimentos. Jugo natural de durazno acompañó la comida, mientras ahora como un juego tratan de adivinar el sabor. "Melón, melón", me dijo una niña que la vez pasada no adivinó que era de piña.

225 niños de la mañana y 75 de la tarde, de 3 a 13 años, de preescolar hasta 6to grado junto a 30 docentes y personal administrativo y obrero conforman la UE Padre Juan José Zugarramurdi II de la invasión Juana La Avanzadora en El Viñedo, al final de la Zona Industrial de San Vicente, en Maracay. La señora Carmen, abuela de dos alumnos, es una dulce alma que junto con Aruska Hernández se encargan de la logística y voluntariado para servir la comida. Muchos van con un desayuno de yuca sola en sus envases de comida, pero siempre son sonrientes, escandalosos y alegres, lo que nos devuelve a casa con el alma desbordada de amor.
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Junto a la comida pudimos llevar la primera parte de la donación de ropa y zapatos que hemos recolectado con amigos de Maracay, que siempre son distribuidas por las maestras entre los niños más necesitados, aunque eso signifique siempre dejar por fuera a tantos más. Pero cada semana vamos recibiendo más ayudas para nuestros niños. Así que organiceremos con Diomar Castellanos, Luis Cataño y Enrique Garcia un evento público para recolectar mucho más y que conozcan a las maestras.

Conocimos a una mamá colaboradora, que nos ayudó a convencer a los niños que solidariamente tratan de llevarse un poquito de comida para sus mamás. Algunos lloran de veradd muy tristes. Otros tratan de esconderla par darle un bocado a sus familiares. "Cuando hacemos comida aquí también sucede". La señora es madre de un niño que sobrevivió a un cáncer infantil de oído (y le dimos doble ración de pizza) y uno con hipoglicemia, así como otros dos, por lo que le toca hacer milagros económicos. "Mi esposo es el único que trabaja, gana 4.500 bolívares semanales (1,5 dólares) pero un arroz por aquí ya vale 3 mil, imagínese".

Este 20 de febrero, justo cuando se presentó el Plan País en Maracay, nos quedamos hasta la 1:30 de la tarde para darle más tiempo y cariño a los de la tarde, que nos cuentan mamás y maestras que son más vulnerables. Además de la ración de pizza -que les dimos a repetir- la gente de Demaciao nos dieron 35 donas que repartimos por los salones cuando ya habían vuelto a clases. Sus ojitos desorbitados y sorprendidos eran más dulce que este postre sorpresa.
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"Gracias, la pizza estaba rica" o el abrazo silente pero sonriente de cada par de bracitos alegres, de ojitos esperanzados y de dienticos eufóricos nos entusiasma pero nos compromete. Son niños que quieren ser chóferes, jugadores de fútbol, ingenieros civiles, médicos, veterinarias. Queremos hacer muchísimo más, primero llevar la comida semanalmente, por lo que ya obtuvimos el respaldo de Médicos Unidos de Aragua para hacer un diagnóstico preciso de desnutrición y crecimiento para junto a Alimenta tu solidaridad crear un comedor que sirva desayuno y almuerzo todos los días en nuestra querida escuela.

Nos puedes apoyar enviando donaciones a http://www.paypal.me/invitaloacomer, tenemos BofA, Zelle, recibimos bitcoins y bolívares pero también insumos: proteínas, verduras y hortalizas, productos de aseo e higiene personal, materiales de construcción o útiles escolares. Por cada dólar entregamos tres almuerzos para niños.
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31 octubre 2018

Las pizzas educativas, los alegres becados

La idea de "Invítalo a comer" es hacer tejido social. Empieza por un trozo de pizza, una pieza de pollo o un bollito navideño, continúa con el abrazo de los niños, escuchar e a los maestros, reconocer el esfuerzo de los padres y la solidaridad del voluntariado. Hay también la construcción de una ludoteca, iniciar un huerto escolar, levantar los tableros de basquet, reparar una cocina. Está el ejemplo que dan los adultos a los pequeños: no es regalo, es el compromiso de asistir, estudiar y ser mejores personas. Por eso las paredes de las aulas están llenas de nuevas carteleras sobre la tolerancia, la conviencia, la naturaleza, los derechos de los niños, el compartir. Pero hay más cosas, menos visibles en las fotografías que dan testimonio de lo que se hace desde septiembre de 2017.

Son los empleados de los restaurantes que entre muchas dificultades asisten tres o cuatro horas antes a sus sitios de trabajo para entregarnos la comida a las 9 de la mañana. Y no sólo lo hacen diligentemente, sino con alegría y siempre despidiéndose todos juntos como grupo cuando nos vamos. Son alas de mariposa que desatan el vendaval de risas infantiles a varios kilómetros más allá. Son los proveedores de ese local, los productores agrícolas, los transportistas, las distribuidoras. También los que fabrican, venden y despachan servilletas, vasos, cajas de cartón, uniformes, aceite comestible, gas doméstico, delantales, gorras y refrigeradores. Un pedido para 300 niños y niñas puede no hacer un gran impacto, pero llevamos 14 jornadas.

Y seguimos creciendo. Este 22 de octubre, mientras voluntarios nuevos como Adelso, Vanessa Victoria Novoa y Ender Díaz (esposo de Carmencita Rodriguez) se unían a distribuir pizzas y jugos naturales junto al equipazo conformado por Luis Cataño, Andrés Mogollón, Mariangel Gómez y María Alejandra Gómez, liderados por Aruska Hernández. Diomar y yo tuvimos una misión tan alegre como difícil. Entregar las primeras cuatro becas "Invítalo a soñar" a igual número de niños egresados de sexto grado. Nos sentamos con las cuatro madres comprometidas y sus hijos: Luz Mar, Nazareth, Jorge y Johnathan para explicarles los términos y condiciones de la ayuda económica. Felicitarlas porque sabemos que el éxito de cada niñas y niño, el mejor de la clase, el más colaborador, la más soñadora y la que es buena en el aula y en el deporte, están familias que hacen lo indecible en algunos casos.

En los salones la súper mamá Carmencita y su bebé de 9 meses, Simón, acompañaban a los niños con sus lecciones de yoga para niños, su sapiencia maternal y la simpatía de a quien llamo "el activista más pequeño del mundo". "¡Simón, Simón, Simón!" lo llamaban los niños que lo habían conocido seis meses antes. "¿Y si les damos una clase de yoga a las maestras?", surgió como idea que ya va creciendo sola. Cada almuerzo implicaba escuchar a los niños, alegres por vernos de nuevo, espontáneos y traviesos, aplicados y ruidosos, mordiendo la pizza y la vida, ansiosos de contarte cómo fueron sus vacaciones.

Un esposo muerto. Otro en la cárcel. Uno que nunca más apareció. Y en todos los casos, seis hermanos. Sólo un papá en casa, la única mamá con un celular y una cuenta bancaria a su nombre, con menos hijos. Es el niño con mejores notas. Antes de eso, los becados fueron a ayudar a los voluntarios. Alegres, en franca celebración, ayudaron a dar los trozos de pizza. Tratando de multiplicar el por favor y el gracias en niños siempre dulces, atentos, educados.

"El problema es la violencia", nos dicen varias maestras. Lo académico no es el mayor reto, consideran. Las relaciones interpersonales, los golpes a flor de piel, el insulto fácil, allí hay toda una lucha. Es una lucha en el entorno contra el entorno salvaje por donde se le mire. Las calles de la invasión Juana La Avanzadora de San Vicente , donde está "la escuela más bonita del mundo", están erosionadas por las potentes lluvias que han azotado a Venezuela a destiempo. Hay una quebrada cerca, y aunque quedan algunos árboles muy altos, debajo de los cuales se levantan los ranchos de zinc y cartón, es un descampado de calles de tierra, donde las escorrentías arrastran lodo con piedras y dañan el camino. Entrar requirió que manejásemos los carros mucho más lentamente para evitar los huecos.

Becados y madres estaban atónitos viendo mi celular. Las cuatro madrinas, regadas por el mundo, les habían enviado vídeos dándoles ánimos, cariño y esperanza. Les mandan besos, abrazos y deseos de sueños cumplidos. "Pónlo otra vez", me piden primero ellas y luego ellos, que también graban los suyos de respuesta. Primero las ven, luego sólo quieren escuchar y acercan el oído. Otra vez, para repasar. "¿Y con qué teléfono les escribimos?". Nosotros también pegamos el oído a sus corazones, para escuchar y los vemos de nuevo. Ahora son distintos, más grandes, encontramos parecidos en sus mamás. Una de ellas con una condición de salud muy delicada que heredó su chamo.

"Esto es para que terminen el liceo, luego vayan a un tecnológico o una universidad, incluso abran su primer negocio, es hasta dónde quieran llegar", les dice Diomar Castellanos. Esto es con todos. Hoy también les hemos dado un combo de borrador, sacapuntas, colores y lápices desde primer hasta sexto grado. Y a los cuatro becarios. Sus mamás recibirán el equivalente a 20 dólares para empezar más 10 dólares mensuales. "Gracias por todo". Uno de los niños va a llegar tarde hoy al liceo. Tiene lista una exposición, pero a falta de papel bond, hicieron las láminas en la caja del CLAP. "Ahora sí tendrán para el papel", digo torpemente. No tengo las respuestas, pero quiero seguir escuchando. Ese día no repartí pizza.
 
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