Política y memoria (amnesia) histórica. Yo me acuerdo, cuándo hace poco -que parece tanto- se peleaban unos y otros por aquello del 2012, del 2021, del 2030 y hasta un ex fiscal decía 2000siempre, ¡vaya, parece que fue ayer! Son recuerdos que resuenan con un eco fantasmal de un pasado que no volverá, por allá, por los lares de los 10 millones de votos, los Círculos Bolivarianos, Súmate y la Coordinadora Democrática.
Es que la moda es algo imponente, lo que se lleva este verano, se lo llevan las lluvias que nos vuelven a agarrar desprevenidos, con huecos que se reparan electoralmente y ciudades nubladas de un poco de señores que son el propio picaflor y palo de agua, a todos nos quieren conquistar, pero sólo aparecen cuándo necesitan algo. Son testigos estrellas, van y vienen con la marea.
Los políticos son como los hermanos que uno nunca quiere, el que no estudió, el drogadicto, el que se casó con aquella mala mujer. Uno sabe que ellos pueden aparecer en un cumpleaños del chamito, rascarse y pelear con la mujer, agarrar lujuriosamente la anatomía privada a alguna amiga tuya o pedirte prestado de nuevo. Uno les quiere quitar el habla, pero ¿cómo se hace si son familia?
Retumban tambores de guerra y uno se acuerda, alláaaaaaa hace tantos años, cuándo todos éramos adecos, copeyanos o no-me-jodas, y los izquierdistas se peleaban porque los tenían embromados, Petkoff ya era loco, los gobernadores no eran famosos y ningún alcalde salía en la televisión. Eso es ahora, que el marketing político hace que la gente se sienta morenita de ultra derecha, catira oxigenada antiimperialista, empresario bolivariano y obrero escuálido. Es que hay de todo en este país de mezclas.
Nadie le paraba a El Ché, ahora le tienen arrechera; uno ni le interesaba lo que era el socialismo o capitalismo si no era para una prueba de Historia Universal en el liceo, y ahora sabemos de todo: dónde queda Irán e Irak, quién es Marulanda y Piedad Córdoba, que Taiwán y Tibet son un rollo allí Made in China, y hasta una cartilla bolivariana: endógeno, comunal, mediático. Que no digan que no se ha educado al pueblo. Muerto en Choroní luego fue un éxito, y ahora la gente es de colores, rojos o azules, como una pandilla californiana.
Claro, use la memoria, porque lo que ahorita es semerendo titular, mañana está más vencido que la Universidad en Miraflores, y el cambio de nombre por los niños de la calle. Es que como las modas, todo vuelve, pero todo se pierde: Telesur, RCTV, los militares de Altamira, el paro petrolero, las misiones educativas y los atentados al Líder Único. Allá atrás quedó el Si y No de la Reforma, la candidatura del Conde y el outsider, y la pelea porque Supermán está en el CNE.
Claro, algunos se acuerdan y andan pendientes con sus columnas, pero esos tipos no marcan el último alarido de la moda. No cantan reggeaton, no usan moco de gorila, no usan myspace, no quieren una Mac, no saben nada de la vida, y quieren gobernar un país que tira sin condón, se pone las tetas y agarra puente. Todo pasará como el Guaire saneado donde el tipo se bañaría con Aristóbulo que le dijo que se fumara una lumpia, o Arias Cárdenas en la ONU luego de decirle loco asesino. ¿Cuál memoria histórica? ¡Pásame la botella!
Todo es tan fashion y momentáneo, que usted quizás no lo recuerda, pero él sólo está esperando que se encienda otro rollo para volver a soltar al Chupacabras, y olvidarse que aquí existe Asamblea Nacional, captahuellas, caso Danilo y cangrejo 11A. Quién sabe, quizás hasta se vuelvan a armar las mesas de negociaciones donde los dinosaurios de lado y lado se cayeron a golpes con recesos para comer.
Es que la moda es algo imponente, lo que se lleva este verano, se lo llevan las lluvias que nos vuelven a agarrar desprevenidos, con huecos que se reparan electoralmente y ciudades nubladas de un poco de señores que son el propio picaflor y palo de agua, a todos nos quieren conquistar, pero sólo aparecen cuándo necesitan algo. Son testigos estrellas, van y vienen con la marea.
Los políticos son como los hermanos que uno nunca quiere, el que no estudió, el drogadicto, el que se casó con aquella mala mujer. Uno sabe que ellos pueden aparecer en un cumpleaños del chamito, rascarse y pelear con la mujer, agarrar lujuriosamente la anatomía privada a alguna amiga tuya o pedirte prestado de nuevo. Uno les quiere quitar el habla, pero ¿cómo se hace si son familia?
Retumban tambores de guerra y uno se acuerda, alláaaaaaa hace tantos años, cuándo todos éramos adecos, copeyanos o no-me-jodas, y los izquierdistas se peleaban porque los tenían embromados, Petkoff ya era loco, los gobernadores no eran famosos y ningún alcalde salía en la televisión. Eso es ahora, que el marketing político hace que la gente se sienta morenita de ultra derecha, catira oxigenada antiimperialista, empresario bolivariano y obrero escuálido. Es que hay de todo en este país de mezclas.
Nadie le paraba a El Ché, ahora le tienen arrechera; uno ni le interesaba lo que era el socialismo o capitalismo si no era para una prueba de Historia Universal en el liceo, y ahora sabemos de todo: dónde queda Irán e Irak, quién es Marulanda y Piedad Córdoba, que Taiwán y Tibet son un rollo allí Made in China, y hasta una cartilla bolivariana: endógeno, comunal, mediático. Que no digan que no se ha educado al pueblo. Muerto en Choroní luego fue un éxito, y ahora la gente es de colores, rojos o azules, como una pandilla californiana.
Claro, use la memoria, porque lo que ahorita es semerendo titular, mañana está más vencido que la Universidad en Miraflores, y el cambio de nombre por los niños de la calle. Es que como las modas, todo vuelve, pero todo se pierde: Telesur, RCTV, los militares de Altamira, el paro petrolero, las misiones educativas y los atentados al Líder Único. Allá atrás quedó el Si y No de la Reforma, la candidatura del Conde y el outsider, y la pelea porque Supermán está en el CNE.
Claro, algunos se acuerdan y andan pendientes con sus columnas, pero esos tipos no marcan el último alarido de la moda. No cantan reggeaton, no usan moco de gorila, no usan myspace, no quieren una Mac, no saben nada de la vida, y quieren gobernar un país que tira sin condón, se pone las tetas y agarra puente. Todo pasará como el Guaire saneado donde el tipo se bañaría con Aristóbulo que le dijo que se fumara una lumpia, o Arias Cárdenas en la ONU luego de decirle loco asesino. ¿Cuál memoria histórica? ¡Pásame la botella!
Todo es tan fashion y momentáneo, que usted quizás no lo recuerda, pero él sólo está esperando que se encienda otro rollo para volver a soltar al Chupacabras, y olvidarse que aquí existe Asamblea Nacional, captahuellas, caso Danilo y cangrejo 11A. Quién sabe, quizás hasta se vuelvan a armar las mesas de negociaciones donde los dinosaurios de lado y lado se cayeron a golpes con recesos para comer.
Igual pasará con los Consejos Comunales y el Currículo Bolivariano. Ahorita es candela, mañana agua bajo el río. Fíjense que un solo fastidio con el 2013 y la reelección indefinida, y ahora todo es el PSUV y los candidatos. ¿Quién adivina la próxima moda?
