20 abril 2017

Todo lo que nos falta, lo que está pendiente

Subido al rinoceronte un joven despojado de ropa y vestido de osadía, mientras el rey envejecido sigue desnudo, escondido para disimular. Poemas, canciones y libros surgirán de lo aprendido: vestigio grupal de lo que nunca debió pasar y de lo que queremos para compartir La pasión tiene que encaminarse, como al escribir: no dejarse llevar por ella en el momento y revivirla cuando se necesita con una meta La lucha no es sólo para voltear, cambia o arrasar, es para que nos escuchemos y contribuyamos en el mejor destino posible que viviremos. Los aportes, distintos y diversos, contrarios o complementarios, no excluyentes entre sí, como la geografía, la gastronomía, los acentos. De las tareas pendientes: entender la venezolanidad como identidad completa con contradicciones. Quienes somos, qué queremos como amplitud. La sobrada potencialidad, cosas que no nos gustan, defectos que creemos ajenos, virtudes que vemos sólo afuera, hay que meterlos en el mapa ¿Cómo queremos que sea nuestro destino en 5 años, o en 25? ¿Cómo invitaremos a propios y extraños a volver, a venir por primera vez? El paraíso está en las decisiones, en las objeciones que se encuentran, en esos proyectos buenísimos desoídos que finalmente se cumplen Todos los días, cambiando el mundo, desde lo pequeño aspirando a mucho. Mañana puedes ser diputada, empresario, atleta olímpico, ingeniero. Que se vengan todos: pintores, matemáticos, filósofos, skaters, biólogos, mecánicos, a opinar sobre lo mucho y lo poco, a re-conocernos. Aquí estamos, en la vida, lo que impulsa a mejorar, a trascender, a compartir. Venga un abrazo, ya agotados de la distancia y el prejuicio.


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