28 mayo 2025

Power thrash progresivo gringo, metal alternativo/avantgarde/pop rap finés, folk metal venezolano de espantos (Falcón/Argentina), sludge progresivo sueco, black melódico finlandés, deathrock de LA

1. Endless Ark (2025) de Petrified Giant: debut, después de un EP y dos singles, de esta rara banda de metal progresivo que combina el sonido y filosofía del thrash técnico alemán y el power metal de Estados Unidos en su propuesta, con algunas voces que pueden sonar entre thrash (con algunos shrieks) y epic doom, que los hace particulares.

Pero además, son grandes instrumentistas, entonces hay un gran trabajo en hacer dobles armonías con guitarras y voces en shrieks, limpias y semi gruñidas, contrapuntos y contratiempos que recuerdan a Voivod, añadiendo cambios en el sonido de las guitarras y formas en que entran y salen, intercalando riffs que podrían ser de Testament (con voces a lo Demonical) con solos, arpegios y efectos que hacen que suenen en capas superpuestas. 

El baterista es excepcional. 4,2 de 5. Lamentablemente el sonido es algo opaco y encajonado, además que a veces parece demasiado parecidos a los thrasheros de California en versión progresiva. Es un power trío con músicos de Australia y Estados Unidos. Es una banda de outsiders, un Youtuber de música, un frecuente integrante de proyectos internacionales de estudio y un ingeniero de sonido que hace webcomics.

2. Nations’ Neurosis (2025) de Waltari. Confieso que no entiendo mucho a esta banda aunque el papel debería gustarme: son alternativos, progresivos, rarísimos y de Finlandia. 

En este caso, un disco de metal alternativo y avant-garde, que recuerda a una especie de Faith No More escandinavo, le temen pop rap, eurodance, rap rock e industrial. Quizás lo que me confunde es que parecen hacerlo con seriedad, no es la sátira de Trollfest o Nanowar Of Steel, por ejemplo. O sí, pero apenas se entiende. 2,3 de 5. La música es decente (Sami Yli-Sirniö, de Barren Earth y Kreator está en las guitarras), la voz es terrible. 

3. Pombero (2025) de Haitón del Guarataro: un proyecto musical venezolano, residenciado en Buenos Aires, que después de escribir sobre leyendas llaneras de Venezuela, como El Silbón, le dedica ahora un disco corto, sobre una leyenda paraguaya, un duende o espanto de la cultura guaraní en clave de death/black/doom como dice su Bandcamp. El nombre de la banda corresponde a un sistema de cuevas en la Sierra de San Luis en el estado Falcón, Venezuela.

El sonido es bastante regular, y se nota que es una especie de ópera metal muy básica, algo fragmentada, basada en juntar instrumentos con intención conceptual pero sin demasiada técnica. Es bueno en general, aunque las ideas parecen seguir crudas y no ensayadas con una banda completa. 2,8 de 5. 

4. Eye to Windward (2025) de Gigafauna: refrescante sludge metal progresivo sueco, con buenas voces, guitarras increíbles que además de recordar formas complejas de groove, thrash y death progresivo, aparecen y desaparecen lateralmente gracias a la edición en estéreo, mientras las voces pasan de un gutural brutal a lo Opeth a una buena voz limpia sin aspavientos ni exageraciones, más parecida al heavy doom original. Aunque domina el metal progresivo, hay momentos más extremos o de interludios de bajo y guturales. Por momentos me recuerda a bandas de rock alternativo como QOTSA, por la riqueza de combinar sludge con progresivo. Me gustó mucho, 4,3 de 5. Su cantante/guitarrista es de Australia. 

5. Sacrosanct Demonopathy (2025) de Warmoon Lord: buen black metal melódico finlandés, porque a pesar de tener un muy buen sonido y producción cuidada, que permite que escuchemos los agudos shrieks y trémolos picking, el detalle minucioso de la batería, las melodías gélidas con arpegios y solos, también tiene ese sonido siniestro del género perverso escandinavo. Además, tiene una propuesta artística genial, con su portada, el nombre del disco y canciones, entre ocultista y fantasía de horror. 4,3 de 5.

6. Bleak Machinery (2025) de In Covert. Debut de esta rara banda de Los Angeles, ruidosa, punketosa y con una vocalización que entre lo gótico, lo emo y el post-punk originario, con un sonido que hace escarceos y coqueteos con el metal, a lo Chat Pile, combinando grunge, industrial y gótico, dándole más fuerza a esta último, como una versión más ochentosa de NIN. Según RYM es deathrock y shoegaze. Es bastante buena. Le daría un 3,7 de 5. 

7. Bleed (2025) de Bleed: vivan las bandas de los 90 y los nostálgicos como esta banda, que en su debut combina metal alternativo, nü-metal, post-hardcore, shoegaze y mucho grunge, e incluso algo de drum n bass, para revivir el espíritu que combinaba todo, desde la depresión al hip hop, del indie al heavy metal, de la electrónica al emo. Mismo baterista de Narrow Head, que publicó un discazo en 2024. Desde Dallas, Texas, combinan guitarras durísimas como Deftones y su voz onírica, con momentos más salvajes y punks, otros en que el emo rock es quien dicta las normas y otros en que hay una combinación más clara de elementos del metal alternativo. Hay un poco de todo en cada tema. Tienen a los hardcoreros británicos de Static Dress de invitados. 4,3 de 5. 

8. the world is still here and so are we (2025) de mclusky: Desde Cardiff, Reino Unido, un disco de muchos temas cortos, alrededor de dos minutos, que combinan la suciedad del noise rock y el garage con elementos del post-hardcore y el post-punk, sobre todo el último. Una vaina demasiado inglesa, pero también juguetona, de buen humor y guitarras realmente divertidas, sin dejar de ser estridentes, pueden combinarse con formas interesantes de surf rock y punk rock. 3,9 de 5.

9. GOLLIWOG (2025) de Billy Woods: el presunto mejor disco del año, según RYM para el 28 de mayo, no me suena ni cerca. El disco Ethiopes me pareció interesante pero no tantísimo.

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