Yankee de mierda, y otros cólicos presidenciales - Arrecho uno dice puras idioteces

Hay días en que a uno le pasa de todo. Como cuando uno siente que todos los problemas te vienen juntos. Te caga un pájaro, peleas con tu novia, te botan del trabajo y se te accidenta el carro cuando ibas tarde a un examen, y además, explota un rollo familiar que aún tenías esperanzas que se resolviera.

Cuando pasa eso, uno anda como arrecho por el mundo, cualquiera que te intente molestar, le sales con un cariño de Bruce Lee y lo mandas pal carajo 100 veces, que se vaya a lavar el paltó, que estás harto de su mierda. Algunos se ahogan en alcohol, se fuman una (hijo de) piedra, y si tienes muy buena memoria, masticas una hoja de coca, que por algún lado la tienes guardada.

La gente podría decir que estás loco y empiezas a analizarte. Si, es verdad. Quizás te estás metiendo en un peo que no es tuyo. Porque si cuando el vecino caliche le dañó el jardín al ecuatoriano de la esquina, saliste tú de camorrero a decir que esos coñoemadres sólo vienen aquí a joder y que no te ibas a dejar en tu casa, quedaste como un salío. Nada, plomo al hampa: tiras un peo líquido y se suspende el examen.

Cuando uno no tiene la razón, y anda arrecho, dice cualquier locura que se le ocurre: si yo me hubiese muerto no te estaría aquí reclamando. En ese momento nadie se ríe, pero luego te acuerdas y se te salen las lágrimas de las carcajadas. Para defenderte de un cague que te descubren, les sacas los trapos sucios al otro, porque nadie quiere quedar como el gran culpable, menos si se la tira del tipo arrecho, que se las sabe todas. La idea es enrollar tanto el asunto, que ya uno ni se acuerde cómo empezó la pelea.

En las discusiones, la gente se acuerda de cosas insólitas, así sea un video de enero del 2005 en que tu hermana descubre que armaste senda rumba en la casa el fin de semana que dijiste que te quedabas estudiando, para hacerse la loca cuando le dices que tú tenías un poco de rial que dejaste en la mesita de noche, y ya no están, y que los únicos que entraron en la casa fueron los amigos de ella, que insiste en defender como inocentes, culpándote que tú siempre le buscas defectos para que le formen peos.

Tremendo berrinche empieza a suceder, la gente se recuerda cosas viejísimas: infidelidades, golpes, gritos, insultos, malcriadeces, engaños, mentiras y demás bellos recuerdos familiares. Uno dice que el otro le tiene rabia porque es la pequeña pero alzada, y el otro que él trata que en la casa todo esté correcto y es el responsable. Si, tremendo responsable, te dice ella. Cállate, carajita, tú no sabes nada, replicas para darte importancia.

Cuando uno no tiene la razón, dice de todo, se mete en un peo que no es suyo, se abraza con malas juntas, y las defiende y si todo falla, manda todo para el gran recontrahipercoñísimo de su mierda, para que vean que si estás arrecho, eres capaz de cualquier cosa. Incluso hay quien busca una patota, para meter más miedo, y le recuerda a todos que él no se mete con nadie, pero si a las moscas, es pacífico pero calzao, becerro.

Todo por culpa de la maletica del gordo.

Canta con Mr. Garrison: chavista de mierda, chavista de mierda.

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