Así que con ritmos y sonoridades propios de la segunda generación de black metal escandinavo, se presentan crudos en ejecución pero con una calidad de sonido superior a la existente entonces. Junto a los riffs que bien pudieron haber compuesto Satyr o Ihsahn hay arreglos de bajo/batería más propios de Unleashed u Obituary.
Y eso va tejido con una estética envolvente de transiciones mediante extraordinarios cambios de ritmos mediante arreglos de batería, por lo que sus canciones pasan del blast beat al doom más lento, del black / death furioso al grindcore con beats punketos.
Hay una cohesión en la salvaje y violenta presentación de sus temas, que los hacen sonar tan apeteciblemente originales. Ejecutan de manera magistral las afiladas dobles armonías que llevan a repentinos ritmos vertiginosos, algo muy black metal con un desenfado para combinaciones que parecerían disímiles.
El quinteto se presenta entonces como innovadores en el black crust que, similarmente a como sucede con el brutal slam death, tiene dificultades para diferenciarse. La voz de Kate, que refleja la angustia de la existencia humana, combina perfectamente con este collage, exorbitante alquimia de música extrema que puede ser tan melódica como punitiva, llevándonos a desolados parajes con un sorprende cohesionado hilo narrativo llevado por las permanentes alteraciones rítmicas. Un logro que me recordó a lo que hizo Slayer al unir a punks y metaleros en sus audiencias.
Mis temas favoritos son “The Guilded Path”, el más homogéneo de los temas, el más sólido en la propuesta de un black metal alimentado de crust, y “Beyond the Pale”, un death metal de vieja escuela con riffs de tremolo picking, que lo hace sonar tan melódico como algo progresivo. Con un puente de golpes guitarra y platillos, parece el temas más experimental. El disco es devastador, punzante y agresivo, pero esta dureza es un medio en lugar de un fin, por lo que entregan una propuesta compacta, sólida, original.
Por eso hay que destacar especialmente el trabajo del baterista, quien es el sastre que une las distintas telas sónicas emanadas de las guitarras. Justin Ennis, quien tocó en Mutilation Rites y Tombs y ahora lo hace en Void Omnia, Ulthar y Ruine, parece central para la propuesta de Vale.
Puedes deleitarte con esta maldad aquí https://valeoakland.bandcamp.com/album/burden-of-sight
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