09 septiembre 2019

Howling Sycamore presenta su segundo disco experimentando entre el metal extremo y el heavy épico

El segundo disco de Howling Sycamore me dejó de nuevo sin palabras. Después de un primer disco donde retó el concepto de heavy metal, el de metal progresivo e incluso el de una banda que hace música extrema o no, al mezclar incluso un demencial saxofón barítono del mítico Burce Lamont (Yakuza) a la mezcla.
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Su extraordinario cantante, Jason McMaster (Watchtower), quien en el primer disco hizo vocales más cercanos al thrash metal de vieja escuela, se explaya en sus habilidades para darle un toque más místico y dramático con voces más al estilo del heavy/power, que puede recordar al finado Ronnie James Dio.

Si lo analizamos en teoría, esta banda no tendría porqué funcionario, porque está completada por Davide Tiso, la mente maestra detrás de la extinta Ephel Duath (black metal / jazz / avantgarde), en bajo y guirra y Hannes Grossman (Alkaloid, Bottled Science, Eternity´s End y muchos otros más).

En Seven Paths of Annihilation, un disco con temas en primera persona sobre la destrucción del yo en la búsqueda del autoconocimiento, lo que es coherente con el enfoque vocal, se escuchan composiciones que rompen con las estructuras, retando y halagando al oído, con temas que no tienen coros, incluso prescindiendo de riffs, para hacer largas -de más de seis minutos en cada uno de los 7 temas- elucubraciones desde la guitarra, dándole un máximo protagonismo a los solos y sin un núcleo sónico.

La calidad del sonido es altísima, lo que permite repasar el disco varias veces para impregnarse de ese viaje caledoiscopico, menos brutal que el primer disco aunque aún con un par de blastbeats en su penúltimo disco, así como enredarse en las atmósferas y capas creadas por Tiso.

Entre los invitados que repiten está el propio Lamont, quien en lugar de llenar el disco con demencial caos, ahora solo participa con dos solos en el último tema, "Sorcerer", donde también toca Otrebor (Botanist, donde ahora también toca Davide) para agregar el dulcimer, un instrumento percusivo con cuerdas que usa en su banda principal. El tema finaliza suavemente, con un finale de pianos.

El guitarrista Kevin Hufnagel (Byla, Dystrhytmia, Gorguts, Vaura) repite como invitado en un par de temas, mientras que debutan Fabian Vestod (baterista de Skinlab) y Matt Bladwinson, guitarrista de Dream Tröll (heavy/power), lo que ofrece un adelanto de la bizarra oscilación entre géneros épicos y extremos en que se sumergen sin comprometerse realmente con ninguno. Y para rematar, en el cuarto tema está de invitado Martin Friedman.

Lo escuchas aquí https://howlingsycamore.bandcamp.com/album/seven-pathways-to-annihilation

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