Post 100: Los modernos: ¿realeza rockera, japovenecos o suicidegirls tropicales?

Después de darnos cuenta que los japoneses son especialmente obsesivos con su propia cultura del animé, lo ancestral y lo fantasioso llegando a tener un estilo de música/visuales tan exclusivo y único como el Visual Kei, y entender que las SuicideGirls/GodsGirls responden a la necesidad humana de encontrarnos con nuestros iguales en un mundo tan globalizado por YouTube y las comunidades virtuales estilo MySpace, hemos ahondado en un nicho similar en nuestro propio país y nos hemos encontrado con los llamados "modernos".

Hijos de extranjeros o con tiempo vivido en países nórdicos, con fuertes lazos con su infancia (juguetes, comiquitas, héroes), ávidos de la lectura tanto como de la tecnología -antes consideraban Internet un privilegio de riquillos ahora el Ipod y el celular es común-, tempranamente sexuales, culturamelte ligados a los tatuajes, piercings, música rock y alternativa foránea, consumen altas dosis de alcohol y poseen un cofradía (tanto online como offline) en las que sólo personas como ellos pueden compartir sus fotos o tratarse de manera especial.Los modernos son calificados por quienes los conocen pero no pertenecen a su círculo como gente pacífica, muy cuidadores de su estética, con poder adquisitivo, separados de la anterior forma de actuar del movimiento rockero con violencia, descuido personal y poco efectivo. Algunos de ellos son músicos reconocidos en el under, otros están ligados al canal PumaTV y casi todos son estudiantes universitarios. Sin embargo, los acusan de ser un poco alienados.
Lejos de ser personas ligadas a la subcultura gótica asocial, los modernos trabajan, estudian, tienen lazos afectivos más o menos normales con sus familiares y tienen las manías y los gustos particulares de cualquier otro grupo social o tribu urbana. ¿Entonces qué tienen de especiales? Su altísimo sentimiento de pertenencia, su decisión a ser totalmente auténticos en lo que hacen (un tatuaje a los 16 años es definitivamente una señal de esto) y una actitud tan ligada a la estética que no podrían ser más venezolanos, aunque tienen una determinación que bien podríamos inyectarle a otros jóvenes y una decisión totalmente loable.

Muchos quieren ser como ellos y otros simplemente los ven con curiosidad e incluso morbo. Yo llegué a ellos con un perfil falso al que me permitieron acceder tan sólo por unas horas, porque como les dije anteriormente, su exclusividad llega incluso a no compartir sus fotos: algunas sensuales, otras muy personales juntos a sus amigos y una más razonable: nadie quiere sentirse el freak, la pieza de museo o ser fastidiado por wannabes o curiosos como yo.

Sin embargo, llama la atención como me dijo una buena amiga y lectora de este blog, que el término moderno puede ser inadecuado cuando teóricos e historiadores han apuntado el nacimiento del postmodernismo desde la caída del muro de Berlín, el final de las ideologías y las etiquetas sociales y la síntesis de las ideas. La globalización, el avance de los medios de comunicación y el avance de las tecnología de información producen un individuo global que es necesariamente postmoderno, unificado y convencional desde el punto de vista de la convención como norma aceptada universalmente. Estos postmodernos que hace rato que llegaron no traen nada nuevo como me decía mi lectora pero vale la destacar su existencia criolla y su particular idiosincracia por estar ubicados donde pega el sol 365 días del año. Además, ella me decía: ¿si yo soy como ellos y no me hago llamar moderna ni me hablo con ellos, soy una moderna?

Aquí, algunas "modernas" más que me bajé con un "permiso especial" de mi fuente. Juzguen ustedes: realeza rockera, japovenecos o suicidegirls tropicales. Todas ellas viviendo actualmente en Venezuela o con muchos años habiéndolo hecho aquí.

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