24 diciembre 2022

Lula regresa al poder en Brasil: ¿qué esperar en materia de migración, ambiente y política latinoamericana?

Después de unas elecciones presidenciales en que Bolsonaro repitió hasta el cansancio que había fraude electrónico, Lula Da Silva volverá al poder en Brasil después de una estancia también agitada en la oposición, incluyendo una temporada en la cárcel por el caso Odrebrecht. De su nuevo mandato se esperan varias cosas: un regreso del combate a la deforestación en la Amazonía después de un impulso a la ganadería y minería de parte de Bolsonaro, lo que importa mucho ahora que se acaba de realizar la COP27 con un nuevo impulso de financiamiento para los países que más sufren pérdidas por el Cambio Climático y que Lula dijo que está dispuesto a ser sede de una COP25 que el exmandatario rechazó en 2018.

Pero con el regreso del ex líder sindical también una nueva alianza política con Venezuela, Colombia, México y Argentina, en la llamada nueva marea rosa en Latinoamérica, con menos control político y menos vía libre para el mesianismo pero también marcada por una mayor polarización en medio de los retos de recuperación económica, una opinión pública enrarecida por la desinformación y la polarización, así como la desconfianza en la democracia y las instituciones.

Eso implica un giro también en posiciones internacionales, tanto en la ONU, Banco Mundial y FMI, y en el caso de Venezuela, podría llevar a darle eco a algunas narrativas políticas como las sanciones económicas de Estados Unidos como causa de la crisis interna o el éxodo masivo de 7 millones de personas, según la R4V de la ONU, que además señala que 330 mil venezolanos tienen a Brasil como hogar para noviembre de 2022. 

Ya Maduro designó al diplomático Manuel Vicente Vadell como nuevo embajador de Venezuela en Brasil, que también anunció que reanudaría las relaciones diplomáticas con Venezuela después de cuatro años, pero la internacionalista Elsa Cardozo y el embajador Milos Alcalay, quien prestó servicios diplomáticos en Brasil por tres años, consideran que ya no habrá una relación similar a la que hubo con Chávez por varias razones: la importancia del verdadero cuidado de la Amazonía y la lucha contra grupos irregulares como el ELN y las disidencias de las FARC que practican minería ilegal, la coalición más diversa que apoya a Lula en un país con más equilibrios institucionales que en Venezuela y la imagen internacional de Brasil. Aunque otros analistas ven un triunfo para Maduro, una nueva interlocución ante Estados Unidos y un impulso a la mejora económica de Venezuela que ya prevé la CEPAL con nuevos aliados que incluso podrían llevar al régimen de Maduro a reingresar a alianzas como Mercosur o la CAN.

Pero que, sin números tan grandes de migrantes y tratando de despolitizar el tema, no habrá cambios sustanciales en temas de migración (aunque comparto el temor que tenemos en Colombia sobre el espionaje y persecución con el regreso de diplomáticos y "funcionarios de carrera" a Brasil) pero también con la esperanza del regreso de servicios consulares para tramitar apostillas, pasaportes y otros documentos sin viajar a Venezuela.

Esto considerando lo que ha pasado con Colombia con la llegada de Gustavo Petro, que aunque ha dicho que quiere que Venezuela reingrese al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, también ha llevado a un foco comercial e ideológico en la reanudación de las relaciones diplomáticas, dándole énfasis a la atención consular a colombianos en Venezuela pero sin apuro en nombrar los 15 cónsules en Venezuela o recuperar la embajada de Venezuela en Bogotá, el cierre de la Gerencia de Fronteras pasando ese trabajo a la vicecancillería o la casi total omisión del tema migratorio por parte del presidente Petro. Por otro lado, no ayuda conocer las ideas de "desvenezolanizar" la migración, negar la presencia mayoritaria de venezolanos en el paso al Darién o la creación de nuevas oficinas para poner multas y sanciones en el Norte de Santander de parte del nuevo director de Migración Colombia, Fernando García Manosalva.

¿Y qué quiere hacer Lula?

Según una nota de CNN que habla sobre la "oposición feroz" que dará el bolsonarismo en medio de una alta polarización, pedidos de golpes de Estado y polarización, también se cuenta sobre los cambios de posición de los senadores de centro a favor de Lula, quien el 14 de diciembre tuiteó que una vez en el poder "vamos a invertir en educación, en el SUS (Sistema Universal de Salud), a reanudar Minha Casa Minha Vida (Proyecto de Apoyo a la Vivienda Comunitaria de Baja Renta). Cosas realmente importantes para el pueblo".

El 22 de diciembre Da Silva dio a conocer a su vicepresidente y gran parte de su gabinete de ministros. Geraldo Alckmin, será su fórmula vicepresidencial además de estar frente a Industria y Comercio. Nisia Trindade irá a Salud, Camilo Santana a Educación, Margareth Menezes a Cultura y Luiz Marinho a Trabajo. Cida Gonçalves va para Mujer y Wellington Dias, ex gobernador del estado de Piauí, a Desarrollo Social, nuevo ministerio con atención especial a los más pobres.

En Igualdad Racial estará la activista Anielle Franco, hermana de la concejal Marielle Franco, asesinada en marzo de 2018 mientras que en Derechos Humanos estará el abogado negro Sílvio Almeida, ambos temas a los que Lula digo que dará, junto a la cartera de Salud, un gran impulso después de la gestión contraria de Bolsonaro.

En Hacienda, Fernando Haddad, y en Presidencia estará Rui Costa. Para Cancillería va Mauro Vieira, quien también estuvo en la administración de Dilma Rousseff. Para Defensa eligió a José Múcio y en Justicia estará Flávio Dino.

Se espera que Lula intente recuperar sus políticas de lucha contra la deforestación, la pobreza, el empoderamiento femenino y políticas progresistas en materia de DDHH, incluso cayendo en populismo y clientelismo, pero mucho está por verse en ese equilibrio que deberá tener con las relaciones con China, Unión Europea y Latinoamérica.


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