21 diciembre 2022

Desmintiendo mitos urbanos: A Disney no lo congelaron, lo incineraron (ni Guillotin murió por su propio invento)

La muerte de Walt Disney y el inventor de la guillotina, Joseph-Ignace Guillotin, son ejemplos clásicos de desinformación o "fake news" por repetición de leyendas urbanas por un fascinante trasfondo de fantasía o de aleccionamiento político o ideológico, que se ajustara a la personalidad de los aludidos, para darle más fuerza a la narrativa de los mismos, un elemento frecuente en los mitos moderno.

Los misterios alrededor de su muerte

Una de las afirmaciones más comunes sobre Disney es que fue congelado por tecnología criogénica después de su muerte, con la esperanza de que algún día pudiera ser "descongelado" y curado de su enfermedad. Sin embargo, esta afirmación es falsa. En realidad, Walt Disney fue incinerado después de su muerte, el 15 de diciembre de 1966 a la edad de 65 años. Murió por un cáncer de pulmón que le habían diagnosticado años antes, producto de conocida condición de fumador empedernido. Toda una ironía.

En diciembre de 2019 el diario español El País contó que el mito podría tener origen en la forma misteriosa que actuó su familia, tanto para ocultar el cáncer del creador de Mickey Mouse como la decisión de tener un servicio funerario íntimo, negados a recibir flores o coronas. Además, fue un producto del espíritu del momento, porque entonces estaban surgiendo varias empresas que ofrecían sumergir cuerpos en nitrógeno líquido. 

El artículo recuerda que Bob Nelson, presidente de la hoy extinta Sociedad Criogénica de California, aseguró que Disney quería ser congelado pero no logró dejarlo por escrito, asegurando que dos semanas después de su muerte, habían congelado al primer ser humano. Se lo perdió por poquito. El origen de este mito habría sido publicado primero en un artículo de Los Angeles Magazines de 2013 llamado "Walt Disney Still Not Frozen" se ratifica y que sería graficado y traducido por Pictoline, en que cuentan que Nelson difundió el rumor seis años después en una entrevista con el diario Los Angeles Times.


Ayuda de la ficción

La idea de que las personas pueden ser congeladas y revividas en el futuro fue una idea popularizada por la ciencia ficción, como las películas "El hombre congelado", (título original en francés: "Hibernatus"), una cinta de ciencia ficción francesa dirigida por Édouard Molinaro, que cuenta la historia de un astronauta que es congelado durante una misión espacial y después es despertado 200 años más tarde en un futuro distópico. 

La película fue producida por la compañía francesa Francés Films Marceau y fue estrenada en Francia en 1969, tres años después de la muerte de Disney. En español también se le llamó "El abuelo congelado" (porque España llama La Torre de Cristal a Duro de Matar, por ejemplo).

La idea de la hibernación o congelación para despertar posteriormente fue tocada luego en "Demolition Man" ("El Demoledor" en español, con Sylvester Stallone y Wesley Snipes (1993), Vanilla Sky (2001) o Los Expedientes Secretos X, y luego rescatada por la serie animada Futurama (del mismo creador de Los Simpson) y Altered Carbon (2018-2020 de Netflix).

Congelamiento pendiente

Vamos por pasos. La criogenia se ocupa del estudio del congelamiento y la conservación de tejidos y organismos vivos a temperaturas extremadamente bajas. Aunque se han realizado algunos avances en tejidos y órganos humanos, todavía no se ha demostrado que sea una técnica viable para la conservación a largo plazo de seres humanos. De hecho, de los nueve cuerpos congelados por Nelson, todos menos uno tuvieron un resultado desastroso. El primer humano congelado todavía lo está. Al menos hasta 2021.

Actualmente, tiene una aplicación en trasplantes, así como para el almacenamiento a largo plazo de células y tejidos para investigación. Sin embargo, todavía hay muchos desafíos técnicos y éticos que deben abordarse antes de que pueda convertirse en una opción viable para la conservación a largo plazo de personas.

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No decapitado y también incinerado

Otra afirmación comúnmente difundida es que Joseph-Ignace Guillotin fue un médico y político francés, conocido por haber propuesto la guillotina como un método de ejecución más humanitario durante la Revolución Francesa, en sustitución de la la horca, la pira y el garrote vil, murió "por su propio invento".

Pero es que Guillotin no sólo no murió decapitado, como se ha afirmado muchas veces de forma errónea, sino que ni siquiera inventó el aparato, sino que como diputado en la Asamblea Constituyente en París, propuso en 1789 que todos los condenados a muerte lo fueron por la guillotina, un mecanismo que ya existía y que había sido utilizado por primera vez en Francia en 1782 con la llegada de la Revolución Francesa. La idea del doctor era que, aún oponiéndose a la pena de muerte, esta fuese más rápida e indolora, como estaba siendo hasta entonces. Tardó tres años en lograr su cometido. 

Además, Guillotin murió el 26 de marzo de 1814 de carbunco en el hombro izquierdo. Tenía 76 años. Esta es una infección causada por la bacteria Bacillus anthracis y que se manifiesta como una inflamación en la piel y los tejidos subcutáneos. Suele tratarse con antibióticos, que tardarían más de un siglo en ser sintetizados por otro francés, Louis Pasteur, en 1920, cuando inventó la penicilina. No era criogenia lo que necesitábamos sino viaje en el tiempo (que según Bob Nelson también le hubiese servido a Disney).

Ahora, según recoge el diario El Español, este francés pudo haber sido guillotinado, pues fue detenido cuando se le encontró en una casa suya en la casa del Conde de Mere, que sí fue decapitado. "Fue interrogado acerca de la localización de la mujer y los hijos del conde, pero al no tener tal información –o negarse a darla- acabó preso y quizá en la guillotina de no haber sido por la caída de Robespierre" apuntan en el artículo "Dr. Guillotine: el opositor a la pena de muerte que dio nombre a la guillotina".

Sobre cómo el mecanismo fue mejorado de varias máquinas que ya existían en otros países e incluso desde hace varios siglos, no hay claridad sobre quienes intervinieron, aunque hay consistencia en declarar que fue encargada al médico cirujano Antoine Louise, las fuentes se contradicen en señalar a quien lo ayudó: desde un fabricantes de clavicordios o un conocido verdugo, ambos franceses, hasta un mecánico alemán.

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¿Y quién sí inventó el mito?

Irónicamente, todas las fuentes citadas insisten en que otro médico con el mismo apellido, pero de Lyon, sí fue decapitado con la guillotina, lo que podría ser el origen de esta leyenda urbana. Ni Desmontando Mitos, ni El Español ni Wikipedia tienen evidencia de esto. Y esto se sigue repitiendo una y otra vez en varias otras fuentes y medios, en distintos idiomas. Lo que sería una "inception" de mitos.

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