03 junio 2008

Inteligencia bruta, el chisme como amenaza - Cuándo sea grande quiero ser espía

Con la promulgación de la nueva Ley de Inteligencia y Contrainteligencia, se pone a prueba otra vez la voluble y poderosa opinión pública en Venezuela. Esa que tumbó el currículo educativo bolivariano -que nadie se leyó y que dijeron escondido, allí el link-, que hizo que Izarra renunciara y echó para atrás la Reforma Constitucional. Más ligado a los rumores, del tipo "yo conozco a un Guardia Nacional que me dijo...", que a las llamadas campañas mediáticas, lo que piensa la gente se nutre más del chisme que de la información comprobable.

En Venezuela, según cifras de encuestadoras, nunca más del 20% de los venezolanos están viendo televisión al mismo tiempo, y el rating se concentra en las grandes ciudades pobladas. Ni hablar de la penetración de los pocos periódicos nacionales. Además, en nuestro país, el modelo comunacional es de pirámide invertida, es decir, las mayorías determinan lo que gusta, y no los expertos o críticos, como en los EEUU. Allá, Perez Hilton, aquí, los cidiceros. Allá un reconocido crítico destruye una película y la hunde, aquí aparece quemaíta y es un éxito.

No podemos sin embargo reducir la influencia de los medios de comunicación en modas, consumo, valores y gustos. Véase Somos Tú y Yo. Pero la opinión pública no nace sólo de lo que aparece en los medios, sino de lo que estos pulsan de la realidad cotidiana y se la ponen en bandeja de plata en Portadas, como el raptor house. Lo hacía antes, como gran vitrina subcultural -quizás también para ser aceptada distinta-, Marietta Santana en A puerta cerrada con su Rockeros contra Changueros, Punketos contra Tamboreros y Góticos contra Posmos.

En una pelea de la paranoia de Colomina contra el chisme que le contó la vecina sobre la amante del general, que vive en la esquina, la profesora queda nockeada por la espectacularidad de la fuente de pasillo. Podemos suponer que mucha gente pasa más tiempo chismeando que usando medios de comunicación. Es que la desconfianza en éstos hace suponer que si la cosa no está manipulada, no está completa. Así que los cuentos de la amiguis, que no tiene nada que temer y ocultar, valen mucho más.

Ajá, apareció el coco. Dijeron en la teleoposición que con la nueva Ley de Inteligencia y Contrainteligencia -leála- eliminará la confianza del chisme, el que dirán ahora será una prueba para tu detención, y todos están obligados a contar lo que sabe del otro cuándo se lo pidan o va preso. Como el cierre de Polar, la caída de todos los viaductos del país y las mafias de CADIVI, los medios repiten lo que se escucha por allí. Todos a marchar, a gritar, a protestar, sino te van a clavar y volverá la paranoia de Cubazuela.

Me molesta la ley pero no completa. Lo que si me molesta es que de la Inteligencia y Contrainteligencia, parece que desarrollan más la segunda que la primera. Por esto, de la primera sólo se acepta una acepción y termine siendo una ley bruta, pues obliga a la gente a ser un agente 24 horas de la seguridad y defensa de la Nación, pues aunque se aceptó en la Constitución de 1999 ser corresponsables de estas, no dice que debes traicionar la confianza y la intimidad de quienes conoces. Y más me molesta que le dé poderes hollywoodenses a los policías para caerle a patadas al soplón de costumbre para saber que ha escuchado por allí con tal de atrapar al "pez gordo", porque la peli yankee me enseñó que éste siempre tiene conexiones con el gobierno y con los jefes de seguridad. Así que se perseguirá sólo a la disidencia política.

Además, manda los Derechos Humanos donde quedaron las constituciones rojitas reformadas, y permite actuaciones estilo FBI y CIA que acaban con ciertas organizaciones criminales, pero también causan atropellos ciudadanos en nombre de muchos, al estilo cinematográfico del agente que se lleva el carro de cualquier persona en nombre de la ley. Me molesta también que sea impuesta por Decreto con Rambo, Valor y Fuerza Bruta de Ley, y que cualquiera pueda ser apresado porque no quiera contar lo que le pregunte cualquier funcionario público sobre cualquier otra persona, y de hacerlo, esta prueba sería secreta mientras se realiza la detención, y el juicio sería posterior al apresamiento, violando el precepto constitucional de ser juzgado en libertad. Cosa que ya ha sucedido, pero ahora por no querer colaborar a pesar de tus valores y creencias personales.

Pero hay algo que me gusta. Ahora podemos ser Jason Bourne, y cumplir nuestros sueños infantiles de ser espías, y hasta se podrá estudiar. El artículo 18 declara que se creará una universidad para convertirte en un agente de Inteligencia y Contrainteligencia, de esos que actúan de incógnito, y que trabajarás para obtener fotografías, videos y grabaciones para hacer acer a algunos chivos sin pasar por un tribunal donde abogados y dinero los deje libres. Claro, ahora nuestros policias serán como los de las películas, y atraparán al malo con su astucia, metiéndose en casas ajenas, robándose copias de expedientes y cuándo eso no sea suficiente para llevarlo preso en un juicio, le darán un poco de golpes y un solo tiro para que sea serio. Rodríguez Chacín será Jack Bauer.

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3 comentarios:

  1. Coño, chamo, yo decía que Jack me cargaba una depre fantástica que de vaina no sabía que coño era....
    Mira por donde venía a estar: Jack comparado con la mediocridad suprema de Rodríguez Chacín?

    Pobre Jack! con razón!!!!!!!!!!

    Intentando ser seria. Ley producto de la paranoia no puede causar más que paranoia. Luego harán la ley de psiquiatría a juro ante la cantidad de vainas que la gente se tragará por no caerle en las manos a los soplones sapitos. A estudiar biología que sapitos no faltarán.

    Saludos,

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  2. Definitivamente, el "Soundtrack" de este gobierno contiene "I'm think I'm Paranoid" de Garbage... Me imagino al chacumbele en una cena de gala metido debajo de una mesa creyendo que el descorche de champaña son tiros! na'guara...

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  3. Inteligencia? En el gobierno?

    Eso tendré que verlo...

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