26 diciembre 2014

Entrándole a los MOOCs y COMAs: estudiar en línea más allá de los tutoriales

En 2012 escribí un artículo para el diario El Siglo donde hablaba de la revolución de los Massive Online Open Courses, unos cursos disponibles en Internet y ofrecidos por universidades del mundo, que permitían a miles de personas de todo el mundo estudiar en línea sin límite de matrícula o tiempo. Estudiabas a tu tiempo cumpliendo con las asignaciones. Y además, para mayor atractivo, en ocasiones en las mejores universidades del mundo.

Los MOOCs, llamados Cursos Online Masivos y Abiertas, COMA, en español, habían evolucionado de ideas como los postgrados en línea, de la liberación de contenidos académicos desde Harvard y el MIT, los textos en líneas y los tutoriales en Youtube. Incluso de ideas como la Universidad del Pueblo. Eran plataformas que te permitían estudiar temas específicos, preuniversitarios o de interés general, que podían ser sumados a tu currículo o simplemente ser parte de la formación continua.

Y me inscribí como loco. Fui obsesivamente a Coursera, a MiriadaX y a EdX. Quería adelantar todo lo que pudiese después de haberme graduado tarde como periodista. Lo quería saber todo. Avanzar rápido en la educación en línea. Era algo que ya había visto como oferta de postgrado y sistema en la Universidad Nacional Abierta así como la gran promesa de la red de redes: todos somos iguales con una conexión, sin importar quién seas o donde estés. Y claro, fracasé. Me metí en demasiados, no fui constante y no estaba acostumbrado. Lo abandoné.

Pero en 2014 me enfiebré. Logré terminar mi primer MOOC: Microeconomía con el Dr. José Vásquez de la Universidad de Illinois, en su campus de Urbana-Champaign. Era en inglés con subtítulos. Se ofrecía además la posibilidad de presentar y desarrollar un proyecto especial, con aprendizaje y calificación entre pares, de donde el profesor elegiría a los mejores para desarrollarlos personalmente. Una tremenda ambición, pero aposté por una frase aprendida en 2013, cuando aprobé cursos en línea de la OEA sobre gobierno electrónico: piensa en grande, empieza pequeño y crece rápido.

La experiencia de abandono temprano y falta de constancia de 2012 me hizo enfocarme en lo mínimo posible. Así que vi los videos, hice las lecturas y pasé los exámenes. Terminé el curso y aunque tuve una nota medio alta, lo importante para mí fue la entrega del diplomita en PDF que dice: usted aprobó. Antes de meterme en esto había hecho uno de inglés básico, corto, que me diera la confianza. Y ahora, después de 4 meses de lidiar con la plataforma, el idioma y los nuevos conocimientos, podía celebrar.

Así pude sacar muchos más, e incluso los últimos que he hecho los he obtenido con certificado de honor. Más de 90 de 100 puntos posibles. Además, en el curso de Democracia y Decisiones Públicas de la Universidad de Barcelona, uno de mis aportes al foro que advertía sobre la confianza excesiva sobre el partido Podemos en España me recordaba a lo que no escuchamos como advertencia sobre el chavismo en Venezuela a pesar de la experiencia en Cuba, logró ser reseñado por el profesor como uno de los aportes más interesantes para ser discutidos.

Ludificación
Ser competitivo y tener experiencia en juegos de video puede ayudar. Claramente, te tiene que gustar leer y estudiar en Internet. Si tienes experiencia conversando en foros y aprendiendo en tutoriales de video, ya tienes la mitad del camino andado.

Dependiendo de cada plataforma, los logros pueden ser premiados con puntos de karma, insignias (badgets) o certificados. Estos también difieren en la forma de compartirse, bajarse o enviarse a LinkedIn. También hay diversidad en las causas de los mismos. Pueden ser las calificaciones, cumplir con objetivos o incluso la participación.

Acumularlos, ser reconocido, el diseño y la posibilidad de exportarlos, añadirlos a tu CV o exhibirlos en redes sociales, son formas de luchar contra uno de los males propios de los MOOCs y que viví en carne propia: alto abandono, poca constancia e inscribirse en muchos más de los que se pueden.

Aprendiendo de todo
Tengo certificados en temas tan reconocibles como Macroeconomía, Estadística Descriptiva o Emprendimiento Social. Pero como en muchas universidades con profesores investigadores, también me he apuntado a algunos basados en tesis como Cultura Latinoamericana, que disertaba en las ideas del profesor sobre la particularidad del arte de nuestro continente en una teoría de cuatro puntos; Sociedad de la banda ancha -sobre el uso de las TICs para organizaciones sin ánimos de lucro- y Economía Circular: reciclaje de metales.

También en algunos más ligeros y divertidos como The Music of The Beatles y a futuro tengo varios de apreciación de la música jazz, la relación entre el hip hop y la religión o el geodiseño para solucionar problemas ambientales, planificación de ciudades y microbiología básica. También he tomado algunos de periodismo de base de datos o Cambio Climático, de los cuales tomaré varios más relacionados. Claro, para lograr todo eso tuve que saber cuándo abandonar algunos, cuando saber qué era demasiado e incluso, dejar de inscribirme o no iniciarme en los que aunque parecían interesantes, no me llevarían a ningún lado.

Ahora estoy enfocado en pulir el inglés, como un método para lograr escribir de forma más cómoda en los foros en los MOOCs de universidades no latinoamericanas, e incluso como una forma de alcanzar nuevos niveles de entendimiento y conciencia, porque creo que me estoy perdiendo de mucho por no tener fluidez total en ese idioma. Para eso recomiendo Lingualia.

Consejos y lecciones
Te daré aprendizajes que he tenido hasta ahora para que ingreses en este mundo.

1. Empieza por los MOOC "a pedido" o "self-paced". Estos permiten tener tu propio ritmo, pueden estudiarse en cualquier momento y aunque no tienen interacción social o es demasiado variable (puede ser alta o nula), no chocarás con los tiempos de entrega y el método de trabajo. Fue lo que me causó más frustración: pasarme las fechas o no saber cómo o qué entregar.

2. Cuando te vayas a los cursos que tienen fechas de inicio y fin, con límites para las asignaciones, apuesta por la profundidad. No te sobrepases con 12 MOOC. Piensa en cuántas horas tienes al día, a la semana, al mes para estudiar en Internet. Piensa en las veces que no podrás, que no querrás, que harás otra cosa. Así es: puedes la mitad o menos de lo que idealmente dices. Esto no es la dieta ni la promesa de hacer ejercicio. Aprovecha para ver los videos varias veces, de leer con calma, de acostumbrarte realmente a la plataforma y saber cuáles son las tareas con evaluación por pares (técnica para aprender del otro estudiante, al autoevaluarse y hacerlo entre sí, porque el profesor no podría con mil evaluaciones).

3. Empieza por tu zona de confort. Elige algo que domines parcialmente, que te interese mucho y en la que puedas aportar conocimiento propio. Entrarás en comunidad, te será fácil terminar y seguir adelante.

4. Usa diversas plataformas e intereses. Mezcla humanismo y tecnología. O polos diversos que funcionen para ti. Puede ser que un día no estés de humor para leer sobre pena de muerte o que prefieras escuchar ideas sobre la historia del rock. Un día llegas apasionado por aprender algo relacionado con tu profesión y otro sobre finanzas personales. Dale balance. Piensa cómo habrías o elegirías tu semestre de la universidad si hubiese un pensum inmensísimo o si pudieses elegir entre varias universidades.

5. Comparte. Si consigues un MOOC interesante, para ti o los demás, envíalo a las redes sociales. Déjale saber a tu comunidad que hay cosas que aprender. Te lo devolverán con cursos que quizás has perdido de vista.

Plataformas
Junto a las más conocidas que ya nombré, están también Blackboard, Tutellus, Udemy, Bmooc, UniMOOC (que usa el sistema de itinerarios) y Udacity. Algunos son pagos o parcialmente pagos, divididos entre Freemium o versiones de prueba, pero la mayoría son totalmente gratuitos.

Puedes usar también este buscador de MOOCs.

Por cierto, sigo pendiente del primer MOOC de una universidades venezolana, después de estudiar en varios de campus colombianos, argentinos y mexicanos.

26 noviembre 2014

Me diagnosticaron psoriasis: cómo cambió mi vida

Hace unos 6 años, mientras trabajaba en una web de noticias, estaba en una posición económica muy buena, trabajaba freelance y tenía mi Mac nueva. Mis padres se habían divorciado hace unos años, por lo que teníamos una nueva paz familiar en la casa. Yo había dejado de ser vegetariano, evitando un orgullo espiritual que como todo exceso, no es bueno. Me sentía muy bien en lo físico, mental y emocional.

Sin embargo, noté que algo había cambiado físicamente. Un día me golpeé en la espinilla cuando subía las escaleras hacia mi casa, cortándome con el filo metálico. Normalmente, como si una especie de Wolverine, mis heridas se curaban sumamente rápido. Pero esta vez se hizo una roncha, luego otra y en un día ya tenía como cinco. A la semana no sólo no se había curado sino seguían saliendo capas de piel. Mientras tanto, algo similar había sucedido en mi cuero cabelludo: la caspa se había vuelto algo que conocemos como ceborrea, pero era realmente una especie de incesante crecimiento de capas como en mi pierna.

Fui a un primera doctora que dijo que era caspa, después de un examen a cuerpo completo. Me envió un tratamiento que no me alivió sino que empeoró: se fue a mi rostro. Corrí a otro dermatólogo que dio en el clavo: lo que tienes es psoriasis, una enfermedad que provoca que la piel, en lugar de regenerarse cada 21 días, lo haga cada 2 horas, acumulándose en unas ronchas que van desde el cuero cabelludo hasta el resto del cuerpo, especialmente en articulaciones. Me dijo que no afectaría sino la estética de mi piel, y según la gravedad, podría ser más o menos molesto. Me mostró casos de personas que lo tienen en todo el cuerpo, en toda la cara o como una caspa megapoderosa.

Me sentí aliviado porque no era algo crónico ni fatal y al mismo tiempo preocupado porque tenía una dolencia que me dijo que era congénita y de por vida. Ya saben, las etapas del duelo. Me envió unos medicamentos basados en esteroides para el cuerpo cabelludo y la piel, así como múltiples exámenes. Lo confieso, era terriblemente difícil y caro hacérselos todos, y la crema me aliviaba los síntomas poderosamente. Hasta que empezó a escasear, y luego mi cuerpo reaccionaba con más fuerza, y el efecto tardaba más y era menos duradero. Entré en una espiral que me impedía hacer algunas cosas: ya no me quería quitar la camisa en la playa, la piscina, al practicar algún deporte, mientras muchos amigos y compañeros de trabajo y amigos me preguntaban por esas ronchitas que parecían picadas de zancudo en los codos, los labios o los brazos.

Entonces leí sobre el Doctor Abel Poleo, exdirector del Centro Bolivariano de Investigación en Salud. Decía que había encontrado un tratamiento, basado en plantas de la Gran Sabana, que lograba arreglar esta respuesta insistente del sistema nervioso de regenerar la piel, formando escamaciones. Es decir, hiperqueratosis. Me costó mucho, mucho, mucho tiempo conseguir un cita con él, dentro de noticias más o menos reales, vídeos, sus cuentas en redes sociales con consejos y agradecimientos de muchas personas, así como la esperanza de recibir el tratamiento de forma gratuita a través del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales.

Finalmente, este lunes pude asistir con la doctora Gregoria Guanipa, quien estudió e investigó con él las enfermedades sistémicas. Su diagnóstico con un resonador cuántico que midió el funcionamiento de todos mis órganos y la explicación científica de lo que habían encontrado me dio una nueva perspectiva de vida, que al mismo tiempo hace referencia a lo que había vivido y aprendido antes. En una primera revisión, me alertó que los malos hábitos alimenticios, estrés no manejado correctamente y exceso de cortisol podría haber despertado un gen heredado de mi padre y mi abuelo.

Bioquímicamente esto produciría unos OH- (oxidantes) que roban calcio al cuerpo para poder desecharse, mientras generaran unos linfocitos T que llegan al torrente sanguíneo y de allí a la piel. La forma de combatirse eso sería reduciendo las circunstancias que "despiertan" al gen, y la cadena de reacciones que provoca en cada uno de los puntos: la sangre, la dermis y lo celular (mitocondrial).

En primer lugar: alimentación libre de carne de ganado vacuno, lácteos y derivados (no aptos para el adulto y cuyo ingreso en la dieta humana se masificaría en la II Guerra Mundial), enlatados, embutidos, aditivos químicos (cubitos, sabroseadores, salsas industrializadas), azúcar, jugos pasteurizados y bebidas en sobres. Tampoco la carne de cerdo, tabaco, chimó, alcohol o cigarrillos. Todos estos alimentos producen estrés oxidativo que lleva a la degeneración progresiva de la enfermedad. Por otro lado, puedo consumir papelón, leche de soya y queso de cabra o búfala.

Lo que sí: frutas, vegetales verdes con aceite de oliva, hortalizas y granos para la vitamina E y el calcio de forma natural. Frutos y semillas secas y cereales. De nuevo, nada de Corn Flakes ni similares, sino lo más vivo, crudo y natural posible. Entre las ideas que vuelven a mí, está el comer falafel, tofu, carne de soya y hasta intentar con productos que se han popularizado con el fitness, como la leche de almendras, y echar mano de lo que he aprendido con Deleite Cacao: dulcería para celíacos, intolerantes a la lactosa y diabéticos, que conocí gracias al Picnic Urbano. Unir los puntos hacia atrás, como dijo Steve Jobs en Stanford. Todo lo que hacemos nos lleva hacia donde vamos a ir.

Sobre los hábitos de vida: dormir de 10 PM a 4 AM para la reducción de cortisol y la regeneración celular (que no sucede si duermes después de esa hora). Lo confieso: un zombinauta nunca hubiese pensado en esto, ni un geek que ha pasado toda la noche despierto en la red. Pero me decidí a cambiar mi vida, aunque ya esté lejos de esos madrugonazos, tampoco estoy en lo que me recomiendan médicamente, dormir con todo apagado a las 9:30 de la noche. Además, regresar a la práctica del Yoga y tener recreación semanal, quincenal o mensual, hacer 30 minutos de ejercicio diario y un adecuado manejo del estrés. Para mí, parte de eso es escribir este cuento largo, como una especie de confesión para compartir la alegría del cambio y este nuevo reto por mi bienestar. Sí, estoy escribiendo esto en el blog del Irresponsable.

Toda esta información provendría de la tesis de grado que Poleo y Guanipa. Y claro, hay más. Dentro del cuerpo hay elementos bioacumulativos, oligoelementos y vitaminas, que hacen daño por exceso o defecto. Los metales pesados deben salir, algunos producto de fumar o ser fumador pasivo, lo ambiental o el agua. En mi caso por haber fumado. Mientras que el uso de los esteroides de forma consecutiva -que no deben usarse por más de 15 días- deja también ciertas implicaciones.

La segunda vez que me tocó cita, el enfermero del doctor Poleo me mandó a llamar. Me hice un pediluvio como él pide, otra resonancia cuántica y me examinó. Poleo es dermatólogo tropical y neuropsicólogo clínico. Tras una consulta para hablar de la vida, los síntomas y hacer un examen completo, me determinó que mi psoriasis no era ni por estrés ni por herencia: era una neurotoxina provocada por la permanente sinusitis, algo que tengo desde mi infancia con asma.

Lo que viene: además del cambio de hábitos, vida y mentalidad, quelaciones con EDTA para extraer los radicales libres y elementos tóxicos acumulados, un tratamiento que incluye un jarabe, jabón medicado y una crema, producidos por el propio Abel Poleo Romero (buenos apellidos para la profesión que eligió), y un tratamiento con un poderoso antibiótico llamado Amikacina, que combatiría la infección bacterial que termina afectando mi piel.

Luego vendría una sueroterapia con células madres y una vacuna de memoria inmunológica. Empecé el pasado 16 de septiembre, he cumplido la dieta en 98% (tengo dudas sobre el embutido de pollo y algunos errores involuntarios), lo que me quitó cierto sobrepeso, pero ha detenido la salida de nuevas lesiones mientras observo mejoras generales en mi cuerpo. Sé que me puedo curar completamente.

25 noviembre 2014

Batman y Robin atracan en Santa Rita, Maracay

Con esta crónica me gané el II Concurso de Crónicas de la Universidad Bicentenaria de Aragua, núcleo Turmero, mientras era estudiante en 2008. Se basó en un informe policial que llegó a mis manos. Todos los datos son fidedignos, incluido el apellido del personaje principal, según revela una búsqueda en el CNE que posee a muchos más ciudadanos de origen árabe en el país que lo comparten.

Ariagnys Aguilarte tiene 19 años. Conoce muy bien a Francisco de Miranda, el barrio donde vive y trabaja. Cuando camina por las calles, se sabe de memoria los huecos de las aceras, los lugarcitos para meter el papelito entre rejas y postes de luz, las paradas de autobús con menos gente y cómo encontrar una tarjetica telefónica cuando en todas las panaderías le dicen que el muchacho de Movistar no ha venido.

Ella también se conoce a los bichitos de su comunidad. El vecino que se ha dedicado a protestar y trabajar por el barrio toda la vida, el viejito loco que se la pasa borracho y las más chismosas de cada cuadra. Conoce de héroes y tragedias y hasta de superhéroes, pero ese día no hay nada que le arruine la sonrisa, el cabello y las esperanzas.

Hoy hasta les tira un beso a los mecánicos que le han dicho piropos ginecológicos, salta un charco, lleno de papeles de helados, con gozo inexplicable y se mira en el vidrio de la puerta de una camión de patilla que está parado en frente a un negocio donde venden DVDs y televisores.

Ariagnys trabaja en un Centro de Comunicaciones en el Centro Comercial La Entrada, en la Avenida Generalísimo Francisco de Miranda en Santa Rita, estado Aragua. La siempre transitada vía la conocen los vecinos como Avenida Llano Largo. Es más corto y así no se confunden.

Hoy es 30 de mayo, viernes y día de cobro. Las farmacias, el restaurante, la cauchera y la venta de repuestos que están cerca de su trabajo, están llenas de gente. Hoy ha salido más temprano de su casa para llegar, le han dicho más y peores piropos y tiene ya varios mensajitos de texto preguntándole si mañana va a pagar el perfume que pidió por catálogo.

Aún así, Ariagnys cuenta las horas para salir del trabajo. Al día siguiente cumple 20 años.

La tarde trae lo de siempre: gente sin sencillo, llamadas que no caen, las que nadie hizo, cuentas por cobrar, espérame un momento que ya te traigo el dinerito y esperas porque la gente quiere hablar privadamente, dentro de una cabina. Pero ella sólo piensa en que su cumpleaños hace mucho tiempo que no caía sábado.

Cerca de las 4 de la tarde, entran dos hombres al local. Ambos son delgados. Uno es moreno, de cabello crespo y negro, con un pantalón marrón con degradados y una franela azul. Trae un bolso Converse azul con rayas. El otro es blanco, cabello liso, es más pequeño. Tiene cara de chamito. Carga una bermudas playera blanca con estampados, y una franela verde.

Ella conoce al mayor, su papá es árabe y lo tienen chalequeado en el barrio por su apellido, pero ella no se acuerda. Se muerde el labio al verlo afuera, frente al negocio, tratando de recordar y seguir disfrutando su tarde del viernes. ¿Será Ángulo?, piensa ella riéndose y se voltea a recoger un papel que se le cayó.

Al entrar, los dos hombres sacan sendas armas de fuego y apuntan a Ariagnys. No es una acción con cualquier pistolita de juguete y mucho guáramo, son unas “hierros” con historia. Una Jennings Fire Arms Brico y una Smith Swesson 9 mm, ambas solicitadas por el CICPC desde el 2006 por hurto genérico común en San Juan de los Morros y Maracay. Unas bichas buscadas por la policía.

Los asaltantes quieren todo: efectivo, celulares y hasta saldo. Cargan con 427 bolívares en billetes, 11 teléfonos nuevos y 13 tarjetas prepago con 215 bolívares en mensajitos y llamadas. El mayor de los dos, tiene 21 años y se llama Christopher Bachir Batman Castillo, según certifica el CNE, el cual también registra que Superman vota en Venezuela.

Menos mal que Ariagnys sigue sin recordar el apellido del tipo en medio del susto de tener las dos pistolas en el rostro y la rabia de arruinarle la víspera cumpleañera. Ella tiene miedo, quiere dejar atrás los dieci, quiere vivir para contarlo.

Según vecinos de la zona, Batman no tiene necesidad de delinquir, pero está metido en varias cosas raras. Su “Robin” tiene apenas 16 años. Los dos viven en el Sector Las Malvinas del barrio Camburito, también en Santa Rita. Son vecinos. No muy buenos

No hay cámaras, no hay gente entrando ni saliendo del local, pero hay testigos.

Dos personas más han visto lo que sucede. Alirio Lizardo es un cliente del Centro de Comunicaciones y se escondió dentro de una cabina telefónica cuando escuchó lo que pasaba. Ha llamado a la policía desde allí, tratando de no hacer ruido. Freddy Díaz, es un vigilante privado de la zona y ha salido corriendo a buscar ayuda, gritando por la calle que hay un atraco en el local.

En la esquina que se forma con la calle San Yeli Peña, donde está la Panadería La Caridad y un puestito de alquiler de teléfonos, se encuentran tres oficiales de inteligencia de la Policía de Aragua en una patrulla camuflada de taxi. Ellos visten de civil pero cargan las chapas dentro de la camisa. Uno está comprándose una malta, otro llamando por teléfono. El tercero está dentro del automóvil. La mayoría de los malandros ya las conocen y no se confían, pero así es el procedimiento.

Al escuchar la alerta del vigilante, se dirigen inmediatamente hasta el local, empuñando sus armas de reglamento, encontrándose con Batman y su compañero, quienes trataban de escapar. Ante la inesperada comitiva, hubo un intercambio de disparos, y los antisociales volvieron al Centro de Comunicaciones, tomándola como refugio y de rehén a Ariagnys.

También se disparan insultos y amenazas: ¡sal de esa mierda, marico! Arranquen de aquí, pacos mamaguevos.

La Baticueva nunca había parecido tan fuera de la ley como ahora. Batman se enconcha. Robin se arruga y Ariagnys quiere su feliz cumpleaños.

Es hora de negociar, de parlamentar. Vamos a hablar, pues. El Sargento Argenio Pinto trata de dialogar con los ahora secuestradores. La cosa se les agrava legalmente, les dice. Privación ilegítima de libertad. Batman y el chamito le dicen que entre al local, pero desarmado. Pinto entrega visiblemente su arma e ingresa al Centro de Comunicaciones. Sus compañeros se quedan en los alrededores, preparados para todo y llamando a los refuerzos. Son las 4:50 de la tarde. El viernes se enciende.

Dentro, el oficial trata de convencer a los asaltantes a entregarse, tratando de calmar a Batman, que se encontraba muy nervioso y apuntaba con su pistola a la cabeza de Ariagnys, que comienza a llorar mientras piensa que no soplará las velitas mañana.

Llegan 4 patrullas que bloquean el paso entre las calles Da Marzo y San Yeli Peña, que hacen esquina con la Avenida e impiden el paso de curiosos, que se amontonan. 3 agentes más se acercan al Centro Comercial y apuntan hacia adentro. Uno lo tiene en la mira. Un tiro limpio, en la frente de Batman, como en las películas. Sólo espera por la orden del Inspector Solórzano.

En ese momento, el adolescente, más asustado, entrega el arma y empieza a insistirle a Batman para que haga lo mismo, diciéndole que arriesgaban la vida sin necesidad. Nos van a matar, pajuo. Nadie sale del local. Batman insiste en que no se entregará ni lo sacarán vivo de allí. Un tipo como él no puede ir preso. El chamo insiste y se acerca al policía, que lo mira con el rabo del ojo.

Batman hace peticiones: quiere hablar con su mamá y con su novia. Parece que baja la guardia pero lo que quiere es despedirse de ellas porque no piensa entregarse. Con los riales o muerto, le dice a Pinto. El policía ve una oportunidad y le presta su celular. Batman habla con su mamá, la señora Alida. Luego, llama a su novia. Ella le dice que está en la esquina, junto al puesto de teléfonos. No la dejan pasar aunque les dijo quien era a los policías.

Él dice que la ama, pero no se va a entregar, que gracias por todo. Ella parece hablar muy fuerte por el teléfono. Informan por la radio al sargento que hay una chama que está histérica en el cordón policial, gritando por teléfono y pidiendo entrar para convencerlos de entregarse.

Mientras habla, Batman parece perder súperpoderes. Como usaba uno de sus brazos para retener a Arisgnys, la otra mano sostenía el celular y la pistola al mismo tiempo, dejando el arma guindando, ya no apuntaba a la rehén sino podía dispararse para cualquier lado. El ojo del agente lo apunta directamente. Solórzano le bajo el brazo. ¡Puedes matar a la jeva, guevón!

Hablan muchísimo. Batman abraza su botín. El adolescente está callado. Pinto está esperando. La gente chismea afuera. Es quincena, y viernes, mañana cumple Ariagnys, 20 años.

La novia lo convence. Batman se va a entregar, todo va a salir bien.

Uno de los efectivos va en busca del taxi/patrulla. Lo maneja en retroceso por la calle que está bloqueada y da la vuelta frente a la entrada del Centro Comercial que da al Centro de Comunicaciones. Batman suelta la pistola y libera a Ariagnys. Otro policía entra. Esposan a ambos delincuentes y se los llevan por una calle adyacente hasta el Comando Central “Antonio José de Sucre”, en la Avenida Constitución.

Toman las declaraciones del cliente que estaba escondido dentro de una cabina, del vigilante que salió gritando y de la ahora liberada encargada.

A salvo de Batman, el día siguiente, Arignys celebró su cumpleaños.

17 enero 2014

Rdio, música en línea, instantánea y con amigos

En la prehistoria, grabé mis discos de vinilo y luego CD en mis TDK de cromo, negro para hacerlos ver mejor. Luego, con la cultura digital, nos bajamos el Winamp, bajamos los primeros Real Audio (escuché una vez un concierto de King Changó en vivo) y llegó el brutal MP3. Y allí la música en línea, MP3.com, donde además de bajar y escuchar, podías armar tus "radios" en forma de listas de reproducción.

La cosa evolucionó rápido, con el ancho de banda y la tecnología. Fui un usuario empedernido de MySpace para escuchar, no para interactuar. Pero lo que realmente me conquistó fue Last.FM, hasta que como se puede suponer, me cobró o intentó hacerlo. Luego supe que existían alternativas como Grooveshark y Spotity, pero yo había descubierto los Torrents tiempo antes, y nada, me quedé pegado en esa mezcla de early adopter y retrotecnológico que solemos ser.

Y ahora Rdio. Aunque sé que será por 6 meses, y luego usaré alguna otra cuenta de correo, mientras considero si puedo usar unos poquitos dólares electrónicos de CADIVI (seguro de aquí a junio si los entregan). Lo mejor de esta web (aunque no conozco cómo funcionaban otras como Spotify sino basado en Blip.FM y Last.FM), es que puedo escuchar discos enteros, de casi cualquier artista de inmediato, conocer a otros parecidos y así armar una colección inmensa de mis gustos. Sin bajar, sin esperar, sin búsquedas, sin Pirate Bay, y en cualquier computadora que use.

Y lo que para mí es mejor, conocer música nueva con las opciones de Recomendaciones y Emisoras, que te recomiendan discos según lo que escuches, lo que guardes, lo que apruebes y cuánto te quieras alejar o permanecer en los estilos que prefieras. Así ando mezclando mis gustos noventeros, rock latinoamericano, black metal, música experimental, electrónica y mucho más.

También me puedes seguir por allá en Rdio.

13 enero 2014

¿Pena de muerte o cadena perpetua? ¡Mejor es acupuntura y cirugía!

La epidemiología puede explicar el comportamiento del contagio del virus de VIH/SIDA en el mundo o la malaria en las zonas deforestadas de la selva de Brasil, pero también cómo se corre un chisme en una comunidad abierta -como hicieron Amy y Sheldon en The Big Band Theory-, cómo se viraliza un meme o un tuit en Internet y de forma similar, la forma de expansión de la violencia o el delito en una ciudad. Y al mismo tiempo, atacarla para su erradicación.

De esta forma, las víctimas del narcotráfico, el Gangnam Style o el dengue actúan bajo este mismo esquema, y así lo entendió el político, profesor universitario y matemático Sergio Fajardo en Colombia, exalcalde de Medellín, la ciudad que pasó "del miedo a la esperanza" y actual gobernador de Antioquía (desde el 1 de enero de 2013), cuando decidió que para reducir los índices de homicidios en Medellín, tenía que afrontar el tema de forma holística, no sólo contra los focos de violencia sino actuando preventivamente en las causas y en favor de las víctimas.
Parque Biblioteca España en Medellín
Esto implicaba entonces aplicar una economía de escala en una campaña de fumigación, vacunación, saneamiento y educación para combatir el dengue o la malaria, como hizo Luis Razetti en nuestro país. Eliminar el vector que lo causa, brindar protección a las posibles víctimas, eliminar las circunstancias que la pueden causar (como cauchos y materos viejos llenos de agua estancada o la deforestación que aumenta el calor y la humedad alargando la vida del mosquito) y enseñarle a los pobladores cómo reducir estos factores de riesgo. Similarmente con el VIH/SIDA con los preservativos, retrovirales, investigación en vacuna y campaña de educación sexual. Y Medellín venía de haber sido el feudo de Pablo Escobar Gavidia.
Parque Biblioteca Fernando Botero, Medellín
¿Y qué pasa con la inseguridad? Como con la malaria, el dengue, el chisme o el homicidio, es fundamental eliminar o aislar al culpable, pero allí no resuelves el problema al atacarlo al final y no antes de qué suceda. Piensa en Minority Report y el Departamento de Pre-Crimen: actuar previamente para eliminar las consecuencias de las muertas y los daños a terceros. En Medellín entendieron que para romper el círculo vicioso de la violencia había que actuar en sus raíces, pero al ser estas tan profundas y mezcladas con la pobreza, en vez de ponerse filósofos sobre si era primero el huevo o la gallina y que arrancarlas de golpe causaría grandes problemas y demasiado esfuerzo, decidieron actuar sobre ambas al mismo tiempo para que fuesen debilitándose.

El homicidio de Mónica Spears y su esposo Thomas Barry trajo un debate sobre cómo combatir la violencia criminal y la inseguridad ciudadana en Venezuela, trayendo las opciones de cadena perpetua y la pena de muerte a la palestra. Una venganza o justicia de "ojo por ojo" que ya Gandhi dijo que nos dejaría a todos ciegos. Confieso que me la había perdido cuando nació por estar de vacaciones, y al regresar directo a las clases de Lidera, escuchamos la opinión de Chuo Torrealba de Radar de los Barrios, que dijo que por medio del linchamiento, el enfrentamiento de bandas, el abuso de poder y la violencia carcelaria, ya la pena de muerte existía de facto en nuestro país.

Y en cambio, propuso que la respuesta es lo que sucedió en Medellín, pero para eso hacía falta una nueva clase política en el país, y que fue invitado por Capriles como asesor en ese tema -aunque no lo escucharon-, no era construir los mismos Parques-Biblioteca de Medellín, por ejemplo, pero sí pasaba por algo similar: rehabilitar los barrios para que pueda pasar el aseo urbano y la vigilancia policial, para que pudiesen resurgir los emprendedores populares y la economía local, mientras recomendaba a los activistas políticos estar todos los días en las comunidades, a veces sólo para escuchar. Ir a lo micro.
Parque Biblioteca Tomás Carrasquilla, Medellín
La charla nos sorprendió y voló la mente, tanto o más que la que trató de las investigaciones sobre la familia, el venezolano popular y el moderno del sociólogo Alejandro Moreno, que me mostró el asunto de los opuestos que explican el mundo a un nivel nacional: nos entendemos en la diferencia, en el este y oeste de Caracas, en el norte y sur de Maracay, en los andinos, maracuchos y orientales, -y qué más tarde se usó también para separarse políticamente en adecos, copeyanos y comunistas, y luego de distintas formas a partir de 1998- y en las formas en que nos describe la noruega que se vino a Barquisimeto de forma general: unos somos una gozadera desordenaba y afable, y los otros no se identifican con esa forma de ser, sintiéndose extranjeros, y es esa mezcla las que nos hace ser como somos.

Pero lo mejor, y lo que me brindó mayor luz, vino después. Fue algo similar a una charla TED y es la base de este artículo, cómo la epidemiología y la economía de escalas se aplica al desastre hospitalario , y que me permitió relacionarlo con el problema de la violencia. Y el método de Medellín, no es hacer lo QUE hicieron sino CÓMO lo hicieron. No era copiarse, sino aprender la visión para aplicar soluciones pertinentes según nuestra cultura, costumbres, síntomas, circunstancias y características.

Medellín, la más educada
En la ciudad colombiana, Fajardo y su equipo hicieron un mapa en que ubicó geográficamente los lugares de la ciudad donde sucedían los homicidios y esto arrojó que había 10 lugares precisos donde estos abundaban en demasía. Eran sus focos de infección, digamos, como sería el municipio Sifontes con el 95% de los casos de malaria de Venezuela. Identificó luego las formas del problema: reinsertados paramilitares que no habían encontrado trabajo y volvían a la delincuencia, falta de oportunidades para en las comunidades populares y falta de presencia del Estado. De forma similar, en el municipio bolivarense la deforestación (como sucedió en Brasil), la falta de atención primaria de salud y la minería -con sus consecuencias ambientales- como forma principal de trabajo. 

Entonces Fajardo hizo lo que implicaría un "cerco epidemiológico" mediante "fumigación" para eliminar vectores (delincuentes), y metió al Ejército en cinco de esos lugares que se habían identificado como los lugares con más homicidios por metro cuadrado de la ciudad. Pacificó el espacio, con los líderes comunitarios y la inteligencia policial ubicó a sus vectores (delincuentes) y "quirúrgicamente" los sacó, los judicializó y los sacó de las comunidades, en un pacto social con autoridades de los distintos poderes.

Luego hizo "vacunación", brindando ayuda psicológica y asesoría académica a los reinsertados que aún no habían entrado en el delito de nuevo y atendió a los "contagiados": las víctimas de la violencia que había dejado Escobar en los cerros de Medellín. Para el "saneamiento ambiental", aplicó lo que llamó "acupuntura urbana" o los PUI (proyectos urbanos integrales). En esos lugares que habían sido pacificados, usó la arquitectura para brindar mobiliario urbano y estructura a los barrios: puentes, parques infantiles, aceras, fachadas nuevas, que sirvieran para que la gente caminara, los niños jugaran, se comunicaran las comunidades y demás. Y transformó pequeños colegios, en malas condiciones, en inmensos centros educativos de varios pisos, dotaciones, mejores sueldos y un pacto con los maestros para mejorar los métodos y resultados.

Y en epicentro de estos centros pacificados, antes focos de homicidios y delitos, construyó inmensos Parques Biblioteca, con licitaciones públicas internacionales, que trajeron a los mejores del mundo a construir "lo más bello para los más pobres", y donde habían guaridas de malhechores, ahora había una sala de teatro, canchas deportivas, espacios comunitarios, salas de lectura, camerinos, que habían costado millones de dólares y de propiedad social, que se habían construido con la consulta pública a las comunidades, obreros de la zona, acompañamiento vecinal, inspección de las obras, apropiándose desde los planos y hasta socializándola cuando estuvo lista. Y desde 2008 hasta ahora no han recibido el más mínimo ataque de vandalismo, abriendo desde el 1 de enero al 31 de diciembre.

Hay más obras en estos PIU: jardines infantiles y bebetecas (concepto traído a la Biblioteca Los Palos Grandes en Chacao) para dar educación materno-infantil y oportunidad para que madres vayan a trabajar y estudiar, centros de emprendimiento para las ideas de negocios en las comunidades, centros policiales con iluminación periférica durante 24 horas con áreas verdes, canchas y espacios comunitarios, para que siempre exista gente entrando y saliendo de estas comisarias, así como el Cable Metro -que luego se hizo uno similar en Caracas aunque sin las prestaciones culturales aún listas en sus estaciones- y hasta escaleras mecánicas.

Desastre hospitalario en Venezuela
Aunque conocía cómo habían actuado en Medellín, siempre había quedado con la duda de cómo esto podría traerse a Caracas, reproducirse y rehacerse sin copiarnos, como bien ha dicho Fajardo, y fue la charla del doctor Gustavo Villasmil, director de Salud del Estado Miranda, el que me ayudó a entender, cuando en su charla habló del desastre hospitalario del país desde lo macro, lo meso y lo micro, y cómo el problema estaba, como dijo Chuo, en atender lo pequeño, desde abajo y no desde las burocracias, rígidas y estructuradas. Es decir, hace falta el policía de punto, en vez del operativo que viene desde afuera con el abuso. No es el colectivo armado, es el operativo especial como el "Plan Madrugonazo" que Torrealba denuncia que fue paralizado y sus autoridades destituidas.

Según el médico y funcionario público, actualmente en ejercicio, para la salud se destina 4.5% del presupuesto nacional más 6.500 millones de dólares para Barrio Adentro, según el informe de gestión de PDVSA 2011, aún con 65% de estos centros de atención primaria cerrados. Villasmil nos sorprendió al decirnos que de cada bolívar que invertía el Ejecutivo, la población invertía otro en salud de forma privada. El 25% más pobre del país consume el 67% de las medicinas. Principalmente comprando pastillas para el dolor, la inflamación o la disfunción eréctil. 

En el nivel meso, del presupuesto nacional, los gobiernos (también alcaldías y gobernaciones) gastan el 74.5% en hospitales, pero cerca del 90% se va en nómina, dejando a los centros de salud básicamente sin dinero para funcionar. Y lo tercero, más grave, en lo micro. El 40% de las camas de hospital en el país, están vacías durante todo el año. La explicación, desde la economía, el número Q: donde se interceptan las curvas de costos marginales con la de ingresos marginales, y en la explicación práctica, los números que reparten a las 3 de la mañana en un hospital para cierta consulta, y resulta de la cantidad de pacientes que la nómina cree que puede/debe atender por el sueldo que recibe. Metiendo en los costos no sólo el sueldo que reciben y su periodicidad, sino los riegos al hampa, la falta de insumos, las amenazas de delincuentes que entran en el medio de la noche a que atiendan a uno de los suyos, las guardias que se extienden porque el relevo nunca llegó y demás.

¿Y las camas vacías? Porque para atender a un paciente hace falta más que la cama clínica y el colchón, sino las rondas de médicos, enfermeros y especialistas. Es la enfermera que voltea el colchón porque ya atiende a 30 pacientes y no aguanta uno más. Es el especialista que se va del país porque le hacen una oferta mejor (incluyendo pagarle la Universidad a uno de sus hijos, un carro, la seguridad y demás). Es el pasante que luego de ver lo que pasa, desea abrir un consultorio privado, abrir un negocio de traje de baños o también, irse al exterior con mejores incentivos. E hizo referencia a la eficiencia de los hospitales llevados por congregaciones religiosas, desde EEUU hasta San Bernardino, en Caracas, porque quién dirige tiene motivaciones éticas y visiones menos gregarias en lo profesional.

La solución que propone Villasmil es un Medi-Ticket (similar al Obamacare) en que cada persona pueda ejercer su derecho constitucional a la salud usando la medicina privada, a veces especializada en equipos mediante altas inversiones, pero con dinero público (Fondo Mirandino de Salud), lo que saldría más barato, generaría competencia y mejores resultados (como demostró con la costosa y difícil transplante de hígado) y las cifras de operaciones realizadas en comparación con la administración anterior en la gobernación de Miranda en materia de salud, esta vez, incluyendo cirugía mayor. El resto del dinero puede ser invertido entonces en atención primaria: prevención antes que suceda.

Claro, está el debate sobre la Medicina Integral Comunitaria y el neoliberalismo, que Villasmil resolvió de esta manera: son menos costosos y por tanto, poseen intrínsecamente una expectativa menor que alguien que estudia 12 años para especializarse, pero su menos destreza profesional los hace inadecuados para resolver los grandes problemas de salud y no pueden hacer operaciones quirúrgicas complejas, como neurológicas o cardíacas. Funcionaron en Unión Soviética y Cuba -tras la persecucón y éxodo masivo, respectivamente- como los fumigadores de Razetti en Venezuela, para eliminar el mosquito pero no para atender transplantes de hígado, los cuales exhibe la gestión mirandina y ninguno la nacional, aseguró Villasmil.

¡Acupuntura y cirugía!
Mezclando los consejos comunitarios de Chuo, de acompañar a diario, de apoyar emprendimientos locales en los barrios y tomando la experiencia de Medellín de habilitar los barrios, unimos con el análisis macro, meso y micro, epidemiológico de Villasmil y su idea de financiar al enfermo en lugar de al hospital para tener más y mejores resultados (con adhocracias especializadas), recordamos que Torrealba decía que el Plan Patria Segura no hace nada en avenidas y centros comerciales, sino debe ir al foco, sacar quirúrgicamente el cáncer del narco y el pran, para que luego "fumigar" con mejoras urbanas específicas, inversión en educación y salud (a la persona necesitada para que todos tengan iguales oportunidades) y generando circunstancias para los nuevos negocios (sin hampa ni apagones eléctricos, señaló el activista comunitario) y aplicando la vacunación cultural mediante la arquitectura y el entendimiento vecinal, la consulta ciudadana y la participación.

La pena de muerte o la cadena perpetua mata algunos mosquitos pero no elimina el foco de infección y los factores de riesgo: pobreza, violencia, desigualdad, injusticia, miseria, malos servicios públicos, informalidad. Y es preferible la cirugía extractora, y la prevención que no permita nuevos vectores, como no tolerar las pequeñas faltas como violencia doméstica, destrucción de bienes públicos, riñas en la calle, botar basura, comerse la luz y evitar que estas infracciones escalen a lo violento mediante la impunidad.