14 noviembre 2023

Reseña Día Metal del Rock Al Parque Bogotá 2023

Por segundo año consecutivo puedo venir a una tradición bogotana que cumple ya 29 años

El sábado 11 de noviembre llegué temprano, con ganas de ver a Mashkera, una banda caraqueña que tiene algunos años arraigada en Bogotá y que era parte de la Convocatoria Distrital que organiza la Alcaldía Mayor de Bogotá para seleccionar agrupaciones de mediana y larga trayectoria para ser parte del festival. Para la edición de 2023 se seleccionaron 20 agrupaciones que estarían en las tres tarimas en cada uno de los tres días de Rock Al Parque en el Parque Simón Bolívar.


Así Mashkera, Munnopsis, Poison The Preacher, Info, Thelemata, Tears Of Misery, No Dependiente, Ataque de Pánico, Libre Elección y Epilepsia DC, la mitad de las seleccionadas, representaron a la capital en el Festival durante el día del metal. Puedes ver acá toda la programación.

Arrancamos el día con Mashkera, oriundos de Caracas pero radicamos en Bogotá en junio de 2017 -el año de la gran huida- bajo un sol ajeno a la costumbre lluviosa de Rock Al Parque. Con un estilo claramente influenciado por bandas del groove, thrash y crossover, dieron un inicio potente al Festival, creando el primer pogo de los tres días e interpretando casi al final su versión de Roots Bloody Roots de Sepultura.

Luego fue el turno de Munnopsis, con un género similar pero más inclinado al heavy metal. Esta banda de Facatativá, Cundinamarca, cumplió su cometido mientras la mayoría de los asistentes aún recorrían los zonas de comidas, baños y de exposición. Tienen un disco 2023 bajo el título Ozymandias.

Ya con los ánimos en ebullición llegaron los mexicanos de Here Comes The Kraken, que con su metalcore dejaron una impronta de potencia y melodía desde Aguascalientes. Puño arriba, algo de activismo social y una muy buena puesta en escena con una de las bandas que se está colando en la escena internacional.

Lamentablemente después de estas primeras buenas horas de distorsión y dinamismo, llegó lo que probablemente haya sido el momento más bajo y aburrido del día: las danesas de Konvent. Aunque había escuchado varios temas interesantes antes de verlas, su presentación en vivo fue un total desastre. La música balanceada aunque un poco baja con una voz gutural absolutamente monótona, estática y muy poco creativa. Era una sola nota repetida una y otra vez, sin imaginación ni matices, salvo unos segundos de shrieks fue una banda extrema que parecía prometer con su propuesta de sludge/doom para salir sin pena ni gloria.

Por suerte todo quedó atrás cuando llegó Poison The Preacher, con una buena mezcla de hardcore/trash que nos dejó de nuevo en buena onda. La banda bogotana tiene apenas seis temas en su haber, pero bien producidos. Ruidosos, densos y con una buena dosis de energía, recomiendo este split con PsycoMosher para escuchar sus dos temas más recientes.

Finalmente los platos fuertes del primer día empezaron con los alemanes de The Ocean Collective. Sin amilanarse porque Air France les dejó varados los instrumentos, equipos y equipaje hicieron gala de su progresivo/experimental/jazz/metal con una impecable dirección de su vocalista. Nos sumergieron en sus conceptos de eras geológicas, su música única y arreglos brillantes. El sonido no fue el mejor y se notó que algunas cosas fueron menos producidas que con instrumentos propios, con algunas pistas sustituyendo los detalles épicos que serían difíciles de trasladar en vivo (como los golpecitos de las baquetas contra el herraje de la batería).

Lamentablemente las larguísimas filas para los baños nos quitaron tiempo de todas las bandas, por lo que vimos presentaciones parciales. Sin embargo, In Flames se lució en grande. A pesar de un sonido al que le faltó potencia, hicieron una recorrido casi completo de toda su discografía, incluyendo incluso el tema “Behind Space” de Lunar Strain, cuando aún cantaba Mikael Stanne mientras Anders Fridén estaba en Dark Tranquillity.

Y aunque omitieron canciones de The Jester Race y Colony también the Battles, su disco más alternativo, mientras echaron mano de un trío de temas de Foregone (reseña), que significó un regreso durante 2023 a lo que mejor conocemos de la banda: parte de los que crearon el “sonido Gotebörg” con algo de los arreglos más electrónicos y algo menos metaleros que vino después, sin caer en los excesos que los hizo asumir una estética numetal a principios de los 2000. En resumen, los suecos dieron cátedra de un buen concierto para un gran público, conquistando nuevos corazones y complaciendo fans de vieja data, a pesar de falta de decibeles en el festival.

El final de mi día fue algo atropellado pero divertido. Los últimos temas de Overkill eran una fiesta de pogo, thrash, locura y decenas de gritos de fuck you. Con un sonido general muy superior, pudimos escuchar la genialidad de cada instrumento y la voz potente de Blitz animando a un público que hacía pogos y acompañaba las peticiones hipnóticas del cantante. La banda podría haber tocado horas y horas con la mayoría del público extasiado por el ambiente. Un gran final para mi segunda edición.



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