05 agosto 2025

Venimos del pasado

Venimos del pasado...

Los venezolanos nos preciamos de tener buena cultura política, pero en mi opinión lamentablemente exhibimos ser malísimos en entender contextos diversos y realidades diferentes. Lo que tenemos es un buen trauma.

No solo nos ufanamos usualmente en "venir del futuro" para advertirles a otros países que votar por la izquierda es lanzarse por un barranco indetenible similar al de nosotros, y eso que nos cansamos de decir por años que "Venezuela no era Cuba".

Recuerdo otra tía horrorizada porque el Partido Socialista Obrero Español había ganado las elecciones en España... ella me dijo con miedo, ¿es verdad que llegó el socialismo a España, se jodieron? No me creyó cuando le dije que el PSOE tenía más de 100 años de existencia, y que habían gobernado muchísimas veces antes, incluyendo administraciones que fueron muy cercanas a Venezuela pre-Chávez.

Y seguimos dando ese consejo, con algo de razón pero omitiendo grandes diferencias. Tanto que Evo Morales y Rafael Correa en Bolivia y Ecuador no pueden contar con las extensas carreras en el poder de Chávez o Maduro. Ni hablar de Ollanta Humala o Pedro Castillo en Perú. 

Pero también omitiendo que Uruguay o Chile no tuvieron esa deriva autoritaria, incluso han cambiado a gobiernos de derecha, después regreso de la izquierda y esa alternancia del poder están en continuación, sin hiperinflación, ni migración masiva, ni control de precios ni expropiaciones masivas.

Estas omisiones, porque lo que importa es el trauma, mi trauma, mi visión de vida nos ha llevado a tener "héroes" como Bolsonaro en Brasil, Kast en Chile y ahora, "el catire" que según nos iba a liberar... sobra decir lo que ha sucedido. 

Aún así uno lee opiniones en que se pone en entredicho crímenes de lesa humanidad, violaciones de DDHH e incluso apología al naz*smo, basado en respaldar la imagen de un presidente que se hace llamar "anti-comunista".

Como digo en mis clases de desinformación, los hechos y la realidad ya no pasan por las evidencias, sino por las emociones. La posverdad no es la mentira, sino un ecosistema digital y un régimen de cultura política que nos hacen considerar verdadero o falso lo que "sentimos" que lo es.

Ahora nos pasa con Nayib Bukele, en que los venezolanos ya no "venimos del futuro" sino del pasado. Los que lo apoyan suelen decir lo mismo que las tías chavistas más duras, en 2007 e incluso el recalcitrante sentimiento clasista venezolano de 1997 ha vuelto: "hace falta una depuración", "quién los manda a tener tatuajes", "los malandros no respetaron los DDHH" y el clásico por excelencia: "hay que tirar una bomba en...". 

Hace poco alguien [alto desinformante, con tonterías como llamar izquierda al nazismo alemán] en X dijo que "hay que bombardear Sorte" [basado en una entrevista a un exorcista en un medio religioso sobre el presunto aumento de rituales satánicos en Venezuela]. 

Esto parece ser la nueva versión de hay que "tirar una bomba en los cerros". Formas de clasismo y aporofobia que ahora tantos exhiben orgullosamente en forma endofobia: "es que yo no soy como esos migrantes que llegaron después". O mejor dicho: "no es endofobia, es que mira los videos donde nos hacen quedar mal a los que queremos hacer las cosas bien..". 

El auto-engaño de creer que no van a deportar, perseguir, criminalizar a los "buenos venezolanos". O que aunque pase, se defienden los mismos prejuicios: me niego a admitir que estoy equivocado, yo sí soy bueno, eso debe ser un error.

El doble rasero del meme de dictadura en Venezuela y continuación del proyecto político en El Salvador. Es decir, no importa que sea contradictorio.

Y por eso hay quienes alabando "los logros en seguridad" a Bukele [y atacándome a mí o a otros que lo critican, diciéndome que no ataco así a Maduro, entonces el problema no es señalar las faltas sino que hay que aplicar doble rasero]. 

Bukele, se brinca la Constitución para ser reelecto, llena los poderes públicos de leales para que tuerzan la ley a su favor, persigue a la disidencia política, cierra el espacio civil y a las ONGs, castiga a quienes opinan distinto financiando a Youtubers que hablan bien de él y acosan a los detractores, cambia el número y forma de las alcaldías y el sistema electoral para acumular más poder y minimizar a la oposición, exilia, encarcela u obliga a migrar a activistas, periodistas y activistas sociales. 

Además, repartió bolsas de comida chimba con fines electoralistas, pero se ofende si lo comparan con el CLAP.

Y leemos a los amigos, conocidos y contactos venezolanos, con todo lo que hemos pasado que: "habrá que esperar a ver cómo le va, porque la economía va bien (no, ya va a la baja), los entes internacionales tendrán que vigilar (¿cómo nos fue a nosotros con la ONU, OEA y demás con Chávez y Maduro?) y la gente de allá lo apoya (¿ya dejaron de negar que Chávez fue hiper-ultra-mega popular?).

Todo porque Bukele, ayer del partido de izquierda y apologista de Chávez y Maduro, dice hoy que es "anti-progre", "anti-woke" y "derecha". No importa la democracia, la demagogia, el populismo y la autocracia. "Es anti-comunista, amigo, entonces aunque sea malo, después lo sacarán".

Aunque se reveló que se había cuadrado con los maras, aunque se supo que cobró 6 millones de dólares por los venezolanos deportados, aunque la ONG y el medio más importante del país tuvieron que irse del país por la persecución y la violencia estatal (que ahora sustituye a la de las pandillas).

Venimos del pasado...