Después de participar en las protestas populares de 2017 en Caracas, así como incursionar en las fusiones con música latina y venezolana, Félix publicó en abril de 2019 su disco “Caracas”.
Interpretaciones en clave de jazz metal de ritmos y canciones de folclor venezolano como La Vaca Mariposa, El Diablo Suelto o Apure en un viaje, con especial enfoque en el trabajo de Simón Díaz.
En su web pueden no sólo comprar el disco, sino paquetes con calcomanías e incluso una franela con Simón Bolívar tocando la doble guitarra: https://www.felixmartin.net/
El disco arranca con el joropo Quitapesares con muchísimo metal jazz, que a pesar de su brillante interpretación, no te prepara para el viaje hacia el cosmos del virtuosismo que deconsttruye a La Vaca Mariposa. Después de mucho tapping con acompañamiento milimétrico de batería, cierra con distorsión metalera.
Nada es obvio para el cuarteto completado por el baterista Víctor Carracedo y el bajista Javier Sepulveda. Aunque se reconoce claramente la melodía y estructura de los temas, como en Pararillo, cada tema es enriquecido con tapping, arreglos funk y jazz de bajo como slaps, rasgueos y solos, así como una batería que transmuta desde el rock progresivo hasta el metal poderoso.
Siempre instrumentales, hay además suma de algo de ritmos latinos que le agregan un sabor tropical, así como interludios de rock para volver a los abundantes tappings que identifican el trabajo de Félix, siempre lleno de sonidos que incluyen el metal a lo Cynic, máxima expresión del metal jazz.
Pero es la incursión latina, que se desenvuelve en un virtuosismo que sirve de homenaje a los temas originales lo que le da carácter a este disco. No son extrañas elucubraciones ajenas al tema central, sino convertir al tema original en un género totalmente nuevo gracias a los matices contemporáneos del trío.
Así que además de resaltar las habilidades como conjunto, “Caracas” no sólo le hace un justo homenaje a los compositores tradicionales de Venezuela sino que los muestra en su justa dimensión, como cuando Los Beatles fueron reconocidos por los académicos: como inusuales compositores con alcance global.
El primero de los tres temas acústicos del disco es la gaita Grey Zuliana, que refuerza el concepto artístico propuesto.
Saca los temas de su oriundo folclorismo para llevarlo a un público universal pero además nos los vuelve a presentar, intacto en su intención pero con un revestimiento que lo enriquece. Y esto me parece mucho mejor que la mayoría de versiones electrónicas de neofolclor, incluyendo unos completos desastres en presunto homenaje a Simón Díaz.
El trío de Félix Martin les da carácter de rock progresivo, los muestra como composiciones que pueden tocarse con un sabroso latin jazz e incluso como metal sin ser meramente una versión gritona, puramente viciosa, de una melodía distorsionada como han hecho con otros temas populares. Y al tiempo, que estas reingenierías musicales sean fieles.
Mis temas favoritos: El Alcaraván y El Diablo Suelto. Después de un inicio metalero, se pone veloz en un dúo de batería contra guitarra, incluye un buen solo que trata de reproducir la atmósfera melancólica de su línea de voz con la guitarra y bajo, lo que puede recordar a lo que hizo Apocalyptica cuando decidió versionar a Sepultura o Pantera. A medio tempo, es sumamente progresivo. En el segundo caso es una versión más pura, si se quiere, del corazón de la canción a ritmo de metal jazz, porque ya es originalmente lo suficiente salvaje como para sumarle demasiado.
La más sencilla es “Apure en un viaje”, cuya primera mitad es casi una versión típica de solo de rock con reinterpretación jazz pero en la segunda parte es lo que asombra en el disco. Antes de eso “Zumba que zumba”, que es más un relleno de menos de dos minutos.
Es curiosa la versión más metalera: Tonada de Luna Llena, que le cambia bastante el tono general, con un par de interesantes interludios de jazz ambient.
El cierre del disco con los “unplugged” de Alma Llanera y Caballo Viejo. Sin distorsión igual hay una gran vibra rockera, que te hace cabecear como en un toque de Iron Maiden o Metallica, pero al combinar con maestría esos golpes atravesados del joropo con los arreglos solistas de batería y el uso de silencios para el pogo. En ambos casos, la melodía es tocada en unos tapping brutales que hacen que se te salgan las lágrimas pensando en las imágenes de los paisajes naturales del país, como los que usan para televisar el himno nacional.
Viva Venezuela Libre
Lo escuchas completo aquí https://felixmartinmusic.bandcamp.com/album/caracas
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