Cultura de Paz: Violencia pre electoral al 23N

Julio Soto fue asesinado y todo el mundo mete la mano. Todos han desfilado a citar los verbos del momento: repudiar/deplorar. Desde el amabilísimo y comedido Robert Sierra –no grites, estoy aquí mismo, mijo- hasta Primero Justicia, desde la Asamblea Nacional hasta Pablo Pérez, candidato a gobernador del Zulia y hasta Andreina Tarazón, una de las estudiantes chavistas que se quedaron con las ganas de debatir con el Grupo Teatral Yon Goiochecha y sus manos blancas.

Por su puesto, Tarek El Aissami, experto en guerrilla urbana desde la ULA y con un alto cargo en la ONIDEX meses antes del Referéndum Revocatorio, ahora Ministro de Interior y Justicia, dijo que esto no se queda así: caiga quien caiga. Qué de pinga esa frase, qué arrechera que sea pura coba. Hasta el Ministro de Educación Superior dijo algo: hay que crear una cultura de paz. Aprovechó la misma declaración para sugerir que la culpa de esos sucesos en Zulia es el gobierno mafioso y asesino de Rosales.

Todos dicen algo que mete miedo: es la rampante inseguridad que nos cubre con su manto de impunidad, por un lado, y la escalada de violencia impulsada desde el sicariato patrocinado por la gobernación del Zulia. Todo ideal para el FITVEN 2008: la feria internacional de Turismo con Siria de invitado; un país donde explotó una bomba dejando decenas de muertos y heridos la semana pasada. Turismo de guerra, venga a Venezuela. Sienta las balas pasar por su oído y vivir la experiencia de Irak con el sabor del Caribe. Vacaciones, antiimperialismo o muerte.

Toda una cultura de paz: Lina Ron esta misma semana con su decreto de guerra a muerte: “tenemos armas cortas y largas, échenle bolas”. Huguito en Margarita dijo que el Octubre rojo no sería de sangre, sino de socialismo. Baduel detenido en una farmacia de El Limón en el Edo. Aragua a punta de patá y kung fú -testigos de este blogger presentes-. Otro líder estudiantil magullado con amor en Falcón y uno asesinado en Mérida.

No se arrechan estos tipos: de nuevo, manos blancas en la UCAB. Mostraron un camión de venía con cauchos a la UCV, a los minutos de saberse del atentado a Julio Soto. Autoridades dijeron qu era un camión de los Bomberos. Pero nada. Cero guarimba. Es que no empiezan las clases. Qué mal planeado, rojitos. Sólo quedaba una bola: la paja del Internet y lo mediático.

Haciendo un paréntesis en los medios oficiales empeñados en que EE.UU. está arruinado por culpa del capitalismo y Mr. Bush, informan que según el CICPC, Julio Soto no tenía residencia fija y mandó a sus padres a México por razones de seguridad. Al parecer, tenía amenazas de muerte. Tenía 31 años y una Trail Blazer, aún estudiaba. Algo sospechoso. Pronto se harán allanamientos porque, cónchale, quedó un estudiante vivo que iba con él y anda contando lo que vio.

Aporrea cita tres foros de ElBrollo.com donde la inteligencia social 2.0 acusa a Julio Soto de varias cosas: desde no hacer nada por la Universidad hasta estar en una “mafia” con los tickets estudiantiles. Incluso lo ligan a la muerte de Flavia Araujo, la estudiante de Primero Justicia que unos motorizados acribillaron en LUZ. Aporrea incluso cita un blog que escribió una “Crónica de un atentado anunciado”. Ese Julio… Ese Julio…

Otro caso Nixon Moreno. Le gana las elecciones a Tarek El Aissami, ahora ministro ex guerrillero urbano de las residencias estudiantiles de la ULA, y resultó ser violador. No puedo meter la mano por Julio Soto, pero prepárense para escuchar bellezas sobre él. Quizás digan que las pruebas son irrefutables: era zuliano, estudiante y copeyano: ese segurito era el que iba a matar al Presi.

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