Pedir disculpas no es algo que aprendí de mi padre. Él nunca lo hizo. Mientras vivía en mi casa, estando casado con mi mamá, siempre privo en su mente aquella premisa que dice que el padre tiene la razón, sólo por serlo, por cacique, por el macho más viejo o porque sus padres nunca le dieron oportunidad de expresarse. Así que ante la injusticia paternal o el error humano, hacía mutis de perdonavidas, como si tuviese que agradecer su indulgencia.
Rechazo esa terrible herencia. Yo quiero pedir disculpas a una amiga. No diré que alguien muy especial o que quiero mucho para justificarme. Le pido disculpas porque me equivoqué, dije algo que no debí, arruiné lo que pensaba de mí y hay que tener mucho cuidado con la influencia que tenemos en los demás, que siempre estimamos equivocadamente, a veces por exceso y otras por defecto. El mundo es un lugar mejor si le damos razones a los demás para que lo vean así.
Ser irreverente no significa ser un bruto, un inmoral o un desmedido. A pesar de los ejemplos de violencia verbal, física o espiritual que podemos ver en padres, hermanos, vecinos, amigos o hasta de los medios de comunicación, no hay excusa válida para pasarse de la raya, para darle energía a la frase que reza que la confianza da asco o para justificarse en estar borracho, arrecho o cansado.
Discúlpame.
Discúlpame.
Discúlpame.
Sin promesas ni juramentos ni lloriqueos. Simplemente, te pido disculpas. Porque me equivoqué.
Rechazo esa terrible herencia. Yo quiero pedir disculpas a una amiga. No diré que alguien muy especial o que quiero mucho para justificarme. Le pido disculpas porque me equivoqué, dije algo que no debí, arruiné lo que pensaba de mí y hay que tener mucho cuidado con la influencia que tenemos en los demás, que siempre estimamos equivocadamente, a veces por exceso y otras por defecto. El mundo es un lugar mejor si le damos razones a los demás para que lo vean así.
Ser irreverente no significa ser un bruto, un inmoral o un desmedido. A pesar de los ejemplos de violencia verbal, física o espiritual que podemos ver en padres, hermanos, vecinos, amigos o hasta de los medios de comunicación, no hay excusa válida para pasarse de la raya, para darle energía a la frase que reza que la confianza da asco o para justificarse en estar borracho, arrecho o cansado.
Discúlpame.
Discúlpame.
Discúlpame.
Sin promesas ni juramentos ni lloriqueos. Simplemente, te pido disculpas. Porque me equivoqué.
Disculpas aceptadas :)
ResponderBorrarEpa.. y no se olvide de esto
ResponderBorrar"El mundo es un lugar mejor si le damos razones a los demás para que lo vean así"
Pana, Mejor pídele perdón de una vez, pides disculpas cuando no estás arrepentido. Pero cuando realmente pides perdón es por que estás arrepentido
ResponderBorrarYo que tu le pido culo de una vez... deja de perder el tiempo pana... jajajajajajajaja
ResponderBorrarUno no puede ir por la vida cagandola y luego recogiendo el mierdero... Pero errar es de humanos. Me gustó mucho este post.
Muy sincero de alguien INCREIBLE en el sentido literal y gramático de la palabra jajajajaja.
Saludos!!!